28
Pvo Diasuke
Dolor, miedo...eran pocos de los sentimientos que sentía en ese momento. Todos esperábamos en cubierta a que el tío Chopper nos dijese si mi madre estaba bien.
Mi padre había entrado con ellos hace un momento. Seguro que solo habían pasado unos minutos pero a mí me parecían horas. Horas en las que me podía imaginar horribles situaciones acerca de mi madre. No sabía si era normal que tardasen tanto.
¿Por qué no pude dejar de lado mi orgullo en ese momento? ¿Por qué soy tan cabezota? ¿Por qué no les escuché? ¿Por qué?
Flashback
Sanji: Maldita sea. ¿No puedes comer sin montar tal pollo?-me regañaba al ver que había dejado todo perdido.
Diasuke: L-lo siento tío.
Nami: Diasuke. Haz caso a tu tío y sé un poco más limpio a partir de ahora, ¿vale?-me dice suavemente mientras me limpia la cara.
Diasuke: Vale.-sonrío.
Franky: Chicos he avistado unos buques de la marina. Preparaos.-avisa por megáfono.
Todos se preparaban para el inminente ataque de la marina.
Diasuke: Ojalá pudiese ayudaros. Soy fuerte, quiero ayudar.
Todos estallaron a carcajadas excepto mis padres. ¿Qué era tan gracioso?
Luffy: ¿Tú fuerte? Jajajajaja, no me hagas reír.
Diasuke: Si que lo soy y os lo demostraré. Venceré a los marines.
Nami: Diasuke no podrás. Escóndete en nuestro camarote mientras tanto.
Diasuke: ¿Tú tampoco me crees mamá?
Nami: Claro que te creo cielo.
Zoro: Lo que pasa es que nos preocupamos de que te ocurra algo. Así que por favor.
Diasuke: Vale.-digo mientras cruzo los dedos detrás de mi espalda.
La pelea sucedía en la cubierta del Sunny. Todos peleaban duro ya que al parecer eran un gran número en esta ocasión. Pero había alguien más en la cubierta. Era yo por supuesto. Había cogido la espada que mi padre guardaba en el armario como repuesto.
Diasuke: Bien, ahora se lo demostraré.-una espada cae justo a mi lado incrustándose en el suelo.
Luffy: No molestes ahora, esto es importante.
Diasuke: Sé pelear. Mi padre me ha enseñado.
Luffy: Esto es demasiado para tí.
Diasuke:¡No lo es!
Luffy: Escóndete y no molestes. Gomu-gomu no...pistol!-deja KO a otros 10 soldados.
Diasuke: ¡¿Me tratas por un cobarde?! ¡Mis padres son Roronoa Zoro y Nami! ¡No le tengo miedo a nada!
Nami: ¿Por qué ha...?-corre hacia mi.-¡Diasuke agáchate!
Eso fue lo último que oí antes de que el sonido de un disparo retumbara por todo el barco alertando a todos incluido a mí. Un cuerpo que no pude reconocer al principio había caído a mi lado.
Bajé la vista y una cabellera pelirroja me ayudó a reconocerla. Era mi madre. Me había protegido.
Diasuke: Mamá, mamá levántate.-la zarandeaba pero no obtenía respuesta alguna.
Sentí mis manos húmedas como si me hubiese manchado con algo. Palidecí cuando vi que se trataba de sangre.
Diasuke: Mamá, despierta. Si es una broma no tiene gracia.-a la par que lo dije me di cuenta de que no se trataba de una broma de mal gusto.
Cada vez me iba dando cuenta de más cosas que ocurrían a mi alrededor. El rostro de mi madre tenía una mueca de dolor y además por debajo de su cuerpo el suelo se empezaba a teñir de color rojo. Se empezaba a teñir de la sangre de mi madre que poco a poco iba abandonando su cuerpo.
Diasuke: No, no...-volví a mirar mis manos. Estaban manchadas de la sangre de mi madre.-¡AAAAHH!
Zoro: ¿Diasuke qué ha pasado?-coge a mamá mientras me mira preocupado.
Diasuke: Mamá me ha protegido de un marine. Lo siento. Os he desobedecido.
Zoro: No pasa nada. Lo importante es que tú estés bien.
Diasuke: Pero mamá...-las lágrimas comenzaban a brotar sin ningún control recorriendo toda mi cara.
Zoro: Ahora la revisará tu tío.-me abraza dejándome más cerca de mi madre. Pude notar como el cuerpo de mi madre iba dejando de emitir el calor que tantas veces me ha calmado. Me estaba temiendo lo peor.-Créeme tu madre no morirá por esto.-intentaba sonar lo más creíble posible pero pude notar preocupación en su voz.-¡Chopper!
