☆ capítulo 21

Moonbin salió de su primera clase con un humor bastante animado. Por primera vez en su vida disfrutaba el día, aspiraba el aire notando lo puro que era.

No le habían dado ganas de fumar, y eso era bueno. Suponía.

Desde que estaba con Sanha era como si su vida había tomado otro sentido, otro sabor y otro color. Ya no tenía ganas de fumar, de salir a perderse por ahí unos días y menos tener sexo con nadie que no sea él. Aunque lo de ellos no era eso. Habían hecho el amor, y aquello se había sentido tan bien, tan diferente. Por primera vez en su vida, su corazón tomó control de su cuerpo y hizo de que sintiera el mejor de los placeres sin morbo.

Aún se preguntaba como pudo vivir tanto tiempo sin él. Porque Sanha era la respuesta a todas aquellas preguntas que albergaron por años en su corazón. Quería ser digno de él, seguir mejorando para llegar a ser el hombre que Sanha merecía. Incluso podía sonar tonto o algo apresurado, pero planeaba trabajar duro para poder graduarse de la universidad, conseguir un buen trabajo para poder tener un lugar donde vivir con el omega. Porque sí, ya no podía conciliar su vida sin él. Sanha  estaba en su futuro, era su omega, era suyo, y lo quería sólo a él en su vida restante.

Pero por ahora lo único que podía ofrecerle era su habitación.

El sólo pensar que no hace mucho mandaba al carajo las relaciones serias, que prefería estar sin ataduras por ahí, y que ahora un omega que resultó ser su compañero de cuarto y mejor amigo lo tiene enamorado, le daban ganas de reírse, de pensar en lo sorpresiva que puede ser la vida.

Llegó a la cafetería donde compró sólo un jugo de limón. Aún se sentía satisfecho por el desayuno que le había preparado su omega. Así que sacó su celular y buscó uno de los juegos que tenía allí, para distraerse mientras empezaba la otra clase.

De pronto, una sombra y un olor fuerte provocó que arrugada la nariz con disgusto. Levantó la mirada con desdén. Wohno. Aquel maldito tipejo estaba observándolo con una sonrisa.

¿Y ahora que quería?

- Estorbas - zanjó desinteresado para volver la vista a su celular. Lo escuchó
reír.

- ¿Cómo te fue en tu luna de miel? - soltó con simpleza y burla. Él levantó la mirada con la expresión de molestía.

- Dije, estorbas - replicó intentando restarle interés. No quería acabar golpeando a aquel imbécil.

- Uy, alguien volvió de mal humor - se burló con aquel tono meloso que tanto le molestaba. Moonbin era un tipo de mal temperamento, y estaba haciendo un gran esfuerzo para contenerse.

- ¿Qué diablos quieres ahora?

- Nada en particular. Solamente quería saber cómo van las cosas con nuestro Sanha - se sentó de el otro lado de la mesa. Su sangre empezó a calentarse a él escuchar como embarro con lascividad el nombre de Sanha.

- A ti que te importa - respondió tajante, aparentando los puños.

Wohno rió cruzándose de brazos, cansado - Mira Moonbin, iré al grano. Yo sé que Sanha es Omega.

Sintió una punzada en el pecho, y entonces levantó la mirada rápidamente.

- Vaya... - expresó Wohno con una risa - Eso si te interesa, eh...

- ¿Cómo diablos sabes eso? ¿Quién te lo dijo? - quiso saber. Iba a romperle la cara la persona que lo esté divulgando.

- Nadie. Yo mismo me dí cuenta, bueno, Sanha se delató solito - expresó con burla, deleitándose con la expresiones de Moonbin.

- Supongo que si aprecias tu rostro sabes que es mejor que te quedes callado - lo amenazó con tranquilidad. Sin embargo, Wohno soltó una carcajada y lo miró con desafío.

- A mi no me amenazas imbécil, si estoy callado es porque me da la puta gana, y porque... Quiero divertirme un poco con esta situación - aquellas últimas palabras las dijo con lentitud, como si estaba disfrutando de alguna broma personal.

- ¿Divertirte con que demonios? Wohno, mira, te lo diré una vez, y escúchame atentamente maldita sea. Soy un tipo que es capaz de cualquier cosa si lastiman a alguien que quiero, y tú no serás la excepción - amenazó con seguridad apabullante.

