Compañía
No podría respirar de la emoción, cuidó cada detalle de ella esa noche, le tomo más de 3 horas estar lista, el maquillaje resaltaba sus ojos negros y se cabello negro y corto estaba ligeramente alborotado aproposito, una sonrisa de seguridad se reflejó en el espejo.
Su vestido rojo resaltaba todo su cuerpo, el escote se abría en V y el largo de este le llegaba a los tobillos.
Al fin lo había conseguido, saldría con Neji Hyuga.
Desde que lo había conocido sus ojos de perla la habían hipnotizado totalmente, fue fijándose en sus gustos, gestos y acciones detenidamente, lo conocia casi todo de él.
-Vaya y pensar que de niña te gustaba vestirte como hombre- una voz rompió con el silencio en su emoción.
Giró asustada pero su cerebro proceso al propietario de esa voz.
-¿Cómo entraste?, toca la puerta como una persona normal ¿quieres?- respondió molesta hacia el chico que se encontraba enfrente de su cama con una mirada pícara.
-Ahí es donde te equivocas mi Kuro-chan, no soy una persona normal y lo sabes, yo soy alguien que no existe- respondió Deidara mientras se sentaba en el borde de su cama sin dejar de observarla en el reflejo del espejo.
- No me llames así ya no soy una niña, ¿Qué haces aquí Deidara?, está vez no tengo tiempo para tus niñerias - la chica frunció su ceño mientras cerraba los ojos y se ponía sus aretes.
- Te ves ocupada, no quise interrumpir, ¿una cita acaso?
- Si, pero no es nada que te importe- se levantó y se dirigió a su closet y rebuscó entre el.
- Es aquel policía, ¿no?- el rubio mencionó con cierto tono irritante.
-Asi es, nada arruinara esta noche, ni siquiera tú- se colocó un saco negro y salio de la habitación, Deidara suspiró molesto y la siguió.
- ¿Qué harías si se entera de tu relación con un asesino como yo?, ¿eso no arruinaría el encanto de su pequeño amorío?
Kurotsuchi se detuvo en la sala de estar a unos metros del recibidor y lo encaró molesta.
- ¿Qué necesitas esta vez Deidara?- preguntó cruzando miradas con el chico.
- Acceso a los archivos de los Yakuza, los tienen identificados, ¿no?- una mano rasco su cabellera apenado- necesito conocer algunos nombres para el trabajo de esta noche.
- Mi computadora está sobre en el sofá, conoces la contraseña- habló con tono desinteresado.
Kurotsuchi no se dio cuenta en que momento Deidara se acercó a ella, era más alto que ella, siempre lo había sido desde que eran pequeños.
Ella lo vió de pies a cabeza, elegante, el traje azul oscuro casi confundido con el color negro le quedaba a la perfección y su camisa roja con una corbata gris pálido por debajo era la combinación perfecta para resaltar su cabello rubio largo combinado sus ojos azules como el cielo.
Centímetros los separaba, fue cuando la chica cruzó su mirada con él, su lado izquierdo como siempre estaba cubierto con una mecha de su pelo rubio el ojo derecho la miraba atentamente, se quedaron unos minutos sosteniendo la mirada hasta que él la desvío sonriendo de lado.
-Escucharlo de alguien que no existe será mejor que si no lo escuchas esta noche de él- hizo una pausa y la miró de nuevo- Estás hermosa.
Kurotsuchi se sonrojó ligeramente abriendo los ojos sorprendida.
El timbre sonó haciéndole romper el cruce de miradas mirando a la puerta.
-Neji...- mencionó casi como un susurro y miró de nuevo al frente suyo esperando encontrar al rubio sin embargo no lo hizo, se había desvanecido como si nunca hubiera estado frente a ella.
Frunció el ceño, odiaba cuando él hacía eso, nisiquiera se despedía de ella ni una sola vez.
El timbre volvió a sonar y ella dio un respingo dirigiéndose rápidamente a abrir la puerta y se encontró con el Hyuga con un traje negro y mirada neutra.
-¿Lista?- le preguntó rápidamente.
Ella sonrió asintiendo.
-Te ves muy bien- mencionó Neji.
-Gracias- maldijo a Deidara mentalmente, él tenía razón, pero eso no importaba, Neji le había dicho a su manera que se veía hermosa y con eso bastaba.
- Gracias a tí por invitarme- sonrió tímidamente- iré por mi bolso.
Se metió rápidamente al recibidor y tomó su bolso y antes de salir por la puerta miró hacía la estancia inconscientemente, no miro más su maletín con la computadora.
Era como si el rubio no hubiera estado ahí nunca.
"Yo soy alguien que no existe..." recordó las palabras de Deidara en su mente.
La culpa que cargaba hace años la invadió.
-¿Sucede algo?- cuestionó el Hyuga al llamarle la atención de lo distraída que se veía su compañera.
-No es nada- apagó las luces y cerró la puerta tras ella - tú también te ves bien por cierto
-Gracias- respondió mientras le abrirá la puerta del copiloto, al entrar ella la cerró rápidamente y conducieron hacia el restaurante bar dónde cenarían con Naruto y Hinata.
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