39. FINAL. Don't call it a warning, this is a war. ⚠️
. . .
Tomó rápidamente los tirantes de la mochila del pequeño y los cruzó como una equis sobre su pecho, simplemente para asegurar que no se cayera de camino a la salida.
De ahí, recogió un par de pines que habían tirados, jugó un momento con ellos solo para sacarle una sonrisa a su hijo, y se los puso en los tirantes. El pequeño sonrió de manera instintiva.
Y por último, el hombre se quitó la gorra de comandante que llevaba siempre y se la puso a su pequeño niño, antes de sonreírle una última vez.
-¿Estás listo Donny?
El asintió, un tanto asustado, pero feliz de ver a su padre de nuevo.
El hombre al que ahora conocían como Rhys simplemente se levantó del suelo y tomó a su pequeño niño de la mano. Miró en dirección a la mujer con canas y está le dió la señal para salir.
Ambos comenzaron a caminar en dirección a la multitud un tanto ansiosos... Pero el silencio que había entre ellos era de cierta forma tranquilizador.
Metros atrás justo donde permanecía Belle para guiar a la gente, se encontraban saliendo los primeros héroes de esta travesía.
Sandy salió comiendo una última lata antes de lanzarla al suelo con molestia y hostigamiento. Atrás de él vinieron Pam, Jessie y Colt sujetos de la mano como toda una familia... A Belle le dolería verlos así, pero se limitó a decir algo antes de arruinar más el tema.
Y justo al último salieron Colette, Piper -al fin despierta- y los protagonistas de la historia; Edgar y Byron.
La rubia se veía demacrada por lo que Colette se dispuso a cargarla en forma de abrazo por los hombros, mientras que Edgar comenzaba a caerse del sueño, y Byron simplemente lo ayudaba a mantenerse de pie.
Belle dió su indicación para que caminaran cerca de la multitud sin salir mucho tiempo al aire pues cuando Edgar comentó que habían drones volando la zona no hizo más que preocuparse.
Aunque no tenía mucho sentido según palabras de la mujer, pues ninguno de los de Starr Park los veían desde drones, y se limitaban a revisar las casi ya destrozadas cámaras de seguridad.
Y una vez todos iban frente a ella, los siguió con el rifle en mano.
Byron alzó un poco a Edgar y miró hacia atrás, molesto. No le agradaba la idea de que Belle fuera detrás de ellos con un arma de fuego, sentía y temía que en cualquier momento podría empezar a disparar para deshacerse de todos...
Aunque realmente no parecía tener razones para hacer eso, pero la desconfianza lograba ganarle.
Entonces Edgar lo jaló de la corbata molesto.
-Ya, puta madre, ya deja de pensar en eso un segundo. Entiendo tu desconfianza pero no podemos ignorar a la única que conoce la salida ahora maldita sea.
Byron lo miró y frunció el seño.
-Yo te seguiré a dónde vayas, pero eso no cambiará que no voy a creerle nunca. No creo en nadie en este lugar más que en tí.
Edgar rodó los ojos y soltó un quejido de molestia, soltando al fin la corbata del hombre.
-Solo no te dejes llevar, no tenemos de otra...
Y es que de cierta forma la actitud de Byron estaba justificada. Después de todo estaban atrapados en un parque en medio de la nada después de una explosión enorme que mató a todos, y los pocos supervivientes simplemente fueron desterrados a otro mundo por meses.
No podían confiar en nadie. Cualquiera podría ser un traidor.
Tenían que cuidar sus espaldas a menos que quisieran morir en un estúpido intento de escapar.
Debían estar listos para darle la vuelta a alguien por si llegaba a ser un traidor... De todas maneras a nadie le convenía traicionar a un enorme grupo de personas nerviosas a más no poder.
Aún entre quejidos siguieron caminando.
