26

Pasaron ya los dos años que habían acordado para volver a reencontrarse. El primero en llegar fue Sanji y minutos después llegó Nami, quién estaba muy nerviosa. Habían pasado dos años desde que no veía a Diasuke. Por una parte tenía unas ganas locas de ver a su hijo, pero por otro lado no sabía como se lo iba a tomar.

Rayleigh: ¿Qué ocurre jovencita?

Nami: ¿Eh? Nada tranquilo Rayleigh-san.

Rayleigh: Tu marido llegará enseguida. No te preocupes. Ya está en el archipiélago. Pero eso no es todo ¿no?

Nami: Tienes razón. También estoy nerviosa de como reaccionará Diasuke. Hace dos años que no le veo, ni yo ni Zoro.

Rayleigh: No te preocupes. Es un jovencito valiente. Entre todos ha crecido sano y fuerte.

Nami: No se como agradecértelo Rayleigh-san.

Sanji: Ya volví. Venga entra que te está esperando.

Nami: ¿Cómo?-pregunta confundida.

Todas las dudas de Nami se esfumaron al ver entrar a Zoro. Había cambiado bastante, al igual que ella, pero lo que la alertó fue la cicatriz del ojo izquierdo del espadachín.

Nami: ¡¿Y está cicatriz?!-pregunta preocupada.-¡¿Qué te ha pasado en estos dos años?!

Zoro: ¿Eso es lo que me dices tras dos años sin vernos?-la abraza. Nami se aferra al cuerpo del espadachín dejando salir las lágrimas.-Eres un caso.

Nami: Te he extrañado.-dice mientras llora en su pecho.-No sabes cuánto he sufrido.

Zoro: Yo también, pero ahora no nos volverán a separar.-la apega más a él queriendo transmitirle con ese abrazo todo lo que había pasado durante esos dos años.

Rayleigh: En el barco todavía os espera una persona.

Zoro: Vamos.

Por el camino nadie decía una palabra. Al llegar Zoro y Nami se quedaron impresionados por el trabajo de revestimiento del barco que había hecho Rayleigh.

Nami: Gracias Rayleigh-san, por todo lo que has hecho durante estos dos años.

Rayleigh: Diasuke. Ven, alguien quiere verte.

Diasuke: ¿Qué ocurre tío Rayleigh? Estaba durmiendo.-sale del camarote un pequeño pelirrojo de unos tres años. Al ver la cara de sueño que tenía, Nami no pudo reprimir una pequeña risa por su parte.

Zoro: ¿A qué vino eso?

Nami: Me ha recordado a tí. Ya conoces el dicho, de tal palo tal astilla.

Rayleigh: Tus padres volvieron.

Diasuke: ¿Mis...padres?

Nami: Creciste mucho Diasuke.-se pone a su altura.

Diasuke: Mamá, papá...- empieza a llorar y se lanza contra Nami, quién le recibe con los brazos abiertos.

Zoro: Sentimos mucho haberte dejado solo dos años.

Nami: Pero a partir de ahora estaremos juntos para siempre.

Diasuke: ¿Me lo prometéis?

Zoro: Es una promesa.

Poco a poco todos los miembros de la banda iban llegando poco a poco. Diasuke preguntaba una y otra vez a sus padres quiénes eran y ellos le explicaban que eran sus tíos. Pero surgió un imprevisto. La marina se acercaba y el capitán todavía no había regresado. Zoro y Sanji salieron en su busca.

Diasuke: Mamá, ¿dónde está papá?

Nami: A ido a buscar a tu tío. Volverá enseguida.

Diasuke: Jooo. Quería entrenar con papá. Quiero que sepa lo bueno que soy con la espada.

Nami: ¿Ah sí?

Diasuke: Si. El tío Rayleigh me ha enseñado...cuando no estabais.

Nami: Pero ahora estamos aquí y no nos vamos a separar de tu lado.

Diasuke: Es verdad.

Pasaron los minutos y por fin el trió monstruoso había regresado.

Diasuke: ¡Papáaa!

Zoro: ¿Qué pasa?-lo coloca sobre sus hombros.

Diasuke: Luego podemos entrenar. Di que si, por fa.

Zoro: Claro que si. Nada más nos hayamos surmegido empezamos.

Luffy: Si que creciste Diasuke.

Diasuke: Mamá, papá, ¿quién es?

Nami: El tonto de tu tío y también aunque no lo parezca...

Zoro: El capitán de la tripulación.

Lo primero que hicieron todos fue ir a sus respectivos camarotes para ordenar sus cosas.

Nami: Ha pasado mucho tiempo.

Zoro: Dos años.

Nami se acerca a la estantería y con sumo cuidado coge una figura de cristal que era igual a su tatuaje.

Nami: Todavía me acuerdo del día que me la regalaste.

Zoro: Bueno, ese día fue especial.

Nami: ¿Qué pasa Diasuke?

Diasuke: Nada en especial.

Nami: ¿Quieres saber por qué ese día fue tan especial?

Diasuke asiente.