Wohno sonrió con malicia, sin intimidarse - Amenazame lo que quieras Moon, pero esto le conviene más a Sanha. Yo tengo su secreto en mis manos, y de mí depende que siga realizando sus actividades aquí.

Moonbin se levantó de la silla y rodeó la mesa como un león dispuesto a matar, lo agarró de la camisa y lo acercó a su rostro con odio abrumador y clara amenaza.

- Tú te atreves a hacerle algo, y te juro que te romperé el maldito cuello.

Wohno sonrió con manía perversa.

- Atrevete, animal - lo retó.

Moonbin no lo soporto. Así que le planto un puñetazo en la mejilla. El impacto resonó tan fuerte que muchos estudiantes que estaban al alrededor retrocedieron asustado. Wohno perdió el equilibrio y cayó al suelo, con un hilo de sangre saliendo de su labio.

- No me provoques - gruño mirándolo con odio. Su sangre ya hervía, y estaba dispuesto a seguirle rompiendo la cara.

Wohno lo miró desde el suelo con furia. Su pecho subía y bajaba frenéticamente, entonces se levantó de el suelo tambaleándose.

- ¿Acaso te molesto lo que le dije a tu noviecito? - dijo audiblemente, colocando una sonrisa en el rostro nuevamente. Moonbin se irguió, preparado para arremeter contra él nuevamente.

Los estudiantes empezaron a murmurar y exclamar cosas sobre lo que Wohno había dicho.

- ¡Dije que cierres la puta boca! - gruño con furia, en ese momento sus ojos habían cambiado a aquel color rojo sangre que tanto temían muchos espectadores.

Golpeó a Wohno en el rostro nuevamente, haciéndolo caer al piso, y entonces se colocó encima de él, y de ahí empezó.

Golpe tras golpe.

Preso completamente de cólera y la ira.

Trataba de cambiar la imagen que tenía de él en la universidad, pero joder, si lo provocaban de esa manera no sabía si podía hacerlo.

El sólo sentir que reputación de Sanha estaba en manos de ese imbécil, provocó sacar su versión más violenta. Wohno era capaz de extorsionar a Sanha para divertirse con él a cambio de no decir nada, y él no iba a permitirlo. Si tenía que matarlo lo haría. Él mismo se entregaría a la policía.

Minhyuk llegó de inmediato, atravesando la multitud de estudiantes que observaban con asombro y miedo la escena, incapaces de entrometerse.

- ¡Hey, Moonbin! - lo tomó por las axilas, y lo quito de encima de Wohno.

Moonbin le gruñó mostrándole los colmillos. Y Minhyuk se tensó inmediatamente. Nunca había visto un alfa que le provocará miedo a otros alfas. Pero no lo soltó, se mantuvo firme.

Wohno se mantenía en el suelo, con su rostro completamente desechó por la sangre y golpes. Los amigos de él alfa llegaron enseguida a socorrerlo, pero ninguno quiso enfrentar a Moonbin.

Ese tipo era aterrador.

- Me las vas a pagar - bramó Wohno con furia, mientras escupía sangre.

- Haz lo que te dé tu puta gana, pero estás advertido - amenazó con frialdad y enojo.

Minhyuk lo sacó de allí inmediatamente para evitar otro enfrentamiento, mientras Wohno gritaba insultos intentando hacerse el valiente, pero fallando, porque todos los estudiantes habían presenciado la brutal golpiza que le había dado un alfa menor que él.

Moonbin se limpió el sudor de la cara mientras respiraba frenéticamente tratando de calmarse. Aún su sangre se sentía caliente, sus manos picaban, lo cuál era difícil que pudiera regresar sus ojos a la normalidad. A su lado, Minhyuk le tendió una botella de agua y empezó a echarle aire, inútilmente.

- Hombre... Armaste un circo ahí, ¿Qué vas hacer cuando el director se enteré?

- Me vale un carajo - expresó con desdén, para después beber un largo trago de agua.

Minhyuk alzó una ceja - No puedes decir que te vale, te pueden expulsar Moonbin.

- ¿Y qué quieres que haga? ¿Qué le aguante todas sus mierdas a ese imbécil hasta que termine la universidad? No, Minhyuk, tu sabes que que no soy así. Yo no le soporto nada a nadie.

Minhyuk resopló desviando la mirada hacia arriba. Su amigo no tenía remedio, enserio.

