Prólogo: Conociendo Al Roomie

En una televisión se podía ver las noticias a un hombre de traje negro con corbata azul y medianamente bien arreglado con un fondo celeste y a lado una pantalla que mostraba un castillo en medio de una ciudad.

—Buenos días, estamos viendo en exclusiva imágenes del castillo de la autoproclamada reina de la oscuridad cuyo nombre real es desconocido actualmente, el castillo creado de la noche a la mañana esta siendo discutido por los altos mandos del país el que se hará con esta edificación qué tanto miedo género mientras la reina y sus guerreros de élite habitaban en él, la demolición es la idea más apoyada por el público con un 67% de votos mientras que la idea de preservarlo ocupa un 30% de los votos, por lo que el castillo se quedará hasta nuevo aviso—decía el hombre mientras en la pantalla a su lado se veía el castillo de gran tamaño con varias torres en distintos puntos de la edificación qué estaba hecha de lo que parecían ser ladrillos de color negro, aquel lugar se encontraba en medio de lo que parecía ser una avenida algo dañada y a los lados tenía restos de edificios—Prosiguiendo con las noticias, el presidente habla de darle una medalla de honor al héroe qué hizo posible el que siquiera está transmisión este al aire ahora mismo, el problema que nos acontece con esto es que ningún medio conoce su identidad, nombre, edad, apariencia, todo de este individuo permanece en misterio, lo mejor que tenemos es una grabación de un dron qué obtuvo parte de el combate qué se dio en el castillo, por desgracia el video se daño y no se puede mostrar—decía algo decepcionado el reportero.

—Nunca descubrirán la identidad del héroe, se encubrio bien—dijo un anciano que era el que se encontraba viendo la televisión.

El anciano parecía ser de baja estatura, usaba una camisa blanca y unos shorts cafés, el anciano solo tenia un poco de cabello canoso a los costados de su cabeza y una barba de candado algo larga.

—Mientras los enigmas qué acontecen todo lo anterior se resuelven, pasemos a otra noticia, perritos con sombreros mexicanos ¿maltrato animal o una moda revolucionaria?—dijo el reportero con una cara que decía "¿Enserió?" mientras a su lado había una imagen de un pastor alemán con un sombrero mexicano.

—Suficiente televisión por hoy—dijo el anciano apagando la televisión para posteriormente ver un reloj que había en una pared—¡Hiro!—grito el anciano.

—¿Sucede algo abuelo?—pregunto una un chico entrando en la habitación.

Dicho chico joven de tez blanca, tenía cabello corto de un tono rubio, sus ojos eran de un celeste algo cristaliano y eran acompañados de unos lentes negros, vestía una camisa blanca y unos pantalones de mezclilla, además que llevaba un mandil de color rosa.

—¿No tenias que ir a checar algo del departamento hoy?—preguntó el anciano serio.

—Si, pero aún es temprano, así que decidí hacerte algo de comer ya que no iba a estar el resto del día—dijo con una sonrisa el conocido como Hiro.

—Agradezco el gesto, pero deberías ser más consciente de lo que haces, solo checa la hora—dijo el anciano serio.

—¿Por qué lo dices?—decía Hiro viendo hacia el reloj.

Al ver el reloj solo hubo un silencio un poco largo en la habitación, solo para que posteriormente el chico lanzará un grito de angustia.

—¡Se me hace tarde, lo siento abuelo debo volar!—grito Hiro comenzando a correr por los pasillos.

—¡Suerte Hiro, me llamas para contarme como te fue!—grito el abuelo con una sonrisa.

—¡Claro abuelo!—decía Hiro poniéndose un casco de ciclista.

Hiro salió de su hogar siendo una casa algo rural de dos pisos, el color era algo rojizo por el tono de los ladrillos qué tenía la casa, tenía un jardín con un gran arbol que tenía atado un columpio hecho a mano en una de sus ramas, el rubio tomo una bicicleta con una maleta detrás qué se encontraba a un lado de la entrada y se subió en esta comenzando a pedalear mientras agitaba su mano en señal de despedirse.

—Los jóvenes si qué tienen mucha energía—decía el anciano pasando por la puerta que daba a la cocina quedando unos momentos en silencio—¿Cómo de supone que me acabe toda esa comida?—preguntó anonadado viendo como en la cocina había ollas, sartenes y platos con bastante comida.

