capitulo 2

En todo este trayecto de camino a casa, mi abuelo no a dicho ni una sola palabra. No me preguntó del por que había ido por él, ni del por qué sabía que estabas en ese lugar. Maximiliano cumplió su palabra para que él no sospechara nada, el premió que recibió fue unas vacaciones unas agradables vacaciones en una de las más exóticas islas en el extranjero.

Mi abuelo ha trabajado en ese centro comercial desde los 29 años, por lo que, ser seleccionado para algo así. No era sospechoso por los arduos años en ese lugar.

—Me estas ocultando algo ¿Verdad?—Los dos pares de rubies, se miran fijamente. Hayden no mostro ninguna expresión de; me atraparon mintiendo. Sus ojos rojos están de lo más relajados. Hasta da un poco de medio su calma.

Constantine y Jacinto eran la manera derecha e izquierda de Maximiliano. Ellos dos miran discretamente a Hayden. Están al tanto del que el anciano King, sufre de problemas cardíacos, no al nivel de morir de un infarto, pero saber lo que hizo su hijo, eso si, le causaría más que solo un infartó.

—Sí—Baja su rostro—No quería que lo supieras.

—¿Joven King?—¡No me digas que le confesara todo, quiere que muera!

¿Ahora están preocupados? Después de que, su jefe empezó con toda está mierda por no verle hecho pagar a ese bastardo miserable e inmundo.

—Vine por ti porqué estábamos preocupados—Escuche el suspiro aliviado de Constantine—Queriamos darte una sorpresa, pero ya se arruinó—Mira con desde a los empleados de Maximiliano—Feliz cumpleaños abuelo—Sonrío.—¿Se te había olvidado?—Sostiene las manos del anciano.

—Para ser sincero, Sí. No lo recordaba para nada—Estaba muy ocupado evitado que ese mal hijo, se encontrará con Hayden.

Desde que nos encontramos por casualidad en el centro comercial, siempre llegaba a pedir dinero para los vicios del juego. Pero en nigún momento le dí un centavo, todo mi dinero es para mi nieto, aplazó dos años de sus estudios para ayudarnos económicamente. Ya es momento de que, vuelva a retomar sus estudios.

—Bajemos, la abuela nos está esperando—Le ayuda a bajar al anciano.—Te alcanzó en un momento, tengo que hablar sobre tu inesperado premio.

—¡Viejo!—Ella corre abrazarlo—¿Estás bien?—Busca alguna herida.

Gracias a Dios que no tiene ni un solo cabello caído, Hayden no decía esas cosas solo para no preocuparme. Mi viejo está muy bien.

Hayden le había enviado un mensaje a su abuela, explicándole lo sucedido y que no le fuera comentar nada de lo sucedido a anciano King.

—Mi vieja, estoy bien—La toma de las manos—¿Por qué estás tan ansiosa?

¿Algo malo sucedido mientras no estaba? ¡Acaso vino ese mal hijo! Le advertí que no se atreviera aparecer en esta casa.

—¡Como no estarlo!—Se aleja de él—Te estuvimos esperando un buen rato, la comida ya se enfrió—Camina hacia el interior de la casa.

—No fue mi intención—La sigue—Fui llamado por el gerente del centro comercial, gane un premió. ¿No eras tú la que quería viajar? ¡Iremos al caribe!—Sonríe—Sera como celebrar nuestros treinta años de casados.

—¡De Verdad!—Ve con el revés del ojo a Hayden, este solo sonríe—Esa es un gran regalo de cumpleaños—Entran a la casa.

¿Que está pasando exactamente? Hayden no escribió nada de ésto en el mensaje que me envió. ¿Nos esta protegido de algo?

—Puedes decirle a su perro que deje de gruñir—Jacinto está muy nervioso.

Ese animal es pequeño pero sus afilados dientes son muy diferentes, esa mirada es tan siniestra. Es por eso que no soy muy fan de los animales.

—Choco. Ese tipo al parecer esta enfermo, por algo está calvo. No será nada sabroso a la hora de comerlo—Acaricia el pelaje del pastor alemán.

—Grrr—Mostro más sus filosos dientes.

—¿Que hicieron con el bastador apostador?

Sus ojos se terminaron de una manera diferente, solo el pastor alemán, podía ver cuan siniestra es la mirada de su amo. Por algo aprendió a emitir esa mirada.

