capitulo 28
Maximiliano suspira profundamente, mientras arregla su corbata negra de su traje grisáceo, de sus hombros se sostiene un gran saco que se puede atar a su cintura. Dándole una aura intimidate.
Mi espalda duele como el mismísimo infierno, solo tengo 25 años y parezco un anciano con dolores de espalda, cuerpo.
Todo es culpa de ese mocoso, ¿piensa que soy de elástico o ¿Qué? Bastador insaciable. ¿Por qué demonios tiene tanta energía? Ayer por la noche y hoy en la madrugada creí que iba a morir, fue demasiada estimulación.
¿Otra vez me deje llevar o de verdad quería estár con él? Si lo quería, quería estar en sus brazos. Pero es algo que sigo sin poder aceptar en voz alta, si lo llego a decir, ¿Qué pasará? Para empezar. ¿Que es lo que siento por Hayden?
¿Solo disfrutó sus caricias? ¿Lo único que quiero es sentirme bien? ¿Disfrutar de su cuerpo? No. Lo que siento es diferente, cuando lo veo mi corazón se estremece.
Cuando él sonríe no puedo dejar de verlo, no me doy cuenta en qué momento me quedó hipnotizado viendo su descarado comportamiento. Asi su sonrisa se extraña, me seguirá pareciendo encantadora, tiene ese toque de perversión y dulzura....
Maximiliano se sorprendió al darse cuenta de sus sentimientos y fue peor o mejor cuando vio su reflejo en el espejo, su rostro se encuentra muy sonrojado, eso lo dejo perplejo.
—¿Me gusta?—Susurró para si mismo, con su mano sobre su pecho.
El alfa sintió los latidos sobresaltado de su corazón, la electricidad recorrido su piel al recordar los toques cariñosos de Hayden. Eso terminó por confirmar lo que era más que evidente.
—¡Maldición!
Con ambas manos cubre su ruborizado rostro y esa extraña expresión que se reflejaba en el espejo, no quería verla. Era muy vergonzoso.
—Jefe, me disculpo si interrumpo—Toco la puerta tres veces seguidas.—El Joven king, lo está esperando en el comedor—Le hace saber, Jacinto.
—¿Por qué no vivo él...?—Cubre su nariz—¿Por qué apestas a limas?—Es nauseabundo.
Eso es lo pasa cuando inhala las feromonas de otro alfa, están impregnadas en el cuerpo de Jacinto, ¿Tiene amante o quién está contaminado mi hogar?
—Ah, eso—Creí que se había ido luego de rociar aromatizante por todo el lugar—El joven Nikita tuvo un pequeño percance...
—¡¿Nikita está aquí?!—Frunció su ceño.
—Sí, jefe.—Si esa mirada matará ya estaría muerto.
—¿Desde cuándo?—Cerro con doble de fuerza la puerta y caminó lo más rápido al comedor.
—Desde la mañana, regreso con el joven King....Ya desapareció, por menos me hubiese dejado terminar. Solo en estos momentos comprendo el motivo por el cual Nikita, dejo salir sus feromonas muy cerca mío y el joven Hayden me envió a llamar a mi jefe.—Suspira pesado.
El joven de hermosos ojos rojos quería poner celoso a Maximiliano, hacerle saber que otro alfa se encuentra rondando junto a él y que podía impregnarse con sus feromonas. Hayden si que le encanta ver sufrir al pobre Nikita.
El pobre alfa de ojos esmeraldas no sabe lo que le espera cuando Maximiliano llegué al comedor con una mirada fría, hasta el punto de congelar sus huesos.
—Max...
Constantine casi deja caer su taza de café, al ver el lado dominate de su jefe. Ya lo había presenciado antes, pero no está manera.
Maximiliano sin previo avisó, capturó y saboreo en un beso apasionado los labios de Hayden. Envolviendo con sus fuertes brazos esa estrecha y sexi cintura del más joven.
—Que no se te olvide que eres mío—Lo acercó más a su cuerpo.—Si la próxima vez huelo algún olor apestoso sobre tu cuerpo—Le envía una mirada asesina a Nikita.—Haré pedazo al dueño de dicho hedor.
—¿Huelo?—Olfatea su ropa.
"¡Otra vez me vi involucrado en tus mierdas!" Nikita le gritó con la mirada a Hayden. "Deja de llorar, ¿te obligué a sacar tus feromonas?" Preguntó con todo el descaro del mundo. "¡Claro que lo hiciste, por poco y me arrancas un dedo con tus amenazas!" Bufo.
