37. The devil is after both of us. ⚠️
. . .
No despertaba aún.
Lo abrazó tanto como pudo mientras seguía caminando de regreso al refugio improvisado para los heridos.
-¿Estás seguro que no quieres que te ayude? Es un hombre muy alto, mide casi treinta centímetros más que tú seguro que pesa mucho, no te vayas a...
-Está bien Colette, si puedo con él, de verdad.
Belle rió yendo frente a ellos.
-¿Tanto te gusta mi hermano, ah?
Edgar solo desvió la mirada para que no vieran su ahora notable sonrojo que aumentaba considerablemente más por los constantes chistes Belle sobre su gusto por los hombres mayores y la ahora cuestionable sexualidad de su hermano.
Colette rió junto a ella antes de dar un par de saltos como todo niño emocionado haría, en dirección a la otra.
-¡Belle! ¿Me ayudarías a cotizar la boda de estos dos? Debiste verlos dentro del otro mundo, eran un par de tortolitos y siempre se estaban buscando.
La mujer volvió a carcajear, abrazando inevitablemente el rifle.
-No me sorprendería si descubro que ya organizaste toda su boda incluso antes de que alguno de los dos se proponga, ¿no?
-Bueno, casi... Edgar y Byron aún no me dicen si ambos quieren llevar traje o si alguno prefieren vestido...
Colette adoptó una pose pensante, mientras que las carcajadas de la otra resonaron por todo el lugar.
-¡HA! ¡Mataría por ver a Byron con vestido!
-Ajhem...
Edgar miró a ambas albinas ya hostigado por sus bromas, aún cargando entre sus brazos al inconsciente de Byron.
Las dos cesaron sus risas, pero siguieron caminando susurrándose cosas la una entre la otra riendo en voz baja... El chico solo rodó los ojos soltando un obvio quejido, y siguió caminando sin poder dejar de ver al hombre que llevaba entre brazos...
Era pesado, tal como esperaba, pero sinceramente esperaba que lo fuera más...
No era sorpresa el que pesara menos de lo que creía, tres meses en un coma sin nutrientes o mínimo tratamiento como el que Belle le había aplicado por todo ese tiempo en él y su amiga... Sin embargo no dejaba de preocuparlo.
¿Cómo se mantuvo con vida, él y todos los demás siendo que no habían comido nada ni mucho menos como para mantenerse mínimamente sanos? Incluso Belle estaba sorprendida que toda la gente que habían rescatado siguiera mínimamente sana.
Entonces llegaron, Colette se adelantó y abrió la puerta, dejando ver a un montón de gente sangrando. El olor a medicina era fuerte, y eso no iba a pasar desapercibido por Belle.
La mujer volteó a ver a Edgar, quién se encontraba recostando a Byron sobre una cama improvisada con el abrigo que tenía, su chaleco y su tan preciada bufanda. Retiró rápidamente el abrigo del hombre y lo uso de cobija para cubrirlo bien...
-¿Cuántas te llevaste?
Edgar acomodó la máscara de gas del hombre, y en seguida tomo la inyección, viendo cómo Belle permanecía mirándolo esperando su respuesta.
-Ni siquiera las conté, pero creo que hasta el momento van a alcanzar para todos los supervivientes.
Ella desvió la mirada, se acercó lentamente para tomar el brazo de su hermano y destaparlo para que el chico pudiese inyectar el medicamento...
-Si se quedan justas entonces valió verga. No creo que aguanten hasta mañana, y se tiene que inyectar una diaria mientras estén expuestos.
El joven volteó a ver a la mujer una vez había inyectado todo el contenido de la gerinja.
-Pero yo sé dónde conseguir más... Necesitaría ir para asegurarme de que aún estén ahí y traerlas.
-¿Cómo sabes todo eso?
Belle apartó el brazo de Byron y se sentó a su lado. Hizo un llamado con la mano y en seguida el pequeño niño que había estado cuidando todo este tiempo corrió hacia ella.
Lo abrazó, y lo cargó hasta que pudiese sentarse en su regazo.
