Capitulo 39


Narrador

Desde la llegada de las invitaciones a la fiesta del conde Trancy, el resto de cartas suyas dejó de llegar.

Y es que desde la última vez que visitaron esa mansión, las cartas invitando al conde y su amiga a beber té y charlar, no habían dejado de llagar.

Cada día al revisar la correspondencia, una carta con el sello de la familia Trancy estaba entre ellas. Dichas cartas siempre cambiaban de contenido; aveces pedían al conde que lo visitara a charlar, otras a beber té, y la más descarada fue cuando pidió permiso para visitarse la mansión Phantomhive. Petición que, por supuesto, le fue denegada.

Afortunadamente, estas dejaron de llagar después de la última invitándolos a una fiesta de disfraces. Que cosa tan inmadura.

Tampoco era como que a Ciel le importase mucho si el rubio le envía cartas o lo invita a la Luna; no pensaba ir de cualquier manera.

Por otro lado, (t/n) deseaba ir. No la malentiendan, tampoco le agradaba el turbio niño rubio, sin embargo, su mayordomo por alguna razón formaba parte de la lista de sospechosos, y era una oportunidad que no iba a desperdiciar.

Ahora en la oficina del conde, quien al ya no querer tener secretos con (t/n), decidió confesarle qué tanto ha avanzado la investigación por su cuenta. Sumado a esto lo que (t/n) había descubierto de Aleister Chamber; daba un gran avance. Ahora sabían donde buscar con certeza.

—Y ¿qué hay, del último sospechoso? -preguntó estirándose en la silla- Supongo que por alguna razón está en la lista, ¿no? -giró su vista hacia el mayor de los tres.

Sebastian: Creí conveniente colocar su nombre, puesto que mencionaste el olor a demonio en el ambiente el día que murieron -la mujer asintió- y hasta donde yo sabía, él era el único otro demonio en Inglaterra, además de nosotros.

—Pero la mansión Trancy está llena de demonios...

Sebastian: Ese es el problema, recabé por pedido del joven amo esa lista antes de la visita a la mansión Trancy -explicó- No tenía idea de que ese lugar estuviera repleto de ellos.

Ciel: Aún así, podríamos suponer que esos sirvientes son los únicos demonios de Inglaterra, o ¿podría haber más? -miró ambos esperando respuestas, a lo que estos levantaron los hombros mostrando no saber del tema.

—Tal vez los shinigamis sepan algo al respecto -supuso- Intentaré contactarlos esta noche.

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Esa noche no hubo mucha suerte. Sí, se encontró con algunos shinigamis, pero ninguno sabía nada útil, se alejaban de ella, e incluso unos intentaron atacarla. Si quería encontrar algo, lo ideal sería preguntarle a uno de los superiores. Sin embargo, solo había tres dioses de la muerte que estarían dispuestos ayudarla, pero dos de ellos no lo harían gratis y el otro dudaba que fuera a ayudarle en esta situación.

La noche siguiente en cambio, logró ver a lo lejos por la ventana un destello rojo intenso saltando sobre algunos edificios. Estaba segura de que ella sería de ayuda.

Encontrar el lugar de la recolección no sería algo complicado, el humo y las llamas se asomaban desde unas cuadras más alejada de una pequeña capilla.

Siendo respetuosa, esperó a que su amiga shinigami terminara con su trabajo, y poderla molestar.

—Noche difícil, ¿no, Grell?-llamó su atención al llegar a su lado sobre el techo del mercadillo frente a la capilla incendiada.

El mencionado se giró al escuchar la suave voz femenina llamarlo con tanta familiaridad, para después prácticamente lanzarse sobre ella.

(t/n) y Grell se habían conocido algunos años atrás, cuando sus hermanos todavía vivían. Resultó que un día su hermana Meiko le había dicho sobre una pelea con un "dios de la muerte", que terminó en una buena amistad, pues tal parecía -por lo que la castaña le dijo- que ambos se parecían mucho: gusto por el rojo, instinto asesino, etc. Días después de eso, fue cuando conoció a un hombre de cabellera roja como el fuego y ojos verde lima que creía haber visto en algún lado. Se presentó como 'Grell' un shinigami de rango medio -en ese tiempo-. Era un tipo agradable y carismático, también un poco narcisista y egocéntrico.
Tiempo después de conocerse, descubrieron que Grell gustaba de su mismo sexo, además de que este les pidió que se dirigiera a él como 'ella', a lo que ambas mujeres aceptaron respetándolo.

