Luz

Llegó a su oficina temprano como siempre lo hacía, tal y como lo había prometido naruto, el expediente que pidió se encontraba arriba de su escritorio, se aproximó a sentarse mientras ojeaba la carpeta

"Tashiba Karuto, 40 años, llevado preso por fraude y lavado de dinero..."

Observó la foto y leyó el domicilio, esa era su primera tarea ir por el sospechoso, antes ya había encontrado personas que contrataban a esa organización para vengarse de alguien y cometer un crimen, pero nunca había dado con ellas, desaparecían en cuanto el crimen era cometido, eh incluso se encontró algunas que negaban haber sido causantes crimen. Nada era demasiado cómo para ser una fuente de información confiable.

-Buenos días Neji- saludó su compañera Kurotsuchi quién ponia un un vaso desechable de café frente a él- una de crema y sin azúcar.

Dijo con una sonrisa mientras se sentó en su propio escritorio frente al de él.

-Buenos días- dijo sin voltear a verla, y seguía leyendo el expediente del sospechoso.

-¿Alguna novedad de los chicos malos?-pregunto la chica con una ligera sonrisa mientras le daba un trago a su propio café.

-No, lo mismo que hace unas semanas, diferente modo de operar-mencionó seriamente dejándo los papeles en el escritorio y mirando el café que le había traído su compañera- ¿De la anciana kane?

-Tu favorito- se inclinó a él con una sonrisa apoyándose en el escritorio-puedes devolverme el favor después no te preocupes, necesitas estar despierto si lo que quieres es atrapar a los malos.

-Gracias- Neji dió un sorbo y siguió leyendo papeles.

Kurotsuchi lo miró detenidamente y sus mejillas se encendieron ligeramente.

-En realidad puedes regresarme el favor con una...

-¡Buenos días a todos!- el grito entusiasmado de Naruto la interrumpió, inmediatamente cerró los puños y apretó los dientes.

-Deja de gritar tan temprano Naruto- se paró de su asiento regañando al rubio que entraba a la oficina policial.

-Pero si tú también lo hiciste ahorita- Naruto rodó los ojos hacía un lado haciendo un puchero mientras ponía sus dos manos detrás de su cabeza-pff yo también quería café tomaré del tuyo

Y antes de que pudiera la chica de ojos negros objetar el rubio ya había bebido de su café.

Kurotsuchi suspiró rendida no había nada que hiciera cambiar la actitud irritante de Naruto por las mañanas, pero lo maldijo mentalmente por meterse en el momento preciso en que quería invitar a Neji a salir, y se necesitaba mucho valor para eso, el chico la dejaba sin palabras cuando quería y sin darse cuenta.

-¿Neji trabajando ya tan temprano?- cuestionó el chico- por suerte tu cuñado favorito tiene la solución perfecta para relajarte de tanto estrés por trabajo.

Naruto sonrió ampliamente mientras sacaba de sus bolsillos un folleto poniéndolo inmediatamente en frente al Hyuga.

- Conseguí 4 reservaciones para cenar a las 9 de esta noche y Hinata quiere que vengas con nosotros y que invites a alguien, no hay un no como respuesta.

La pelinegra miró el folleto y abrió los ojos sorprendida.

-¡Oh por dios! ¿Es Akatsuki bar?, ¿dónde toca Ama?- lo tomó rápidamente viendo el interior del restaurante- ¿cómo conseguiste esto Naruto?

-El padre de Hinata se los regaló en su cumpleaños- le quitó el folleto a Kurotsuchi de sus manos- y si Amma toca ahí.

-Sus interpretaciones son hermosas- los ojos de la chica se iluminaron a lo que Neji notó su admiración por lo sea que fuera o quién fuera Amma.

- Pasaré por ti a las 8:30 y quedará saldado mi agradecimiento por las veces que me traes café- mencionó mientras se levantaba llevando consigo la carpeta con la información del sospechoso- me tengo que ir.

Sin más salió por la puerta de la oficina dejando a Kurotsuchi con la expresión de sorpresa y las mejillas totalmente sonrojadas.

Neji Hyuga la había invitado a salir sin tomarse muchas molestias.
Era como un sueño.

-Vaya que lo conseguiste al fin- Naruto la golpeó con un hombro de forma santurrona- y todo gracias a mí, si se acuestan tendrás que traerme café todos los días durante el resto de tu vida, hasta donas y comprarme ramen instantáneo para la comida.

-¡Tú !- Kurotsuchi volteó a verlo impactada sin dejar de sonrojarse- lo hiciste a propósito, ¿no es así?