-Soy parte importante de la familia, pequeño. Yo era la sub-dueña del parque y gerente de la tienda de regalos antes de que ocurriera el accidente. El primer mes cuando descubrieron que no pude escapar por los utilidors me dieron toda la información por radio para poder mantenerme viva en lo que ellos mandaban a alguien a buscarme.
Edgar pasó su mano sobre el frío rostro de Byron, acomodando su cabello despeinado.
-¿Pero entonces por qué no te fuiste?
La mujer encontes sujetó al pequeño niño que tenía entre brazos y acomodó su suéter, pues comenzaba a hacer frío por la noche fría dentro de ese maléfico parque. Entonces acarició su cabello con una mirada vacía...
Comenzaba a ver por dónde iba la cosa.
-Rompí el contrato, dos veces... La primera vez fue cuando los lleve a ustedes dos al búnker apenas unas horas después del accidente, a ellos no les gustó eso pero me dijeron que me sacarían del parque la semana que venía. No lo hicieron, por lo que pensé en buscar supervivientes un mes después... Justo aparecieron cuando rescaté a este pequeño. Nos peleamos por el tema y caí sobre un charco de desechos. Mi brazo y parte de mi torso están quemados por ello.
Edgar frunció el seño un tanto disgustado por la sentencia de la mujer.
-Logré llegar al búnker hasta un día después... Ellos se fueron, y me dejaron tirada mientras me veían sufrir... Esos hijos de puta no se comparecieron de mi y de mis decisiones por salvarlos.
-Lamento oír eso señora Belle...
Ella negó con la cabeza, abrazando al pequeño niño que seguía sentado cobre ella.
-No te preocupes. Igual me lo gané por formar parte e todo esto en primer lugar... Espero poder remediarlo...
Edgar bajó la mirada y tomó a Byron de la mano.
-... Por él. Ahora lo único que me importa es que Donny esté bien.
Ella se levantó dejando al pequeño niño en el suelo, para en seguida tomar un abrigo rojo y ponerlo sobre sus hombros.
Todos miraban desde sus respectivos lugares como la mujer volvía a tomar el rifle. Le hizo un par de señas al pequeño niño, quien corrió con Edgar sujetandose de su pantalón...
-Cuida de él, iré a ver si la bóveda aún está con todo adentro.
-¿No quieres que te acompañe...?
Ella negó con la cabeza.
-Ellos no saben lo buena que soy con el rifle.
Y apenas dicho eso, ella comenzó a caminar fuera del establecimiento haciendo una señal de despedida.
El pequeño Donny lo miró con una expresión de obvia preocupación en su rostro, Edgar puso su mano sobre su cabeza acariciando su cabeza de manera amigable.
-Va a volver, es la mujer más fuerte que he conocido nunca. No te preocupes pequeño...
. . .
Tres de la mañana, Belle no regresaba y aún nadie podía dormir.
Al menos nadie que no fuera el más pequeño de todos los supervivientes.
El pequeño niño se acurrucó entre los brazos del muchacho del flequillo, quién se sentó al lado del hombre que había rescatado recién horas atrás.
Edgar lo abrazó mientras trataba de no quedarse dormido por si alguien lo necesitaba o por si Byron lograba despertar a mitad de la madrugada.
Y sí, ya había intentado varias veces volver a despertarlo pero al igual que Piper, parecía estar atrapado ahí dentro.
Se puso a pensar mientras veía al pequeño niño durmiendo sobre él, recargando su cabeza sobre el hombro Byron...
Si volvía a dormir, ¿volvería a entrar a aquel mundo curioso?
La verdad le causaba terror imaginar que podría volver a quedar ahí dentro solo por querer tomar un descanso, pero llegó a la conclusión de que tal vez ahora sería imposible pues Colt había caído dormido horas atrás y despertó sin señales de haber vuelto al sueño...
Aunque bueno, Edgar ya había despertado antes y había podido volver, dos veces. La verdad le daba miedo pensar que él fuera una excepción.
¿Debería dormir y asegurarse de que Byron esté bien? ¿O tal vez debería buscar a los últimos supervivientes?
Donny se removió sobre su cuerpo... Teniendo una pesadilla.
