Recuerdo exactamente lo que me dijiste en esa llamada:

—Cariño, ¿Por qué lloras? Seca esas lágrimas y sonríe, la vida sigue, no desperdicies tus lágrimas llorando por alguien como yo, llora cuando el mundo esté por desaparecer, no cuando alguien deja este mundo.

—¿Cómo podría no llorar? Tú eres mi mundo, joder, te estás llendo, mi mundo está desapareciendo, sin ti, sin tu apoyo no puedo ser nada, por favor, haz un poco de esfuerzo no puedes morir ahora.

—Cariño, ya tomé una decisión, no quiero seguir sufriendo y pasar otra vez por todas esas humillaciones, sé feliz, y recuerda siempre a tu Rosa Blanca.

¿En serio piensas que te olvidaría? Lloro toda las noches por ti, las únicas fotografías que tenemos juntos están empapadas de lágrimas, mi almohada es testigo de cuántas noches lloré al recordar tu voz.

Mi registro de sueños está lleno de pesadillas, nunca pensé que sería posible tener las mismas pesadillas todas las noches.

Los recuerdos contigo a cada segundo vuelven a mi mente, no puedo dejar de llorar luego de saber que poco a poco te vas volviendo más débil.

Quisiera ir a verte, abrazarte y no soltarte jamás, mantenerte a salvo de cualquier peligro y vivir felices por siempre, pero el “Y vivieron felices por siempre” solo existe en los cuentos de hadas, en la vida real las cosas no terminan así, siempre alguien sufre al final, en nuestra historia yo seré la que llorará por tí.

Todas las noches espero tu llamada y lloro al escuchar tu voz cada vez más apagada, ¿Esto es real?, quiero creer que esto solo es un mal sueño y que dentro de unos minutos despertaré; sin embargo, luego de intentarlo tantas veces me doy cuenta que es real y no hay nada que yo pueda hacer para cambiar tu destino.

Desearía estar en tu lugar, ser yo la que esté por morir y no tú, pero sé que si eso sucediera, los papeles solo se cambiarían y ahora tú llorarías por mí pidiéndome que no muera, también sé que no podrías soportarlo y ambos terminaríamos en el mismo lugar, en el cielo.

Desearía haberme dado cuenta a tiempo de lo mucho que sufrías.

Desearía estar a tu lado ahora.

Pero ya de nada sirve arrepentirse y desear tanto algo, porque es muy tarde y no se puede retroceder el tiempo.

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