El ambiente era gris, frío y tenso. La cantidad de toxinas que viajaban por el aire se podían sentir fácilmente. Todos estaban aterrorizados de encontrarse con un trabajador de Starr Park que los terminara matando a todos.
Tardaron un poco pero llegaron a pasar la fuente y de ahí llegaron a la enorme plaza central que había causado la explosión en primer lugar.
Se detuvieron un momento en un local cercano a la plaza, y Belle se asomó hacia afuera.
Unos cuantos segundos de silencio incómodo y la mujer regresó a ellos.
-Iré yo primero a la puerta para asegurarme que nadie nos esté esperando ahí, ¿de acuerdo? Cuando esté todo seguro les llamo, y quiero que vengan corriendo lo más rápido que puedan, ¿entendido?
Todos aceptaron en seguida, y la mujer salió corriendo en dirección a la plaza central.
Mientras tanto todos retrocedieron un poco para evitar ser vistos... Y pasaron un par de segundos en los que no supieron nada de Belle.
Hasta que...
Se oyeron varios disparos provenientes del interior de la plaza, y el gritó de un hombre que fué acallado en seguida.
Pasó un rato más... Belle no salía...
Fue entonces que un par de segundos después, la mujer se asomó por la puerta haciéndoles una señal desesperada para que corrieran con ella, y así fue.
Se acomodaron en fila mientras los adultos cargaban a los niños y los sanos ayudaban a los heridos. Corrieron lo más rápido que pudieron...
Pero algo que captó la atención de Edgar es que, al igual que el día anterior, había un dron volando sobre la zona.
No sabía si confiar o no.
Se detuvieron una vez estuvieron adentro, y Belle cerró la puerta por detrás.
-Habían dos hombres revisando la zona... Pero me encargué de ellos...
Los mayores tomaron a los más pequeños y les cubrieron los ojos apenas Belle termino de hablar. El olor a abundante sangre se volvia cada vez más intenso y obvio.
La mujer apuntó al frente pidiéndoles que ignoraran los cuerpos de los recién asesinados... Debían salir de ahí rápido, muy probablemente esos dos mandaron alguna señal antes de morir, o de alguna forma Starr Corporation ya se había enterado de lo que había pasado.
Y no sería sorpresa si de repente miles de soldados aparecían frente a ellos dispuestos a asesinarlos a todos sin piedad.
La oscuridad de la zona podría poner ansioso a cualquiera. El lugar estaba destrozado y era obvio que no había sido ocupado en mucho tiempo... La explosión dejó marcas por doquier, y era aterrador pasar al lado de un pilar y ver qué tenía una abolladura con un montón de sangre en ella.
Una vez estuvieron en el centro de la destrozada plaza, la mujer se detuvo y todos formaron un círculo en el centro, siguiendo las órdenes de la mujer quién había explicado repetidas veces el plan para que quedase claro.
Ella miró a los alrededores... Y disparó a un par de cámaras de seguridad que habían para prevenir cualquier cosa. Entonces alzó la mano y todos se separaron por grupos.
No se habían planeado los grupos desde antes, por lo que simplemente algunos se fueron con personas con las que no habían convivido mucho y otros con su gente mas cercana.
Byron no soltó a Edgar ni un mísero segundo pues se mantenía sujetó de la mano de él, mientras que un joven más fue detrás de ellos. El chico minero de los anteojos, que había perdido un ojo antes.
Oh, y hasta era gracioso ver cómo el hombre no dejaba al pobre Carl acercarse a su adoradisimo amorcito.
Comenzaron a buscar entonces lo que Belle había indicado; Alguna radio funcional, alguna corriente de energía, un celular con batería y señal. Cualquier cosa que pudiese mandar señales de su existencia.
Ellos tres se dedicaron a buscar en un pasillo lleno de puertas con oficinas destrozadas, con algunos cadáveres adentro.
