capitulo 34
Espero no llegar tarde, me levanté tarde por estar organizado todo para el día siguente, estaba muy emocionado por este primer día asistiendo a la universidad.
Tadeo acomodo sus ropa antes de bajar del auto, tomó su mochila al mismo tiempo que se despedía con una gran sonrisa de su mayordomo.
No le importaba lo que hablara de él, no pensaba cambiar su estilo, solo que en está ocasión no se pintó los ojos tan exagerados de negro. Lleva un maquillaje natural estilo gótico.
-Volvere por usted más noche.-Informó el anciano mayordomo.-Suerte en su primer día, segundo joven maestro.
-Gracias, nos vemos luego.
Aqui estoy de pie frente a las puertas de está prestigiosa universidad, en el momento que pongas un pie dentro dejas de ser un joven maestro y solo te vuelves una persona como cualquier otra, sin estatus social.
Es por eso que quería asistir a este lugar, poder convivir con las personas sin que te hablen porqué quieren algo de ti por tu apellido, es lo mejor.
Pensado en eso, Tadeo se adentro por esas puertas, observando al rededor todo ese espléndido lugar con diferentes áreas donde podrías descansar luego de unas clases agotadoras.
El Omega estába por entrar al interior e ir a dónde se reunirán los de primer año, pero entonces vió algo que llamó su atención.
¿Hayden? Si ese es Hayden, tengo que sacar una foto de ese perfil, ¡Dios su espalda es tan malditamente majestuosa!
Los del club estarán celosos cuando les diga que me encuentre con el grandioso sin igual, Hayden King. Mientras no les muestre cómo se ve luego de tantos años, estará todo bien y de esa forma conservo mi vida. Maximiliano no me matará por tomarle una foto, ¿verdad?
¿Umm? ¿quién es la persona que se encuentra tan cerca de Hayden? ¿Deben de ser muy cercanos? ¿Por qué desde ese ángulo me recuerda mucho a padre?
-Está prohibido tomarle fotos-Le quita el celular.
-¡Oye!-Gira su rostro querido averiguar quién se atrevió a quitarle su celular.-Quieres morir....Maxi..miliano-Sudo frío.
¿Qué hace Maximiliano en este lugar? Se que es novio de Hayden, sin embargo no creí que alguien como él, le gustase ser el centro de atención. El Maximiliano que yo conozco, no le gusta la atención y procura pasar desapercibido lo más que pueda.
.-¿Por qué se ve tan bien?-Susurró con un toque de admiración, enviado cada una de esas fotos a su celular antes de borrarlas del celular de Tadeo.
-Deja de ser tacaño.-Suspiro entre lamentos al ver la galería completamente vacía.-De igual manera tengo un álbum de él...¿Qué?-Retrocedió tres pasos hacia atrás.-¡Ni lo pienses, no te lo voy a dar!-Iba a salir corriendo, pero en eso ve la cara sombría de Oriol.
Tadeo sonrió ampliamente mientras el tema de conversación era Hayden, mostrándole a Oriol, que hasta alguien como él, es más cercano a Maximiliano.
El Omega de ojos plateados no iba a prestarle atención a sus provocaciones, sin embargo eso cambio al ver la pequeña sonrisa en los labios de Maximiliano, eso fue como tragar veneno.
-¿Por qué sonríe así? ¿Qué es tan gracioso como para que sonrisa de esa manera? ¡¿Por qué le puedes sonreír a alguien cómo él, pero no a mí?....es injusto.-Susurró con furia y dolencias.
Maximiliano no le estaba sonriendo precisamente a Tadeo, estaba sonriendo porqué mencionó algo relacionado con Hayden.
-Maxi.-Lo agarra del brazo.-¿Qué haces aquí?-Sonríe tímidamente.-¿Podemos hablar en otro lugar?
Al mirar hacia un lado hizo contacto visual con Hayden, mirándole con arrogancia mientras frotaba su cuerpo contra el cuerpo de Maximiliano.
¿Por qué está sonriendo de esa manera? Está loco, ¿cómo puede sonreír de esa forma cuando es su supuesto novio al que estoy casi abrazado?
-¡Maldición deja de reírte de esa manera!-Frota sus brazos.
-No se de que hablas.-Aplasto ferozmente esa botella de agua aún con la tapadera puesta.
Nikita solo podía rezar para que en su primer día en la universidad, no corriera sangre o esas puertas sean pintadas de rojo.
-No hay ni una parte de ti que no grite peligro, en especial tus ojos. Dios, da miedo verlos cuando se frunce de esa forma.