- ¿Por qué fue? - se atrevió a preguntar.

- ¿Qué? - lo miró contrariado.

- La pelea, por qué fue. Qué yo sea, tú no golpeas a nadie así por así al menos que te moleste o se lo merezca, dime ¿Qué pasó está vez? - quiso saber con curiosidad. Escuchó a Moonbin suspirar con pesadez.

- Amenazó a Sanha - soltó apretando los puños. Minhyuk alzó las cejas mirándolo con sorpresa.

- ¿Lo amenazó?

- Sí, ese imbécil sabe que Sanha es omega - se calló abruptamente dándose cuenta que había hablado de más, pero vió a Minhyuk reírse levemente.

- Ya lo sé, no te preocupes. Y no voy a decir nada tampoco - aseguró.

- ¿Eunwoo te lo dijo?

Aquel nombre provocó que las papilas gustativas de Minhyuk se sintieran amargas. Inmediatamente desvío su vista hacia otro lado, Moonbin lo notó.

- ¿Qué pasa? - le preguntó.

- Nada... Pero... En fin. No fue él. Eunwoo... Me pidió no decir nada, así que es lo de menos ahora como lo sé - expresó con el rostro lejano.

- Ah... bueno - fingió asentir no preguntando más sobre su repentina actitud.

- No le hagas caso a Wohno, sabes muy bien que él le gusta estar jodiendo. Sólo buscó sacarte de tus casillas, y mira - lo señalo con la mano - lo logró.

- Me importa un carajo lo que él quiera hacer conmigo, pero que con Sanha no se meta.

Minhyuk se frotó el rostro desvariado, y entonces algo llegó a su mente - Espera, ¿Por qué Wohno dijo que Sanha era tu "noviecito"?

Moonbin ocultó sus labios en la boquilla de la botella, evitando responder.

- Moonbin...

El alfa hizo un sonido haciéndole saber que lo escuchaba.

- ¿Es cierto?

- Mierda sí, es cierto. Y ya que estás metido en el lío, te pido que no digas nada. Se lo prometí a Sanha - le pidió.

Minhyuk alzó las cejas y dibujo una sonrisa. Lo abrazó por los hombros y lo atrajo hacia su costado.

- Eso no me lo habías contado hermano, felicidades... Por fin se te hizo tener
una pareja estable - expresó con una sonrisa, provocado un ligero sonrojo en Moonbin.

- Sí... Sí... Y dos más dos son cuatro, ahora quítate, tengo calor - le dijo arisco, apartando su mano.

Minhyuk sonrió levemente mientras negaba con la cabeza. De pronto, sintió una gran envidia de su amigo. Moonbin ya tenía su omega, y él, pues, tenía que vivir con la amargura de no ser correspondido por el suyo.

Desde que Eunwoo lo había rechazado, bueno, hipotéticamente le había dicho que no estaba listo para ello. Se sentía hueco, como si no hubiera vida dentro de él. Ya no tenía contacto con su alfa interior, era como si se hubiera dormido o muerto. Entonces pensaba lo cruel que puede ser el destino, aveces se equivoca aveces no. Pero estaba seguro que Eunwoo no era una equivocación en su vida, simplemente que su propio omega no lo quería, no lo aceptaba, se negaba a un futuro con él.

Y eso era doloso.

Sanha salía de la enfermería con Eunwoo, sintiendo un alivio en su alma. Por suerte la enfermera le había dicho que aún estaba dentro de las veinticuatro horas, pero que le recomendaba que sea más cuidadoso. Así que le dió una caja de pastillas anticonceptivas y las instrucciones de como tomarlas. No podía evitar sentir vergüenza incluso al tener que contarle a ella de cómo fue todo, como se sintió y así. Ella le había respondido que era normal sentir ese pequeño dolor, pero que debía recuperarse unos días antes de tener otra relación sexual.

Aquella mujer, era buena, amable. Incluso ella sabía el secreto de Sanha, que mantenía relaciones sexuales y aún así dijo que no diría nada. Aunque se disculpó por haberle dicho a Moonbin por accidente. Ella le comentó que como este era su mejor amigo, creía que el omega ya lo tenía al tanto de todo, y por eso creyó que lo sabía.

Pero ya no importaba. Era cosa de el pasado, y la verdad, Sanha le agradeció por haberlo hecho.

