Secretos
Los ojos azules cielo se posaron de nuevo en aquel hombre con el que su padre tuvo negocios vendiendo droga por años de nuevo ante él, había entrado como hacía ya una semana burlando la seguridad de su propia casa, entrecerró los ojos molesto sentado en el centro de la habitación en su sillón negro recargando su cabeza en uno de los brazos de este.
—Me alegra saber que tu bienvenida fue tan cálida como la anterior Gaara— Hidan se inclinó ante el en forma de burla— es un honor.
—¿No te quedó claro la primera vez? maldito saco de basura— Matsuri la mujer a su lado, su mano derecha se aproximó a protegerlo sacando sus pistolas y apuntando hacía el mayor— Gaara no hará ningún trato contigo, ni ahora ni nunca.
Hidan sonrió mirando a la mujer de pies a cabeza, vestida de traje negro como los demás Yakuzas, él se lo imaginaba a la perfección aquella mujer no tenía un cuerpo por el cual presumir debajo de esas ropas.
—Gaara te pido amablemente que saques a tu perro de aquí— dijo mientras hacía contacto visual con el chico evadiendo a la mujer frente a él— no responderé si le pasa algo, en realidad quisiera una conversación en privado.
—Adelante, atacame cuando quieras— Matsuri gruñó entre dientes— voy a destrozarte y deja....
—Matsuri es suficiente, retirate— Gaara la interrumpió con un tono de voz tranquilo.
—Pero... Gaara-sama...
Cuando Matsuri observó la mirada severa de Gaara ella no tuvo más elección que obedecer, caminó pasando de lado a Hidan a quién no dejó de ver con furia y cerró la puerta cuando salió.
—Vaya que perra más fiel tienes ahí— dijo Hidan mientras chiflaba mirando de reojo a la puerta— aunque está muy plana, no tomo en serio a las mujeres que no tienen... buenas curvas si sabes a lo que me refiero, en realidad creo que no lo sabes.
—¿Qué es lo que quieres está vez?— Gaara habló con un tono irritado hacia él—ya te lo dije no haré ningún tipo de trato contigo, largo de aquí.
—Vamos chico, abre tu mente a las posibilidades— la sonrisa de Hidan se amplió mientras sacaba algo de su bolsillo perteneciente a su costoso traje— al final de esta conversación llegaremos a un acuerdo te lo aseguro.
Hidan extendió un papel frente a él, una fotografía grande donde había un chico de cabellos negros, cejas grandes y ojos del mismo color vestido con un uniforme escolar.
Gaara se detuvo a mirarlo con detenimiento por unos segundos, no mostró ninguna reacción en su rostro aunque reconoció la persona en la fotografía, segundos después observó a Hidan con la misma expresión y permaneció callado esperando más habladuría del mayor.
—Qué expresión más insensible es la que tienes ahí— Hidan volteó la fotografía hacía él— lo reconoces, ¿no es así?
—Nunca lo he visto en mi vida.
—Es curioso, quizás todo este rollo de los Yakuzas te ha liado la memoria— tomó la fotografía y la deslizó por el suelo, está quedó justo a los pies de Gaara— permíteme refrescartela, Rock Lee, 17 años, bueno en la actualidad tiene 22 pero no entremos en detalles tan burdos, era tu amigo en la preparatoria... ah sí ese término de "amigo" es algo extraño ¿no lo crees?, siendo el hijo del jefe de la mafia no creo que te hayan dejado relacionarte mucho con las demás personas— Hidan observó con aburrimiento como la cara de Gaara empezaba a tensaron así como todo su cuerpo— no creo que tu padre haya estado de acuerdo, después de todo el próximo jefe de la mafia japonesa no necesita "amigos"
Gaara apretó los puños y los dientes con fuerza, debía calmarse no debía de caer en el juego sucio de Hidan.
—Tienes razón, mi padre me prohibió amigos, no lo he visto en cinco años, ¿qué con eso?— Gaara elevó su mirada arrogante haciéndole parecer a Hidan que no le importaba en lo más mínimo de lo que hablaba.
—¿Ah sí?— Hidan rio divertido hacía él— parece que compartes la misma historia con su familia, qué curioso, hace exactamente cinco años que él desapareció sin dejar rastro— Hidan arrugó la cara mostrando una preocupación falsa— que lástima que no estuvieras preocupado por él, ¿qué clase de amigo eres?
—Seguramente fue mi padre— Gaara se recargó en el respaldo de su sillón— no le gustaba dejar clavos sueltos.
Una risa de Hidan se convirtió en una carjada tocando la línea de la locura que lo caracterizaba siempre.
—¿Sabes?, pienso que el amor es lo más destructivo que puede existir, eso lo hace tan hermoso, tú mismo eres una prueba viviente de eso— su ojo izquierdo se abrió más que el derecho mostrando la misma locura que su risa— pero basta de tanta charla de lo que los dos sabemos a la perfección— el rostro de Hidan se transformó en una máscara de seriedad— desde ahora en adelante niño yo mando aquí, si yo digo que te arrodilles y lamas la suela de mi zapato lo harás antes de que les diga a los Yakuzas tu sucio secreto.
Gaara se levantó bruscamente de su asiento con ganas de abalanzarse hacía Hidan pero se quedó a una distancia considerable de él sólo amenazándolo.