—Ya deben de tener mi número celular, enviarme la dirección del departamento. Iré cuando mis abuelos estén lejos de este país, no quiero vigilancia—Mira a su alrededor—No voy a huir.

—Frederick se encuentra en una clínica para tratar a los adictos al juego. Y no es como si tuvieras la oportunidad de huir.

—¿Eso creen?—Sonrío juguetón—Tu jefe se está tomando muchas molestias—Eso lo vuelve aún más sospechos.

Con respecto a Frederick, igualmente iba a pedir que lo enviaran a una clínica de rehabilitación. La proxima vez que lo vea, tiene que estar lucido. No valdría la pena vengarme de él, en ese deplorable estado.

También tiene que decirme o darme una fotografía de esa persona, no sera el único que, la este pasando bonito después de tanto tiempo. Esa persona que medio a luz para luego abandonarme sin remordimiento, también merece vivir en el infierno.

En su momento intenté encontrarlo, quería preguntarle muchas cosas. Mis abuelos desecharon todo lo que tenían de él. Aunque no lo dijeran, ellos lo odian mucho.

Fue una de las causas del por qué, mi progenitor cayo perdido en los viciosos del juego. Amaba a ese omega, quería volverse rico para poder recuperarlo. Pero al cumplir ocho años, justo en mi cumpleaños, él desapareció.

Pase dos años buscándolo porqué mis abuelos se preocupaban cuando no volvía a casa. Aunque a mi, nunca me puso una mano encima, su desprecio era más hirentes que los golpes. Un día ya no podía seguir buscando a alguien que no le importaba sus propios padres ni su hijo. Lo di por muerto.

Llore su muerte, lo sepulte. En mi corazón solo había odio para esas dos personas que un dia llegué apreciar.

—Niño, no vuelvas a comportarte de esa manera con nuestro jefe. Solo es por tu seguridad...

—Nos vemos después—Cierra la vieja puerta que vendría siendo el portón, deja a Constantine con las palabras en la boca—No son bienvenidos. Choco, vigila. No dejes que pisen nuevamente estas tierras sagradas.

—Grrr—Gruño en respuesta.

Nuevamente está haciendo lo que se le placas y dando órdenes como si él, fuera nuestro jefe. Este mocoso me pone los nervios de punta.

Constantine y Jacinto subieron al auto, aunque Hayden no lo quisiera, terminaría siendo vigilado para evitar cualquier incidente e innecesario.

Tengo que tratar de no mostrarle mis emociones a mis abuelos, más él abuelo. Él es muy perspicaz.

—Empezaron sin mí—Lleva su mano al pecho.

—Como podríamos iniciar sin nuestro pequeño Hayden—La anciana sirvió la comida—Ya te dio las buenas noticias tu abuelo—Mira a Hayden.

—Sí, no se preocupen por mí—Sonríe—Ya tengo 19 años, puedo sobrevivir por dos meses y medió sin su presencia. Pero los extrañaré un montón, les hablaré todo los días.

—¿Por qué no vamos los tres?—Sugiere el anciano King.

—Me encantaría, pero el lunes iré hacer la prueba para ingresar a la universidad.

Me gradué de la preparatoria superior a los dieciséis años, mi maestros decían que tenía un futuro prometedor pero que lastimosamente nací con pocos recursos para desarrollar mi potencial.

Hace unos días atrás, me llamó para darme una excelente noticia, fui seleccionado para obtener una beca completa, pero antes tengo que pasar el examen. Es por eso que aún no le digo las buenas noticias a mis abuelos hasta estar seguro.

—Cenemos, hablaremos de eso luego—Se toman de las manos.

Le dan las gracias al señor por un día más y por los ricos alimentos que fueron servidos para este dia. Los dos ancianos, son muy religiosos.

La cena y celebración por el cumpleaños del anciano, llegó a su fin. Para conmemorar el momento se tomaron una fotografía como lo hacen todos los años, en fechas importantes.

Los tres tomaron asiento en el sofá, ven la televisión mientras disfrutan de una rebanada de pastel. Por un momento se habían olvidado que, Hayden fue vendido por su propio padre.

—Iré a dormir—Ha bosteza—Hoy fue un día extraño, pero muy feliz—Él anciano abraza a sus dos tesoros—Gracias por todo, espero poder seguir disfrutando de estos momentos con ustedes dos—Sus ojos se cristalizan—Son mi fortaleza.

