Kento: Será cabrona la tía. ¿Cómo se ha atrevido a nombrar a Kuina? No pareces enfadado Zoro.

Zoro: Si no fuera porque has dicho que nos fuéramos la habría rebanado.

Kento: Que pena. Quería haber visto esa escena.

Nami: ¿Quién era exactamente?

Zoro: Rumiko Hikari. Una vecina mía de buena familia. Siempre que venía al dojo a visitarnos se metía con Kuina. Era como su pasatiempo...

Kento: Que nosotros le impedíamos. Kuina nunca se atrevía a plantarle cara. Pero para eso estábamos nosotros, sus amigos.

Zoro: Si, me encantaban las bromas que se nos ocurrían para gastarle a Hikari.

Nami: Vamos que no merece la pena ni hablar con ella.

Zoro: Exacto.

Kento: ¡Ay va! Tenía que ayudar a Diasuke-sensei. Zoro iré más tarde al barco y te juro que cumpliré la promesa.

Zoro: Te creo Kento. Al igual que yo no soportas romper una promesa.

Kento: Si rompo una por pequeña que sea sentiré que...

Zoro: Habré perdido mi dignidad.

Kento: Hasta luego.-se marcha corriendo.

Nami: ¿Por qué no me enseñas a manejar una espada?

Zoro: ¿Por qué me lo pides?

Nami: Tengo curiosidad.

Zoro: Vale. Acuesto a Diasuke y empezamos.

Nami: Ok.

Luffy: ¡Zoro, Nami!

Zoro: Hola Luffy. Ya volvimos.

Luffy salta del barco y estira sus brazos agarrándose a unas ramas para columpiarse y caer delante de ellos.-¿Qué tal fue?

Zoro: Pues hemos tenido un pequeño contratiempo para volver pero por el resto bien. El sensei está perfectamente, mi madre está encantada...¿qué más puedo pedir?

Luffy: ¿Y el contratiempo?

Zoro: Mi vecina. Estaba enamorada de mí y no le ha sentado muy bien la noticia de que esté con Nami.

Nami: Llamarme ramera a mí...¿Qué se ha creído? Si no te hubieras puesto en medio la habría electrocutado.

Zoro: Por eso lo he hecho. No quiero que me tengan que expulsar de mi propia isla y que nos persigan. ¿Cómo van los preparativos?

Luffy: Todavía falta bastante. Hasta la noche no creo que hayamos terminado. Tú y Nami no tenéis que hacer nada tranquilos.

Zoro: Está bien. ¿Entonces hacemos eso tras acostar a Diasuke?

Nami: Por mi perfecto. Te espero en la playa. No te pierdas.

Zoro fue a acostar a Diasuke y después fue al lugar al que había acordado con Nami.

Nami: ¿Cómo es qué no te has perdido?

Zoro: Porque una bruja me ha enseñado un poco de navegación.

Nami: De nada. ¿Por dónde empezamos?

Zoro: Sostén estas dos espadas e intenta mantener el equilibrio.

Nami: ¿Dos?

Zoro: Tu clima tack pesa tanto como una de mis katanas. Por eso he pensado que podrías empezar perfectamente con dos.

Nami: Vamos a ello.

Nami, como podía, intentaba mantener el equilibrio pero no le estaba resultando nada fácil. Además, Zoro le había pedido que le atacara y en cada uno de sus intentos se había caído consiguiéndole sacar una sonrisa al espadachín.

Zoro: Vaya, ya veo que eres toda una experta.-dice sarcástico.

Nami: ¡No te burles Roronoa Zoro!

Zoro: Sabes, creo que lo harías genial si manejases tres a la vez.

Nami: Ya puedes correr por tu vida.

Como un rayo Zoro envainó sus tres katanas y comenzó a correr como si la vida le fuera en ello. Mejor dicho, la vida le iba en ello. Una pelirroja le perseguía con la intención de matarlo.
En un descuido del espadachín, éste tropezó cayendo a la arena. La navegante al no poder parar cayó encima del peliverde. Se miraron a los ojos y comenzaron a reír.

Zoro: Vale, empezaremos con una espada. Y si lo haces bien tal vez me planteé el dejarte a Wado.

Nami: Que afortunada soy.

Kento: Eh, par de tortolitos. Que estáis muy cerca del pueblo.

Zoro: Anda, pero si llegó el que no me cree.

Kento: ¿Hasta cuándo me lo vas a estar restregando?

Zoro: Hasta que cumplas la promesa.

Kento: Venga, empecemos.

Zoro: Para ello hay que ir al barco.

Kento: Cuanto antes lleguemos antes terminará mi sufrimiento. Nami por cierto ¿qué le viste a éste?

Zoro: Lo dices como si fuera el malo de la película.

Kento: Sabes que lo digo con cariño. Nami contesta.

Nami: Zoro es una de las pocas personas en la que he podido confiar a lo largo de mi vida. Es fiel, sincero, cariñoso...alguien en quién puedo tener fe ciega de que estará ahí siempre que lo necesite.

Kento: Zoro ni se te ocurra herir los sentimientos de Nami. Porque seré yo el que te persiga y te mate.

Zoro: Creo que eso nunca pasará. Nunca le haré daño.

Kento: Lo acabas de prometer.

Zoro: Esa promesa es de hace mucho tiempo.