Entraron a una habitación enorme con cortinas amarillas colgando de lo alto del techo, pudieron ver lienzos manchados de pintura, rayones y sangre en el suelo... En el centro un especie de escenario diminuto y varios bancos vacíos.
Carl no evitó señalar a un lugar detrás de la cortina, dónde podían ver los pies de una mujer con tacones rojos asomándose... Y al notar como Byron siguió caminando ignorandolo por completo además de casi estar arrastrando a Edgar, corrió en completo pánico detrás de ellos.
Silencio, no había ni una señal de una radio que pudiese salvarlos.
O al menos los dos tortolitos no se dieron cuenta o estaban cada vez más sordos, pues Carl dijo que había escuchado interferencia cerca.
La desconfianza que Byron tenía era increíble, pues no pasó a la habitación que Carl había señalado y mucho menos dejó a Edgar hacerlo.
Bueno, al final el chico de los anteojos tuvo que intentar entrar por su cuenta. Y sí, intentar, porque la puerta estaba cerrada con seguro.
Carl volteó a ver a Byron ya que era el que mejor forma tenía de los tres, pero él solo se alzó de brazos restándole importancia.
-Bueno, lo intentamos. Adiós.
Edgar jaló del brazo a Byron obligandolo a quedarse, este simplemente rodó los ojos molesto.
-Bien, lo haré, no lloren.
Se preparó, retrocedió un poco y, bam... Le soltó el golpe de su vida... Aunque no fue suficiente para abrirla, seguro que había aflojado un par de tornillos.
Ni siquiera se molestó a volver a golpear con el hombro pues en seguida abrió la puerta con una patada más.
Carl fue el primero en entrar debido a la necesidad de Byron de que así fuera. Revisó la zona, todo estaba bien acomodado... A excepción de una cosa.
Lograron encontrar el cuerpo real de Gale tirado en el suelo... Sangrando.
-Mierda...
Le habían dado un tiro en la cabeza hace poco... Y la radio estaba encendida.
Justo como con Leon.
-¡Cierren la puerta ya!
Edgar en un ataque de pánico se lanzó contra está, cerrándola de inmediato.
Carl removió casi vomitando el cuerpo del pobre anciano que había muerto de forma injusta ante las manos de aquella corporación malvada... Y comenzó a mover un par de botones.
Había mandado una señal hace poco, pero no parecía que alguien la haya escuchado.
Carl intentaría hacerlo de nuevo, intentando asegurar que está vez nadie lo asesinara en el intento. Estaba junto a Edgar y Byron... Se sentía protegido, pero a la vez preocupado por su gente.
Mike y Jacky.
Casi comienza a llorar de los nervios, hasta que logró darle al punto exacto donde podía mandar mensajes...
-¿¡Hola!? ¡Por favor, ayúdennos! E-estamos atrapados en el parque de atracciones Starr Park en medio de un desierto... Ocurrió una explosión hace tres meses, tenemos mujeres y niños heridos, por favor manden ayu-...
Pero su mensaje fue interrumpido antes de que si quiera pudiese terminarlo.
Y un microsegundo después, unas alarmas comenzaron a sonar, deteniéndose de golpe y volviendo a activarse, así tres veces.
Era la señal de Belle.
"Si oyen el llamado de tres alarmas, escondanse."
-Mierda.
Byron jaló con brusquedad a ambos jóvenes de los brazos y los llevó con él bajo un escritorio, cerca de donde se encontraba el cuerpo muerto de Gale.
Los metió ahí abajo antes de que él se escondiera de igual forma con todo el pánico del mundo entre las venas. Sí lograban salir de ahí en primer lugar, los traumas que les dejaría esa experiencia tendrían que ser tratados con años de terapia.
Carl cubrió su boca al borde del llanto temblando más que una gelatina, mientras que por la brusquedad con la cual fue aventado debajo del escritorio, su ojo herido comenzó a sangrar de nuevas cuentas.
