Perder

—Wow esto si es mucho que procesar.

Lee se quedó estático de lo que acababa de escuchar de la mujer castaña frente a él llamada Tenten.

—Pero... tú... él te entrenó toda tu vida, eres prácticamente su mano derecha... ¿por qué debería confiar en ti?

Lee frunció el ceño, sentado frente a ella en la mesa de madera de la cocina del departamento de la chica.

Tenten bajó la mirada al responder.

—Porque de haber sido fiel a él en estos momentos... ya estarías muerto...

—La policía no es una opción... —dijo afirmando aquello.

—Escucha por el momento esto es lo que tengo, contigo puedo voltear su juego y hacer que lo atrapen sin que más muertes se vean involucradas, la policía no es una opción, complicarán todo —Tenten apretó las manos en forma de puño decidida— el jefe de la mafia tiene que saber que estás a salvo ahora, tengo que llegar a él dime como.

—Gaara no escuchará... no a una desconocida... no ahora que me he ido —Lee volvió a bajar la mirada desanimado— iba a ir a la policía, iba a decirles que planee mi propio secuestro hace años, que en realidad estaba en el extranjero y que ahora regresé para arreglar las cosas, no quería que Gaara se viera involucrado, sabía que la noticia acerca de mi se expanderia y llegaría a él, así tendría la oportunidad de salir de ese chantaje en el que está con ese sujeto... si llego a regresar con Gaara seguramente se pondrá paranoico y me volverá a encerrar...

Los dos se quedaron callados, Tenten trataba de pensar en muchas cosas a la vez, una de ellas y la principal en su cabeza era Neji.

Miró si reloj, casi era noche y llegaría a casa pronto de la oficina, ella debía de estar ahí para recibirlo.

—Bien por el momento puedes quedarte aquí —ella se levantó y tomó sus cosas para irse— el refrigerador y la alacena estan llenos toma lo que quieras para comer y lo necesario para estar aquí, pensaré en algo.

—No eres una mala persona.

Tenten se detuvo al escuchar a Lee hablar mientras él le sonreía a sus espaldas.

—Él te dio una vida para sobrevivir en este mundo en el que no tuviste suerte al principio... pero no significa que sigas por el mismo camino que él... no le debes nada —Lee bajó la mirada— existen las segundas oportunidades para hacer las cosas bien, creo que esta es una de ellas.

—No merezco segundas oportunidades... no puedo tomarlas... mis manos ya están manchadas de sangre.

Tenten salió de su departamento limpiándose las lágrimas, se dirigió al departamento de Neji.

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—Tú nunca olvidas nada.

Neji levantó la mirada interrogante hacia su compañera Kurotsuchi quien se encontraba recargada en la puerta de su oficina.

—Incluso si lo olvidas te acuerdas al momento, es parte de tu sistema de organización por las cosas.

—¿A qué viene eso? —Neji interrogó molesto mientras se levantaba y preparaba todo para irse, se le había ido el tiempo revisando informes.

—¿Qué tanto sabes de ella?

—¿De quién hablas?

—Tu nueva novia, ¿qué tanto sabes de ella? —Kurotsuchi frunció el ceño— lo mismo que yo, ¿podemos apostar?

Neji frunció el ceño enojado, kurotsuchi habló antes de que él contestara.

—Famosa pianista en ese bar, sin contactos con el mundo solo tú, ¿por qué entre todos tú?, la mano derecha de Tsunade que luego se convertiría en el jefe de la policía.

—No es tu asunto mis relaciones personales, abstente a ese tipo de comentarios.

Paso de largo a la chica dispuesto a irse, eran los únicos en el edificio a esas horas de la noche todos se encontraban ya en casa.

—Quizás debas mirar con atención los pequeños detalles.

La voz de kurotsuchi se mostró ahora preocupada.

—Tus llaves... siempre las guardas en tu bolsillo derecho y después tomas todo lo demás... siempre es lo primero que tomas de todo.

Neji decidió ignorarla saliendo del edificio, entro a su carro y se dirigió a su departamento, al bajar del automovil sacó sus llaves y las miró por unos segundos.

Recordaba a la perfección como aquella mañana había tomado sus llaves de la mesa de la cocina justo antes de tomar su maletín, y sólo después Tenten le dio un beso de despedida.

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A media noche Lee se despertó con el ruido de la puerta del departamento cerrarse.

Primero pensó en Tenten y después algo no cuadró cuando ella no dijo que regresaría esa misma noche.

No, ella no lo haría ya que si lo que le había contado era cierto se encontraba en el departamento de aquel policía con el que sostenía una relación.

Se levantó rápidamente viendo por el pequeño espacio de la puerta del dormitorio, esa silueta que lo hizo alarmarse no era la de una mujer, maldijo de inmediato dirigiéndose a la cama y la arregló con rapidez evitando se que viera que alguien había dormido ahí en horas anteriores, después abrió el closet de manera silenciosa y se metió en él.

Fueron escasos minutos en los que Rock Lee agradeció estar en el closet en el precioso momento en la puerta de la habitación se abría por completo, observó entre las aperturas pequeñas de madera de las puertas del closet a un hombre de cabellos grises dirigiendose a la cama sentándose en ella tomó una de las almohadas acercándola a su rostro.

Lee se asqueó de inmediato al ver a un hombre tan obsesionado con alguien que venía a un departamento a solas solo para tocar sus pertenencias.

Hidan se levantó e inspeccionó el tocador de Tenten, tomó entre sus manos uno los perfumes costosos que ella había comprado, después lo dejó en el tocador de nuevo, deslizando los dedos en la madera fría del mueble cerró los ojos imaginandose a Tenten sentada frente al espejo arreglándose por horas.

Recorrer el apartamento de la castaña era lo único que lo hacía sentir bien en aquellos meses que ella había pasado en brazos de otro hombre, al que juró que mataría cuando todo su plan terminara, él sabía que ella desataría su furia al ver que él no había cumplido con su parte del trato al dejar vivo a ese policía, lo odiaría pero su odio sería efímero comparado con tenerla como su pertenencia más preciada, sólo para él.

Tenía planes para ella, al hacerla suya por primera vez después de que su plan diera resultado planeaba limpiar cada rastro de su cuerpo del hombre que estaba en sus brazos en ese momento.

Recordar aquello le hizo sentir una furia incontrolable.

Hidan se aproximó al closet para ver por si mismo ese vestido morado que le había regalado a Tenten, tocarlo como cada noche cuando iba ahí, tranquilizar sus celos y ansiedad, admirar y recordar verla vestida de esa manera, sólo para él.

Cuando abrió el closet Lee empujó con todas sus fuerzas derribandolo al suelo tapando su rostro con una prenda de Tenten, acto seguido Lee corrió lo más rápido que pudo para salir del departamento, su vida dependía de eso.

Antes de llegar a la puerta escuchó el ruido de un disparo y sintió un ardor en su pantorrilla izquierda, el dolor se incrementó haciéndole caer quejándose de dolor, miró a Hidan quien sostenía la pistola hacia él todavía con una expresión de furia.

Y después Lee lo vio sonreír, pudo asegurar que aquella sonrisa le pertenecía al diablo en persona.

—Vaya parece que mi gatita decidió jugar con un pequeño ratón antes de devorarlo —rio divertido— lástima para ella que apartir de ahora se acabaron los juegos.

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