18. Daily memories back.

. . .


-¿Qué es lo que quieren?

Una figura imponente dijo mirando a los tres chicos frente a su puerta. Afuera hacía frío y estaba oscuro, la luz tenue de adentro de la casa apenas los dejaba ver...

—Eh... Hablar, señor Byron, si es posible...

—Espero que sea para agradecerme por dejarlos ganar.

El viejo Byron engreído había vuelto.

Sandy de nuevo tomó la delantera, como siempre buscando resolver el problema de la forma más viable. Edgar y Colette solo lo miraron desde atrás, totalmente intimidados por el antigüo Byron...

Tomó una bocada de aire y dijo sin pena...

—Sí, venimos a agradecer pero también a hablar de lo que pasó.

El hombre alzó una ceja.

—¿Cómo que qué pasó?

—Si nos deja pasar creo que lo podríamos hablar más tranquilamente.

Guardaron silencio, el albino se lo pensaba demasiado antes de aceptar cualquier cosa...

—Solo no me hagan perder mi valioso tiempo.

Y dicho y hecho, abrió camino para dejar a los tres pasar.

Los tres chicos entraron lentamente, la casa era muy oscura con esas luces tenues, parecía que estaban entrando a la trampa de un asesino.

Pero no, solo era un hombre manipulado que necesitaba recordar su pasado... Recordarlo a él.

Pasó por tanto, descubrió mucho, se interesó demasiado por Edgar, era hasta doloroso pensar que después de casi enamorarlo el hombre perdiera todo recuerdo que tuviera de la búsqueda.

Dolía, al menos para Edgar el pensar que olvidó todo lo que aprendió de él. Pero la otra opción igual le causaba terror, que recordara y... Que lo odiara.

Los mejores amigos se sentaron en el sofá mientras Sandy, de pie, miraba a Byron fijamente. El hombre solo se sentó en otro sofá más pequeño cruzandose de piernas, viendo a los tres chicos con una mirada totalmente amenazante.

Aquí es donde deberían empezar a platicar...

—¿Cuál es el problema?

Oh, y empezó intenso.

—¿Qué fue lo que hizo para eliminarse a usted mismo?

De nuevo, Sandy yendo directo al grano sin titubear ni pensarlo dos veces.

Byron lo miró un tanto extrañado, haciendo al menor acomplejarse.

—¿A qué diablos te refieres?

—Ah... Pues... En la partida de caza estelar de hoy, usted estaba hablando con Edgar y... Ya sabe, lo tomó del cuello y hablaron de algo que no nos incumbe.

—Ajá, sí, ¿y qué sucede con eso?

—Que cuando usted lo soltó, se fué sin decir nada más y de repente la bocina dijo que Edgar lo había eliminado a usted... Cuando todos vimos que no le hizo nada.

De nuevo Byron frunció el ceño extrañado por las palabras del soñador...

—No... Edgar me golpeó hasta eliminarme porque se lo dije.

El de flequillo se tensó y su bufanda ayudó a cubrirle el rostro.

—No, señor. Todos en el mapa vimos que usted solo lo soltó y se fué. Hasta su propio equipo lo vio.

—¿Qué clase de historia te estás inventando?

—¡En serio! Puede preguntarle a Piper o Tara, incluso a Colette, todos vimos lo mismo.

El chico señaló a la recién mencionada, ella asintió con todas sus fuerzas tratando de confirmar las palabras de su legendario amigo.

—¡Sí! Usted se marchó y ¡paam!, Edgar ha eliminado a Byron.

—... No entiendo, les juro por Dios que obligué a Edgar a golpearme. ¿Qué clase de efecto mandela es este? ¿Por qué todos ustedes vieron eso pero yo ví algo diferente?

La sala se inundó en silencio apenas Byron terminó de hablar. Las miradas se entrecruzaban sin llegar a un acuerdo fijo. Nadie sabía que estaba pasando.

Sandy volteó a ver a los dos amigos, y consternado le hizo señas a Colette.

—Vamos a hablar en privado. ¿Nos permite su cocina, señor?

Byron asintió desganado sin siquiera mirarlos... Los dos chicos comenzaron a caminar rápidamente a la cocina del señor, dejando solos al chico del flequillo con el dueño de la casa...

Qué tensión...

Sandy llegó y se recargó en el aparador de cocina más cercano que encontró, para después mirar fijamente a Colette en completo silencio... Acomplejado.

—¿No es raro?

