68 Sentimientos a flote
Las semanas y las semanas pasan. Llegamos a Sabaody. Cuando vi al tío Rayleigh lo abracé.
Rayleigh: ¿Cómo has estado?
Diasuke: Bien.-mentí.
Zoro: Hola Rayleigh.
Rayleigh: Me enteré de que ya eres el mejor.
Zoro: Así es.
Rayleigh: Entonces te felicito. Nadie había ganado a Mihawk antes. Ni siquiera yo.
Zoro: Bueno...en parte conocía un poco sus movimientos. Kuma me mando a la isla de Mihawk.
Nami: Te queríamos preguntar sobre eso. ¿Por qué hizo eso Kuma? ¿Qué pretendía?
Rayleigh: Es algo largo de explicar. Es mejor que os lo cuente dentro.-se fija en Kuina.-Vaya, parece que hay una nueva integrante.
Kuina: Soy Roronoa Kuina, un placer.
Diasuke: Igual de educado que su hermano.
Diasuke: Voy a visitar la tumba de Hacchi-san.
No quería estar allí. Me sentía incómodo. Fui a la tumba de Hacchi-san y me encontré con Jinbe-san.
Jinbe: Diasuke-kun.
Diasuke: Hola Jinbe-san.-me arrodillé a su lado.
Jinbe: ¿Lo echas de menos?
Diasuke: Mucho. Era como mi hermano.
Jinbe: Tu madre también le tenía mucho cariño. Hacchi me contó que cuando tu madre era pequeña, pasaba mucho tiempo jugando con él al igual que contigo.
Diasuke: Lo echo mucho de menos.-empezaba a llorar.
Nami: ¿Tú también has venido?
Diasuke: Sí.-dije sin darme la vuelta.
Estuvimos tres días para que el tío Rayleigh revistiera barco. Tuve que salir del barco durante todo ese tiempo.
Durante la estancia en Sabaody recordé todo lo pasé aquí durante dos años y me acordé de un lugar que me mostró el tío Rayleigh. Cogí el equipo de dibujo y me adentré en una cueva siguiendo las marcas que hice hace seis años en estas paredes. Todavía permanecían igual que cuando las hice.
Llegué hasta lo más profundo de la cueva. Allí había un hermoso lago subterráneo. Se podían ver diferentes tipos de peces desde la superficie. Eso me llamó la atención. Vi peces que no eran del Grandline.
Corrí a buscar al tío Sanji. Lo encontré ligando con unas chicas, para no variar.
Diasuke: ¡Tío Sanji!-gritaba por enésima vez. Esta vez le di una patada.
Sanji: ¡¿Qué quieres?! ¿No ves que estaba ocupado?
Diasuke: Claro. Ligar es importante. Ven. Quiero que me aclares una cosa.
Llevé a mi tío Sanji hasta la cueva.
Diasuke: Creo que encontré el All Blue, pero no veo ningún pez del Grandline y había pensado...
Sanji: Vamos a buscar.
Estuvimos una hora buscando. Encontramos del North Blue, East Blue, South Blue y West Blue...pero no dimos con ninguno del Grandline.
Diasuke: Lo siento tío. Te has llevado una ilusión para nada.
Sanji: Al contrario. Si hay un lugar donde hay peces de los cuatro mares tiene que haber un lugar donde estén los de todos. Ahora estoy cada vez más seguro de que existe y lo encontraré. Gracias Diasuke.
Diasuke: No es nada. ¿Podrías no decirle a nadie sobre este lugar? Es el sitio al que venía de pequeño a distraerme.
Sanji: Tu secreto está a salvo conmigo.
Diasuke: Gracias. ¿Entrenamos?
Sanji: Está bien. ¿Dónde nos quedamos?
Diasuke: Pues...
Pasé la tarde con mi tío. Casi podía romper una piedra con el pie. Mejoraba poco a poco.
Después mi tío se fue a preparar la cena. Tuve que recoger todo el equipo y volver al bar de Shaki-san.
Shaki: ¿Y qué tal todo? ¿Alguno cumplió ya su sueño?
Luffy: Sí, mi segundo de a bordo.
Ahora el mejor espadachín del mundo está en mi tripulación.
Franky: Por cierto Zoro. Esto es para tí.
Zoro: Pero si es...-desenfunda la espada para estar seguro.-Es Yubashari. ¿Pero cómo...?
Franky: La arreglé.