Edgar se hizo bolita lo más al fondo del escondite que pudo y Byron lo sujetó del hombro, intentando que mantuviese la calma.
Aunque a decir verdad, también era un tranquilizante para él. Ambos estaban temblando del miedo y la ansiedad. Sus corazones no podían dejar de latir del terror que sentían.
Las luces se apagaron.
Tensión... Incomodidad.
Miedo.
Terror a morir.
Solo podían esperar a ser encontrados, morir... O esperar a la segunda señal de Belle.
Oyeron algunos pasos fuera de la habitación, y entonces las luces regresaron de golpe, al igual que las alarmas. Pero esa no era la señal que la mujer les había dicho que haría, alguien estaba intentando engañarlos, o tal vez algo estaba fallando en el sistema.
El sonido de las sirenas se detuvo de golpe... Y se quedaron a oscuras en medio de una oficina con un muerto al lado.
Carl habría comenzado a llorar para entonces...
-E-Edgar...
Susurró mientras su voz se quebraba poco a poco.
-Perdón... Perdón por lo que te dije días atrás... S-soy un estúpido, decirte inútil fue algo horrible d-de mi parte... Lo siento... De verdad, yo-...
El chico del flequillo lo abrazó fuertemente sin decir ni una sola palabra, mientras que las lágrimas caían de los ojos del joven y manchaban sus destrozados anteojos.
Hizo lo mejor que pudo para acallar su llanto, guardando todo su miedo en el interior de su garganta.
Sujetó su estómago, sentía que iba a vomitar de la ansiedad, del miedo. Era una sensación horrible, una sensación que lo perseguirá de por vida.
Más silencio. Nadie dijo nada, y no se escuchaba más que los llantos ahogados de Carl.
Entonces escucharon como alguien intento forzar la puerta del lugar.
Todos guardaron un silencio mortal... ¿Estaban perdidos?
-Uhm... ¿Hay alguien ahí?
No, era Jessie, quién intentaba abrir la puerta desesperada.
-Déjenme entrar...
¿La estaban persiguiendo?
Byron les dió un pequeño empujón a los dos para que se quedaran en su lugar y se levantó fuera del escondite.
Tomó rápidamente lo primero que encontró -una lámpara de escritorio- y se aproximó lentamente hacia la puerta...
No era que desconfiara en Jessie, sino que desconfiaba de cualquiera que la estuviese persiguiendo.
Abrió la puerta a una velocidad exuberante y jaló a la pequeña consigo dentro de aquella oficina. Jessie corrió al fondo de la habitación entre lágrimas y desespero, cayendo al suelo de inmediato apenas Byron cerró la puerta de un golpe.
Corrió en cuclillas en dirección a la pequeña tirando la linterna lejos, sujetandola en un fuerte abrazo mientras Edgar salía para asegurarse de que ambos estuviesen bien.
El menor puso su mano sobre la cabeza de la pelirroja buscando tranquilizarla, y esta simplemente respiró pesadamente hasta calmarse un poco.
-¿Dónde está tu mamá?
La tensión del momento era enorme, y la pobre niña no podía dejar de temblar.
Ella simplemente señaló al exterior, en dirección de dónde ellos habían venido. Edgar entonces tomó a la pequeña niña entre sus brazos y la jaló junto a él bajo el escritorio. Byron los siguió a gatas.
Solo... Necesitaban esperar.
Su muerte, o la señal de Belle.
Lo que pasará primero.
. . .
-Qué linda mi niña favorita... Intentando ser el héroe de un montón de desconocidos...
-Aléjate a menos que quieras que te destroce tu linda carita de un plomazo.
El hombre rió de manera cínica, acercándose más.
-No es amenaza, es advertencia.
Pero aquel hombre de traje no se detuvo.
No hasta que Belle le soltó un disparo en el hombro, cosa que lo hizo caer.
Sin embargo, a pesar del notorio dolor que sentía, las risas de su parte no faltaron, cosa que hizo la sangre de Belle hervir.