—Sí... Venía a hablar de eso contigo.

Colette se recargó en la pared y habló lo más bajo posible.

—¿Crees que... Ellos... Tengan algo que ver?

Pensarlo así causaba cada vez más terror. Eso significaría que tenían más poder sobre ellos de lo que pensaba, si lograban controlar a Byron y manipular partidas, si lograban borrar memorias y causar estragos con ello... ¿Qué era lo que les esperaba?

Sandy adoptó una pose pensante y cerró los ojos.

—Nunca había visto algo así en mis muchos años viviendo aquí... ¿Crees que estén experimentando el control mental?

—Si ese es el caso, hay que recuperar a Byron lo antes posible.

—Recuerda que cabe la probabilidad de que estemos paranoícos... No sé...

—Sandy... Recuerda que Byron y yo llamamos paranoico a Edgar antes de saber todo esto...

Colette tenía un punto. Juzgaron de forma prematura a Edgar antes de saber si quiera que estaban atrapados en un campo de experimentación humana... Sandy se dejó caer al suelo sorprendiendo así a la albina...

—Colette... Ya no sé qué hacer...

Sus manos habrían comenzado a temblar para entonces... Lentamente las llevó a su cabeza y se sujetó con fuerza, llegando a clavar sus uñas a través de la tela de su capucha. Mientras Colette veía completamente extrañada por la actitud de Sandy, este temblaba a más no poder, al borde del llanto.

Nunca lo había visto así antes.

Tal vez la idea de que Starr Park pudiera controlar mentalmente a cualquiera de ellos era lo que lo hizo quebrarse por primera vez.

Después de semanas pasando ratos juntos, y siendo el él que busca calmar a cualquiera fuera de sus casillas... Después de semanas, al fin el chico más calmado habría terminado siendo el quebrado.

Colette se arrodilló y abrazó con fuerza a Sandy alejando sus manos de su cabeza para que no se hiciera más daño a si mismo.

Cada vez la necesidad de escapar era más grande.

—Colette.

Suavemente la voz de Sandy habló al oído de la recién mencionada... Esta se separó y miró preocupada al chico... Su mirada seguía clavada en el suelo.

—Creo que ellos saben...

No muy lejos de la situación, literalmente a unos cuantos pasos lejos de la cocina, se encontraban Byron y Edgar... Incómodos.

El hombre solía dedicarle miradas juzgadoras al más pequeño. Esté solo se deslizaba por el sofá buscando que dejara de mirarlo.

Y es que, vamos, desde tiempo adoraba la idea de que Byron lo mirara solo a él pero, no así. Se sentía presionado y quería salir corriendo, de nuevo.

Se cubrió con su bufanda, pero esta por alguna razón estiró sus extremos en dirección a Byron... Cómo buscando abrazarlo o algo.

—¡No! ¡Hey, quieta!

La bufanda no parecía querer hacerle caso al chico, solo quería abrazar fuertemente al hombre que ahora amaba con todas sus fuerzas igual que su amo.

El albino levantó una ceja mirando fijamente al chico y su bufanda...

Fue entonces que se paralizó totalmente al ver como Byron se levantaba de su cómodo sillón para... Acercarse a él.

Edgar retrocedió como pudo en su mismo lugar empujándose con el suelo para atrás, pero cuando se dió cuenta, él ya estaba frente a él, mirándolo con los brazos cruzados.

—¿Qué tienes entre manos, eh?

Edgar abrazó a su bufanda en pánico, su compañera hizo lo mismo y abrazó a su dueño comenzando a temblar del miedo.

Byron comenzó a agacharse un poco para quedar cara a cara con el más joven...

—¿Por qué tan nervioso...? ¿Acaso ocultas algo?

¿Qué clase de pregunta es esa? ¿Acaso no veía que tenía una obvia ansiedad de estar al lado de la gente? ¿O de su "crush"?

Sintió que su corazón se salía de su corazón cuando vió que Byron colocó su rodilla entre sus piernas, solo para poder recargar ambas manos a los costados de la cabeza del adolescente, en el respaldo del sofá, y poder acercarse amenazante...

Ah, Edgar ya no sabía si sentir miedo o si sentirse jodidamente prendido por la situación.

Digo, después de todo es el mayor el que está acercándose de forma tan... Extraña, al más joven.

Su rostro se prendió en un rojo vivo y sus pensamientos se nublaron por tener tan de cerca al hombre.

—Sé que ocultas algo... ¿Qué te cuesta decirme?