Kento: Si que me he perdido cosas. Me tienes que poner al día.

Zoro: Después de que cumplas la apuesta.

Kento: Tsk. No se te olvida.

Zoro: Eso te pasa por no creer a tu mejor amigo. Te está bien empleado.

Kento: ¿Qué edad tiene Diasuke?

Nami: Tres años.

Kento: Tuvo que nacer antes de que os separarais.

Zoro: Si. Nació un año antes de que nos separasen. Estuvimos dos años entrenando para poder cumplir una promesa que hicimos.

Kento: ¿Qué promesa?

Nami: La de no separarnos de su lado.

Kento: Ya veo. Zoro y sus promesas.

En el Sunny

Luffy: ¿A dónde os habíais ido? ¿Y quién es él?-señala a Kento.

Zoro: Es mi mejor amigo de la infancia, Kento.

Luffy: Encantado.-extiende la mano.

Kento: Lo mismo digo.-estrechan las manos.

Zoro: Por cierto Luffy, te necesitamos para una cosa.

Luffy: ¿Qué es?

Zoro: ¿Estamos en uno de los extremos de la playa?

Nami: Estamos exactamente en el extremo este.

Zoro: Perfecto. Luffy, tú y Kento iros al otro extremo de la playa. A través de un Den-Den Mushi te diré cuándo tienes que tirar a Kento hacia aquí. Alárgate lo necesario para que llegue. Y tú Kento tendrás que caer de pie.

Kento: ¡¿Estás loco?!

Zoro: Ah ah ah ah, sin quejarse.

Kento: Me maldigo por ser tan bocazas.

Zoro: Cuando estéis llamad.

Luffy: Está bien.

Media hora tardaron en llegar y Zoro dio la señal a Luffy.

Nami: Eso es muy cruel Zoro. Es imposible que caiga de pie.

Zoro: Eso le pasa por no creer a su mejor amigo.

Nami: Ahí viene.

Kento venía volando. Zoro sonrió al ver a su amigo en esa situación. Zoro y Nami dieron un paso cada uno hacia su dirección y Kento cayó entremedio de ellos dos quedando su cabeza y prácticamente todo su cuerpo enterrado a excepción de sus pies.

Zoro: ¡Jajajajajajaja!-lo saca de la arena.-Bien hecho. Me doy por satisfecho.

Kento: Ésta me la guardo.

Luffy: ¿Qué tal?

Zoro: Perfecto.

Nami: Jamás entenderé a los hombres.

Diasuke: ¡Mamá! ¿Podemos ir a dar una vuelta?

Nami: Si. Ahora vamos.

Luffy: Yo llevaré a Kento con Chopper.

Zoro: Vale.-dice mientras carga a Diasuke sobre sus hombros.

Nami: Nos vemos luego.

Zoro y Nami se adentraron en el pueblo y visitaron un poco los lugares más simbólicos de aquella isla mientras Zoro les contaba el motivo.

Nami: Esta isla tiene mucha historia.

Zoro: Sí. Sobre todo hay bastante parte oculta. No sabemos el motivo.

Nami: Así que eso es lo que Robin ha ido a investigar.

Zoro: Si, le dije los lugares más simbólicos y algún que otro templo. Eh Diasuke, ¿Quieres continuar o estás cansado?-no recibió respuesta ya que éste estaba perplejo al conocer todo aquello de la isla en la que se crió su propio padre.

Hikari: ¡Zorooooo!

Zoro: Oh no.

Nami: ¿Sabes qué nos ha estado siguiendo verdad?

Zoro: Si. Ni siquiera he necesitado el Haki para descubrirla.

Hikari: Hola Zoro. Que casualidad.

Zoro: Eh, si claro.

Hikari: Solo quería disculparme por lo de antes. No creo haberme comportado como es debido.

Zoro: Ah está bien.

Kento: ¡Roronoa Zoro! ¡Maldito hijo puta! ¡Te voy a matar!

Zoro: Nami ve llendo al barco con Diasuke. Yo tardaré un poco.-baja al pelirrojo de sus hombros.

Diasuke: Pero me habías prometido entrenar conmigo.

Zoro: Si salgo vivo de ésta te prometo que entrenamos.-sale corriendo al ver que Kento cada vez estaba más y más cerca de su presa llamada Roronoa Zoro.

Diasuke: Está bien.-dice cabizbajo.

Nami: Vamos al barco.-lo coge en brazos.-Seguro que dibujar unos mapas te animará.

Diasuke: Estoy cansado. ¿Podemos echarnos una siesta?

Nami: Lo que tú quieras.-volvió al barco.

Diasuke: ¿Papá ya no quiere entrenar conmigo?-pregunta mientras se acuesta.

Nami: No es eso. Lo único que ocurre es que hay veces en las que estamos muy ocupados y aunque queramos pasar mas tiempo contigo no podemos. Duerme un poco. Estás cansado.

Diasuke: Pero no te vayas.

Nami: No me iré.

Pasaron las horas y ya solo faltaban unos minutos para que fueran las 10. Todo el mundo estaba en cubierta terminando los preparativos para la fiesta. Pero...

Nami: ¡¡ZORO, VEN RAPIDO!!-grita desde el barandal alertando a todos.

Zoro:¿Nami qué pa...? ¡MADRE!

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Y aquí de queda el capítulo. Os dejo con la intriga.