Zoro: Me va a costar acostumbrarme. Hace mucho que no entreno con una espada tan ligera.
Rayleigh: ¿Te falta una, no es verdad?
Zoro: Sí, la tiene Kuina.
El tío Rayleigh me miró con esa cara de luego hablaremos. Le voy a tener que explicar todo desde el principio.
Después de cenar el tío Rayleigh me llevó a un lugar apartado para hablar tranquilamente mientras contemplábamos la noche estrellada.
Rayleigh: Pensé que tú tendrías esa katana.
Diasuke: La tenía pero se la di a Kuina.
Rayleigh: ¿Y eso?
Diasuke: Ya me ha quitado lo que más quería así que...que me quite a Wado me es indiferente.
Rayleigh: ¿Os habéis peleado?
Diasuke: Llevamos así desde que nació. Por eso estaba tan incómodo cuando me dijeron que llegábamos. Pensé que me darías de lado.
Rayleigh: Sabes que eso no va a pasar.
Diasuke: Me voy a dormir. Mañana tengo que terminar un mapa y sino no podré acabar a tiempo.
Rayleigh: Buenas noches.
Diasuke: ¿No te han enseñado que es de mala educación espiar Kuina?-no salía de su escondite.-¡Kuina sal ya!
Kuina: Vale, vale. No te enfades.
Diasuke: Vete a dormir. Es muy tarde.
Kuina: Quería ver a donde te llevaba Rayleigh-san.
Perfecto. Ya me quedé sin otro sitio. Me fui de aquel lugar. El tío Rayleigh vio lo molesto que estaba. Poco después vi a mi madre preguntando por Kuina. Como no.
Diasuke: Está allí.
Nami: ¡¿Y la has dejado sola?!
Diasuke: Está con el tío Rayleigh.
Nami: Ya me alivia más eso.
Diasuke: Buenas noches.-me fui.
Me levanté más temprano de lo normal y me fui a la cueva. Kuina me siguió. Yo intenté disimular pero era imposible.
Diasuke: Sal de ahí de una vez.
Kuina: ¿Cómo lo sabías?
Diasuke: Te escondes tan mal como el tío Chopper.
Kuina: ¿Qué es eso?
Diasuke: Nada que entiendas.
Kuina: ¿Es un mapa?
No dije nada. Seguí a lo mío.
Kuina: ¿Me enseñas?
Diasuke: ¿A qué te refieres?
Kuina: Que si me enseñas a dibujar mapas. Quiero que mamá vea que también he heredado algo suyo.
Diasuke: Jamás.-respondí tajantemente.
Kuina: ¿Por qué no?
Diasuke: Porque la navegación es lo único que no tenemos en común.
Kuina: Hasta que no me digas que si no te devuelvo el cuaderno.
Diasuke: Kuina, eso no es un juguete. Devuélvemelo.-dije tranquílamente pero no me hizo caso.-Por favor...-nada, ni caso.-¡He dicho que me lo devuelvas!
Un pequeño temblor nos llamó la atención. ¿Había llegado la marina? Imposible. Se acababan de marchar. Lo último que recuerdo es como a Kuina se le calló todo mi equipo de dibujo al agua estropeándolo. Era el equipo que me regaló el tío Chopper en mi sexto cumpleaños. Llevaba mi nombre grabado. Eso era insustituible.
Kuina: Hermano yo...
Diasuke: Hazme un favor y déjame en paz. ¿No lo entiendes o qué? Te odio desde el día en que naciste. ¡Ojalá no hubieras nacido!-me fui cabreado de mi escondite que ya no era un escondite.
Cuando llegué al Sunny mis padres me saludaron pero yo no hice ni caso. Fui a mi camarote y me encerré en él.
Nami: Diasuke. ¿Dónde está tu hermana?
¿Por qué me preguntaban a mí si sabía dónde estaba?
Diasuke: Eso ya no me importa.
Nami: Diasuke no hables así de tu hermana.
Diasuke: ¿Y por qué no? ¿Sólo por qué es más pequeña que yo? ¿Sólo por qué a ella le hacéis caso y a mí no?
Zoro: No sigas por ese camino o te quedas sin tu equipo de dibujo.
Diasuke: Ya me da igual. Ya no tengo equipo de dibujo. Ya no tengo nada.
Más tarde llegó Kuina. Sus ojos estaban rojos y húmedos.
Zoro: ¿Qué pasa pequeña?
Kuina: No es nada.