Nami: Ese día aparte de ser mi cumpleaños, aprendiste a caminar.-coge una foto en la que salían los tres.- Como has cambiado.

Zoro: ¿Esa no es la foto que hicimos cuando Diasuke nació?

Diasuke: A ver, a ver.

Zoro: Ven.-lo coge.

Nami: Ese bebé eras tú.-lo señala en la foto.

Zoro: La que se armó ese día.

Nami: Es verdad. No elegiste un buen día para nacer.

Diasuke: ¿Por qué no?

Zoro: Porque tu madre estaba enferma y además estábamos peleando contra el enemigo.

Nami: Anda que la enfermedad que tenía no era de risa.

Diasuke: Ya veo.-dice apenado.

Nami: No te culpes. El día que naciste nos hiciste muy felices.

Luffy: ¡Nami, zarpamos!-grita desde cubierta.

Nami: ¡Entendido!

Todos en cubierta trabajaban duramente para sumergir a Sunny en el agua.

Una hora paso y por fin se habían sumergido lo suficiente para llegar a las corrientes de agua. Ahora todo dependía del tiempo que tardasen en pasarlas.

En el nido del cuervo Zoro y Diasuke entrenaban.

Zoro: Repite otra vez. Pero no hagas tanta fuerza, tu punto fuerte es la velocidad. Recuérdalo bien.

Diasuke: Entendido.

Nami: ¿Qué tal vais?

Diasuke: Muy bien.

Nami: Me alegro. Descansa un poco.

Diasuke: Pero si puedo seguir.

Nami: Me da igual lo que digas. Descansa un poco. Te quiero de una pieza. Ya se lo dije a tu padre hace dos años.

Diasuke: ¿Dos años?

Zoro: ¿Te tengo que repetir qué era él el que insistía?

Nami: Me da igual. Eres su padre y tienes que ponerle un limite.

Zoro: Ojala pudiera pero ha heredado tus métodos de chantaje.

Nami: ¿Cómo?

Zoro: Ya desde pequeño lo hacía cuando entrenábamos.

Diasuke: ¿Qué hacía?

Zoro: Como sabías que no soportaba verte llorar lo hacías.

Nami: Jajaja muy bien Diasuke. Se nota que eres mi hijo.

Zoro: No creo que sea una cosa para halagarle.

Zoro se sienta con Nami encima de él.

Nami: Ven Diasuke.-lo coloca encima suyo.-Ya te decía que tenías que descansar. Vas a caer dormido.

Diasuke: N-no es.-bosteza.-verdad...-poco a poco se va durmiendo.

Nami: En eso no ha cambiado nada. Le sigue gustando dormir.

Zoro: Es mi hijo. ¿Qué te esperabas?

Nami: Que no saliera tan vago como su padre.-se queda mirando a Diasuke.-Lo voy a llevar al camarote.

Zoro: Está bien. Yo voy a entrenar un poco.

Nami: No has cambiado.-sale del nido del cuervo y entra en su camarote. Deja a Diasuke en la cama y ve que en la mesilla estaba el Tonel Dial que grabó hace dos años. Decidió ponerlo y dejar dormir a Diasuke.

Después de cenar habían llegado a la isla Gyogin. Luffy insistía en salir a explorar pero todos se negaron. Así que decidieron descansar y mañana partirían.

Zoro: Oye Nami. ¿Sabes? Estás más guapa que hace dos años. Creía que eso sería imposible.-dice con una sonrisa picaresca.

Nami: Tú también estás más guapo. Y más alto. Oye, que me tengo que poner de puntillas para darte un beso.

Zoro: Eso no hará falta.-la besa.

Nami: ¿Has estado comiendo mandarina?

Zoro: Es posible.-alguien llama a la puerta interrumpiéndoles.

Diasuke: Mamá, papá ¿puedo entrar?

Zoro: Shh...calla. Pensará que estamos dormidos.-susurra.

Nami: Zoro no seas así. Lleva dos años sin vernos. Pasa Diasuke.

Diasuke: ¿Puedo dormir hoy con vosotros? El tío Luffy y el tío Usopp están montando guardia muy cerca de mi cuarto y no me dejan dormir.

Nami: Claro que si. ¿Vamos a dormir?

Diasuke: Sí.-dice entre un bostezo.

Zoro: ¿Oye y lo que íbamos a hacer?

Nami: Pues para otro momento.-dice mientras se acuesta y Diasuke se va quedando dormido abrazándola.

Diasuke: Mami. ¿Puedes cantarme esa canción? La de dango daikazoku.

Nami: Claro que sí.-canta la canción mientras Zoro se acostaba a su lado y Diasuke se iba quedando dormido.-Como ha crecido.

Zoro: Ya no es un bebé.

Nami: Tenemos que hacer algo para que no crezca.-bromea.-No quiero que deje de ser mi pequeño nunca.

Zoro: Podríamos dejarlo sin comer.-le sigue el juego.

Nami: Jajajaja, no...lo único que quiero es que nunca cambie su forma de ser. Eso es lo que lo hace único.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top