Nikita solo podía ver esa situación desde el revés del ojo, no quiere que Tadeo, lo vea aún. Porqué sabía que de alguna manera sospecharía de su parecido con Glen, su padre.
-Tengo algo que...
No terminó de hablar porqué en ese momento fue empujado, viendo con incredulidad cómo Maximiliano se deshacía de su saco largo.
-¡Maxi!-Sus ojos plateados se humedecieron.-Eso es cruel.-Aprieta sus puños.
Con tu desprecio me estás orillado a comerte cosas de las cuales no estaré orgulloso, ¿cómo no puedes sentir a nada cuando te tocó? Somos destinos después de todos.
-No estoy interesado en nada que tengas que decir, y no me vuelvas a tocar o tendrás que encontrar otra forma de tomar notas en tus clases.-Advierte.
-Deja de humillarte de esa manera, Oriol.
Me causa vergüenza y eso que todo esto no tiene nada que ver conmigo, no obstante es muy vergonzoso de presenciar.
-Esto no es asunto tuyo, Tadeo.-Esa mirada se tiño oscuro.-Vete a jugar con esa bola de amigos inútiles.
-De mis amigos no vas hablar.-Bufo-Por lo menos ellos no andan mendigado cariño cómo otros.-Lo ve de pies a cabeza.-Tus padres deberían de ponerte un alto para que dejes de dar pena ajena.-Dicho eso, Tadeo se fue.
Maximiliano tampoco se quedó ahí, dio la medía vuelta en dirección a Hayden. Se tesón un poco porqué en esa mirada rojiza no podía ver algún tipo de expresión.
-¿Vistes eso?-Preguntó.
Pero, ¿qué demonios estoy viendo? El gran joven maestro, Maximiliano White, se encuentra nervioso por lo que Hayden, piense de esa escena.
-¿Por qué estás aquí?-Preguntó monótono.
Sin embargo, en su interior era risas y risas apreciado lo adorable que se vía el alfa todo abatido por la expresión sería de Hayden.
-Estaba por regresar a la empresa, cuando vi que dejaste tus cosas.-Hace entrega de ese maletín negro sin ningún patrón, es liso liso.
-Gracias.
-Hayden.-Agarra esa mano antes de que se vaya.-No habrá una próxima vez como esa, antes de regresar a la empresa, iré a ducharme nuevamente.-Abraza de forma territorial a Hayden, marcándole con sus feromonas.
Nikita cubrió su boca y nariz, está vez si sintió a la perfección las feromonas de Maximiliano, causandole asco por ese fuerte y repugnante olor.
Las feromonas de Maximiliano poco a poco se van normalizado con la cercanía de Hayden, en el momento que el menor deje salir las suyas y el alfa las hueles, ese instante Maximiliano podría tener su rut luego de tantos años sin tener uno.
Todo este tiempo en que no a tenido su rut y no a podido manejar sus feromonas cómo lo quisiera, eso se debe al joven de ojos rojizos.
Inconcientemente, Hayden marco al alfa en aquel momento cuando solo era un niño. Solo basto verlo una vez a los ojos para que eso sucediera.
Eso era inusual que un Omega fuera capaz de hacer eso, siempre es el alfa quién marca, sin embargo en está ocasión fue el Omega. Y es por eso que Maximiliano siente repugnancia el ser tocado por otra persona, a excepción de Hayden.
-Aunque es lamentable.-Susurró de forma sexy cerca del oído del menor.-Me hubiese gustado que tallaras mi espalda. Hasta luego.-Salio huyendo con sus orejas enrojecidas.
-Eso no es justo.-Golpeo la pared.-Nada justo.-Otra vez estrelló su puño en ese mismo lugar, por poco y la rompe.
-¡Joder, Hayden!-De sus labios salió un grito ahogado.
Nikita sostiene su pecho con temor de que su corazón se detenga, todo a causa de esa expresión desquiciada en el rostro de su mejor amigo.
Esa manera en la que sus ojos sonríe al igual que sus labios era como la de un demonio saboreando una alma pura que fue corrompida por los susurros del mismísimo diablo.
-¿Crees que haz ganado?
-Es mejor que sigas tu camino.-Expresó Nikita, intentado ayudar a Oriol. Para que no muera a tan temprana edad.
-Tú, no te metas en esto.-Fulminó con la mirada.-Está conversación es entré él y yo.
-Como sea.-Se encoje de hombros.-Muere.-Susurró.
Eso me gano por intentar ayudarle y ser una buena persona. ¿Desde cuándo un pequeño insecto insignificante podría ganar contra un pesticida?
