Capitulo 26


Pov. (t/n)

¿Dónde están esos dos?

El espectáculo acabó hace ya buen rato, ya es tiempo de que estén aquí.

'¿Y si los descubrieron?'

No. Si ellos ya estuvieran enterados de la infiltración, ya habrían hecho algo al respecto.

x: ¡Rose! -alguien gritó detrás de mi. Al voltear hacia la voz vi a Dagger corriendo hacia mi.

—Señor Dagger, ¿ocurre algo?

Dagger: ¡Oh, vamos! Deja de ser tan formal, ¡somos colegas, ¿no?! -golpeó juguetonamente mi brazo derecho. Mi hermana me dijo que la ayudaste con su traje, te lo agradezco.

—Oh, ¿te refieres a Beast?, no fue nada. No tengo problema con ayudar -tan solo dicho eso, el rubio me regaló una sonrisa brillos y giró sobre sus talones para irse -¡Espera! -conseguí que se volteara a mi- ¿has visto mi..-tragué fuertemente- hermano?

Dagger: ¿Black?, creo que lo vi yendo a su habitación.

Asentí y me giré en dirección a las tiendas.

Al llegar, solo estaba Michaelis y William, sin rastro alguno del conde.

—¿Dónde diablos está Ciel? -pregunté exaltada a ambos presentes.

William: ¿Por qué sabría yo dónde está su amo?

El lugar quedó en silencio durante bastante tiempo. Ninguno de los tres decía absolutamente nada. Ni seguía habiendo rastro del niño.

¿Sería extremo pensar que descubrieran a Ciel?

Narrador.

Harta de la situación, la peli-(c/c) decidió salir a buscar al niño por su cuenta; si Michaelis iba a quedarse sin hacer nada, ¿por qué tendría ella que hacer lo mismo?
Sin embargo, justo antes de salir alguien abre la cortina de la tienda, dejando ver al niño de cabello azul.

Sebastian: Joven amo -fue lo único que soltó-

—¿Dónde estabas? ¿Alguien te descubrió? ¿Estás bien? -aunque en cuanto entró la mujer lo atacó con miles de preguntas revisándolo como una madre cuando su hijo se cae, este solo se dirigió a su mayordomo disfrazado, mientras le gritaba.

Ciel: Miserable. ¿Por qué soltaste a las serpientes venenosas si sabías que yo aún estaba ahí?

—¿Cómo que soltaste a las serpientes? ¿De verdad dejerías que tu comida fuera envenenada? -habló hacia en otro demonio- Sin ofender -esta vez dirigiéndose a Ciel, quien solo la miró sin decir nada.

Ciel: Ya es suficiente. Debemos concentrarnos. En la tienda de Joker encontré una carta con mi nombre escrito -dicho eso, ganó por completo la atención de los dos demonios- Y el remitente era..-sin dejarlo terminar de hablar, William alzó, por primera vez en mucho rato, la voz.

William: Usted está tres centímetros dentro de mi espacio personal -su guadaña de repente se soltó hasta casi dar contra el pie de único humano en la tienda, haciendo que este diera un ligero salto hacia atrás -Ambos son incapaces de seguir reglas tan simples como esta. Podrían aprender de ella -señaló a la única mujer presente- Después de todo, el "amo" y su "perro" son iguales.

Transcurrido semejante momento incómodo, el peli-azul dio la orden de salir de la tienda y poder hablar con tranquilidad.

—Bien, estabas por decir quién era el remitente de la carta que encontraste con Joker -aconsejó.

Ciel: El remitente firmó como "Tom, el hijo del flautista"

—¿"Tom, el hijo del flautista"? ¿No es ese un cuento de mamá gansa?

Ciel: Si, aunque no sé lo que significa que haya firmado con el nombre de ese personaje. Pero la carta llevaba el emblema de un caballo y la inicial 'K'.

Sebastian: Es el mismo sello que yo vi -habló por fin el más alto- El mismo emblema que vi tallado en el trabajo del doctor y en el anillo de la fotografía.

—De acuerdo. Entonces, "Tom, el hijo del flautista" es el dueño del emblema familiar que tiene ese caballo -comenzó atando los cabos suelos.

Ciel: El emblema de caballo en principalmente usado por familias de caballeros y militares. De hecho se requiere un título nobiliario para obtener un emblema.

Sebastian: Todos los emblemas familiares son registrados por la heráldica.

—En ese caso no creo que sea mucho problema encontrar al dueño -añadió la mujer-

Ciel: Los niños desaparecidos, el circo que casualmente pasa por los lugares de las desapariciones, "Tom, el hijo del flautista", y mi persona. Hay algo que conecta todas las piezas.

Pov. (t/n)

Entonces, ¿este circo es responsable de lo que le pasó a mi familia?