También fue Grell quien les presentó a William, quien de inmediato chocó con la actitud de la mujer mayor, pues según él, se parecía mucho a Grell. Sin embargo, se llevó bien (t/n), a pesar de ser una demonio.

Precisamente, fueron ellos dos quienes se quedaron a su lado después de la muerte de sus hermanos. No podría ser capaz de expresar cuánto significa su amistad con esos dos.

Grell: ¡(t/n)!¡(t/n)! -restregó su mejilla contra la de la híbrido. Formó su boca en una casi perfecta "o" mientras miraba mi ropa- oh, te va bien con el mocoso ¿eh?

— ¿Cómo lo...? -risita- ¿William te dijo?

Grell: Algo así, después de lo que pasó con los actores del circo ese -movió su mano cómicamente- regresó a la oficina murmurando algo como "¿Cómo puede rodearse de seres indeseables? Bla, bla, bla" -imitó la voz del otro shinigami, ganando una carcajada de su acompañante- Así que supuse que estarías con mi guapo Sebastian y su mocoso.

— Oh, cierto. Ahora que mencionas a Michaelis; tengo una propuesta para ti -la miró esperando que siguiera hablando- Te ofrezco una cita con Michaelis -su mirada exponía sus deseos. "Me interesa" estaba impreso en su rostro- A cambio de que averigües cuántos demonios hay en Inglaterra y cerca de ella -pidió.

Grell: Depende, ¿Puedo tener algo candente con él? -el sonrojo cubrió sus mejillas.

—Lo tendrás a tu merced -restó importancia.

La pelirroja emocionada, aceptó de inmediato tras las palabras de la menor.

Charlaron otro poco poniéndose al día con lo vivido. Por supuesto, (t/n) le contó lo de Ciel: la calidez, la momentánea monotonía de aveces, el beso, y como la confundía aveces.

Sobra decir que la de lentes se emocionaba con cada palabra relatada de su amiga.

Grell: ¿Solo un beso? -puchereó- ¿no ha intentado hacerte algo más atrevido? -subió y bajó las cejas con rapidez.

(t/n) rió.

—Por supuesto que no. Me besó y ya. Supongo que fue un impulso por la tensión de nuestra pelea o algo así -suspiro- El está comprometido -la otra le habló con la mirada "¿y eso qué?"- Su prometida es mi amiga no puedo hacerle algo como eso.

Grell: Mira, por la forma en la que hablas de él, se nota que te gusta y mucho. Si te gusta tanto, ¿por qué no luchar por su atención? Yo no me he rendido por atrapar a ese sexy mayordomo, y ahora estoy a punto de tener una candente cita con él.

—Por favor. A quien de verdad quieres atrapar es a William. Solo quieres a Michaelis por una noche, algo pasajero -se burló.

Grell: Bueno, es cierto. Pero entendiste mi punto -restó importancia.

La charla tardó más de lo que esperaban. Se extendieron hablando hasta que un hombre alto de rostro serio y mirada color lima los interrumpió.

William: Deja de holgazanear, Sutcliff -miró a la mujer menor- Buenas noches, (t/n) -reverenció ligeramente para después tomar a la pelirroja por el cuello del saco y arrastrarla por el suelo.

Grell: Will~ No me arrastres, puedo caminar, ¿si? -al no oír respuesta boliviana hacia su amiga- ¡Te mataré si te atreves a cambiarme por alguna noble! -gritó a lo lejos.

—Yo también te quiero -rió.

Sin más, volvió a la mansión Phantomhive. Ya había sido demasiado por hoy.

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Ciel: Y bien, ¿los shinigami sabían algo? -preguntó durante el desayuno.

—Hice un trato con uno de ellos. Prometió investigar por mi a cambio de algo.

Ciel: ¿De qué? -dudó.

Sebastian: ¿Exactamente a quien le pediste el favor? -también dudó, apostaría que sabe a dónde iba la conversación.

Por su parte, la única mujer en el comedor sonrió de manera casi sádica, para luego mirar a este último.

—Creo que ya la conocen. Su nombre es Grell y aceptó hacerlo con la condición de tener una cita completa -remarcó- con Michaelis -sonrió al ver que Ciel no podía reprimir su risa, y la cara de repulsión en Michaelis- Hey, es mi amiga. Así que más te vale tratarla con respeto -su voz se tornó seria, igual que su alrededor.