Pasaba el tiempo y los marines ya habían sido derrotados. Nadie salía de la enfermería, todos estaban preocupados por lo que le podía haber pasado a mamá.
Fin del Flashback
Y ahí estaba yo, en un rincón del Sunny alejado del resto. Mis rodillas estaban pegadas a mi pecho y yo escondía la cara en ese hueco que se formaba. Ni siquiera podía mirar a mis tíos a la cara.
Mi tía Robin había venido un par de veces a hablar conmigo pero yo no quería hablar de nada. Escuchaba aténtamente lo que me decía pero no contestaba ya que presentía que si pronunciaba una sola palabra, por pequeña que fuese, la voz se me quebraría.
Estaba tan cansado de llorar que casi me quedé dormido pero no pude hacerlo.
De repente mi tío Sanji me agarró con brusquedad de la camiseta elevándome del suelo y dejando ver mis ojos rojos y mi rostro húmedo de tanto llorar.
La expresión de mi tío era una que jamás había visto antes. Estaba furioso, tanto que la ira no le estaba dejando pensar con claridad.
Sanji: ¡Maldito mocoso!-me agarró más fuerte.-¡Todo esto ha sido por tu culpa!
Usopp: Sanji ya basta.
Sanji: No te metas Usopp. Escucha bien, si le pasa algo a Nami-san habrá sido por tu culpa, ¡habrás sido el causante de todo esto, de todo lo que le has hecho a tu madre!-me lanzó contra la pared.-¿Lo entiendes?
Eso que me había dicho me había dolido bastante. Claro que sabía que había sido mi culpa todo esto. No quería que nadie me lo restregase. Esto no se me borrará de la memoria por mucho tiempo que pase. Se me quedará grabado a fuego en la memoria.
Luffy: Sanji ya basta. Te estás pasando. Diasuke es el que peor lo está pasando. Él no quería causar nada de esto. Solo pretendía ayudar. ¿No es así?
Diasuke: S-si. Ya lo sé tío Sanji. Si le pasa algo a mi madre ya no seré capaces de miraros a ninguno a la cara.-confesé delante de todos. Sentí que me había quitado un peso de encima.
Chopper: Chicos buenas noticias.-salió a avisarnos.
Luffy: Chopper.
Chopper: Nami ha despertado. La herida no es grave, la bala no ha afectado a ningún hueso. Se recuperará enseguida.
Franky: ¿Qué bien, no Diasuke?
Diasuke: Si...-respondí sin ánimos.
Robin: Menos mal que está bien.
No fui capaz de entrar a la enfermería. Algo me lo impedía. Me quedé detrás de todos.
Me sentía solo de nuevo. Sentía que había perdido a todos mis seres queridos de golpe. Sentí que volví de nuevo en el tiempo, en concreto dos años atrás.
Sanji: ¡Nami-swan!-entra al cuarto y se lleva un golpe por parte de mi padre que lo deja tumbado en el suelo. ¿Por qué lo había hecho? Mi padre no es celoso que yo sepa.
Zoro: ¡Ero-cook, ¿cómo se te ocurre decirle eso a Diasuke?!
Sanji: Tenía que saberlo.
Nami: Él ya lo sabía. No es tonto.-poco a poco me iba alejando cada vez más hasta estar a una distancia en la cual ellos no me veían y yo podía escuchar.-¿Dónde está por cierto?
Robin: No lo sé. Hace nada estaba aquí.
Zoro: Voy a ver si lo encuentro. Y a tí más te vale pedirle disculpas a Diasuke.
Salió a buscarme y no tardó mucho en encontrarme. Estaba en uno de los laterales de la habitación intentando contener las lágrimas, cosa que se esfumó en cuanto mi padre pronunció mi nombre.
Zoro: Diasuke.
Diasuke: ¿Q-qué ocurre?
Zoro: ¿Estás bien?-asentí con la cabeza.-¿Seguro?
Volví a asentir pero en seguida dejé de hacerlo. Rápidamente negué con la cabeza y lo abracé con mucha fuerza. Mi padre era una de las pocas personas con las que podía ser yo mismo.
Zoro: Vamos al camarote a hablar más tranquilos.
Solo pude asentir mientras él me tomaba en brazos, cogía la espada y se encaminaba hacia el camarote.
Diasuke: Perdón por haberla cogido sin permiso.-me disculpé refiriéndome al tema de la katana.
Zoro: No pasa nada.-me dejó sentado en la cama y fue a guardar la katana en su sitio.-Eso no tiene ninguna importancia en estos momentos. Lo único importante en este instante es que no te ha pasado nada.
Diasuke:...
Zoro: Y tu madre está perfectamente. Tendrá que estar un par de días con el vendaje pero no le pasa nada grave.-en parte sentí un poco de alivio al saber el estado de mamá pero no consiguió calmarme por completo.