No tiene sentido, debe haber algo más. Principalmente por qué simples humanos no podrían asesinar a un híbrido, sería mucho problema. Además, el olor a demonio que se impregnó aquel día en el aire no concordaba con esto. Tal vez era solo el inicio de la verdad.

Estaba sumida en mis propios pensamientos y posibles teorías, hasta que escuché la tosca tos de Ciel.

Sebastian: ¿Joven amo?

Su tos se volvía más y más fuerte, juraría que estaba quedándose sin voz, desgarrándose la garganta de tan fuerte que se oía.

—Ciel, ¿estás bien? -hablé bajo, acercándome un poco a él hasta posar mi mano delicadamente en su hombro izquierdo.

Después de una tos mucho más fuerte que las anteriores, el niño frente dándome la espalda, sostuvo su boca con sus manos, evitando vomitar, aunque no lo logró. Cayó de rodillas sin poder detener su vomito alertando a ambos demonios, uno preocupándose por su comida, y la otra por aquel a quien tanto aprecia, incluso ganó la atención de cierto pecoso revoltoso que pasaba cerca.

Michaelis lo tomó rápidamente en sus brazos y dejamos que el niño castaño nos guiara a la tienda médica.

Por fortuna, el doctor estaba presente, no habría que esperarlo o salir a buscarlo. Este le pidió con rapidez a 'Black' que pusiera a 'Smile' en la cama.

Después de revisarlo durante bastante tiempo, dió su diagnóstico final.

Doctor: Se trata de asma -dijo con firmeza.

—¿Asma? ¿Tú sabías sobre esto? -miré pidiendo una respuesta a Michaelis.

Michaelis: No. Lo conozco desde hace tres años, pero es la primera vez que veo estos síntomas.

Doctor: Es normal que después de tres años sin tener síntomas, haya creído que estaba curado. El enfriamiento y el estrés pudieron provocarle una violenta recaída -nos explicó.

Michaelis: Había estado resfriado antes, pero nunca había reaccionado de esta manera.

—Tal vez fue por el baño a la intemperie -dije con cuidado entrando a la conversación.

Un suave jadeo se escuchó de parte del niño enfermo, quien por fin había abierto -con mucha dificultad- los ojos.

Doctor: Miren, ya reacciona.

Después de unas cuantas explicaciones y recomendaciones más, el doctor nos envió a los tres no enfermos a nuestras tiendas.

⚫️⚫️⚫️⚫️⚫️⚫️⚫️⚫️⚫️⚫️⚫️⚫️⚫️⚫️

Narrador

Ya pasada la media noche, ambos demonios volvieron con sigilo a la enfermería, después de ser llamados por el conde.

Al llegar encontraron la divertida escena de Ciel siendo abrazado por el pecoso.

El niño extendió la mano hacia el mayor moviendo el dedo sobre la palma extendida del otro, quien había imitado su acción de levantar la mano. Parecía escribir algo de forma invisible, algo que solo el demonio a su servicio entendía.

Un poco después el mayordomo se levantó del suelo donde estaba hincado, y dando una última reverencia a su amo habló.

Sebastian: Descuide, no le diré a Lady Elizabeth que durmió con otra señorita.

—¡¿Eh?! -gritó involuntariamente en un pequeño susurro que pronto fue cubierto por la gran mano del endemoniado mayordomo.
Aún con la mano sobre su boca, caminó con ella hacia afuera de la tienda, donde por fin la liberó.

Sebastian: Uno de nosotros tiene que ir a Londres a investigar al colegio de heráldica; el otro irá a la oficina de heráldica en Edimburgo, Escocia.

—Iré a Londres -dijo antes pasar su antebrazo por la comisura de sus labios limpiándolos -Pusiste tu mano sobre mi boca, que asco -se quejó-

Sebastian: Vamos, ¿qué te molesta más: que mi mano estuviera sobre tu boca ó que el joven amo esté compartiendo cama con otra mujer que no eres tú? -mientras más hablaba más se acertaba a la boca de la chica.

—Cállate ya, eres insoportable.

Sorpresivamente el otro si cerró la boca, solo que no lo hizo por ella, sino por el ruido que escuchó.

Una larga guadaña de metal con la punta en forma de tijeras estuvo a punto de atravesar un costado de Sebastian.

William: ¿A dónde creen que van? No le dije que no le permitiría salir sin su amo.

—William -llamó su atención- En primer lugar Ciel no es mi amo; segundo, tú nunca me dijiste nada a mi, así que si quieres pelear con alguien, hazlo con él -apuntó con el pulgar a su insoportable -según ella- "compañero", para finalmente darse la vuelta hacia su destino: El colegio de heráldica en Londres.

⚫️⚫️⚫️⚫️⚫️⚫️⚫️⚫️⚫️⚫️⚫️⚫️⚫️

Era increíble como, a pesar de ser uno de los lugares con la más alta seguridad, descuiden siquiera por unos minutos una habitación.