Pov. (t/n)

Sebastian: Aún tienes que convencerme de hacerlo, (t/n) -su voz delataba lo pensaba, que asco.

—Por supuesto ya había pensado en eso~ -su sonrisa se ensanchó, igual que la mía- Ciel, ¿podrías por favor ordenarle a tu perro que tenga una cita completa con Grell? - pedí, a lo que él sonrió complacido.

Ciel: Sebastian -lo llamó- Escucha a la dama y ten una cita con el shinigami, con todo lo que incluye, es una orden -bebió de su té.

El demonio sin poder rechistar, no tuvo más opción que obedecer la orden.

Tres días después cierta pelirroja llegó a la mansión con una dramática entrada. Con eso me refiero a que prácticamente rompió un ventanal.

Grell: ¡(t/n)! -gritó al verme llegar por el pasillo.

—Hola, Grell -me acerqué a abrazarla- y bien, ¿qué averiguaste? -pregunté al soltarla.

Grell: -puso una mano frente a mi rostro deteniéndome al hablar- Primero lo primero, lograste que Sebastian tenga una cita conmigo -preguntó emocionada.

—¿Acaso dudaste de mi? -fingí estar ofendida llevando una mano a pecho.

Grell: Bien -dió saltitos feliz- En es caso, te lo diré. Hay algunos demonios menores en las costas, pero son tan inofensivos como un dedo meñique. Hay otros en una pequeña isla en el norte del país -explicó- Pero si hablamos de los más cercanos; hay unos demonios que le sirven a otro mocoso.

—Si, los conozco -nerviosa.

La boca de mi amiga se formó en una ligera "o".

Ciel: ¿Qué pasa aquí? -bajó de las escaleras.

—Justo a tiempo -murmuré- Hey, Michaelis -lo llamé- Deberías ponerte de acuerdo con Grell para su cita. Aunque conociéndola, querrá la cita esta noche, ¿cierto? -la miré con una sonrisa.

Grell: Me conoces tan bien, (t/n) -su sonrojo creció más hasta cubrir sus mejillas por completo.

—De acuerdo, en ese caso. Los dejaremos solos para que se organicen -caminé hasta Ciel y lo tomé de la mano, alejándonos de ellos.

Subimos las escaleras, guiándolo hasta su oficina. Sin embargo, este tiró de mi mano y me hizo quedar frente a frente con él.

—¿Qué-?

Ciel: ¿Qué tal si pasamos el día juntos? -me interrumpió. Pareció arrepentirse de sus palabras- Me refiero a que, Sebastian no estará en todo el día, y por lo que veo tampoco estará en la noche -reí- Así que no tiene caso seguir la investigación por hoy.

—De acuerdo. En ese caso, ven -di vuelta llevándolo al jardín.

El resto del día lo pasamos de aquí a allá. Jugueteamos en el césped y bebimos té. Cielos, ¿beber té es lo único que hacen los nobles ingleses? Bueno no importa.

En la noche, ambos estábamos sentados en el balcón de mi habitación mirando el cielo estrellado.

Era tranquilo y cálido.

¿Estaría mal acostumbrarse a esta calidez?

<<... "Si tanto te gusta, ¿por qué no luchar por su atención?">>

¿Estaría mal luchar por algo que no es mío?

No me di cuenta qué tanto tiempo pasé en mis pensamientos mirando las estrellas.

Ciel: (t/n) -tocó mi hombro- ¿estás bien? -se acercó más a mi, hasta que su hombro tocó el mío. Solo espero que la poca luz de Luna no sea suficiente para apreciar el calor en mi rostro.

Tal vez, sea una buena idea intentarlo.

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Hey✨
Qué tal su semana?
La mía 50/50, me pusieron brakets y mi boca duele a horrores. Fuera de eso, estoy bien.

🌸Oigan por cierto. Ahora que lo recuerdo quiero decirles que si alguien no respeta sus pronombres, su identidad de género, su sexualidad, etc., mándenlos al carajo a todos, ustedes muestren sus garras y defiendan sus derechos como ser humano. Ustedes tienen todo el derecho a mostrar quienes son y que los demás lxs respeten por lo que son y no lo que deberían ser.
Y si en algún momento, por x o y motivo, llego a ofender a alguien o a tratarle con el pronombre equivocado, por favor corríjanme con toda confianza🌸

Disculpen las faltas de ortografía👀

GRACIAS POR LOS 54k
💕L@S AMO💕

Sin más por el momento...

Se despide~

🔥Haruka Black🔥

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