Edgar sabía que no podía hablar por lo que no se sorprendió al notar que lo único que Donny hacía eran sonidos de pánico. Se preocupó, y lo levantó para despertarlo.
-¿Estás bien pequeño?
Donny tardó en reaccionar pero pudo fácilmente voltear de vuelta hacia Edgar asintiendo nervioso. El chico lo cubrió de nuevo con el grueso abrigo azul que llevaba siempre consigo.
-¿Una pesadilla?
El pequeño asintió, y en seguida moviendo su boca, intentó decir algo...
Edgar se confundió pero trató de entender lo que el niño le decía...
"Papá."
-¿Extrañas a tu papá?
El asintió de nuevo abrazando al mayor tomándolo por total sorpresa. Entonces Colette se acercó y miró a ambos chicos, al parecer tenía noticias tras recolectar información de los supervivientes sobre que estaba pasando en el otro lado.
-Muy probablemente nos vayamos mañana temprano. Solo nos queda encontrar a Pam y su hija, Sandy, la familia de Bo y al Coronel Ruffs
El pequeño se levantó de golpe tras oír el último nombre...
-¿Ah? ¿Pasa algo?
Donny asintió pidiéndole que repitiera los nombres de nuevo.
-¡Ah! Ehm... Pam, Sandy, Bo y el Coronel Ruf-...
Entonces dió un brinco saltando fuera de los brazos del chico.
-Oh, ¿entonces conoces al Coronel Ruffs, huh?
El niño lo único que pudo hacer fue sacar de su bolsillo una pelota vieja, mordida y con un dibujo de un hueso en él...
-¿Tu perro se llamaba así?
Él volvió a asentir sin poder decir palabra alguna. Regresó su mirada hacia el otro joven y comenzó a jalar su pantalón señalando a la salida...
-Quieres... ¿Que lo vayamos a buscar?
Donny se veía desesperado por salir...
-¿Crees que el Coronel se trate de su perro o de su padre?
Edgar se levantó y miró a Colette un tanto ansioso.
-Si te soy sincero, con ese tono de voz creo que se trata del padre... Más después de lo que dijo Belle, siendo que encontró un hombre inconsciente y un perro...
Guardó silencio, guardándose la palabra "muerto", procuraba no recordarle al pequeño sobre la reciente perdida de su mascota. Entonces se volvió sobre si mismo hasta quedar cara a cara con el pequeño niño del abrigo azul. Ambos se miraron... Se veían cansados por igual.
Edgar no pudo evitar sentirse molesto por la situación del pequeño... El no merecía eso, el merecía ser feliz.
Tal vez podría intentar encontrar al padre del pequeño en lo que Belle no estaba, ¿no?
Tomó por los hombros a Donny y lo hizo que lo mirara fijamente...
-Vamos a ir a buscarlo, ¿de acuerdo? Pero tú te quedas aquí.
Hizo un puchero tras oír las últimas palabras de Edgar, en seguida se cruzó de brazos molesto.
-Donny... No podemos llevarte, no ahora. Por favor quédate aquí ¿sí? Te prometo que regresaremos con tu padre.
El niño desvió la mirada... Volteando a ver a Byron al momento.
Edgar rió a sus adentros.
-Cuida de él, ¿bien? Quédate aquí a su lado y asegúrate de que no le pase nada, ¿de acuerdo?
Él simplemente suspiró resignado y volvió a subir s la cama donde estaba descansando Byron. Edgar sonrió y le dió un par de palmadas en la cabeza, después hizo lo mismo con el hombre mayor.
Colette se acercó de nuevo con un par de máscaras de gas y varias inyecciones metiéndolas rápidamente en su mochila, mientras encendía su teléfono móvil para poder usar la linterna en medio de la oscuridad.
Entonces Colt se acercó al más joven al lado de quien parecía ser Brock y Tara.
Parecían estar en perfectas condiciones ahora, como para salir y hacer exactamente lo mismo que Edgar y Colette harían.
-¿Van a salir no? Queríamos aprovechar para ver si encontramos a alguno de los que faltan...
Sip, exactamente querían hacer lo mismo que ellos.
