Pov. (t/n)

Ciel: ¡¿Quién te dijo que te pasaras de listo?! -regañaba Ciel a Sebastian-

Sebastian: Discúlpeme, joven amo. He vivido mucho tiempo, pero nunca he hallado algo tan encantador como los gatos -con la mano en el pecho y una estúpida sonrisa en su cara horrenda.
Yo solo los seguí en silencio. Estoy muy segura de que si hablo será solo para burlarme del de negro.

Ciel: Lo que hiciste resultó excén...¡Achú!

—¿Lo ves? Tu presencia le causa malestar y alergia a Ciel, haha -Me costó bastante contenerme después de esto; si no pude burlarme en su cara de la mordida que la tigresa le dió, al menos puedo hacer esto.

Después de los repetidos estornudos, Ciel comenzó a alejarse de Michaelis a paso acelerado.

Entiendo que los gatos le causan alergias y que quiera alejarse del olor, pero lo que no entiendo por qué me tiene que llevar a rastras a mi, muestras tira de mi mano para llevarme a quién sabe dónde.

X: ¡Ahí está! ¡Aguarde un momento! ¡Hermano del abrigo!

De reojo ví como el presentador del circo, Joker, creo recordar, llamaba a Michaelis. Ahora fue mi turno de arrastrar a Ciel detrás de un puesto de baratijas.

Joker: Por favor, deja que nuestro huesero local te hecho un ojo -el pelirrojo le extendió su huesuda mano- Sígueme a las tiendas.

Antes de contestar nos buscó de reojo. Al encontrarnos detrás del puestecito, espero la aprobación de su amo, quien solo dió un pequeño asentimiento con la cabeza.

Michaelis: En ese caso, estoy en sus manos.

El niño y yo intercambiamos miradas.

—Al menos no es tan inútil como lo aparenta -digo en un susurro con burla-

Una vez se fueron, ambos salimos de nuestro escondite. Ciel fue el primero en hablar.

Ciel: Volvamos al carruaje; allá esperaremos a Sebastian.

—De acuerdo -noté que aún estábamos tomados de la mano, y sin pensar los colores se me subieron al rostro. Ciel lo notó.

Ciel: ¿Qué te pasa? ¿Estás bien? -se mostraba tan preocupado que solo hizo que mi sonrojo aumentara. Solo pude soltar su mano con rapidez.

—S-si, estoy bien. Anda, vámonos ya; no soporto estar aquí ni un minuto más.

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Pasaron alrededor de una hora y media hasta que Sebastian volvió con nosotros.

Durante el camino a la mansión, Michaelis nos contó -con muchos detalles a mi parecer- lo que vio en las tiendas, también respecto al sello de las prótesis de los actores, para culminar en lo más horrible de mi día.

Narrador

Sebastian: Me ofrecieron reclutarme para el circo, acepté con la condición de que pudiera llevar a dos personas conmigo. Usted y (t/n).

—¡¿Qué?!

Todos podrían jurar que el carruaje se sacudió violentamente con el grito de la fémina.

Ciel: (t/n) no grites.

—¡Ni piensen que voy a unirme al circo!.....Otra vez.

La mujer saltó casi de inmediato cuando el carruaje se detuvo frente a las puertas de la mansión.
Fue ella quien entró primero también.

Sin avisar un muchacho joven con apariencia hindú pasó velozmente a su lado, tumbándola en el proceso, esto para abrazar al más pequeño de la habitación.

X: ¡Ciel! Te extrañé tanto, ¡Llegas tarde!

Antes de poder levantarse una mano cubierta de vendajes estaba frente a su rostro. La mano pertenecía a un hombre, aparentemente mayor que el otro, con cabello blanco y sonrisa dulce. (t/n) aceptó el gesto para después devolverle la soberanía rosa al hombre, cuyo nombre desconocía.

Casi pareciera que el hombre le había leído la mente a la chica, porque en seguida se presentó.

X: Mi nombre es Agni,  mayordomo del príncipe Soma -Dio un asentimiento con la cabeza, para después señalar al otro moreno; quien se acercó a nosotros después de molestar a Ciel una última vez.

—Soy (t/n), es un placer conocerlos. ¿Por qué nunca me hablaste de estas personas tan simpáticas, Ciel?

Ciel: Porque no es importante. Ahora, ven conmigo.

Pov. (t/n)

—Oye ¿cuántas veces te lo tengo que decir?, no tienes que hablarme como si fuera un perro, no soy Mic..¡hey! -Sebastian me tomó de la mano y me jaló hasta lo que creo era la habitación de Ciel. Juro que puedo sentir la mirada llena de celos de Ciel mirándonos de reojo; se lo merece por obligarme a ir al maldito circo.

Ya una vez adentro Ciel se quitó el saco; Michaelis tomó una silla, la volteó hacia la pared, y me sentó ahí.

Ciel: Ahora, explícame por qué tengo que unirme al circo yo también.

—Yo tengo la misma pregunta -Levante la mano aún viendo a la pared y escuchando el ajetreo que traían los otros dos-

Ciel:Es suficiente con que tú seas el que se una. No viviré en una tienda ni de broma.

— -susurro- Niño rico y mimado.

Ciel: Te escuché.

Sebastian: ¿Está de acuerdo en que yo actúe por mi cuenta, sin seguir sus órdenes específicas, joven amo?

—Si yo fuera tú, no confiaría en el para nada. Además, necesitas un talento para unirte a un circo, y sin ofender, pero el único "talento" que tienes es dar órdenes, Ciel.

Sentir la fulminante mirada del Phantomhive en mi nuca, es una sensación bastante agradable, debo decir.

Michaelis: En ese caso, solo haga su mayor esfuerzo en la prueba de mañana; como su mayordomo, me ocuparé en apoyarlo en todo lo posible. También tú debes esforzarte mañana, (t/n).

—Ni pienses que voy a ir con ustedes. Me quedaré aquí en la mansión a tomar té, darme un baño, y también a pasear por el jardín; tal vez también me tome el tiempo de conocer al príncipe Soma y a Agni.

Ahora la mirada fulmina are era de parte de los dos.

Ciel: No hay otra opción, los TRES nos uniremos al circo -dijo, o más bien ordenó, remarcando el 'tres'.

—¡Por supuesto que no! ¡Me rehuso a ir al maldito circo!... otra vez.

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Hola a tod@s.
¿Cómo están el día/tarde/noche de hoy?
Por mi parte, había olvidado por completo que hoy era sábado; ya no sé ni en qué día vivo, AYUDA.

Bueno, el capítulo de esta semana salió un poquito más largo que los demás, y es que ahora me apegaré un poco más a la historia original (al manga específicamente); claro sin dejar de lado los momentos
románticos/atrevidos de (t/n) con algunos personajes.

👀Disculpen si hay alguna falta de ortografía👀

✨GRACIAS POR LOS 34K✨
💕L@S AMO💕

Sin más por el momento....

Se despide~

🔥Haruka Black🔥