Hiro ahora se encontraba bastante alejado de su hogar, para ir en bicicleta iba a una velocidad algo alta, viendo su alrededor el rubio veía algunos campos qué se extendían bastante, con algunos cultivos e invernaderos, Hiro iba saludando a algunos de los granjeros que se encontraban realizando sus respectivas actividades pero deteniéndose unos momentos para regresar el saludó.

El chico siguió avanzando, conforme se iba alejando de la vista de los granjeros iba aumentando la velocidad a la que iba avanzando rápidamente por la carretera en la que se encontraba, el camino fue medianamente largo al cabo de aproximadamente una hora el rubio logro divisar no tan lejos una ciudad, por lo que comenzó a disminuir su velocidad.

—(Ya casi llego, mi nueva vida esta a punto de comenzar)—pensaba Hiro con un leve brillo en sus ojos.

Llegando a la ciudad y pasando entre edificios y calles respetando todas las reglas qué involucraban el ir en  bicicletas, termino llegando a uns edificación no muy bonita para decir verdad, era un edificio de dos pisos qué era largo y medianamente ancho, las paredes aunque se veían algo descuidadas se podía ver que estaban lo mejor cuidadas posibles manteniendo un tono amarillento opaco pero con varios grafitis en ella, un techo laminado de color rojo y unas escaleras de metal en la parte exterior qué conectaban con el segundo piso, al frente de dicho edificio se veía una caseta con un hombre sentado en el interior de ella leyendo el periódico.

—(Posiblemente el sea el dueño, lo mejor que puedo hacer es ir a preguntarle)—pensó tranquilo Hiro mientras se acercaba al hombre—Disculpe—llamo educadamente bajandose de su bicicleta y tomando su maleta.

—¿Mmh? Oh, tu debes de ser el chico interesado en el departamento de roomies—dijo el hombre bajando el periódico y levantandose.

Al levantarse se reveló ser un hombre corpulento de gran tamaño, tenía la piel algo bronceada, vestía una playera dd color azul con un estampado de un calvo estilo caricatura con un globo de texto que tenía escrito “De pelos”, unos pantalones de mezclilla y unos guantes negros sin dedos, tenía unos ojos ámbar y cabello corto de un tono castaño.

—Así es señor, usted debe de ser el dueño—dijo con una sonrisa el rubio.

—Veo que llegaste un poco tarde, pero suele pasar, soy John—dijo el ahora conocido como John extendiendo su mano.

—Hiro, un placer—se presentó realizando la misma acción.

—Un nombre un poco peculiar, pero no soy quien para juzgar, dejame llevarte a la que será tu departamento y presentarte a tu roomie—decía John comenzando a caminar hacia las escaleras.

—¿Ya tendré un roomie? Creí que tardaría más—preguntó Hiro sorprendido.

—Se vino a registrar poco después de ti, espero que se lleven bien, no quiero tener que echar a alguien nuevamente—decía John con un rostro algo irritado al recordar a sus últimos residentes.

—Ya veo ¿hay algo que necesite saber?—preguntó Hiro curioso.

—Lo básico, nada de ruido por la noche para no molestar a otros residentes, respeto entre residentes, etc. Si te refieres a algo de lo que será tu departamento, cuenta con cosas básicas, un refrigerador, un baño, fregadero, una vieja tele qué aun funciona por antena, un par de buros, no hay camas, solo catres, espero no te cause molestia—explicaba John contando con sus dedos las cosas que mencionaba.

—No me será ninguna molestia—dijo Hiro con una sonrisa.

—Bien, oh si, hay unos centros de lavado abajo, son de uso de todos los residentes, si llega a haber un problema con alguien ve conmigo y lo resolveré—decía John mientras se detenía frente a una puerta con un número 9 en ella mientras sacaba varias llaves retirando una—La llave del departamento, la primera es gratis, pero si la pierdes o rompes pagas por una nueva, con eso dicho, bienvenido y espero que disfrutes tu estancia, la renta se paga al final de cada mes—dijo entregándole la llave a Hiro mientras se retiraba sacudiendo su mano en señal de despedirse.

—¡Muchas gracias!—grito Hiro despidiéndose.

El rubio tras eso vio la puerta para posteriormente respirar hondo y exhalar, con una sonrisa puso la llave en el cerrojo y abrió la puerta viendo el interior del departamento qué de momento solo eran paredes de ladrillo y una entrada sin puerta que llevaba a lo que parecía ser una cocina.