—Seguro que a los Yakuzas les agradará saber que a su actual líder le gusta que se la metan por el culo— Hidan volvió a sonreír satisfecho— ¿o me equivoco y es al revés?, ¿disfrutas metiéndosela a un hombre en lugar de a cualquier mujer que el jefe de la mafia pueda conseguir?, honestamente me pareces del primer tipo niño, los más dominantes siempre son los menos agresivos en la vida diaria, tú por otro lado creo que disfrutas que te dominen completamente.
Gaara apretó más los puños y abrió sus ojos sin dirección alguna, estaba fuera de sí.
—Y lo más importante, seguramente a la familia de ese chico le enojará tanto saber que su hijo fue secuestrado por tí hace años y terminó encerrado probablemente en algún tipo sótano donde solo tú tienes acceso, utilizado como muñeca sexual siempre que a ti se te antoje liberarte del estrés de la vida diaria de los mafiosos— el aburrimiento apareció de nuevo en el rostro de Hidan.
—¿Cómo...cómo es que tú...sabes?— Gaara escupía cada palabra con más odio que la anterior, Hidan rio divertido.
—Tengo está cuidad en mis manos, nada pasa aquí sin que yo me entere— entrecerró los ojos hacía él— que al hijo de la mafia japonesa se le prohibiera una amistad algo extraña a comparación de las demás llama mucho la atención, que ese mismo hijo tuviera dinero suficiente para mandar a secuestrar a su amigo especial...ah por qué no podías huir, ¿no es así?— Hidan vió de nuevo el rostro de Gaara tensado más de lo que estaba— no podías huir con él por qué tu padre te buscaría en los lugares más recónditos del mundo sólo para traer a su preciado heredero y matar al que se atrevió a llevárselo con él... tu "amigo" o debo decir tu amante... seguro pensaste en dejarlo, pero te obsesionó, ¿no es así?, siempre habías tenido lo que querías... pero se te negó lo único por lo que matarías y morirías mil veces— Hidan volvió a reír viendo la expresión de la furia hacía el de Gaara, le causaba placer aquellas miradas, aquellos deseos de la gente de matarlo— si yo revelo todo esto perderias de inmediato el respeto de los Yakuzas, e irías a prisión de inmediato por el secuestro de un adolescente menor de edad, claro está en el momento en que lo hiciste, y lo más importante te separarían de lo que más quieres en esta vida...
Gaara bajó la mirada perdido totalmente, su expresión de furia se convirtió en una de preocupación por las últimas palabras de Hidan, por el mayor miedo que sentía, estar separado de Lee, el chico que había amado y correspondido sus sentimientos desde que se conocieron.
—¿Qué es lo que quieres a cambio de tu silencio Hidan?— mencionó rendido ante el chantaje.
Hidan cerró los ojos complacido, siempre tenía lo que quería sin importar el modo, él siempre lo conseguía.
—Ahora tus Yakuzas están bajo mis órdenes— Hidan le dió la espalda al chico que miraba hacía el suelo abatido, destrozado— espera mi llamada, fue un verdadero placer hacer negocios contigo Gaara.
Salió por la puerta sonriendo satisfecho, Matsuri entró rápidamente y se sorprendió a ver la expresión de Gaara.
—¿Gaara-sama?, ¿qué sucedió?
—Largo de aquí, quiero estar solo Matsuri— le ordenó severamente.
Matsuri tembló de miedo y se retiró.
Cuando se encontró solo Gaara se dirigió a una puerta detrás del sillón, colocó la clave que sólo él conocía dándole acceso y cerrando la puerta rápidamente.
Bajó por las escaleras casi con desesperación.
Tenía que estar seguro de que él no se había ido, que su mayor miedo no había cumplido aún.
Abrió otra puerta con un código diferente y abrió los ojos en cuanto lo vio.
Rock Lee se encontraba sentado en su cama leyendo un libro, subió la mirada sorprendido encontrándose con la de Gaara.
—Gaara...
El pelirrojo corrió y se recargó en su pecho, Lee lo abrazó sintió como temblaba.
—Fue un mal día, ¿verdad?— el pelinegro sonrió— siento que sea así, ojalá y pudiera hacer algo para que nuestra historia empezará de nuevo.
Gaara se separó de él rápidamente y después lo besó, después del beso Lee lo abrazó.
—¡No te vayas nunca!... ¡No te vayas nunca de mi lado Lee!
Lee se sonrojó ante la petición de Gaara, lo tomó de los hombros separandolo.
—No lo haré, te lo prometo— le sonrió alegremente y después bajó hacía la bragueta del chico— ahora déjame quitarte toda esa tensión, ¿quieres?
Gaara gimió cuando sintió la cálidez de la boca de Lee sobre su miembro masculino.
Ok jaja sé que no soy la única loca que shippea a Lee con Gaara jajaja ayer navegue en internet dándome cuenta que no lo era jajaja, bueno en fin en la primera vez que escribo Yaoi, en fin déjenme un comentario si les gustó lo maldito que es Hidan jaja para fines de esta historia así es aunque en el anime no se queda atrás de la realidad, debió de salir más mi Hidanbebé que contarán mas de su historia T-T en fin, espero que les haya gustado si no tengan la libertad de decirmelo, nos leemos en el siguiente capítulo:3 cuídense mucho tengan un hermoso día:D
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