79. Kimi
Nada cambió. Aunque me supe controlar no me devolvió mis espadas.
Diasuke: Dame la espada del abuelo. La voy a llevar al lugar al que pertenece.-no dejé que contestase. Cogí la katana y la llevé a la tumba del abuelo.-Te la devuelvo abuelo. No tiene sentido tener algo cuando sabes que nunca vas a usarlo. Mamá también me pidió que dejase esto aquí.-dejé el molinillo, me quedé unos minutos y me marché.
Zoro: ¿Dónde la has dejado?
Diasuke: Hola Diasuke. ¿Qué tal?-dije en tono burlesco.-No, eso jamás lo has dicho desde hace nueve años.-le empujé para apartarlo y me fui a dormir.
A la mañana siguiente
Diasuke: ¡AAAAHHH!-grité al verme en el espejo.
No puede ser. No puede ser. Mis ojos se han vuelto negros. Pero si no he sentido su presencia en todo este tiempo.
Subconsciente: ¿Seguro?-habló con mis labios.
¿Qué? Eso nunca ha pasado.
Diasuke: ¡Sal de mi cabeza!
Subconsciente: Sabes que eso ya no es posible.
Diasuke: Sí que puedes. Si me controlo...
Subconsciente: Solo conseguirás que me ría y finja haber desaparecido.
Diasuke: ¡Vuelve aquí!-ya se había marchado.
Caí de rodillas. Si era verdad, jamás me iba a librar de él...¡jamás seré un espadachín! Si me ponía las gafas me echarían la broca. Estuve todo el desayuno con la cabeza agachada.
Kuina: ¿Estás bien ni-chan?
Diasuke: Sí. ¿Por qué lo preguntas?
Nami: No lo parece.-se puso a mi altura y me vio los ojos.-¿Pero qué?
Diasuke: No es nada.-bajé un poco más las gafas.-Con permiso.-me intenté levantar pero papá me lo impidió.-¿Qué me vas a decir? Porque si es el tema de las katanas ya me lo imaginaba.
No contestó.
Diasuke: Lo suponía.-me situé delante de la puerta.-Que sepas que estoy así por eso. Tu desconfianza ha provocado todo esto.
Zoro: Yo...
Diasuke. Cuando tengáis el valor de estar conmigo sin tener miedo a que mi doble personalidad salga, venid a hablar conmigo. Hasta ese día, creo que estaré solo.-me fui.
Y así fue, nadie hablaba conmigo. Solo fingían como habían hecho durante toda mi vida. Había salido a dar una vuelta por Cocoyashi y de paso fui a visitar el Sunny. El mini Merry seguía fuera. No lo habían recogido todavía. No había estado mal salir solo a Shimotuki, pero sé que si lo vuelvo a hacer estaré castigado de por vida.
De vuelta a casa me choqué con una chica de mi edad.
Diasuke: Que daño.
??: Mi cabeza.
Diasuke: L-lo siento mucho.-la ayudé a levantarse.
??: No pasa nada.-me sonríe. Tenía el cabello largo. Era castaña y de ojos verdes.-¿Cómo te llamas?
Diasuke: Soy Diasuke. ¿Y tú...?
??: ¡Kimi!
Kimi: Hanami.
Diasuke: Así que Kimi. Un placer conocerte.
Hanami: ¡Pero si tú eres Roronoa Diasuke!-tuvo que decir mi apellido.
Kimi: ¿Roronoa?
Diasuke: Sí, es mi apellido.
Kimi: Tus padres son increíbles.
Diasuke: ¿Te apetecería ver el Sunny? Tengo que guardar un par de cosas.
¡¿Qué?!¿Por qué le dije eso?
Kimi: V-vale.
Llegamos al Sunny y Kimi se quedó boquiabierta.
??: ¡Kimi!
Kimi: ¡Kenshi!
Diasuke: ¿Kenshi?
Kenshi: No te vayas sin avi...-me mira. Lo reconocí. Era mi mejor amigo Kenshi.-¡Diasuke!
Diasuke: ¡Kenshi! ¿Qué haces aquí?
Kenshi: Bueno...nos hemos mudado aquí. Mi padre murió y la isla gyogin le trae demasiados recuerdos a mi madre. Como tu vivías aquí, le propuse mudarnos y aceptó.
Diasuke: Ya entiendo.
Kimi: ¿Él es el Diasuke del que tanto me has hablado?
Kenshi: Sí.
Diasuke: ¿Es tu hermana?
Kenshi: Sí, somos mellizos.
Diasuke: Por eso no me sonaba de nada.
Kenshi: ¿Qué les pasó a tus ojos?
Diasuke: Nada importante. ¿Vienes?
Kenshi: Sí.
Con Kenshi y Kimi me sentía a gusto. No sabían nada de mi doble personalidad. Me trataban con naturalidad. Pero, no sé porque cada vez que veía a Kimi mi estómago hacía cosas raras. Cada vez que sonreía me sonrojaba. ¿Pero qué me pasa?
Kenshi: Venga Diasuke. Cuéntamelo.
Diasuke: No quiero hablar de ello Kenshi.
Kimi: Créeme Diasuke. Cuando Kenshi quiere saber algo, no se rinde por nada del mundo.
Diasuke: Lo que pasa es que tengo miedo a perderos.-confesé.
Kenshi: ¿Por qué nos ibas a perder?
Diasuke: Padezco una doble personalidad. Mi padre ya no entrena conmigo porque tiene miedo de que no me sepa controlar.
Kenshi: Pero también sabes pelear con los puños y pies.
Diasuke: Mis tíos también temen al igual que mi padre y ya no entrenan conmigo.
Kenshi: ¿Y qué más da que tengas una doble personalidad? Tú eres Roronoa Diasuke. No te vas a dejar controlar por otra identidad.
Diasuke: No estoy tan seguro de eso. Ya has visto mis ojos.
Kenshi: Deja de decir estupideces. Te conozco bien. Tú no eres así. Tú odias perder.
Diasuke: Ya no sé nada.
Kenshi: ¿Ha pasado algo que yo no sepa?
Diasuke: Mi abuelo ha muerto a manos de un marine.
Kimi: Son unos seres despreciables.
Kenshi: Kimi, por favor.
Kimi: Lo siento.-me mira. Yo, después de mucho tiempo sonrío.
Diasuke: No pasa nada. Yo pienso igual.
Kimi: Cuando vi lo que hacían tus padres me quedé impresionada. Si yo fuera su hija estaría muy orgullosa de ellos.
Diasuke: Para eso ya está Kuina.
Kimi: ¿Cómo?
Kenshi: Kimi, mejor...
Diasuke: Prefiero no hablar del tema.
Kimi: Lo entiendo. Cuando me tengas más confianza me lo cuentas, ¿vale?-me sonríe. Yo asiento.
Kenshi: Se ha hecho tarde. Vámonos Kimi. Hasta luego Diasuke.-chocamos los cinco.
Kimi: Nos vemos mañana aquí.-me da un beso en la mejilla.
Diasuke: A-adiós.
Me quedé un rato y mi madre me sorprendió, o eso intentó.
Diasuke:¿Qué quieres?
Nami: Vamos a casa.-de poco sabía que me serviría protestar.
Cada día pasaba la mayor parte del tiempo con Kimi y Kenshi. Ellos si que eran unos buenos nakama.
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