Se levantó con ojos llorosos mientras llamaba a sus guardaespaldas, y estos se acercaban cubriendo a su queridísimo jefe.
-¿Qué vas a ganar con esto, ah?
Ella cerró la ojos y soltó un suspiro, no queriendo responder esa pregunta.
-Belle... Todo este tiempo luchamos por este futuro. Años y años intentando ser la empresa perfecta para que tú vengas a arruinarlo todo... Queríamos ayudar.
-No. No querían. Ustedes fueron quienes arruinaron todo.
-Eso no es verdad, y lo sabes.
Ella rió casi a carcajadas.
-¿Entonces que necesidad hay de callar a cualquiera que quiera huir de aquí...? Si se supone que ustedes solo querían ayudar y no arruinarlo todo.
Él no dijo nada.
-Si fuera verdad eso de que querían ayudar, no querrían encerrar a cualquiera que tenga información del tema. No encerrarías a tu propia hija.
Pero el hombre simplemente negó con la cabeza.
-Me sorprende como pasaste de pedirme que maltratara a tu pequeño empleado emo a querer protegerlo a él y a los demás.
Ella frunció el seño en completa molestia.
-Cometí un error, pero yo si planeo arreglarlo. Sé que puedo hacer todo esto mejor de lo que alguna vez fue, y no dejaré que toques a Edgar de nuevo.
-¿No te gustaría que le rompa la muñeca?
El rió mientras Belle soltaba otro disparo en dirección al techo. Los guardaespaldas casi reaccionan en su contra hasta que fueron detenidos por su superior.
-No, déjenla. Al final del día, por más cosas buenas que quieras hacer, sigues siendo débil al dinero, ¿no es verdad, hija mía?
Un zumbido se escuchó por encima de la plaza central.
Cómo un helicóptero. Probablemente ya estaban jodidos.
-Te propongo todo lo que desees, Belle. Puedo arreglarte ese brazo y ponerte uno de oro, puedo darte la herencia de tu madre y sus terrenos, puedo darte un puesto más alto en la empresa... Solo tienes que entregarnos a los civiles...
Un sollozo se escuchó cerca de la mujer...
-No aceptaré nada... Y mucho menos dinero de mi madre que tu mismo asesinaste.
Finalmente el anciano frunció el seño en molestia.
-¿Entonces no te importará si abro fuego contra tí, ah?
Silencio... Belle no dijo nada, y los guardaespaldas permanecían apuntando a su cabeza...
Entonces ella se quitó la máscara y mostró su enorme sonrisa.
-Inténtalo.
Belle soltó un disparo contra la cabeza del hombre, y justo cuando los guardaespaldas estuvieron a punto de disparar, ella se tiró al suelo y ambos fueron neutralizados.
Los tres cuerpos cayeron al suelo, y dos hombres enormes aparecieron en escena golpeando con fuerza la cabeza de los dos villanos.
Eran Rhys y Frank, habían logrado llegar a tiempo sin ser descubiertos. Y todo gracias a que Rhys era un militar retirado con planes de escape en mente todo el tiempo.
El hombre de pelo largo se acercó a la mujer y la ayudó a levantarse, sonriéndole inconscientemente al momento de tomarla de su brazo herido.
-Sonará a atrevimiento, pero usted es realmente muy valiente. Le agradezco muchísimo por haber cuidado a mi pequeño todo este tiempo.
La mujer rió y tomó la palanca de las alarmas de nuevo.
-Fue un placer. Cuando huyas, por favor cuida de ese pequeño que es una dulzura de niño, ¿si?
Rhys asintió mientras Frank se regresaba solo para cargar a la chica de pelo tintado en morado que estaba fuertemente herida.
-No hay más tiempo que perder. No sé si alguien encontró una radio o no, pero si nos quedamos más tiempo moriremos todos. Haré la señal, ustedes pónganse allá y guíen a todos a la salida. En cualquier momento llegarán más refuerzos.