—Esto ¿hola?—preguntó Hiro esperando una respuesta.

—¿Quién es?—preguntó una voz femenina a lo lejos.

—Hola, soy Hiro y supongo que seré tu nuevo roomie—dijo Hiro adentrándose en el departamento.

Hiro al adentrarse se sorprendió al ver a la persona que había frente de el.

—Genial, mira no te metas en mi camino y podremos estar...en...paz—dijo la chica con una mirada anonadada al ver a Hiro.

La chica tenía el cabello largo de un color negro, con dos mechones morados de cada lado, ojos también morados, usaba una blusa de color magenta con dos tirantes negros, unos pantalones de mezclilla y un collar negro con una calavera, dicha chica se le quedó viendo a Hiro unos momentos hasta que su mirada de sorpresa se convirtió es una de furia.

—¡Tu!—grito con molestia la chica extendiendo sus manos hacia Hiro.

—Esto, sellé tus poderes je je je—decía nervoso Hiro.

—Tch—chasqueo su lengua la chica para posteriormente ver la cocina y correr a ella—Hay más de una forma de hacerte daño—decía con un cuchillo en mano lanzándose a atacar a Hiro.

—¡Espera pode...!—grito Hiro esquivado un corte—¡Dije espera!—grito nuevamente para tener que esquivar un estoque del cuchillo.

—¡Nada de hablar, me vengare por lo que hiciste!—dijo la chica lanzando múltiples estocadas con el cuchillo.

—¡Pero no hice nada malo!—grito Hiro esquivando los estoques con una increíble agilidad.

—¡¡¡Para mi si lo fue!!!—grito aun más molesta la chica lanzando un fuerte tajo hacia Hiro.

—¡Alto, el dueño se va a enojar por el ruido!—grito el rubio deteniendo con sus manos el arma blanca.

Hiro logro detener el cuchillo sujetando el brazo de la chica, pero por culpa de que debajo de ambos había una alfombra el rubio termino tropezando llevándose a la pelinegra con ella.

—¡¿Qué les dije del ruido?!—grito John entrando de golpe al departamento.

El hombre quedo el blanco al ver como la chica se encontraba encima del rubio quien tenía los ojos en espiral por la caída.

—Oh...no sabía que se conocían y tenían ese tipo de relación...no hagan mucho ruido y los dejo—dijo John para cerrar la puerta mientras se retiraba lentamente.

—¡Espere encargado es un mal entendido!—grito la chica viendo como John se iba.

—Auch ¿qué pasó?—preguntó Hiro sobandose la cabeza por el golpe.

—Mi reputación si no estaba arruinada ahora si, ahora alguien cree que salgo con el estúpido héroe qué me derrotó—dijo la chica decaída y con un lago de cómicas lágrimas saliendo de sus ojos.

—Luego aclaramos el asunto...creí que habías huido reina de la oscuridad—dijo confundido Hiro.

—Ex reina de la oscuridad y si, huí pero no de la ciudad, no tenía donde ir, así que ahora solo me queda el intentar ser normal o buscar una forma de matarte—dijo la chica con molestia.

—Oh, creí que huirías del país, pero supongo que te fue difícil después de sellar tus poderes...por cierto ¿cuál es tu nombre?—preguntó Hiro curioso.

—¿Por qué te debería de decir mi nombre?—preguntó molesta.

—Pues vamos a ser roomies, así que por lo menos saber tu nombre creo que estaría bien—dijo Hiro con una sonrisa.

—¡No, no y no, tu te vas, no vas a quedarte aquí!—grito enojada la chica.

—Pero es el único lugar que puedo pagar la renta—dijo Hiro nervioso.

—¿Cómo estás en las mismas condiciones que yo si se supone que eres el gran héroe qué vencio a la reina de la oscuridad? ¿No se te recompenso dicho logro?—preguntó con molestia.

—Eso sería aprovecharme de haber hecho una buena acción—dijo serio Hiro cruzando los brazos.

La chica se quedo unos momentos en silencio para llevar sus manos a su cara.

—Me derrotó un maldito boy scout—decía la chica con aun más molestia—¡Bien, estaremos así un tiempo, pero no nos hablaremos, no seremos amigos, no seremos conocidos, ni siquiera desconocidos, solo seré tu roomie Rei en caso de que sea necesario, de ahí en fuera no nos conocemos!—grito con molestia la ahora conocida como Rei.

