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Ambos dejaron sus cosas sobre la cama de la habitación, había sido una noche mágica y única. Una noche que ni Jimin y Jungkook iban a olvidar.

—¿Te gustó hoy? —preguntó el alfa, acostándose al lado del rubio.

Jungkook pasó su brazo por detrás de la cabeza de Jimin, simulando una almohada, mientras que con la otra lo atraía más hacia él.

Jimin puso sus manos sobre el pecho contrario, mirándolo a los ojos y sonriéndole.

—Me encantó —susurró cerca de los labios del alfa—. Me encantó muchísimo.

Ninguno de los dos habló más. Tenerse cerca, sintiendo la calidez y aroma del otro era más que suficiente que las palabras.

Jungkook no podía dejar de mirar a Jimin. Era un omega precioso que lo cautivó con su forma de ser, con sus risas, sus torpezas, con las historias que siempre tenía para contar, con sus dramas. En realidad, Jimin le había causado ese algo desde el primer día que lo vió.

—Estoy loco por ti —susurró Jungkook.

—¿Loco por mí? —susurró Jimin con incredulidad.

—Bastante loco, sí. Aunque a veces eso me hace dudar sobre mis facultades mentales. Por ejemplo, cuando pienso en esa crema mentolada que le añades al café o esas velas que tanto te gusta encender, o en las canciones de Taylor Swift… Oye, ahora que lo pienso, esa cantante…

Jungkook no pudo terminar de hablar. Jimin envolvió sus brazos alrededor de su cuello y le dio un beso.

~♡~

Jungkook soltó una exclamación ahogada y se quedó sorprendido durante unos instantes, la acción de Jimin lo tomó por sorpresa. Con mucho cuidado, puso sus manos en la espalda del omega, lo hizo con tanta delicadeza como si corriera el riesgo de romperlo si lo tomaba con tanta fuerza. Correspondió al beso. Un beso lento, profundo, despertando un cosquilleo por todo el cuerpo contrario, desde la punta de los pies hasta la cabeza. Todo.

Con cautela, entró en la boca de Jimin y su lengua jugueteó con la suya. Soltó un suspiro.

Jimin necesitaba más, mucho más, presionó su cuerpo contra el de Jungkook. Del fondo de su pecho surgió un gemido, pero la cautela hizo que hiciera otra cosa.

El beso se convirtió en uno casi inocente. Jimin, con mucha decisión, metió las manos por debajo de la playera de Jungkook, quién se sorprendió de nuevo y se separó unos centímetros.

El rubio besó su cuello y mordisqueó la piel hasta que la respiración del alfa se volvió entrecortada.

Luego, ninguno de los dos sabe cómo, pero Jungkook tomó el cuerpo de Jimin a volandas como si de una pluma se tratara e hizo que envolviera sus piernas en las caderas.

Jungkook soltó otro gemido, y esta vez resonó hasta en los rincones más pequeños. Su boca se encontró con la del omega y el beso fue más profundo. Bajó sus manos a sus caderas y luego metió la mano por debajo de la camiseta haciendo que Jimin suelte un gemido al sentir los dedos fríos contra su piel.

Jungkook comenzó a tirar la ropa hacia arriba, en ese momento estaba estorbando. Lanzó las prendas con despreocupación, observando el cuerpo de Jimin.

Se inclinó un poco hacia él, besando y deslizando su lengua sobre la suave piel de su omega.

—Eres tan sexy… —susurró con la voz algo ronca—. Eres precioso.

Siguió descendiendo, besando y mordisqueando la piel sensible mientras que Jimin contenía el aliento  aunque seguramente no tenía ningún sentido. Jungkook sabía muy bien lo que hacía, y cuando sus labios llegaron al fin a sus pezones erectos, se dejó llevar.

Jimin echó la cabeza atrás y cerró los ojos cuando botó como succionaba. La mano del alfa recorrió su espalda hacia abajo y se aferró a sus nalgas mientras su lengua daba vueltas alrededor de uno de sus pezones. Hundió las manos en el cabello de Jungkook cuando este se agachó para seguir deslizando su lengua y sus labios hacia abajo.

Jungkook se detuvo un momento para mirarlo.

—Llevas demasiada ropa —dijo Jimin casi sin aliento antes de agarrarlo por el cuello de la playera. Una sonrisa pícara apareció en el rostro de Jeon. Muy lentamente y sin dejar de mirarlo un instante, se levantó. Con un movimiento fluido, se quitó la playera.

Jimin miró el torso desnuedo, sus músculos perfectos y bien marcados en su abdomen; la forma "v" que daba más abajo. Cuando vio el bulto que tensaba los pantalones, se quedó sin aliento.

—¿Eres consciente de las veces que he pensando en ti por las noches? —murmuró Jungkook. Con lentitud, se desabrochar el botón y se quitó los pantalones—. Te deseo desde el mismo momento en que apareciste en mi piso.

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