Al cabo de un rato, cualquier ruido despertaba la esperanza de Jimin, de ver el rostro del alfa apareciendo por los árboles. 

《Esto te pasa por tonto》

El sol ya se había puesto del todo, de repente oyó un silbido lejano. La misma melodía se escuchaba más de cerca. Parecía la melodía de música rock contemporánea que se le hacía muy conocida.

—¡Estoy aquí! —gritó el omega, en dirección de donde llegaba el silbido—. ¡Aquí!

Poco después, Jungkook apareció entre los árboles, agachándose para pasar debajo de las ramas. Vestía con su ropa ancha y negra; y alrededor de su cintura llevaba un hoodie anudado por las mangas.

Jimin apenas lo vio, se lanzó hacia sus brazos y se aferró a su cuello. Según él, la desesperación hizo que cometiera esa acción.

—¡Por fin! —exclamó apartándose de él.

Jungkook lo observó de arriba abajo con una sonrisa burlona. Se quitó la sudadera que tenía anudada y se la dio. Era la misma que le había lanzado cuando estaba haciendo maletas. La del estampado de carita feliz.

—Gracias —balbuceó el omega, colocándose la prenda.

—Eres un bobo —dijo el alfa negando con la cabeza. Se acomodó la gorra sin quitarle la vista de encima.

Jimin soltó un gruñido.

—No me molestes. Y llévame sano y salvo a casa.

Jungkook solo sonrió, se estaba divirtiendo.

—Has estado dando vueltas sobre el mismo sitio, Jimin. Al menos concédeme la posibilidad de enseñarte algo.

—¿Qué he estado qué?

Jeon soltó una carcajada.

—Querías llegar a las cascadas, pero no has subido a ni una sola cuesta. No es culpa mía que seas tan vago.

Jimin abrió la boca ofendido.

—Ven.

—Por favor dime que me llevarás hasta el coche para ir hasta algún lugar donde pueda tragarme la tierra.

—Menos hablar y más caminar.