Rhys caminó a donde Belle le señaló y le hizo señas a alguien que permanecía escondido en uno de los pasillos, exactamente de dónde habían ido Byron, Edgar y Carl. De ahí salió Max al lado del hombre que ahora conocían como Surge, tomados de la mano de su pequeño hijo Donatello.
Ambos estaban listos... Era momento de activar las alarmas y hacer a todos escapar.
Era...
El momento.
Era la guerra.
Miró una última vez el cuerpo de su padre, con la cabeza hecha pedazos... Le dedicó su última expresión de odio inmenso, e hizo la señal.
Era hora para todos...
De escapar.
Al fin...
Después de tanto...
Era el final de esta horrible pesadilla.
La alarma sonó otras tres veces... Y apenas pasados los segundos, todos salieron corriendo despavoridos de los salones donde estaban escondidos.
Entonces las puertas principales de la plaza comenzaron a ser golpeadas con fuerza, mientras varios disparos la atravesaban. Rhys tomó la mejor decisión de hacer una barricada enorme con veinte mil muebles sobre la puerta, pues les daría tiempo suficiente para huir.
Todas y cada una de las víctimas corrieron como nunca antes...
Pero el tiempo se detuvo un momento cuando vio el rostro en pánico de su querido hijo... Colt... Gritando por auxilio.
-¿¡PAM!? ¿¡DÓNDE ESTÁ PAM!?
No... No era momento para perderse.
Belle se acercó a su hijo para tomarlo del brazo y jalarlo con fuerza.
-¡SUÉLTAME HIJA DE PUTA, NO ME IRÉ SIN PAM!
No había tiempo, la barricada comenzaba a caer.
Ni siquiera se limitó a soltarlo pues cuando menos lo notaron ya estaban en la puerta trasera que daba al estacionamiento para trabajadores, lugar únicamente accesible por la plaza central.
Tiró a Colt contra la pared mientras esté lloraba de manera exagerada. Solamente se dedicó a poner un código en la puerta y abrirla de un puñetazo.
Libertad.
Era momento.
-¡SALGAN, AHORA!
Todos comenzaron a correr fuera de aquel horrible lugar sin pensar en detenerse, sin planear caer en un momento así.
-¿¡CARL!? ¡IMBÉCIL VEN AQUÍ AHORA MISMO HIJO DE PUTA!
Jacky gritó al notar como él no aparecía...
Y ahora que lo pensaba, Byron, Edgar y Jessie tampoco aparecían.
La barricada comenzó a caerse a pedazos, estaban a punto de entrar.
Fue entonces que vió a esos últimos cuatro salir de un pasillo corriendo como si su vida dependiese de eso -que bueno, no había mentira en eso-. Belle les hizo señales para que fueran a la salida, pero Colt se levantó antes y los detuvo de seguir avanzando.
-¿¡Pam!?
-¿Dónde está mi mami?
Maldita sea, no podía ser en serio.
-Creímos que ya estaría con ustedes...
Byron dijo con el corazón en la garganta. Carl solo corrió en dirección a Jacky y Mike, y los abrazó con una fuerza inimaginable.
Sin embargo los otros seguían de pie ahí, esperando casi entre lágrimas a la dichosa mujer.
La puta madre, no ahora.
-Vayan saliendo... Iré a buscarla.
-¿¡Estás loca!?
Colt gritó sujetandola del brazo, pero ella con un movimiento brusco lo apartó.
-Ustedes lo están más por quedarse aquí conociendo el peligro. Larguense ahora. No descansaré hasta encontrarla.
Y así Belle salió corriendo justo a dónde Jessie había apuntado diciendo que ahí la había visto por última vez.
Una extraña sensación en su pecho se hizo presente en cuando oyó los últimos pedazos de muebles se destrozaban poco a poco.