"Me estás difamando y tus palabras me lastiman. ¿cómo puede mentir?" Niega con su cabeza, mientras lleva su mano sobre su pecho. "En la universidad deberías de estudiar bellas artes en vez de turismo, maldito" Nikita solo se rindió, rompiendo el contacto visual antes de que Maximiliano, lo tome por el cuello y lo tiré por la ventana.
—Si, pero fue antes.
Mi boca y nariz se acaban de tragar una bocarada de feromonas, este alfa me está impregnando con su olor. Funcionó, solo quería ponerlo celoso y molestarlo un poco. Ver su reacción, pero sigue superado mis espectativas. Mi reina es tán territorial cuando se lo propone...jajajajajaja.
Hayden dejaba salir unas grandes carcajadas de emoción y felicidad para él mismo. Quería dejarlas salir y que las escuchen todos los presentes, lo bueno que no lo hizo hubiese asustado a todos, a excepción de Maximiliano.
Prefiere disfrutar este momento donde Maximiliano, se encuentra marcado todo su cuerpo con esas feromonas que son un deleite para Hayden.
De igual manera, Nikita conocía a su mejor amigo y sin que él lo quisiera, imaginó a Hayden sonriendo desquiciado con una mirada oscura y sumamente peligrosa.
Ignorado a los tipos sentados en la espera de desayunar, Hayden deslizó sus manos hacia las caderas del alfa. Dándole un suave masaje, estremeciendo cada fibra del cuerpo de Maximiliano.
Disimuladamente, cada uno agarraron el plato de comida para escabullirse a la sala principal, y de esa manera dejar de ver esa escena que desde un principio no querían ver. Ellos tres solo querían comer, comida. No comida para perros.
—¿Por qué dices que soy tuyo? Eso me puede llegar a confundir—Preguntó ingenuamente.—Y tampoco soy tu ganado—Esos ojos se oscurecen—Ni la propiedad de nadie—Dejo en claro.
—No eres nada de eso para mí.—Pone un poco más de fuerza en su agarré, dejándole saber al más joven, que se encuentra nervioso.
—¿Sí?
Maximiliano tomo todo el valor del mundo, aprovechado su arranque de celos para decirle lo siguente a Hayden. El llevó sus rostros hasta el cuello del más joven, erizado los vellos de su nuca.
—¿Qué pasaría si dijera que me gustas?-Preguntó entre susurros sobre su oído, nervioso.
Hayden dejó caer su frente sobre el fornido pecho del alfa, ocultado de esa manera esa expresión y sonrisa desquiciada, temía asustar a Maximiliano. Si llegase a ver esa sonrisa que parece más endemoniada que de felicidad, pero en realidad, si lo está.
Se encuentra tan intoxicado de felicidad. tanto así, que sus piernas se siente débiles y podría caería en cualquier momento al suelo.
—¿Te gustó?—Preguntó nervioso—¿De verdad te gusto?—Agarra con fuerza el saco de Maximiliano, hasta el punto en que sus nudillos se volvieron blancos.
Mi corazón nunca había latido tan fuerte, emocionado, perdido en diferentes sensaciones. Ni cuando veo la sangre salpicar las blancas paredes de esa sala de tortura. Nunca me sentí tan vivo como me siento en éste instante.
—Sí, me gustas—Confeso—No debería hacerlo, eres solo un mocoso de 19 años, al cuál obligue ser mi novio de mentiras.
No sé cómo sentirme al respecto, pero a pesar de todo estoy feliz y triste al mismos tiempo. ¿Le gustó por qué crees que soy beta? ¿Por qué piensa que soy un joven sin secretos?
¿Le seguirá gustado si supiera que quien le hace el amor es un Omega? ¿Me vería con los mismo ojos? No lo creo, pierdo confianza cuando se trata de Maximiliano, justo como en estos momentos que temo verlo a los ojos.
—No estoy orgulloso de ver usado ese método, pero viéndolo desde otra perspectiva, no me arrepiento. Si no fuera así, no estaría aquí, confesado que me gustas.
Solté el saco de Max, antes de enderezar mi espalda y poder hacer contacto visual con esos hermosos ojos celeste, tragué nerviosamente mi propia saliva. Lo que preguntaría acontinuación y la respuesta que recibiría iba a definir todo.
