23. And then... The door opened.

. . .


[Seme fué la luz xdon, pero aquí el capítulo, tarde pero completo jijiji.]

. . .

—¡Jessie!

La puerta se abrió rápidamente dejando ver a una mujer robusta entrando con felicidad, a su lado a un hombre pelirrojo totalmente empapado.

—¡Mamá!

La presión había sido mucha pero después de un largo día finalmente pudieron abrazarse de nuevo. Se vieron la una a la otra, sonrientes.

Pam dejó de lado a su hija un segundo para voltear a ver al muchacho que cuidó toda la tarde de ella. Realmente se veía demacrado, se notaba que estaba acostumbrado a dormir todo el día.

Muchos días de constante miedo, era entendible no poder hacerlo.

—¿No pasó nada?

Sandy negó, y aunque estuviese cansado, le sonrió a los pelirrojos.

—No ví a nadie sospechoso. O eso creo... Estaba medio dormido. Pero no pasó nada, eso sí.

Soltó una risa y la pequeña lo acompañó.

—Nos encontramos con Nita y Leon y jugamos un rato. ¿Sabías que el cumpleaños de Leon es en tres días?

—¿De verdad? ¿Y planeas regalarle algo?

La niña asintió felizmente.

Sandy por su parte comenzó a caminar en dirección al sofá para enseguida tirarse en él. Pam dejó a su hija un momento para acercársele y darle unas palmadas en la espalda.

—Se nota que estás cansado. Ve a dormir en mi cama, anda...

—¿Ah?... No, no es necesario, aquí en el rincón me acomodo.

La mujer gruñó mirando un tanto ingenua al menor. Colt por su parte comenzó a caminar en dirección a la cocina.

En seguida se oyó la perilla de la puerta moverse. Muy seguramente eran Colette y Edgar llegando de su encuentro con Byron.

Y dicho y hecho, los dos adolescentes entraron a la propiedad.

El menor apenas pisó la casa se tiró boca abajo sobre el sofá libre en frente del otro sofá donde se encontraba Sandy, y con su bufanda se cubrió el rostro. Colette entró detrás de él y le tiró su libro de recortes encima con una expresión victoriosa.

—¡Aún hay bondad en su oscuro y venenoso corazón!

—¡COLETTE, TU COCHINADA SI PESA!

—¡No me importa! ¡Byron está de vuelta señores!

Aquella última palabra captó la atención de todos en la casa, incluso la de Jessie.

Colt salió de la cocina, Sandy se acomodó en el sofá para dar cara a la chica albina y Pam, bueno, simplemente se mantuvo de pie esperando una explicación.

Colette se acercó mientras tanto a su amigo y abrió el libro, recargándolo en la espalda del chico como si fuese una mesa o algo.

—Oye...

E ignorando el reclamo del chico del flequillo comenzó a hablar.

—Bueno, si me permiten, les contaré todo lo que descubrí.

Edgar dió un brinco del susto y con su bufanda sujetó la cabeza de Colette.

—¡No cuentes todo!

—Ay, bobo, es toda la información o no nos sirve de nada.

El chico trató de arrebatar el libro de las manos de la albina pero le fue imposible, más que nada porque el libro pesaba más de lo que debería y su amiga solo lo forzaba a quedarse acostado.

Y sin pena pero con gloria, Colette se dispuso a contar todo lo que vió.

Edgar mientras tanto, bueno, simplemente se escondía lo más que podía de las miradas de los demás. Estaba tan avergonzado incluso de recordar lo que pasó aquella tarde, Colette no hacía más que recordárselo y romantizarlo todo...

Que vergüenza.

Entonces Sandy soltó una risa que hizo a Edgar querer esconderse aún más...

Pero no fue una risa de burla, fue una risa enternecida. Le parecía dulce lo que Byron había hecho por Edgar incluso si apenas recordaba que en algún momento estuvo interesado en el menor.

Mientras los demás sonreían, Edgar se escondía.

—Tal parece el borre no duró lo suficiente.

—Eso parece, además, tiene migrañas cada vez que habla de algo que le recuerde a su pasado, en esta ocasión, los sentimientos de Edgar.

La chica prosiguió a sentarse sobre las piernas de Edgar sin previo aviso, lo que hizo a este muchacho asustarse. Su posición en el sofá no le permitía a Colette sentarse debidamente por lo que solo vio como opción el sentarse encima de Edgar.

Sandy la acompañó y se sentó bien en el sofá, adoptó una pose pensante...

—Justo como cuando estaba recordando su pasado fuera de aquí, ¿no?

La albina asintió.

—¿Creen que recuerde todo antes de empezar con el segundo plan?

—Tal vez... Y, hablando de planes. ¿Por qué Colt está empapado?

. . .

Dormir.

Una palabra que Sandy adoraba. Justamente se encontraba cómodamente recostado sobre una gran cama, al lado de la ventana que daba a un lindo -pero falso- paisaje.

Abrió mucho más los ojos cuando notó a Jessie jugando en este pequeño espacio...

¿Dónde estaba?

Se levantó de la cama y volteó a ver de un lado a otro. Solo pudo encontrar a un hombre pelirrojo a su lado durmiendo plácidamente.

—Chucha, ¿qué hice ayer?

Ah, ¿dijo eso en voz alta?

