66 ¿Nakama?

La siguiente cena lo mismo. No había cogido la indirecta.

Diasuke: No sé ni porque tengo esperanza de que todo vuelva a ser como antes.

Intentaba salir pero el tío Sanji no me dejaba.

Diasuke: Déjame marcharme.

Sanji: Ya sabes que hasta que no hemos cenado todos nadie se va.

Diasuke: ¡¿Y Eddie y Kuina qué?!

Sanji: Ellos son pequeños.

Diasuke: Ya no me trago nada.

Esta vez, después de recuperar mi libro, le di un fuerte pisotón.

Sanji: Maldito mocoso...-iba a atacarme pero una espada se lo impidió.

Zoro: Hazle algo y juro que te mato.

Diasuke: No quiero que me defiendas. Esta vez lo haré solo.-sin previo aviso le propiné una patada a Sanji. Ya ni siquiera le tenía respeto.

Sanji: No me retes.-de una patada me mando a la otra punta del Sunny.-No hagas promesas que no puedes cumplir.

Diasuke: Cállate.-me intentaba levantar.

Me iba a dar otra patada, pero algo o alguien se puso en medio. ¿Era Kuina?

Sanji: Kuina-chan...

Kuina: No pegues a ni-chan.

Sanji: Esto es entre tu hermano y yo. No te metas en medio Kuina.

Nami: ¡Ya vale Sanji-kun!

Sanji: Nami-san...

Diasuke: Quita mamá. Esto es asunto mío. No quiero que nadie se meta en medio. No quiero depender de nadie.

Nami: Me da igual lo que me digas, eres mi hijo y no voy a permitir que te pase nada.

Diasuke: No quiero que nadie...-al levantarme sentí un fuerte hinchazón en el estómago obligándome a caer al suelo de nuevo.

Nami: ¡Diasuke!

Diasuke: No quiero que...nadie se compadezca de mí. No quiero ser débil, pero no puedo entrenar porque nadie entrena conmigo. ¿Qué ha pasado?

Nami: ¡Ven rápido Chopper!

Diasuke: No lo necesito. No necesito curarme. Sino seré débil.

Nami: Eso no es verdad.

El tío Chopper me curó y me llevé una bronca por parte de mamá. Pero ya todo me daba igual. Ese fue el último día que cené con ellos.

Cada día entrenaba técnicas que me enseñaba mi tío Brook. En uno de mis entrenamientos Kuina se me quedó mirando todo el rato lo que me puso nervioso.

Diasuke: ¿Qué quieres?

Kuina: Que me enseñes.

Diasuke: No. Ya tienes a papá.-me marché de allí.

Sanji: ¡La cena!

Como todos los días, cuando oía esa frase, me iba a mi camarote cruzándome con todos de camino.

Sanji: Venga, Diasuke. Es hora.

Diasuke: Paso.

Sanji: Estos días te lo he pasado porque me lo ha pedido Nami-san, pero ya no sirve.

Zoro: Deja en paz a mi hijo ero-cook. No eres quien para decidir que tiene que hacer. Tal vez no haga lo correcto, pero son sus decisiones y las tenemos que aceptar.

Sanji: Dile eso a Nami-san. Yo no quiero tener nada que ver con esto.

Diasuke: ¿Cómo has llegado tan rápido? Estabas dentro.

Zoro: Kuina me ha avisado.

Kuina: Ni-chan yo...

Diasuke: No pasa nada. Gracias.-sonrío.-Lo siento papá. Por mi culpa te vas a meter en un lío.

Zoro: Que va. Yo tampoco tengo hambre hoy. ¿Quieres ir a entrenar?

Diasuke: Pero...

Zoro: No te gritaré. Lo prometo.

Diasuke: Pero la herida...

Zoro: Si te contase las veces que he entrenado herido no me creerías.

Diasuke: Vamos.

Después de entrenar me fui al barandal. Estar solo por la noche me ayudaba a olvidar todo lo malo. La brisa marina me calmaba.

Vivi: ¿Es precioso verdad?-me sorprende.

Diasuke: Sí.

Vivi: Este barco está muy bien, pero prefería el Mery.

Diasuke: ¿Mery?

Vivi: El Going Mery fue el primer barco que tus padres y tus tíos consiguieron. Era pequeño pero acogedor. Te hubiera gustado.

Diasuke: ¿Y por qué tuvieron que cambiar de barco?

Vivi: No lo sé. No estuve mucho tiempo. Pero me lo pasé muy bien.-posa su mano sobre una venda que cubría una pequeña parte de su brazo.

Diasuke: ¿Estás herida?

Vivi: ¿Qué? ¿Esto?-lo señala.-No, no es nada de eso. Esto simboliza que somos nakama.

Diasuke: ¿Por qué no te quedas si eres nuestra nakama?

Vivi: No me puedo marchar. Soy la princesa.

Diasuke: Joo. ¿No quieres venir con nosotros?

Vivi: Claro que quiero. Es tarde, será mejor que vayamos a dormir.

Diasuke: Sí.

Vivi: No tengas en cuenta lo que ha pasado con Sanji-kun.-fue lo último que me dijo.

Diasuke: Si fuese tan fácil.

A la mañana siguiente nos marchamos de Alabasta. Mis padres y parte de mis tíos se despidieron elevando un brazo. En ese brazo tenían una X en negro. ¿Una cicatriz? No, no puede ser. ¡Claro! Lo que me dijo Vivi-san. Una marca de que eran nakama.

Todos los días hacía lo mismo. Estar solo y hacerme la misma pregunta: ¿Que pasaría si no existiera? ¿Serían más felices?

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top