"¿Me acabas de insultar?" Le pregunto con esa mirada cubierta de frialdad. "¿De que estás hablando?" Se hace el desentendido. "Salte de mi cabeza, maldito" evade la mirada de Hayden.
-Te estoy hablando.-Lo toma del brazo.-Ni pienses que haz ganado, la guerra está por empezar.
-¿Guerra?-Aprieta con fuerza la muñeca de Oriol.-Si perdiste la batalla mucho antes de haber empezado, ¿qué te garantiza que ganarás la guerra?
Pone mucha más presión en ese agarre, sin importarle que de los labios del omega ojos plateados, salgan quejidos por el dolor que está sintiendo.
-Mejor dicho-Sonrío ampliamente.-Yo, ya gane sin siquiera hacer uso de todo mi arsenal.
Oriol se tensó al hacer contacto visual con esa penetrate y asesina mirada. Sintió que su columna vertebral se enfriaba hasta el punto en que empezó a sentir temblores en sus rodillas.
-Te dí una oportunidad, fuí benevolente-Solto la muñeca del contrario.-Sin embargo.-Limpia su mano con el desinfectante y pañuelo dado por Nikita.-No quisiste tomarla.-Niega con su cabeza.-Espero estes preparado para las consecuencias. Vámonos, Niki.
-¿Qué fue eso?-Mira sus manos las cuales siguen temblando.-¿Cómo puede ejercer una presión tan asfixiante?...No. no puedo permitir dejarme intimidar por alguien cómo él.
Oriol frota con cuidado su muñeca, le dolía mucho. Quién sabe que pueda tomar el bolígrafo y tomar notas en su primer día en la Universidad.
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"Tic, tac" sonaba las manecillas del reloj, provocado un poco de tensó en la persona que camina de allá para acá con nerviosismo.
-¿Qué hago maldición?-Por la ansiedad de no encontrar una respuesta a sus preocupaciones, él empezó a morderse las uñas.-¿Por qué no me dijo nada?
Gustavo estaba en una encrucijada, su plan sútil de persuasion no había resultado. El señor Wilberth White, no cedió a su pedido y eso que lo había hablado durante el sexo.
Solo cuando tenía relaciones, el señor Wilberth White baja la guardia y le cumplía los caprichos a su esposa, Gustavo. Sin embargo, está vez no funcionó.
El padre de Maximiliano, tenía mucho en mente últimamente como por ejemplo; intentar averiguar algo de la vida de Hayden. Eso es tan complicado como buscar una aguja en un pajar
-Maldita sea, si no encuentro como ayudarle a Rodolfo. Él no me ayudará más con mis deudas.
Gustavo tenía una terrible adicción a las comprás y sobre todo jugar en los casinos, lo hacía a escondidas de su hermano mayor.
Felipe ya se lo había advertido hace mucho tiempo sobre eso. Si se daba cuenta de que volvió a esas andadas, no iba a poder un pie en su casa y de él no recibirá ni un centavo.
Lo peor es que Gustavo, no hizo casó y no logró dejar eso. Por lo que terminó endeudado con un prestamista de dudosa procedencia.
Eso no lo sabía nadie solamente él, tenía planeado pagarle con las acciones que estaban a su nombre, sin embargo no puede hacer uso de ellas sí no obtiene la firma de el señor Wilberth White.
Para acabar de coronar, ahora tiene que entregar a esas acciones a su cuñado Rodolfo, ¿cómo le hará cuando no puede disponer de ellas sin permiso de su esposo?
Y más cuando ese prestamistas a empezado a mandarle mensajes con respecto a que sus intereses están subiendo, tiene que pagar o tendrá que atenerse a las consecuencias.
Necesita encontrar una manera para pagar su deuda y también poder convencer a su esposo, de darle la firma. Así tenga que drogarlo, lo drogara.
-....¿Si vendo algunas de mis joyas pueda que recolecte la mitad para pagarle al prestamista? Sí, eso haré.-No obstante, no podía deshacerse de su joyas, no puede. Son parte de su vida diaria.
Gustavo se tensó al escuchar el sonido de la puerta, alguien estába tocado desde hace ratos. No había escuchando por inmenso en sus pensamientos, buscando una solución a sus problemas.
-Tío. Mamá te está esperando en el despacho, quiere verte antes de irse a la oficina.-Comunicó Scott.
-Dile que ya voy, solo termino de empacar unas cosas.
-Bien.
Gustavo siempre suele ir a la mansión Nolan, sin importar que ya este casado. Más bien la mayoría del tiempo se la pasa haciendo nada, si no está en este lugar se encuentra en la empresa White, o comprado cosas innecesarias solo por presumir que andá a la moda.
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