El hombre a su lado volteó a ver confundido al de cabellos púrpuras... Realmente no estaba dormido, solo veía su celular mientras oía música. Oh, ¿que había dicho?

—Era broma...

Solo habían compartido cama Sandy, tranquilízate.

Colt no evitó reírse por la extraña reacción de Sandy al verlo en la misma cama que él. Lo miró diciéndole en silencio que no había pasado nada, entonces se sentó en la cama de igual forma. Sandy suspiró aliviado.

—¿Qué horas son?

—Dos de la tarde.

Demonios sí que estaba cansado... Dentro de lo que cabe.

Ambos fueron tomados desprevenidos cuando escucharon el grito de Pam desde la cocina, diciéndole a su hija que el almuerzo ya estaba hecho.

Bueno, mejor no pensar en cosas bochornosas y mejor ir a comer.

Colt comenzó a buscar sus zapatos en el suelo. Había dormido con una pijama, pues su ropa casual habría estado empapada para entonces. Sandy, bueno, ni siquiera se molestó en cambiarse la ropa.

Ambos se levantaron y comenzaron a caminar fuera de la habitación. Al salir, vieron a Edgar y a Colette peleando por el libro de recortes de esta última, según sus gritos, pareciese que Colette había escrito algo que avergonzó a su amigo.

Colt fué a la cocina a ayudar a Pam. Sandy por su parte prefirió sentarse y esperar mientras veía a sus amigos pelear.

—¡Colette demonios! ¿¡Por qué eres tan pervertida!?

Las risas de la joven comenzaron a resonar en la casa.

La puerta se abrió de repente. Jessie entró al lado de Nani cargando entre brazos a Scrappy. Saludó a los adolescentes, a Sandy y finalmente tras dejar a su mascota en el suelo fue corriendo a ayudar a su madre a terminar con el almuerzo.

Pasó el rato, el reloj parecía no avanzar. Ambos amigos se habían rendido y se sentaron en la mesa a acompañar a Sandy.

Finalmente Colt salió con platos y utensilios y comenzó a repartirlos por la mesa, detrás de él salió Pam con un estofado entre manos. Colette se ofreció a ayudar y entre las dos lo dejaron en el centro de la mesa.

Todos se sentaron a comer, en silencio total.

Sandy ya no aguantaba la duda.

—Oigan... Sé que suena tonto pero no recuerdo qué pasó ayer...

—Sandy, estabas demasiado cansado y te dormiste apenas preguntaste por Colt.

Pam señaló mientras servía el platillo de su pequeña hija.

—... ¿Cómo así? ¿En serio?

Todos asintieron.

—Ay, perdón... ¿Al final qué pasó?

Colt se acomodó y se preparó para explicarlo todo.

—Logramos encontrar un hueco en el borde. La zona era la menos vigilada por los guardias por lo que fué fácil revisar al exterior.

Su plato finalmente fue servido.

—Era un hueco pequeño pero apenas me recargué en él terminé cayendo en un río fuera de aquí.

—¿¡Viste el exterior!?

—¿Algo así? Todavía había una reja eléctrica al otro lado del río.

Llevó la cuchara a su plato y se dispuso a comer, viendo a Sandy completamente atónito.

Wow, vaya, realmente no esperaba que fuese así de fácil escapar. Sin embargo, aún debían hacer a Byron recordar y a los demás brawlers reaccionar. A decir verdad Sandy se sentía feliz pero confundido. Habiéndo pasado tantos años ahí sabiendo del secreto de Starr Park y buscando miles de formas de huir, resulta que hay un simple hueco en un lugar del borde.

Estaba ofendido a decir verdad. Pero no era nada de qué preocuparse.

—Cubrimos el hueco antes de irnos, sabemos dónde es. Apenas recuperemos a Byron nos marcharemos de aquí una noche.

Pam, la mujer tan valiente y fuerte... Finalmente habló.

Escapar.

Todos guardaron silencio. Había un mal presentimiento en eso.

—¿No hay guardias por ahí?

—Parece que los mismos guardias abrieron ese hueco para salir a ver el río.

Colt respondió antes de llevarse otra cucharada a la boca.

Bueno, ahora cobraba sentido.

—No sé... Siento que algo falta... No puede ser tan fácil escapar de aquí después de años atrapados bajo las mismas mentiras.

Sandy tenía razón y todos concordaron sin decir nada... Algo faltaba.

¿Y sí ese hueco era una trampa? ¿O qué tal si cuando deciden irse hay guardias afuera relajándose en el río?

¿Y sí algo sale mal? ¿Cómo saltarán la reja eléctrica?

Continuaron comiendo en silencio... Nadie se atrevía a decir nada más.

Edgar por su lado simplemente miraba la comida apenas dándole dos que tres sorbos... Nadie dijo nada más.

Entonces, solo entonces, todos en el comedor se levantaron exaltados al oír la perilla de la puerta moverse con violencia.

Las sillas cayeron, la pequeña se escondió detrás de su madre y todos los demás se prepararon por cualquier cosa...

La tensión...

La maldita tensión porque la puerta no abría. ¿Quién diablos era?

Respiraciones agitadas, miedo. Era una combinación de emociones, y todas negativas.

Miraron fijamente la puerta completamente en shock.

Y entonces... La puerta se abrió, azotando contra la pared.

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Найдите недостающий фрагмент в головоломке.

В стене отсутствует кусок.

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