♡ - 57

Jimin estaba tan metido en su trance que no escuchó cuando Jungkook introdujo una llave en la puerta para luego abrirla y entrar en la habitación.

El alfa se plantó delante de él, bastante cerca. Jimin levantó la cara ligeramente, no lo veía bien por la lágrimas acumuladas.

—¡Vete!

Jungkook se agachó y lo observó con mucha atención, recorriendo cada parte del rostro del omega, como si fuera algo al que adorar. Luego buscó sus manos y subió hacia sus ojos.

A Jimin le pareció increíble lo tranquilo que él estaba. Pocas personas eran capaces de mantenerse así luego de enfrentarse a Park Haneul.

—Hey —habló Jungkook en voz baja.

—Quiero estar solo… —susurró el omega, su voz estaba quebrada y rasposa.

Por su parte, Jeon apartó algunos mechones de la frente de Jimin y volvió a mirarlo.

—No pienso dejarte en ese estado, Jimin.

—Vete, Jungkook. No pasa nada. Sólo vete.

—No

—¡Te he dicho que te largues! —A este punto, unas cuantas lágrimas bajaron por las mejillas de Jimin. Y cuando estuvo apunto de empujar a Jungkook, este lo detuvo agarrándole por las muñecas. Tiró hacia adelante, pero el omega fue más astuto y estiró sus piernas para mantener distancia—. Jungkook, vete.

—Saldré de esta habitación cuando me haya asegurado de que no harás ninguna tontería.

Jimin frunció el ceño. Reaccionando a lo que había dicho su compañero de piso.

—No pienso hacerme daño, ni nada de eso.

—Bien. —se quedó callado por unos segundos y continuó—. Pues saldré de la habitación en cuanto tenga la seguridad de que has olvidado todas y cada una de las palabras que esa pe… esa mujer ha dicho. Y que no te comportará como un cachorro indefenso nunca más —Sin darse cuenta, estaba acariciando las manos contrarias con sus pulgares.

—No me comportó como si cachorro indefenso… —murmuró.

Jungkook frunció el ceño y se acercó más.

—Si, Jimin, así te comportas frente  a ella.

—Mejor como un cachorro de gato.

—¿Qué? —ahora Jungkook estaba confundido.

—Digo que preferiría parecer un gato indefenso. Me gustan más los gatos que los perros.

El cuerpo de Jimin se relajó de a poco. Tener a Jungkook cerca, por algún motivo, le hizo bien. Y el hecho de hacer que olvidara aunque sea por un momento lo que había pasado, lo agradecía.

—Un gato no es precisamente un animal confiado —dijo el alfa—. Creo que no debe ser fácil intimidar a un gato.

Jimin sonrió poquito.

—Eso está mucho mejor —asintió Jungkook satisfecho, pero de inmediato se puso serio y le agarró con más fuerza por las muñecas a Jimin para luego encararlo—. Nada de lo que ha dicho tu madre es cierto. ¿Entendido?

Habló en voz baja. Aún así, la intensidad de sus palabras se notaba.

Jimin se encogió de hombros.

—Es Cruella de Vil en persona. Solo le falta el abrigo de piel de dálmata. Park, es imposible que tomes en serio a esa mujer —continuó hablando Jungkook, casi desesperado.

—Pero tiene razón, Jungkook. Todo lo que dice es verdad.

—¡Estupideces! —exclamó, levantando la voz—. ¡Solo ha dicho estupideces! Estoy seguro de que no ha dicho ni una verdad.

—Mírame, estoy gor…

—No. No lo digas.

Jimin se zafó de él y se tapó la cara con la manos. Los dedos de Jungkook rozaron levemente sus muslos.

—De acuerdo, lo que dijo tu madre puede que sea verdad.

El omega entreabrió los dedos para mirarlo.

—Vaya, muchísimas gracias.

—¿Y qué? —añadió sonriendo—. Cuando nos conocimos parecías un fideo seco. Ahora, con esas esas piernas y todas las curvas que tienes en tu cuerpo has ganado muchos puntos, rosita.

Jungkook quitó las manos de Jimin que cubrían su rostro y le pellizco los cachetes. El pelirosa le di un ligero golpe en el pecho, sonriendo.

Luego de eso, Jeon lo abrazó.

Fue un acto inesperado, pero Jimin le correspondió susurrando un gracias en su oído.

—Ahora si puedo dejarte solo.

Se separó de él y le despeinó el cabello antes de irse.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top