♡ — Al día siguiente

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Jimin se dejó caer al suelo. Estaba frustrado con la frente llena de sudor. Trasladar muebles de un lugar a otro no era lo suyo, a pesar de estar en forma.

—¡Es imposible! Me rindo.

—No tengo idea en qué he podido fallar —habló Taehyung con un lápiz en su boca.

—Parece que dormiré ahí —exclamó el pelirosa, mirando la alfombra que estaba enrollada en una esquina de la habitación.

—Shhh, no seas pesimista. Lo arreglaremos —dijo su mejor amigo, animando.

Justo en ese instante, se escuchó como la puerta de la entrada es abierta y unas cuantas voces avanzaban por el pasillo.

《Genial, llega justo ahora》

Taehyung abrió los ojos como si se le acabará de ocurrir una maravillosa idea.

—¿Le preguntamos si tiene un taladro? —preguntó sonriendo.

Ni siquiera esperó respuesta y se levantó rápidamente saliendo hacia la sala de estar.

Jimin fue tras él.

Ambos se acercaron. Una voz intrusa se escuchó, Jungkook no había llegado solo.

《No quiero escucharte cuando venga con algún ligue》 —recordó una de las reglas.

Ay no.