Edgar hizo un gesto con la mano mientras dejaba a Colette abrir su mochila para darles un par de máscaras y jeringas. Él se concentró en únicamente caminar a la salida y mirar el exterior.
Apenas habían luces funcionales... Y el resplandor de la luna apenas iluminaba débilmente todo el parque. A duras penas habían logrado echar a andar la luz de aquel restaurante... Siendo que apenas encendía una luz de las cinco que habían.
La oscuridad lo perturbaba... Le recordaba muchísimo a todo ese tiempo en el que estuvo atrapado dentro de los laboratorios de Starr Park en el otro mundo... Una habitación oscura, fría... Una ansiedad que hacía su pecho doler... Y un silencio mortal y horrible...
Una habitación que le generaba ansiedad en el silencio absoluto...
Tenía un fuerte trauma por ello, ni siquiera quería salir sabiendo que la oscuridad deslizaría sus garras por todo su cuerpo.
Edgar miró por última vez a Donny, y este se cruzó de brazos con una mirada seria, casi empujando a Juan cuando intentó acercarse a Byron.
Rió para sus adentros... Al menos podía asegurar que él ya estaba bien, y que de igual forma, Byron lo estaba protegíendo en el otro mundo...
¿Verdad?
No es como si repentinamente Byron olvidase todo de nuevo y ahora quisiera matar a Edgar con toda su alma dentro del sueño...
¿... Verdad?
Colette salió del restaurante para abrazarlo por la espalda intentando darle ánimos.
-Solo hay que encontrar a los que quedan y podremos descansar, ¿te parece?
Edgar asintió, dándose la vuelta para poder regresarle el abrazo a Colette.
-Me parece perfecto.
. . .
-Oh... Mierda...
Exclamó en asco y horror apenas la luz del celular de Colette iluminó la entrada de aquella montaña rusa...
El carrito estaba justo llegando después del recorrido... Solo pudo ver dos niños sentados ahí.
Y uno estaba muerto.
Podía asegurar que la niña con el gorro de oso era Nita y que a su lado se encontraba el cadáver de Leon. Lo que los aterraba más de pensar que Leon había muerto hace poco dentro del carrito...
Más atrás habían más carritos estancados sobre los rieles con gente muerta dentro de ellos. El carrito de los hermanos shamans había Sido el único que había salido de ese enorme choque metros atrás...
También no podía evitar sentir un increíble asco al ver cómo los cuervos se comían por partes los cadáveres de todos ellos.
Edgar respiró profundo intentando ignorar por completo el cadáver de Leon... No, no había muerto por el accidente, el no había muerto tras la explosión, sino Nita también estaría muerta.
Leon había sido asesinado con un tiro en la cabeza por alguien.
Eso le hacía pensar... La vez en la que vieron la grieta por primera vez... Leon aquel día cayó en trance igual que todos los que habían despertado primero, todo por el miedo de ver aquel enorme agujero en forma de equis en el cielo.
Y sí... ¿Alguien descubrió que había despertado? Tal vez Leon no dijo nada a los brawlers en ese momento por el miedo, o porque creyó que todo había sido una pesadilla causada por el momento.
Pero alguien de la realidad debió descubrir que había despertado... Alguien lo había visto...
Edgar tomó la mano de Colette que cargaba el celular y apuntó a las esquinas de aquel pequeño recuadro que se usaba para subir a los invitados a la montaña rusa.
Una cámara funcional debió haberlo atrapado, por lo que significaba que ellos también estaban en riesgo.
-¿Qué haces? Hay que sacar a Nita de aquí...
Edgar ignoró sus palabras y prestó atención al cielo...
Un dron voló sobre ellos, con una pequeña linterna que los iluminaba.
Estaban jodidos.
Edgar levantó el cuerpo inconsciente de Nita y miró a los alrededores buscando señales de Bo. ¿Quién dejaría ir en montaña rusa a sus dos pequeños hijos?
Entonces comenzó a sospechar que tal vez Bo no tenía nada que ver con ellos, pues antes en el otro mundo no se habían tratado como familia en realidad.
Hasta apenas hace poco es que Bo comenzó a adoptar un papel paterno por ellos.