¿Cómo que no pasa nada? Te has cargado lo único que sé hacer bien. Dibujar mapas.
Después de comer Kuina vino a hablar conmigo.
Diasuke: ¿Qué quieres? No te quiero ver.
Kuina: Venía a pedirte perdón.
Diasuke: Eso no va a bastar. Ese equipo era algo muy especial para mí. Ahora déjame solo.
Kuina: Pero...
Diasuke: ¡Ojalá no hubieras nacido! ¡Mejor dicho, ojalá yo no hubiera nacido, ojalá estuviera muerto! ¡Durante toda mi vida he sufrido! ¡Cuando no son los tíos eres tú!
Ya era muy tarde. Estábamos a punto de cenar. Yo entrenaba como siempre. Después intenté arreglar el equipo pero era imposible. Se lo llevé al tío Franky pero me dijo que no tenía arreglo.
Ahí fue cuando mi odio incrementó.
Diasuke: Estarás contenta.-le dije a mi hermana cuando pasé por su lado.
Volvimos a nuestra rutina diaria. Y pronto acabé harto de todos. Era invisible para ellos excepto para mi tío Luffy. Sabía por lo que estaba pasando y además entrenaba conmigo.
Luffy: Eleva la rodilla.
Diasuke: Sí.-intentaba realizar una patada en el aire.
Luffy: Dejémoslo aquí.
Diasuke: Por favor sigamos. No quiero volver.
Luffy: Diasuke, jamás le des la espalda a un hermano. No sabes cuando dejarán de estar a tu lado. Créeme, sé de lo que hablo. Yo tengo un hermano.
Diasuke: Lo sé. Es Sabo-kun. Pero en mi caso es distinto.
Luffy: No hablo de él.-no le entendí.-Volvamos.
Diasuke: Está bien.
Cuando llegué al camarote vi encima de mi cama un equipo de dibujo y una nota pegada a él.
Lo siento hermano. No pretendía estropear tu equipo de dibujo. Acepta éste por favor. No quiero que me odies.
Kuina.
Diasuke: Que remedio. Tendré que aceptarlo.
Y así hice. Ahora tenía un nuevo equipo y me hermana parecía contenta ya que me veía usarlo a diario.
Diasuke: Gracias por el nuevo equipo.
Kuina: No es nada. Te lo debía. ¿Pero me podrías decir por qué me odias?
Diasuke: No.
Kuina: ¿Por qué?
Diasuke: Ya te lo he dicho. Me has quitado todo lo que quería.
Kuina: No lo entiendo.
Diasuke: Cuando lo entiendas ya me dirás.
Pvo Nami
Robin: ¿Que cómo era Diasuke de pequeño?-oí al entrar al comedor.
Eddie: Sí. Tenemos curiosidad.
Kuina: Por favor tía Robin.
Robin: Lo siento, pero no os puedo decir nada.
Eddie: ¿Por qué?
Robin: Porque hay otra persona que os lo podría contar mejor que yo. ¿No es así navegante-san?
Nami: ¿Eh?
Eddie: ¡Claro! La tía Nami nos lo podría contar mejor que nadie. ¡Tía Nami!
Nami: ¿Qué pasa Eddie?-dejé el libro que estaba leyendo.
Kuina: Cuéntanos como era Diasuke de pequeño.
Nami: Diasuke de pequeño...-sonrío para mí.-Dadme unos minutos.
Fui a buscar los álbumes de fotos de Diasuke y volví al comedor donde Eddie y Kuina me esperaban impacientes.
Eddie: ¿Qué es eso?
Nami: Ya verás.-me senté en el sofá y Kuina y Eddie se sentaron uno a cada lado.
Yo por mi parte abrí el álbum de fotos buscando una foto en concreto.
Nami: Así era Diasuke de pequeño.-les mostré una foto de un Diasuke recién nacido que dormía junto a Zoro.
Eddie: ¡Ya de pequeño se parecía al tío Zoro!
Nami: Sí. Diasuke siempre se ha parecido mucho a su padre tanto en aspecto como en carácter.
Kuina: Pero no está en la cuna.
Nami: A Diasuke no le gustaba dormir solo. Todas las noches dormía con nosotros.
Flashback
Nami: Zoro...Zoro...-lo desperté junto con Diasuke.-Vamos. Te toca guardia.
Zoro: Déjame seguir durmiendo con mi hijo. Estábamos muy a gusto.