—Un placer conocerte Rei, llevemonos bien—dijo Hiro con una sonrisa.

—Te mataré mientras duermes—susurro Rei dándose la vuelta.

—¿Qué?—preguntó confundido el rubio.

—Nada que te interese—respondió Rei caminando hacia una puerta—Tu quédate en esta habitación y no me dirijas nuevamente la palabra—dijo abriendo una puerta.

—No creo poder entrar ahi—dijo Hiro viendo la habitación.

—¿Por qué diablos no podrías entra...—preguntaba con molestia hasta que vio sorprendida el interior de la habitación.

En la habitación qué acababa de abrir había un montón de cajas, de diversos tamaños y formas qué cubrían toda la habitación sin dejar hueco a que entre algo más, enfrente de todas las cajas había una hoja de papel pegada qué fue sujetada por Hiro.

—“Señor encargado, prometo que algún día vendré por mis cosas, así que por favor no las tire, firma su residente favorito”—leyó Hiro lo que había escrito en la hoja.

—...Ok, te quedas en la sala, pero ni un ruido raro o si salgo de mi habitación no te atrevas a siquiera dirigirme la mirada—decía con molestia Rei para irse a su habitación dando un portazo.

—Supongo que no es lo que esperaba al tomar el departamento de roomies—dijo con una sonrisa agotada el rubio.

Hiro procedió a buscar entre los muebles de la sala el catre, hasta que finalmente dio con el y unas sábanas con cobijas qué posteriormente comenzó a acomodar encima del catre qué se encontraba pegado a un lado de una de las paredes, por lo que una vez acabado se sentó en el catre y se iba a acostar, al menos esa fue la idea hasta que su teléfono celular comenzó a sonar haciendo que el rubio tome el dispositivo y responda la llamada tras ver el nombre del contacto.

—Hola abuelo—dijo Hiro con voz tranquila—Si, ya llegue y me acomode...o bueno más o menos—decía algo nervioso mientras escuchaba lo que decía su abuelo al otro lado de la línea—¿Eh? ¿Si tengo roomie ya? P-Pues si—decía nervioso por su curiosa experiencia.

—Oh, eso fue rápido ¿No es una persona desagradable o si?—preguntó el anciano estando sentado en un banco junto al teléfono.

—En lo absoluto abuelo, diría que es peculiar pero creo que podemos llevarnos bien—decía con cierto nerviosismo Hiro.

—Mmm ¿Me estas diciendo esto para no intentar sacarte de ese departamento?—decía con una voz bastante autoritaria el anciano.

—¿Me crees capaz abuelo? Creo que tengo buen ojo para las personas y se que no habrá problema alguno—decía Hiro con nervios y algo asustado.

Hiro podía sentir a través de la llamada como su abuelo lo miraba con una mirada sería mientras llamas salían de detrás de él y el viento movía su barba dándole una imagen imponente.

—Bueno, eres un buen chico Hiro, así que supongo que todo esta bien si tu lo dices—dijo el anciano con una sonrisa tranquila calmando el ambiente que género.

—Gracias por la confianza abuelo—dijo con una sonrisa nerviosa Hiro viendo hacia la ventana viendo como el sol se estaba ocultando—Ya esta atardeciendo abuelo, así que comenzaré a hacer de cenar algo para mi y para mi roomie para empezar con el pie derecho—dijo Hiro un poco más tranquilo.

—Oh, llámame de vez en cuando y suerte en la escuela, te apoyaré desde aquí—decía animado el anciano para posteriormente cortar la llamada.

En él instante que la llamada acabo Hiro soltó un largo suspiro liberando todo los nervios que junto con esa llamada.

—No puedo dejar que el abuelo se entere de que mi roomie es la ex reina de la oscuridad—decía Hiro con nerviosismo mientras se paraba.

Hiro saco de su maleta unos paquetes de comida tales como una caja de espaguetis, un bote rojo con la imagen de un tomate y finalmente un bote qué decía "Crema", tomo todo lo que saco y posteriormente fue a la cocina para comenzar a cocinar.

—(Tengo que conseguir trabajo de medio tiempo, tengo que evitar que Rei sobresalga si me intenta matar otra vez, encima ahora tendré que lidiar con lo que conlleva ir al escuela)—pensaba Hiro soltando un leve suspiro mientras revisaba las repisas de la pequeña cocina.