Tenía excasos segundos para encontrar a Pam.
Corrió casi deslizándose por los pasillos de la velocidad que llevaba, abriendo puerta por puerta a patadas gritando el nombre de la mujer. Pero nadie respondía.
Puerta tras puerta, destrozandolas con odio y desesperación...
Hasta que la encontró, sentada en el suelo... Llorando con fuerza.
-¡Mierda Pam tenemos que salir de aquí!
Pero la pobre mujer estaba más ocupada sufriendo muy en su interior, quebrando los últimos pedazos de su corazón que seguían con esperanzas.
Belle se le acercó desesperada y la tomó de los brazos intentando levantarla, pero ella no quería, estaba sufriendo muchísimo.
-No lo voy a lograr...
Su voz tartamudeaba sin parar, y sus lágrimas chorreaban como cascadas.
-¡NO TE PUEDES RENDIR AHORA MIERDA! ¡TUS HIJOS TE NECESITAN!
La mujer pelirroja talló sus ojos en llanto.
-¡No soy tan fuerte como creí!
-¡SI LO ERES, AHORA VAMONOS!
La jaló, con suerte logro hacer que se pusiera de pie...
-No... No lo vamos a lograr... Vas a morir aquí por mi culpa...
Belle le importó un comino su palabrería y la jaló con ella a la fuerza, sacándola de aquella habitación repleta de sangre.
-¡Lo vamos a lograr! ¡Por mis huevos que lo vamos a lograr!
La sujetó de la mano y la empujó al frente, obligandola a agacharse mientras que ella usaba su rifle para apuntar a la entrada.
Tres golpes más y ellos estarían dentro.
-¡CORRE, CORRE, SI ALCANZAMOS!
Entonces Colt se asomó por la puerta apenas escuchó la voz de Belle, y comenzó a mover sus brazos desesperado llamándola para que huyera con ellos.
Pam se limpio las lágrimas... Pero no evitó caer al suelo quebrada.
Dos golpes más y ellos estarían dentro.
Belle la sujetó de los brazos de nuevo gritándole y animándola a salir corriendo... Pam había perdido las esperanzas muy profundamente.
-¡CORRE!
Entonces ellos entraron, y abrieron fuego en contra de ellas... Pero Belle empujó a Pam al suelo antes, animándola a correr. Colt por su parte se escondió detrás de la pared para no ser visto por los hombres...
-Pam... Escúchame...
Silencio... Solo oían los pasos de los hombres armados.
-Eres una mujer fuerte... Desde hace mucho que te conozco y nunca te habías rendido así... Tienes una familia que cuidar y que proteger, no te dejes caer... Eres fuerte.
Poco a poco la tensión aumentaba, mientras Belle empujaba a la otra en dirección a la salida...
-Solo... Solo tengo a Jessie...
Entonces la mujer con canas sonrió...
-Cuída a Colt por mí...
Y de una patada la sacó por la puerta obligandola a huir. Una vez ella estuvo afuera, todos salieron corriendo a una velocidad increíble...
Pero Colt se detuvo de la nada cuando no vio a Belle salir por la puerta.
-Mamá... Espera... ¿¡Y mi mamá!?
Byron se detuvo igual volteando una vez más hacia el interior de la plaza...
Pudieron verla peleando a capa y espada con su rifle...
"Esto es una guerra."
Pero por mucha que fuese su habilidad... No pudo con todos los chalecos antibalas y todas las armas de alto calibre que la atacaban...
Todos pudieron ver cómo la mujer era asesinada por varios disparos sobre ella... Disparos que no se detuvieron hasta que ella cayó al suelo muerta.
Colt comenzó a gritar en agonía queriendo correr por su madre, pero Pam, quién igual estaba entre lágrimas lo jaló con ella y corrió casi cargandolo junto a Jessie...