Nami: Solo es una noche que no estas con nosotros cada nueve días. No te vas a morir.
Zoro: Vale ya voy.-se levanta con cuidado pero Diasuke no quería que se marchase de su lado.-Ves. Él tampoco quiere que me marche.
Nami: Ve. Yo me quedo con él.-me acosté al lado de Diasuke.
Iba a ser la hora de dormir y Diasuke estaba a punto de caer dormido.
Nami: Venga Diasuke.-lo llevé a la cuna.-Es hora de dormir.-lo arropé.
Zoro: ¿Entonces hoy me cambias la guardia?-entra hablando con Luffy.
Luffy: Si, no te preocupes. Tú estate con ellos.
Nami: ¿Qué habéis hecho ya?
Zoro: Nada. Solo que Luffy me cambia la guardia.
Nami: Muchas gracias Luffy.
Luffy: No es nada. Buenas noches.
Zoro: ¿Ya se durmió?-se acerca a la cuna.
Nami: Si, aunque no creo que vaya a durar mucho tiempo.
Zoro: ¿Y eso?
A medianoche Zoro y yo volvíamos a estar despiertos. Diasuke se había despertado.
Nami: Voy a pasear con él por la cubierta un rato.-lo cogí y salí del camarote.
Zoro: ¿Seguro que no quieres que vaya?
Nami: Si. Duerme que mañana te toca guardia.
Zoro: Pero si mañana...mierda es verdad.
Con Diasuke salí a cubierta.
Luffy: ¿Nami? ¿Qué haces despierta?
Nami: A veces, cuando Diasuke no se duerme, vengo a pasear con el por cubierta.
Luffy: Mejor vamos arriba. Hoy no hace un buen día.
Fin del Flashback
Kuina: ¿Así eran todas las noches?
Nami: Casi todas. Pero si, tu hermano era un mimoso que no se separaba ni de mí ni de Zoro. Ah Diasuke.
Diasuke: ¿Qué veis?
Eddie: A tí de pequeño.
Diasuke: Que vergüenza.
Pvo Diasuke
Siguen pasando los años y vuelve a ser mi cumpleaños para mi desgracia. No salí del cuarto. Estuve haciendo aquello que mi hermana no sabía, hacer mapas. Hace unos meses me enteré de que Kuina había heredado la orientación de papá. Esto era perfecto.
A lo largo de la mañana mis tíos llamaban a la puerta para que abriese pero no hice caso. Me hacía el dormido y cuando se iban seguía con lo mío. No pienso permitir que me estropeen mi día para olvidarme de todos mis problemas. Por cierto, cumplo 10 años.
Después de pasarme todo el día encerrado en mi cuarto decidí salir a dar una vuelta por la isla. Era una isla desierta llena de distintos tipos de animales. Pensé en coger el equipo de dibujo e ir a tomas las medidas. Y así lo hice pero no me di cuenta en ese momento de que alguien me seguía. Seguí caminando y pronto me di cuanta de que me perseguían. Conseguí despistarlo por un momento para subir a un árbol y así poder saber quién era. ¡Era mi hermana! ¿Hasta cuando me estará siguiendo?
Diasuke: ¿Qué haces aquí?-pregunto con un tono de frialdad.
Kuina: Quería saber que hacías. Te has ido sin decir nada.
Diasuke: Nada que te interese. Vuelve al barco.
Kuina: Quiero saber porque me diste a Wado. Siempre me ignoras y quiero saberlo.
Diasuke: Es sencillo. Ya te has quedado con lo que era más importante para mí así que te quedes con la espada da igual.
Kuina: Pero era tu regalo de cumpleaños.
Diasuke: Yo no pedí nada. ¡Ahora dejame hacer lo único que puedo hacer yo y no tú!
Kuina: ¿Cómo? ¿De qué hablas?
Diasuke: Estuve muy bien con papá y con mamá hasta que tu naciste. Cuando naciste me quitaste todas las horas que empleaba con mis padres. Y cuando creciste empezaste a entrenar con papá, pero él no te gritaba y a mí si. Decidí aprender el estilo de lucha de mamá pero luego apareces tú y me lo quitas. Solo me quedan los mapas y la orientación. ¿También me lo vas a quitar?-lágrimas y más lágrimas salían de mis ojos.-¡Perdí dos años de mi infancia con mis padres cuando la marina nos separó! No sabes lo que he sufrido.-me largo y dejo a mi hermana con la palabra en la boca.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top