Y si... ¿Sus padres habían muerto? Tal vez por ello la parte de atrás del carrito de Nita y Leon estaba vacío y además, cubierto de sangre.
Esto era una verdadera pesadilla.
Cargó a Nita entre sus brazos, y volteó de vuelta con Colette, quién se había alejado de él para revisar a alguien que estaba tirado en el suelo...
-Creo que este es Bo... Tal vez fue la última persona que vieron antes del accidente y por ello se volvieron tan cercanos...
Tenía sentido, pero sentía como si Colette le hubiese leído la mente.
Se acercó y ayudó a su amiga a levantar al hombre aún con la niña entre brazos. Efectivamente la teoría de Colette era correcta.
-Será mejor que los despertemos lejos de aquí... Siento que ya saben que estamos vivos...
La chica asintió y comenzó a arrastrar el cuerpo inconsciente de Bo junto al otro, llevandoselo lo más lejos posible de cualquier cámara o dron.
No sé tomaron mucho en despertar al hombre, apenas abrió los ojos dió un brinco casi gritando y llorando. Le pusieron la inyección y en seguida la máscara... Entonces repitieron el procedimiento con la niña del gorro de oso.
Ambos despertaron casi al borde del llanto, Edgar se ahorró la necesidad de mostrarles dónde estaba el cuerpo del otro pequeño y los llevaron consigo lejos de la montaña rusa de maletas.
Bo pidió explicaciones por obvias razones y ambos le explicaron cuál era el problema y dónde estaban. Se limitaron totalmente en hablar sobre Leon.
Caminaron no mucho más cuando llegaron al ambiente espacial...
La zona donde Belle dijo que había encontrado a Donny junto a su padre inconsciente.
Bo comenzó a mirar a los alrededores tomado de la mano de Nita, no parecía poder recordar bien todo el tema del parque y que él era un trabajador cualquiera que cuidaba de la montaña rusa cada que abrían. Era como si apenas estuviese procesando todo a nuevas cuentas...
Colette tomó su linterna y iluminó todo el "museo" de naves espaciales. Era curioso no encontrar mucha gente adentro, y la mayoría de ellos estaban casi en perfectas condiciones.
Los revisaron, pero todos estaban muertos.
Fue para entonces que después de varios minutos buscando a alguien con vida fue que lo encontraron.
Corrió en dirección a la única persona que permanecía respirando en el suelo al lado de un pequeño cachorro al que cubrirá con su abrigo.
Se acuclilló frente al hombre y lo removió sobre su lugar buscando que despertara.
Tenía pelo largo oscuro y ondulado, era muy alto y se veía muy fuerte... Le sorprendía que fuese representado por un perro antropomorfico enano dentro del otro mundo. A decir verdad era muy gracioso pensar en eso.
Lo que si compartía con su versión de ensueño, era el ojo perdido y el parche negro sobre su ojo. Lo hacía ver intimidante y muy respetable, siendo sincero.
No tardó mucho en que abriera su único ojo funcional de vuelta, y ellos no tardaron más el inyectarlo y ponerle la máscara de gas.
-¿Ruffs? Somos nosotros... Edgar y Colette...
El hombre tenía una expresión de confusión pura al oír aquellas palabras. Miró a su alrededor entre la oscuridad que cubría aquel enorme museo.
¿Dónde estaba? ¿Qué había pasado?
Todos los recuerdos llegaron de golpe e hicieron al hombre reaccionar, conectado todo de vuelta.
-¿¡Dónde está mi hijo!?
Edgar lo calmó de inmediato, tomándolo de los hombros y tirando lejos los residuos de la inyección.
-Está a salvo. Venimos por tí porque eras el último que nos quedaba por encontrar... Donny lo está esperando.
El suspiró aliviado y miró sus manos un tanto angustiado.
-Lo último que recuerdo es que mis manos... Patas... Se hicieron partículas y desaparecieron en el aire... Hubiera querido quedarme un poco más allá...
-¿Eh? ¿Por qué?
El Coronel se levantó un tanto adolorido apoyándose en el joven del flequillo.