Caminaron por los extensos pasillos entre pláticas triviales, hasta que vieron que algunos estudiantes empezaron a murmurar cosas. No alcanzó a escuchar bien, hasta que vió como los amigos de Wohno lo traían con la cara cubierta de sangre y golpeada. Se detuvieron inmediatamente a mirar la escena con asombro y curiosidad.

¿Quién habrá sido la persona capaz de golpearlo así?

La cara de Wohno estaba retorcida en una mueca de dolor y también furia. Soltaba quejidos, y caminaba con dificultad, como si estuviera mareado.

- Oh mierda... - musitó Eunwoo a su lado, sin despegar la vista de la escena.

Los ojos de Wohno se desviaron hacia donde ambos omegas, con rabia contenida. Gruñó con fuerza, se acercó a ellos con rapidez.

Se tensaron.

- Esto que me hizo tu novio. Me las va a pagar - amenazó con cólera. Sanha frunció el ceño sin entender nada.

- ¿De qué estás hablando? - lo enfrentó con incredulidad.

- ¡Esta mierda en mi cara! ¡Esto me lo hizo Moonbin! y sabes algo... ¡Esto lo pagará caro! - exclamó perdiendo la paciencia. Sanha abrió los ojos estupefacto, no podía creerlo.

Moonbin... Moonbin fue la persona que le hizo eso.

Pero ¿Por qué? Él sabía que Moonbin no golpeaba a nadie por así si no tenía un motivo.

- Te lo mereces - sonrió Eunwoo con suficiencia.

Wohno lo miró con rabia, como si quisiera golpearlo. Pero Eunwoo no se inmutó.

- No te atrevas a ponerle un dedo encima a Moonbin - le advirtió. Sabía que no era rival para el alfa, ni soñando. Pero aquella amenaza provocó que su omega gruñera de el disgusto.

- ¿Y qué harás princesito? ¿Entrar en celo para que te marque? Es lo único que saben hacer ustedes. Putos - escupiócon desprecio, lascividad y burla. Apretó los dientes furioso.

- Decirle a su novio que te rompa la cara otra vez - agregó Eunwoo con burla.

- ¡Tú pequeña mierda...! - se acercó a Eunwoo con intensión de hacer algo, pero este intervinó en el camino, mirándolo con enojo

- No te atrevas Wohno - lo desafío. El alfa lo miró por debajo, con menosprecio.

- No valen la pena Wohno, déjalos - dijo uno de los chicos que venía con él.

- Sí hermano, déjalos. Sabes muy bien que son criaturas insignificantes, fácilmente puedes matarlos. Mejor vámonos, hay que curarte eso - intervinó otro de sus amigos. Eunwoo lo miró con recelo, apretando sus puños por el comentario.

Wohno los miró, intentado calmarse, y comprendiendo era lo mejor. Pero antes, se acercó a Sanha, con malicia. Lo tomó por el mentón, y su mirada estaba cargada de amenaza. Intentó zafarse, pero no se lo permitió, apretando. Eunwoo intentó intervenir, pero un gruñido gutural de un amigo Alfa de Wohno, provocó que sus músculos se tensaran.

- Estas acabado Yoon Sanha. ¿Me escuchas? Acabado - amenazó. La respiración de el omega de aceleró, inmediatamente lo miró con horror.

- N-no te atreverías... Tú... - intentó decir, pero escuchó la risa llena de ironía de el alfa.

- ¿Ah no? - gesticulo - Claro que sí belleza, yo quería divertirme contigo un poco, pero ya me cansé - lo soltó bruscamente, haciendo que este retrocediera con fuerza.

- ¿Qué...? - lo miró con horror mientras se agarraba el área lastimada.

- Quería que saliéramos un poco, ya sabes, para hacerle la vida imposible a Moon - expresó sin un apice de compasión, con frialdad y burla.

Sanha abrió los ojos sintiendo su pecho arder. Eunwoo apretaba los dientes con enojo, incapaz de poder hacer algo. Estaba atrapado con los amigos de Wohno.

- Eres despreciable... - expresó con asco Sanha. Wohno rió, sin importarle.

– Me lo han dicho, gracias. Y sabes una cosa -dió un paso hacia delante - Ahora que lo pienso, podemos llegar a un acuerdo. Digo, si aún quieres salvarte - lo miró de arriba abajo con morbo. Su cara ensangrentada provocó que le diera más asco.