Tal vez suene hipócrita, dado mis acciones. Sin embargo, por más que esté enamorado de Max, tampoco voy a obligarlo a estar conmigo, por más que deseé encerrarlo y tenerlo solo para mí. No me voy a convertir en lo que más odió.
Es por eso que aprovecho todo lo que puedo el estar con él, porque por lo menos el día que se acabe todo esto, podré tener bellos recuerdos.
—¿Te seguirá gustado aún si fuera un omega?—Empeño los puños—No, ¿verdad?....
—No me gustas porqué seas beta, alfa, Omega—Respondió estremecido y rebosado de felicidad al más joven—Tampoco es que odie a los Omegas, no. No lo hago.
Mi madre era un omega masculino, lo que odio es que las personas utilicen ese hecho para cometer sus delirios o usar esa frase de "somos destinos" esa son las personas que odió, no el género.
—¿Te seguiría gustado si soy un omega y ese Omega es quien te hace el amor?—Pregunte viéndolo directamente a los ojos, esperando una reacción de repudió. Sin embargo, vi la forma en que su rostro se tiñe de escarlata.
—¿Lo eres?
—Tal vez o tal vez no, quién sabe....entonces....
—No me importaría—Declaró dejado sin habla a Hayden.—Lo único que debe ser importante es la conexión y el sentimiento que nos transmitimos al momento de estar juntos...—¡Que mierdas estoy diciendo! ¿En qué momento empecé a decir cursilerías?
—Eres el único que puede ponerme tan ansioso—Besa la nariz del alfa—Te gusta solo lo que yo te dejo ver—Acaricia el rostro de Maximiliano—No soy quién tu crees que soy, Maximiliano. Soy una persona egoísta, mentirosa...peligrosa...
—Lo sé.
—¿Eh?—Sorprendió a Hayden.
—¿Crees que soy tán estúpido?—Arqueo su ceja—Claro que me doy cuenta que ocultas secretos, desconozco tus motivos o razones por el cual lo haces, pero se que todo eso no va dirigido a mí—Posa su frente sobre la de Hayden—Solo espero que en su dado momento puedas confiar en mí, estaré esperando.—Besa los labios del más joven.
Hayden quería llorar, estába tan sorprendido y aliviado, emocionado. En su interior habían tantas emociones desbordantes que habían vuelto un completo caos toda su mente. Maximiliano seguía y seguía superando sus espectativas.
—Sin embargo, aún sigo enojado—Le dio un pequeño golpe en el pecho.
—¿Por qué?—Preguntó con una pequeña sonrisa.
Voy a disfrutar tanto como pueda de está felicidad, porque cuando despierte de este sueño será desgarrador. cuando le cuente todo él pueda que ya no me vea de la misma manera.
Sobretodo, cuando sepa que yo, fui quien planeo que Frederick me vendiera a él, para poder crear una oportunidad de estar cerca de él. Le contaré todo cuando mi trabajo este terminando.
—Solo porqué sí—Se sienta a desayunar.
—Mi novio es un alfa tsundere.
—¡Quién dice que soy tu novio!—Exclamó sonrojado—Mocoso desobediente—Sonríe disimuladamente.
—¿Entonces quién es el que acaba de confesar sus sentimientos tan románticamente?—Se sienta en el regazo de Maximiliano.
—No me acuerdo a ver dicho algo como eso—Decia eso, pero se niega a soltar a Hayden.
—Vamos a la habitación—Seguiré pícaro—Hare que lo grites y gimas al mismo tiempo, mientras te embisto con rudeza y dulzura—Beso los labios del alfa, alfa que se sonrojo hasta más no poder.
¿Que haré contigo Max? Estoy enamorado de ti, desde hace tanto tiempo. Tu eres el único que vuelve mi mundo un lugar mejor, eres mi refugio y el único que puede dejarme ver los demás colores y no solo el gris y negro que solía ver desde pequeño.
Desde el instante en qué tus preciosos ojos celeste, conectaron con los mios, sentí que te pertenecía únicamente a ti. Es una sensación y sentimiento que no voy a olvidar nunca, está grabado en mi piel.
Mi abuela dijo que había sido amor a primera vista y que con el tiempo iba a olvidarte. Pero no fue así, nunca pude olvidarte, esos ojos celeste siempre estaban presentes ya sea en mis sueños o despierto.
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