-El muchacho de la arena, la máquina arcade y la señora Pam estaban teniendo problemas con el doctor Byron...
Abrió los ojos sorprendido... Su corazón comenzó a entrar en pánico.
-¿A qué te refieres con problemas con Byron? ¿Qué le pasó?
-Perdió la cabeza... Una vez el suelo comenzó a quebrarse y a salir un líquido negro y viscoso fue que parecía un monstruo. Traté de ayudarlos a contenerlo hasta que recuperara la memoria pero siempre lograba alejarnos, empujarnos lejos de él.
Colette y Edgar se miraron un tanto ansiosos...
Edgar debía volver.
-Será mejor que volvamos al refugio... Necesito volver antes de que le pase al-...
Sus palabras fueron interrumpidas por el sonido de un metal chocando con otro a las afueras del museo.
Todos se quedaron quietos, asustados de lo que fuera que estuviese afuera.
Todos dentro de aquel lugar se tensaron por completo... El silencio y la oscuridad eran realmente agobiante. Lo único que podían ver eran los cuerpos muertos de las víctimas que tenían cerca... El fondo del museo estaba cubierto en una oscuridad inminente.
Dió un pasó al frente acercándose un poco a la entrada. Colette casi le gritó que no fuese pero el miedo le ganó por completo, sintiéndose impotente de no poder detenerlo.
Edgar finalmente se detuvo una vez estuvo frente a la puerta... Y sé asomó suavemente por un pequeño espacio que daba hacia afuera.
No había nadie, o al menos eso parecía. Abrió la puerta poco a poco asomándose con mucho cuidado.
Nadie.
No había nadie.
Aún así Colette corrió por Edgar y lo regreso tal interior del museo. Los horribles recuerdos de cuando Sandy se asomó por la puerta aquella vez volvieron a su mente como un rayo y por mero instinto hizo a Edgar echarse para atrás. No quería que se repitiera la historia.
Ella se asomó entonces, haciendo puños con sus manos mirando de un lado a otro.
Entonces los otros tres se acercaron, aún con miedo.
-¿Qué fue eso?
El hombre que conocía como Ruffs dijo, con una expresión seria sobre su rostro.
-No tengo idea, pero no me da nada de confianza... Tenemos que volver ya.
. . .
Las últimas partículas volaron por el aire, haciendo a la pequeña pelirroja desvanecerse en el aire.
Pam sujetó a Sandy, quién también comenzaba a brillar en miles de partículas, listo para irse.
Estaban despertando, pero justo en el peor momento.
Byron comenzó a levantarse del suelo adolorido... Vomitando sangre en el intento. De nuevo intentaba acercarse a Edgar, y temían que le hiciera algo mientras él estaba salvando a todos en la realidad.
No podían asegurar que 8Bit permanecería en el sueño para cuidar de Edgar, pues una vez la grieta tocó abajo, partes del suelo comenzaron a caer al vacío, y la pobre máquina arcade cayó con ellos a la oscuridad profunda.
Sandy se desvaneció en el cielo entonces... Dejando caer una bolsa de arena al suelo.
-Byron...
Pam dijo en voz baja. Sus piernas temblaban de manera horrible, más allá de que el suelo parecía estarse cayendo a pedazos, el dolor que sentía de pelear por horas era aún más inmenso.
Pero después de todo esto era una guerra, ¿no?
Después de todo ellos se propusieron a sobrevivir.
-Por favor no te dejes controlar por él... Edgar te necesita... No puedes hacerle esto.
-Heh... Para que engañarte... Este anciano en cualquier momento morirá y no podrá estar para nadie nunca más... ¿No lo entiendes?
Pam alzó su mano, viendo cómo se deshacía al igual que Sandy y Jessie lo hicieron momentos antes...
-No... Byron... Solo aguanta un poco más...
Un poco más...
El hombre volvió a caer al suelo, rendido ante un material viscoso que salía del suelo, que lo sujetaba con fuerza como si de dos manos se tratasen.
-No pueden... Destruir mi mundo...
Byron dijo... Mientras una segunda voz más aguda hablaba al unisóno de la gruesa voz del mayor.