El corazón de Edgar simplemente no dejaba de palpitar. Lo único que quería ocultar era su obvio sonrojo. Incluso así Byron no pareció notarlo, él estaba totalmente en otro mundo pensando en que cosas malvadas podría estar haciendo Edgar.

Sí, cosas muy malvadas, como pensar en Byron tomándolo de la mano y besándolo en la mejilla.

—Eh... Y-yo...

Ni siquiera podía hablar.

El hombre frunció el seño y puso una de sus manos en el cuello del menor...

Oh, ahí no. Todo menos ahí.

Recordó ese estúpido escrito en su diario... Lo decía de broma, en serio lo dijo de broma. Pero ahora no podía pensar en nada más que en... Bueno.

—No quieras hacerte el gracioso conmigo, sé lo que hiciste.

Sus pensamientos de enamorado se detuvieron en cuanto oyó eso...

Abrió los ojos en sorpresa, totalmente paralizado del miedo... La mirada de Byron, en ella solo podía ver una sombra atravesar esos orbes rosados... Detrás de sus sofisticados anteojos...

¿De verdad sabía...? ¿Incluso después de borrada la memoria?

—Starr Park está muy molesto contigo, pequeño Edgar...

No, él no sabía lo de Victoria.

ELLOS sabían lo del plan de escape... Eso significaba que...

¿Sabían lo que Byron, Colette y Sandy hicieron?
¿Lo que Pam tuvo que pagar para poder ayudar...?

Esperen un segundo... Según lo que le contaron sus amigos...

Jessie...

—Van a pagar las consecuencias apenas estén solos...

... No... Ese no es Byron.

Definitivamente ni siquiera está conciente. Alguien estaba haciendo esto, alguien estaba detrás de esa actitud agresiva de parte del hombre.

El definitivamente estaría en contra de Starr Park por lo que pasó con su hija.

Edgar seguía paralizado, viendo a los ojos a quien alguna vez fue su vivo enamorado... No sabía que hacer.

Byron no se movió más, se quedó mirando fríamente al del flequillo...

Pasaron varios minutos en esa incómoda situación... Podía sentir las uñas del hombre clavarse en su cuello... La bufanda en busca de protejer a su amo, se enrolló en el brazo del hombre buscando alejarlo del cuello de Edgar, pero era inútil, Byron era más fuerte en ese momento.

Era más fuerte que Edgar, lo controlaba con su propio miedo.

—Eh... Chicos...

Un rayo de esperanza llegó a su corazón cuando oyó la voz de Sandy acercándose.

—¿Ya están planeando cochinadas? Solo nos fuímos por un minuto...

Se rió nervioso mientras Byron lo soltaba al fin... Podía respirar bien, por fin...

Colette miró con el entrecejo fruncido a Byron tras notar como Edgar sujetaba su cuello en pánico...

—Creo que ha sido suficiente por hoy... Chicos, vámonos.

—¿Ah?

—Como oíste dormilón, ya hablamos lo que queríamos hablar, total tienes que llegar temprano a tu casa, ¿no?

El de ojeras pensó un segundo y asintió dándole la razón a Colette.

—Tienes razón. Gracias señor Byron, una disculpa por tomar su tiempo...

Pero el hombre no contestó. La chica abrió la puerta, Edgar no tardó en levantarse y salir corriendo. Algo habían hablado, necesitaba preguntarle a Edgar...

Sandy también cruzó la puerta, dejando solo a Colette dentro de la casa...

—Señor... Si no es mucha molestia, ¿le importaría leer esto?

La chica extendió la mano hacia Byron... Este miró con disgusto aquél ofrecimiento.
En la mano de Colette venía un libro de cobertura negra. Por lo pequeño y lo escrito sobre él, parecía un diario.

—Tómese su tiempo, solo me gustaría que lo leyera.

Titubeó un rato hasta que finalmente tomó el libro.

—Pero no pienses que voy a gastar todo mi día haciéndolo.

La chica asintió, finalmente dejando a solas al hombre, cerrando la puerta detrás de ella...

. . .

There's no time.

. . .

Lo siento, en serio lo siento 😔
Mi ex me la puso difícil y apenas pude recuperarme mentalmente, me sentía dela verga por eso
Pero ya está, finalmente el capítulo 18
Actualizaciones diarias a partir de hoy, lo juro por mi dios Byron 😔🙏

Gracias por leer, y por la paciencia. Los amo a todos.

-abaso-

Soul~

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top