Así que lo escupió.

- Ya veo. Entonces, date por acabado - y sin decir nada más, se marchó con sus amigos.

Sanha se quedó estático en medio de el pasillo. Ni siquiera el sonido de la campana, la cuál indicaba que su clase había comenzado, lo había hecho reaccionar. Eunwoo se acercó a él con preocupación, y lo dirigió rápidamente hacia el baño.

Entonces se dejó caer, cubriendo su rostro. Desvariado, dolido y asustado.

- Sanha, tranquilo - se acercó a él intentando calmarlo, pero era muy tarde. Arrugó la expresión colocando una nueva lastimera y deshaciéndose en llanto.

Su carrera estaba acabada, sus planes, todo...

Tenía ganas de huir, de irse lejos, no quería ver las expresiones de
todos cuando se enteren, las miradas acusadoras, las decepciones por parte de sus compañeros, el ser obligado a renegar de su carrera para tomar otra más menor.

No, prefería mil veces recoger sus cosas y desaparecer sin decirle nada a nadie.

Entonces inmediatamente la imágen de Moonbin llegó a su mente.

Sintió como la furia lo invadía.

Por culpa de sus arranques, por haber golpeado a Wohno y provocar su enojo toda su carrera estaba acabada.

Por su puta culpa.

Un sentimiento que nunca había sido compatible con Moonbin nació; El enojo.

Se levantó rápidamente, dejando a Eunwoo desconcertado y salió de allí, sin permitir ninguna réplica de su amigo.

Atravesó el campus, y llegó al apartamento en cuestión de minutos.

Moonbin estaba allí, sentando en el sofá con la mirada perdida y el ceño fruncido, al verlo se levantó inmediatamente.

- Sanhie... Te estaba esperando, yo...

No pudo continuar, cuando sintió una bofetada, la cual resonó tan fuerte, que hizo eco en las cuatro paredes.

Moonbin giró su rostro mirándolo con sorpresa, con la respiración errática.

- ¿Sabes lo que hiciste? ¡¿Sabes lo que tus arranques de animal provocaron?! - bramó colérico. El alfa pestañeo confundido, y entonces apretó la expresión.

- ¡Ese hijo de perra se lo merecía! - gritó con furia.

- ¡¿Ah sí?! ¡Para ti es fácil hacer las cosas! ¡Tú no eres el que tiene su jodida reputación en peligro aquí! ¡Soy yo! - se apunto a si mismo.

- ¡¿Crees que no lo sé?! ¡Lo hice por ti! ¡Ese imbécil iba a chantajearte! ¡Yo no iba a permitirlo! - vociferó con enojo. Su corazón le dolía, la manera en que lo miraba el omega no le gustaba para nada.

- ¡¿Y a ti que más te da?! ¡Es mi jodida vida! ¡No te metas Moonbin! - gritó con lágrimas en los ojos.

El alfa lo miró con la expresión retorcida, completamente dolido y molesto. Jamás en su vida había visto a Sanha hablarle así, mirarlo de esa manera. Y aquello estaba provocando un dolor profundo en su pecho, como si algo se había fracturado. Sanha era la única persona que le había dado cariño, que no lo hacía sentir como una mierda, y ahora, esa misma persona que adoraba, que su mundo y corazón tenían, lo estaba despreciando con la mirada.

- ¿Eso quieres....? ¿Quieres que me valga mierda lo que te pase? ¡Bien! Eso haré, no me volveré a meter en tu vida - sentenció con frialdad, sin un apice de emoción. Sanha lo miró molesto, derramando lágrimas.

Entonces caminó rumbo a la puerta, si no salía de ahí lo acabaría besando pese a lo que había ocurrido. Y entonces salió, azotando la puerta al cerrarla.

Sanha perdió fuerza en las piernas, cayendo al suelo, llorando desconsoladamente. Su corazón dolía como el demonio, quería gritar de la impotencia. Eunwoo tenía razón, debió irse desde un principio a su dormitorio, así se hubiera ahorrado todo.

Y entonces no sabía porque estaba llorando más, si porque se acabaría su vida en la universidad

O por la pelea que tuvo con Moonbin.

Y definitivamente, la segunda provocó que sintiera una punzada dolorosa en su pecho y comenzará una nueva oleada de llanto.

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