Llevaba dos horas allí, observando los recorridos de los guardias. Entraban a la habitación, se quedaban 2 minutos, se iban, y no volvían hasta media hora después.

Ella entraba, tomaba un libro, lo ojeaba viendo si era el correcto, lo regresaba, seguía buscando.
Después de varios intentos de encontrar el libro correcto, llegó el indicado.

—¿Familia Kelvin? -con cuidado leyó cada parte de la hoja- No se presentan en público, se retrasa en impuestos, y la gente apenas sabe sobre ellos -leyó en voz baja- Tal vez alguien usurpó el emblema de la familia Kelvin.

Ya terminando de leer, cerró el libro y lo dejó en el mismo lugar donde lo encontró.
No había un reloj cerca, pero podría apostar su tercera vida que la media hora ya había pasado; en cualquier momento los guardias volverían.

Las calles estaban vacías, aunque no era algo sorprendente, pues pasaba de la dos de la mañana. Podía verse uno o dos transeúntes caminando, principalmente policías y algunos ebrios. Gracias a esto saltar de la ventana de un quinto piso sin que nadie te vea, no fue complicado.

—Es de noche, pero hay demasiado silencio.

Era cierto, pues ni siquiera las aves nocturnas o las fiestas de burgueses hacían presencia en ese momento.

Cansada de correr y saltar de aquí a allá, (t/n) prefiere caminar y tomarse su tiempo; si esto sale bien, mañana podrían volver a la mansión, tomar té y estar junto al fuego. De solo pensarlo su piel se eriza.

De un momento a otro por fin se escuchó algo. Unas latas cayeron casi una cuadra atrás, seguidas del chillido de un minino, y una penetrante mirada que la acechaba desde que salió del colegio de heráldica.

—Por todos los infiernos. Esto parece una novela de terror. ¿Acaso saldrá "Jack el destripador" a asesinarme? -caminó un poco más aprisa dejando el ruido atrás, pero sin perder la presencia que la seguía.

Harta de la situación -y un poco aterrada- paró de caminar para encarar a quien sea que la estaba siguiendo.

—¡Sé que estás ahí! -gritó- ¡¿Quién eres?! ¡¿Qué es lo que quieres?! -Como era de suponerse, nadie le contestó; sin embargo, un reflejo cuadrado y brillante se alcanzaba a ver al otro lado- Michaelis te juro que si eres tú, voy a matarte de formas que no imaginas -advirtió apuntando con el dedo índice hacia la presencia.

Dispuesta a averiguar de quién se trataba, dió un ligero paso hacia adelante notando cómo el otro se crispaba y daba un paso hacia atrás.

La persecución comenzó de inmediato, alcanzarlo estaba en sus planes, pero no lo logró, pues al girar en la esquina de una panadería, desapareció.

Estaba a punto de irse, resignada a haber fracasado; pero un pequeño brillo detrás de las cajas de la panadería llamó su atención.

Se trataba de un pequeño anillo de plata con una linda gema verde proporcionada de acuerdo al tamaño del anillo.

—-miró por donde se había ido el acosador- Entonces, ¿solo era un ladrón? -se inclinó a tomar el anillo, pero tan pronto lo tocó recibió una fuerte quemadura en los dedos y un horrible dolor de cabeza.

Dos niños estaban jugando en un patio elegante...

Ese anillo...

Una boda....

Muerte...

Las imágenes que azotaron su cabeza se fueron tan rápido como llegaron; siendo remplazadas por la misma melodía que escuchó cuando estaba con Beast.

—Por eso me es tan familiar -volvió a tomarlo, pero esta vez con un pañuelo- Es mi anillo.

💜🔥💜🔥💜🔥💜🔥💜🔥💜🔥💜🔥

Hey✨
Un poco tarde, ¿no?
¿Qué tal su fin de semana?
Siendo honesta el mío no ha ido nada bien; tengo demasiada tarea y mi autoestima no es la mejor en estos días.

🌸Pero aprovechando mis sentimientos de hoy, quiero decirles que nunca dejen que nadie los baje del pedestal donde deben de estar; ni tu familia, ni amigos, mucho menos tu pareja. Todos los cuerpos son hermosos a su manera y no hay por qué desprestigiarlos solo por algunos kilos de más o por cicatrices o lunares.  Tu raza, tú color, tus costumbres, tú identidad de género y tu sexualidad no son un motivo de burla, y no es algo por lo que debas sentirte avergonzad@.
Nunca creas que no vales lo suficiente, porque SI lo vales🌸

Pequeña nota: no recuerdo si en algún momento dicen cuál es el nombre del doctor que hace las prótesis para los actores. Si alguien lo recuerda díganme para arreglarlo, plis.

Disculpen las faltas de ortografía👀

GRACIAS POR LOS 38k
💕L@S AMO💕

Sin más por el momento...

Se despide~

🔥Haruka Black🔥

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top