Diasuke: Vale. Voy a que me de el aire.-me lo inventé. Ahora no quería hablar con mi padre, ni con él ni con mi madre.
Zoro: Está bien.
Conociendo a papá...él sabía lo que me pasaba y por mucho que lo intentase fingir sabía que no iba a servir de nada.
Estaba en la cabeza del Sunny. El tío Luffy me contó una vez que en ese lugar él pensaba sobre asuntos serios, asuntos que requerían estar preparado para cualquier cosa que sucediese de ahora en adelante. Estar preparado para asumir las consecuencias.
Nami: ¡Diasuke!
Oh no. Ahora no quería hablar con ella. Todavía me era imposible mirarla a la cara.
Diasuke: Hola mamá.-mi tono era cortante.
Nami: ¿A qué viene esa cara?-se sienta a mi lado.
Diasuke: No es nada.-desvié la vista.-Perdón por haberos desobedecido. Pero después de que todos os rierais no podía quedarme de brazos cruzados.-confesé.
Nami: Te entiendo.
Diasuke: Y además por mi culpa estás herida.-no quería andarme con rodeos, quería ir directamente al grano y zanjar este asunto.
Nami: ¿Esto? No es nada. He tenido heridas peores.
Diasuke: ¿Por qué?
Nami: ¿Eh?
Diasuke: ¿Por qué te has puesto en medio?
Nami: Porque eres mi hijo. No puedo permitir que te pase nada. Por tí, soy capaz de dar incluso mi vida por prote...-no le dejé terminar la frase. No quería oír lo que ya sabía. No quería oírlo salir de su boca.
De un empujón la tiré al suelo tumbándola mientras yo me sentaba encima suyo a horcajadas.
Diasuke: ¡NO VUELVAS A DECIR ESO MAMÁ!-grité con todas mis fuerzas.
Nami: ¿Diasuke?-las lágrimas volvían a emejer y, sin que yo pudiera impedirlo, éstas comenzaron a caer sin control sobre el rostro de mi madre.-¿Qué pasa cielo?
Diasuke: Cuando te he visto tirada...en el suelo c-con tu sangre por el suelo y por mis manos pen...pensé que habías muerto. N-no te movías. Papá ha intentado fingir que no pasaba nada pero sabía que no era verdad. Pensaba que te había perdido para siempre. Es como...esa historia que me contó papá sobre Kuina...perder a un ser querido para siempre sin haber podido hacer nada para evitarlo.
Nami: Así que era eso. No te preocupes, no moriré. Te tengo que proteger.-me abraza.- Además, ¿hicimos una promesa no?
Diasuke: Mamá...no te mueras.-la abracé más fuerte. Ella pasó un mano por mi cabello acariciándolo con cariño.
Nami: Tranquilo mi pequeño príncipe, no moriré. Estaré contigo.
Estuvimos así un rato más hasta que papá nos vino a avisar de que la cena estaba lista y no pude evitar abrazarlo.
Diasuke: Papá, ¿no morirás verdad?
Zoro: ¿Qué pregunta es esa? Claro que no moriré. Tengo un hijo que todavía me necesita.-miro a mamá con cara de no saber que pasa.
Nami: Está un poco afectado por lo de hoy.
Zoro: Ya veo. Venga vamos al comedor.
Diasuke: Vale. Papá, llévame por fa.
Zoro: ¿Pero qué te pasa hoy?-me coge.
Nami: Creo que Diasuke ha aprendido algo.
Zoro: Diasuke, vamos a hacer una promesa.-coge a Wado.-La primera vez que prometí algo fue ser el mejor espadachín del mundo, pero ahora tus padres prometen por esta espada no morir, no morir ni dejarte solo.
Diasuke: ¿En serio?
Nami: Es una promesa.
Diasuke: Vale.
Poco después llegamos al comedor donde el tío Sanji se disculpó conmigo por su comportamiento de esta tarde.
Durante lo que quedaba de día no me separé de mi madre y por la noche dormí con ella y con mi padre.
Nami: ¿Ya estás mejor?-dice mientras me acariciaba el cabello. Todavía no me podía calmar del todo.
Diasuke: Sí.
Zoro: No te preocupes por esas cosas. Siempre estaremos a tu lado.
Nami: Duerme tranquilo. Nada nos separará.-fue lo último que hoy antes de caer dormido en los brazos de mi madre.
~~~~~~~~~~~~
Hoy público dos por la tardanza. De verdad que lo lamento pero he tenido muchos exámenes. Intentaré volver a publicar cada tres días.
Y aquí os dejo el capítulo 28. Estoy bastante orgullosa de como me ha quedado. Y le dedico este capítulo a mi gran amiga Marta, que sin su ayuda jamás se me habría ocurrido el capítulo 24 y no lo habría escrito.
Voten y comenten.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top