Soy muy afortunado de tener dos grandes abuelos, no sé que hubiese sido mi vida si ellos no estuvieran. No puedo imaginar una vida sin su presencia.

—Buenas noches—Camina hacía su habitación.

—Está es la única solución para salir del lío en que los metió ese....ese mal hijo—Susurra con tristeza—Podemos empeñar la casa, tengo mis ahorros....podemos...

—Abuela—Deja caer su cabeza en el hombro de ella—Estaré bien, esa persona no es mala. Si lo fuera me hubiese obligado a quedarme con él hace un rato. No sé tomaría el tiempo de explicarme nada.

En eso tiene razón Hayden, pero igual sigue siendo sospechoso todo esto. Todo es culpa de frederick y ese malnacido de Mica, no sé cómo fue que cambio tanto.

Él era un omega dulce, trabajador. Pero un día solo decidió no ser más pobre y estaba bien que pensara de esa manera, pero por lo menos no hubiese dejado atrás a su hijo. ¿Que le garantizaba que nosotros lo íbamos a cuidar? Hay abuelos que tratan mal a sus nietos.

—Me siento inútil, no puedo dejarte hacer eso....Lamentó Hayden. Todo es mi culpa por no ponerle un alto a frederick...lo siento—Solloza—Lo siento—Repite una y otra vez.

Hayden solo se dedica a darle fuertes abrazos al mismo tiempo que le hace saber que, nada de esto es su culpa. El único culpable es frederick y sus adicciones.

—No llores o el abuelo se podrá aún más inquieto. Mientras se encuentren en ese lugar, dedicarse solo a disfrutar. Enviarme muchas fotos, yo estaré bien. No sé te olvidé que fui campeón nacional de taekwondo por tres años consecutivos.

—Lo sé, pero eso no es rivala con las balas—Limpia sus lágrimas—Promete que si las cosas escalan a mayores, tú saldrás huyendo sin mirar e importante nada. En ese momento solo pensarás en ti. ¿Prometerlo?

—Lo prometo, ya verás que ni se sentirá ese tiempo cuando todo esto ya haya terminado.

—Bien—Besa la frente de Hayden—Que dios te proteja siempre—Dibuja una cruz en la frente de Hayden.—Vamos a dormir, mañana será un día largo.

Voy a extrañar la calidez de este lugar, la sonrisa de mis abuelos, nuestras reuniones frente a la televisión. Eso es lo que más voy a extrañar.

—Choco a dentro—Llama al pastor alemán.—Come antes de ir a descansar, eres un buen chico—Le sirve un rico plato de croquetas—Mantenerte siempre sano.

Cocho solo menea la cola en sinónimo de entendimiento y felicidad por recibir mimos por parte de su amado amo.

Hayden lo encontró tirado en la calle con una pata fracturada, en ese entonces los niños del vecindario tenían la horrible manía de molestar a los perros.

Hayden al presenciar algo así, se molesto y se fue encima del niño. Le dio una paliza advirtiéndole que si volvía hacer algo así. Lo mismo que le hizo al perro, le haría a él o a cualquier otro que se atreviera a molestar a los animales.

—Buenas noches, choco—Abre la puerta trasera, en ese lugar está su casita.—Descansa.

Suspirar, mi estilo de vida está apunto de dar un gran giro de más de ciento ochenta grados.

Hayden se lanza de cara a su cama, la habitación es de un color verde verde neon. En el lado izquierdo cerca de la ventana está una pequeña vidriera con más de quince premios. Todos tenían que ver con el atletismo y taekwondo.

Ese tipo olía bien, era un olor leve pero muy poderoso. Entre todas las personas que haya conocido, Maximiliano es el tipo con el atractivo más sensual y una sofisticación que lo caracteriza. Pómulos bien marcados. Anchos hombros, un sobresaliente pecho firme. En altura quizás me gana por tres centímetros. Estoy en crecimiento por lo que, creceré un poco más.

¿Cómo alguien con ese atractivo puede pasar desapercibido? Y por qué necesita un novio de mentiras? Es por ser un joven rico que, tiene que casarse por negocio y quiere desobedecer a su cascarrabias padre. ¿Debería investigar el apellido White? Solo es bien sabido que es una familia con mucha influencia en este país... Na, tengo sueño.

Hayden se deshizo de sus zapatos, chaqueta, sus torneados brazos no son una broma. La altura, su físico como aparecía se adaptan a la perfección, eso lo hacía lucir aún más atractivo.

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