El rubio buscaba sin parar entre repisas hasta qhe encontró lo que buscaba, una olla mediana, comenzó llenando el utensilio de agua qué puso en una pequeña parrilla eléctrica qué había ahí para que empezará a hervir.

—(¿A Rei le gustara la pasta?)—pensó Hiro poniendo la pasta en el agua que ya se encontraba hirviendo y posteriormente ver la puerta de la habitación de la pelinegra.

Por la mente del rubio paso la idea de ir a preguntarle, pero a sabiendas de que podría terminar mal el que intente comunicarse con ella, sacudió su cabeza y siguió en lo que estaba haciendo.

Una vez Hiro termino de hacer la cena se sirvió la mitad de lo que hizo siendo una gran cantidad, comenzando a comer en la cocina viendo.

—Delicioso—decía Hiro comiendo una gran cantidad de pasta de un solo bocado posteriormente vio hacia la ventana qué había en la sala—(El lunes será mi primer día de preparatoria, no puedo esperar)—pensaba con mucha ilusión siguiendo con su cena.

Hiro comía con increíble rapidez grandes bocados de comida, una vez acabo limpio lo que uso y se fue a acostar así catre dejando a un lado sus lentes mientras murmuraba algo viendo a través de la ventana el anochecer.

—(Mañana tendré que hacer muchas cosas, por lo que será mejor descansar...espero que el convivir con Rei no sea tan complicado como parece)—pensaba algo preocupado el rubio comenzando a cerrar los ojos lentamente.

Hiro se quedo dormido estando en paz y sin hacer el mínimo ruido al dormir, si que se diera cuenta una puerta se abría en silencio, Rei salió de su habitación empuñando el cuchillo con obvias intenciones asesinas, yendo a paso lento para evitar despertar al rubio, logrando su objetivo estaba a escasos centímetros de Hiro y sin dudarlo lanzó una puñalada, apenas estuvo nada de tocar al rubio el arma rebotó sorprendiendo a la pelinegra.

—¿Eh?—fue lo único que pronunció con confusión Rei.

La chica comenzó a intentar tocar al rubio sin éxito viendo como un leve brillo dorado envolvía a Hiro.

—Tch, tenía que hacer una barrera, no creas que eso me detendrá—dijo Rei decidida comenzando a lanzar múltiples cortes contra la barrera.

Corte qué daba Rei, corte qué rebotaba al impactar con la barrera, a sabiendas del resultado la chica no se rendía y seguía atacando, en un punto dejo el cuchillo de lado y usando una silla como plataforma se lanzó contra Rei preparando un rodillazo, el resultado fue el esperado, no logro hacerle nada a la barrera y encima se tuvo que sujetar las rodillas mientras lloraba en silencio del dolor, una vez recuperada la chica siguió intentando golpear a Hiro incluso usando una silla como arma, nada servía ocasionando qué Rei quedara agotada.

—No...me...rendiré...hasta...matarte—decía entre jadeos de agotamiento la chica.

Antes de poder tener otro intento de ataque, el estómago de la chica rugió con fuerza.

—Maldición, no me hice nada para cenar—dijo para si misma Rei comenzando a ir a la cocina.

La chica se movía bien en la oscuridad del departamento, llegando a la olla con pasta qué hizo Hiro y que tenia una nota que Rei leyó.

—“Hola Rei, por si tenias hambre te hice de cenar, espero te guste”...no creas que te agradeceré—leyó con molestia la chica tomando la olla y sentandose a lado del pequeño refrigerador qué había pegado entre dos paredes.

La chica veía con confusión y una gota de sudor la cantidad de comida que había en la olla.

—¿Por qué hizo tanto?—preguntó confundida Rei comenzando a comer la pasta con sus manos.

La chica tras el primer bocado se sorprendió, comenzados a comer con entusiasmo pareciendo disfrutar cada bocado, al final solo comió la mitad quedando llena.

—Te daré el gusto de admitir que...—decía Rei soltando un bostezo—Esto te quedo muy bueno...—dijo comenzando a quedarse dormida y dejando caer la olla.

La chica se quedo dormida a un lado del refrigerador debido al agotamiento qué sentía tras su incesantes esfuerzos por matar a Hiro, había sido un primer día de roomies muy agotante para ambos jóvenes que estaban a punto de iniciar una nueva vida llena de aventuras como compañeros de piso.


Continuará...

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