-Babeas todos los días por ese cubo de hielo, en serio no sé qué le ves- haciendo un puchero - en fin, está muy metido en su trabajo Hinata está preocupada por él, así que el gran Naruto decidió ir en su rescate.

-Te traeré cupones ramen apartir de mañana, no eres tan tonto como te ves ¿sabes?- sonrió a medias la chica mientras revolvió la cabellera rubia de su compañero

- Claro que no... espera ¿como que me veo?, Ja soy más inteligente que muchos hombres que jamás conocerás, soy el gran Naruto Uzumaki.

La chica río, en su interior se moría de ganas por qué el día transcurriera rápido hasta que llegara la noche y salir al fin con Neji.

Tocó el timbre del departamento y esperó.

Nada.

Ninguna respuesta.

Lo fastidió, siempre era lo mismo el sospechoso desaparecía sin dejar rastro.

Una señora mayor de edad salió de una de las puertas con una bolsa grande de basura.

-Hola Jóven- la señora le dedicó una sonrisa- no hay nadie ahí hace semanas que está vacío, el señor Tashiba no se encuentra.

-Tiene idea de dónde puedo encontrarlo, es importante- dijo mostrando su placa policial sin ninguna expresión en su rostro.

-Sabia que tarde o temprano vendría la policía, soy la casera, hace semanas que no le veo.

- Alguna actividad sospechosa que me pueda comentar.

- Cuando salió de la cárcel se volvió menos sociable- la señora de cabellos negros canosos suspiró- no me maliterprete, era un buen chico saludaba a todos y era muy atento, pero cuando fue despedido de su compañía e inculpado todo mundo sabiamos que era inocente pero no sé pudo comprobar lo contrario, una desgracia de verdad.

-¿Mencionó a donde iba?- interrogó el Hyuga seriamente.

- No realmente, ahora que me lo pregunta hubo una persona que vino a buscarlo.

- ¿Podría describirla?

- En realidad era una mujer, un poco más baja que usted, su cabello era azul y llegaba a su cadera aunque pensándolo bien parecía una peluca y tenía lentes oscuros no alcance a verla mucho ya que entró al departamento rápidamente al ser invitada por el señor Tashiba parecía ya estar esperándola, en realidad no le presté atención tenía puesto un vestido negro muy pegado al cuerpo, el señor Tashiba había vuelto muy raro de la cárcel llegué a pensar seguramente era una prostituta.

- ¿Tienen cámaras de seguridad aquí?- mencionó Neji.

- Lamento decirte que no, pero puedo abrir el departamento si lo que quieres es investigar estaré encantada de cooperar con un policía tan guapo como tú.

-Se lo agradezco- Neji se inclinó dándole la gracias mientras la señora abría la puerta del departamento.

-Hazme saber si necesitas algo más- dejando a Neji solo siguió si camino.

La oscuridad reinaba en la habitación, el Hyuga sacó de su bolsillo un cigarrillo y lo prendió.

Fumaba pero no era un vicio, sólo lo hacia cuando se sentía realmente estresado, como justo en ese momento.

Las cortinas se encontraban entreabiertas así que algo de la luz del día entraba a la habitación, para Neji fue suficiente para ponerse a observar el lugar sin mover nada.

Todo era un desastre, platos sucios y basura por todos lados, latas de cerveza muchas latas de cerveza por toda la sala.

Observó detenidamente la mesa de la sala habían recibos, gas, luz y un estado de cuenta con números rojos.

La televisión frente al sofá se encontraba rota, parecía que alguien había aventado algo para darle en la parte izquierda superior.

Se dirigió a la pequeña cocina la cual se encontraba en el mismo estado de suciedad.

Nada interesante que Neji pudiera deducir de eso, sólo un hombre devastado en su soledad.

"Patético" pensó Neji.

Y entonces después de patear una lata de cerveza de muchas que había en el suelo vió el bote de basura y encontró lo que buscaba agachándose para agarrarlo.

Una tarjeta negra con un signo de pesos y una cantidad de dinero alta.

$200,000 dólares.

Terminó su cigarrillo y lo apagó aplastandolo en la misma tarjeta mientras la tiraba a la basura de nuevo apretando los dientes se enderezó asqueado.

Ese era el precio por completar una venganza.

Sólo eran números en un papel para una persona que haría todo por conseguir cualquier cantidad con tal de hacer pagar a alguien por algún pecado.

Y alguien se aprovechaba de esa desesperación y hacia negocio con ella.

Apretó los puños, frunció el ceño, salió del departamento y regresó al lugar del crimen para luego terminar con el papeleo del caso.

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