Los últimos que quedaban ahí... Eran de nuevo Byron y Edgar... Quienes miraban en completo shock la escena sin poder moverse...
-Corre...
Edgar volteó a verlo con lágrimas en los ojos...
-¡CORRE!
Y ambos aún sujetos de la mano comenzaron a huir teniendo detrás a los hombres de Starr Park.
Estaba a metros lejos de ellos, pero sabían que las balas viajarían a una velocidad exuberante mientras ellos intentaban escapar.
Corrieron, aún sujetos de la mano, sin detenerse ni mirar atrás...
Pero Edgar cayó al suelo una vez una bala había golpeado su rodilla.
Byron se detuvo y lo levantó entre sus brazos gritándole que aún podían salvarse, que aún tenían oportunidad de vivir... Para seguir intentando.
Corrió tan lejos como pudo... Pero ahora la bala lo golpearía en el hombro, casi haciéndolo caer.
La sangre comenzó a brotar sin piedad... Y entre más corría, más lloraba, más débil se sentía.
¿Este sería su final?
Metros adelante... No pudo evitar caer aún con Edgar entre brazos...
La luz del sol en medio del desierto le quemaba los ojos... No podía ver con claridad...
Edgar entre lágrimas se le acercó a Byron... Y lo tomó de la mano abrazándolo... Como si fuese la última vez.
... Como sí fuese la última vez...
Se tomaron de la mano una vez no tuvieron fuerzas de seguir abrazados... Y se miraron el uno al otro...
Solo podían oír el sonido blanco que la soledad del desierto causaba...
-¿Puedes sentirlo, Edgar?
El no dijo nada... Simplemente dejó las lágrimas caer.
-Es el sentimiento de la libertad...
Libertad.
Hace tiempo había deseado oír esa palabra.
Miraba a lo lejos, todo era borroso, el sol brillaba mucho sobre sus rostros. Byron puso su mano sobre hombro, haciéndolo estremecer.
No podía reconocer su rostro ni un poco más, su visión estaba borrosa, apenas podía ver su propia nariz.
Pero adoraba oír esa voz...
-Esto es todo por lo que hemos luchado... Para despertar.
Despertar.
De aquella horrible pesadilla.
Dejó sus últimas lágrimas caer, y se acercó como pudo al hombre, en silencio...
-Byron... T-te amo...
El hombre aún con todo el dolor del mundo sobre su hombro, pasó su mano por el destrozado rostro de Edgar, y lo acarició suavemente quitándole aquella máscara horrible...
-Yo... También... Y mucho.
De igual forma retiró su máscara, solo para poder acercarse al menor y depositar un triste beso en su boca...
Más lágrimas cayeron...
-N-no quiero morir...
Nadie quería hacerlo.
Y no podían saber si era su final...
Simplemente... No podían saberlo.
Se miraron a los ojos una última vez... Antes de que Edgar los cerrara y cayera rendido ante en horrible calor y el dolor en su pecho...
Byron se limitó a acercarse al otro... Y depositar un beso en su frente.
-V-vamos a vivir... Te lo prometo...
Dijo...
Con las últimas fuerzas que le quedaban...
Esto... ¿Era la victoria?
¿Habían ganado la guerra? ¿Habían conseguido la victoria?
Recordar era palabra... Ese nombre... Era doloroso.
Más sabiendo en horrible significado que tenía ahora.
Cuando sacrificó todo su ser por salvar a su pequeño muchacho... Cuando se enteró y recordó el nombre de su hija.
Victoria.
A decir verdad, seguía siendo una palabra hermosa... Que recordaría sus últimos momentos.
Antes de cerrar los ojos.
. . .
"Victory has come to you. Now it's time for you to get some karma."
- 20/05/21.
[No olviden esperar por el epílogo, y recuerden oír la canción que les puse al inicio para que vean lo bien que encaja con el fic.]
. . .
F I N A L I Z A D O .
Gracias por acompañarme en esta aventura.
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