La hora de la cena había sido más que silenciosa y un poco incómoda, dejando confundida a (T/N), y aunque quisiera preguntar lo que sucedía, no lo haría, pues aun no es momento de averiguar si lo que sospecha de su sentir es realidad o es solo producto de su imaginación. Si el conde quería contárselo, lo escucharía; pero si prefería ignorar el tema, ella no se metería en sus asuntos.

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A la mañana siguiente las cosas no cambiaron. El conde apenas le dirigía la mirada y unas cuantas palabras. Mentiría si digera que no le preocupaba el estado de su amigo, y también mentiría si digera no sentir una punzada en el pecho cada vez que el chico la ignora.

Ahora mismo ambos jóvenes -y el mayordomo- se encontraban dirigiéndose a la mansión del conde Trancy, quien anteriormente había enviado una carta a Phantomhive, pidiéndole ir a su hogar para discutir algunos asuntos, los cuales, jamás mencionó en dicha carta.

T/N: Podrías volver a explicarme, ¿por qué tengo que ir yo?.

Ciel: Ya te lo había dicho -luego murmuró- más de cinco veces.

T/N: Deja ya los balbuceos -ofendida- ¿no es una pérdida de tiempo que yo venga contigo? -suspira cruzándose de brazos- Preferiría haberme quedado en la mansión investigando el caso de la reina.

Ciel: -suspiro-  Olvídalo

La gran casa Trancy ya lograba verse a unos cuantos kilómetros de distancia.

Por otro lado, cierto mayordomo percibía un olor para nada agradable. Era otro demonio, o mejor otros demonios; y por desgracia, sabía de quién se trataba uno de ellos.

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Pobres sirvientes de aquella vivienda, sin descanso ni un momento para respirar; claro eso podría decirse si fuesen humanos.

Para el conde Trancy era más que enorgullecedor el tener tal servidumbre a sus pies; el hecho de tener a cinco demonios bajo sus órdenes era más que excitante.

Pero ahora eso era lo de menos, puesto que hoy tendría la gran dicha de tener a Ciel Phantomhive en su humilde hogar; por fin lo tendría en sus manos.

Alois: ¿Claude está todo listo para recibir al invitado?

Claude: Por supuesto, your highness

Pero bueno, era de esperarse que no todo sería perfecto, porque la "señorita" ama de llaves, Hanna, ya había arruinado la emoción de Trancy, por haber tropezado y arrojado la ensalada sobre la ropa del amo.

Alois: ¡¿Acaso era estúpida?!¡Mira lo que has hecho! -furioso se dirigió a su alcoba a cambiarse- ¡Claude, castígala! -retumbó el grito desde media escalera-

Con solo escuchar su nombre el mayordomo ya sabía qué hacer. Ya teniendo la mano alzada, listo para soltar una bofetada a la peli-morada.
Misma que fue salvada por el repentino toque de la puerta principal de aquella sombría mansión.

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Pov  T/N

No podría haber más pereza. Desearía poder haberme quedado con Finny, Meyrin y Bard, en la mansión.
Y encima ese asqueroso olor a demonio se hacía mucho más fuerte, ¿el conde Trancy también tiene un demonio?

Espera...

¿Uno?

Son demasiados olores juntos, deben de ser entre cuatro y cinco, sin contar a Michaelis.

Que asco...

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Las tareas ya han empezado a llover 😔
Pero no os preocupéis, ya tengo el siguiente capítulo adelantado, así que a más tardar mañana lo subo.

Sin más por el momento....

Se despide~

🔥Haruka Black🔥