—¿Estás bien? —preguntó Jimin, sacando a Jungkook de sus pensamientos.

Desde que habían llegado a Seúl, notó su comportamiento extraño como si estuviera nervioso por algo que acabara o va a suceder.

—Si, no pasa nada —respondió sonriéndole.

Mentira.

Claro que pasaba algo. Había estado preparando este momento varios días antes. Al principio no estaba seguro de hacerlo, pero luego de las vivencias, alegrías, tristezas. Decidió dar la iniciativa a fortalecer más la especie de relación que Jimin y Jungkook habían formado.

Llegaron al edificio donde estaba el departamento de Jimin. Mientras más cerca estaban de la puerta, más aumentaba la curiosidad del omega y el nerviosismo de Jungkook.

—¿Me creerías si te digo que extrañé mi cama? —preguntó el omega riendo a la vez que buscaba su llave dentro de su mochila.

—Espera —Jungkook lo detuvo, sosteniéndolo de ambas manos. Soltó un leve suspiro—. ¿Podría abrir la puerta?

El rubio frunció el ceño confundido y sonriendo al ver el rostro asustado del alfa. Sabía que trataba algo, pero no sabía de qué podría tratar. Sólo asintió dándole la llave de su hogar.

Jungkook no tardó tanto en abrir la puerta, pero no la extendió en su totalidad, en vez de eso, solo metió su cabeza para observar el lugar.

《Pero…》

No, nada estaba como lo había planeado.