-Luche mucho... Por hacer este mundo... Para estar acompañado... Para... S-ser feliz... No pueden hacerme esto.
Poco a poco todo en Pam comenzó a desaparecer.
-Ya lo hicimos...
No era Byron quien hablaba... Era algo más que permanecía en la mente de los últimos dos supervivientes dentro del sueño.
Y Pam lo había descubierto apenas notó como la mera presencia del líquido negro comenzaba a aparecer, junto a los vomitos de sangre.
No quedaba mucho tiempo... Volteó a ver al cuerpo inerte de Edgar, quién por alguna razón seguía ahí dentro después de horas estando despierto en la realidad.
Los últimos pedazos de Pam comenzaban a perderse en el vacío del cielo negro...
-Confío en tí.
Una vez Pam desapareció, solo quedaron ellos dos.
Esos dos que habían estado causando tantos estragos y desastres al intentar salvarse el uno al otro y a sus amigos. Su familia.
Byron tenía el corazón deshecho de solo pensar en que había perdido todo lo bueno que quedaba en su vida, su pequeña hija que había cuidado por años, que había intentado hacer feliz ante toda la vida de mierda que había estado llevando por su estúpida esposa infiel.
Lo hizo todo, para terminar sin nada.
Volteó a mirar a Edgar... Quien seguía intacto al otro lado del ya destruido suelo.
Intentó levantarse, pero aquellas manos negras no lo dejaban irse.
Byron no lo permitiría, no más.
Ningún bicho diabólico lo detendría.
Con un movimiento brusco deshizo las manos esqueléticas que lo sujetaba contra el suelo y, con un fuerte dolor en el pecho, corrió por Edgar.
No iba a morir, no mientras Edgar no sea feliz.
Se arrodilló y lo abrazó entre sus brazos.
Todo este tema del borre de memoria era solo la manipulación de la pesadilla que los mantenía atrapados ahí. Una pesadilla creada a base de sus más profundos miedos, traumas y horrores.
Todo era una fachada, incluso aquel monstruo, era solo creación del coma.
Pudo oír como alguien se levantaba atrás de él, pero no le importó, no le dió ni una pizca de importancia.
Lo único que hizo fue rosar sus fríos y ensangrentados labios sobre los ajenos... Para darle un último beso de ensueño a su joven enamorado...
La persona detrás de él comenzó a caminar... Pudo oír como cargaba su arma.
-Lamento mucho tu muerte, señorita Shelly.
Susurró en medio del vacío sonido que quedaba en aquel destrozado mundo...
-Pero no queda más por lo que luchar... Deja tu alma descansar, no tienes por qué luchar para vivir una vida que ya no te pertenece...
No pudo oír más que el fuerte gruñido de rabia de parte de la argentina. No hizo más que permanecer de pie, con el arma apuntando a la cabeza del hombre.
Su cuerpo sangraba como en una película de terror, mientras que se deshacía casi de la misma forma que todos hacían cuando despertaban...
A diferencia de que Shelly en vez de brillar y volar, se desmoronaba en una clase de lodo negro, que caía al suelo mientras ella lloraba.
-No... No quiero morir...
Byron ni siquiera volteó a verla, pues permanecía acariciando la cabeza del pequeño Edgar.
Poco a poco el también comenzó a desvanecerse en el... Miró su mano brillar por última vez.
-Mi hija tampoco quería... Pero... Tengo que dejarla ir, ¿no crees?
Rió para sus adentros... Escuchando suavemente como el dedo de la chica morena al borde de la muerte absoluta se posicionaba sobre el gatillo de la escopeta.
-¡NO QUIERO MORIR!
Disparó.
Pero Byron ya había desaparecido para entonces.
Solo quedaba Edgar, y la difunta Shelly sin nada más que hacer que llorar en el silencio del vacío.
-No... No me quiero morir... No quiero... Necesito ver a Colt una última vez. P-por favor...
Y con su último suspiro, su cuerpo se vió desecho en el suelo antes de que este mismo se quebrara por completo, y toda prueba de algún monstruo o brawlers psicópatas quedó extinto.
Solo quedaba...
Él.
. . .
Tomorrow night is the end of this nightmare.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top