☆ capítulo 38

Bueno, había vivido de una tranquilidad, sin muchos problemas después de que cumplió los veinte. Sus padres siempre lo había elogiado por ser un joven pacífico e inteligente. Gozaba de buenas calificaciones, una vida en donde tenía privilegios por ser hijo único, buenos amigos y una familia unida. Cuando se graduó de la secundaria pensó que al entrar en la universidad todo sería igual o mejor. Entró a la universidad con la meta de poder conseguir el título para ser oficial su carrera, y hasta un mes todo se mantenía de acuerdo a cómo lo había planeado. Pero no esperaba que a sus veinticuatro años su vida empezara a tornarse complicada, llena de sorpresas y desafíos. De sentimientos que nunca había tenido, de experiencias nuevas, hasta de involucrarse en casos policiales.

Cuando tenía quince años siempre se decía así mismo que a la edad que tenía recientemente, ya iba estar graduado, con un trabajo estable y una familia. Era algo ingenuo y también chistoso, porque si le dice a el Minhyuk de ese tiempo que a esa edad estaría en una persecución con un criminal que tiene secuestrado a su mejor amigo, de seguro se ríe y jamás lo creería.

Sentía la adrenalina correr por sus venas, así como un gran miedo de que todo salga mal, de que no pueda rescatar a Moonbin y él termine muerto después de eso. Mientras más aceleraba, más pensaba en Eunwoo, aquel pequeño omega que puso su mundo de cabeza en sólo un mes, con una inusual interacción. Aquel beso que dió el inicio de su nueva vida, de su nuevo mundo.

Tal vez saldría lastimado, o tal vez él no la libre si Wohno lo descubre, pero de lo único que estaba seguro era que no volvería a su casa con una misión fallida.

Cada rugido de el motor provocaba una nueva oleada de nervios, pero de alguna manera lograban alimentar su valentía.

Estaba tan cerca, que podía sentir como su corazón explotaba, estaba tan cerca que sentía el dolor de su amigo, estaba tan cerca que sentía como cada vez la brisa dejaba de ser cálida, a ser fría y mortal.

Uno de los chicos había sacado la cabeza por la ventana. Sintió todos sus músculos tensarse. Lo habían descubierto, pero no importaba ahora, ahora que estaba tan cerca.

- ¡Wohno! El idiota de Minhyuk está detrás de nosotros - le avisó el chico que se había asomado, agitado. El alfa
lo miró helado unos segundos antes de corroborarlo y gruñir furioso.

- No se detengan - y entonces empezó a buscar detrás de su espalda hasta sacar la pistola. Aquel mortal objeto que estaba manchado con los más trágicos desenlaces.

Está vez se encargaría de el trabajo por si mismo.

Se asomo por la ventana apuntando directamente a Minhyuk, el cual palideció de inmediato. Trago saliva nervioso, pero no sé permitió marcar su final allí. Así que desvió la moto mientras escuchaba los estruendos de las balas. Tan cerca que su cuerpo sentía las vibraciones.

- ¡Wohno la policía está en camino, así que mejor entrégate! - le gritó Minhyuk, rabioso. El alfa no se inmutó, solamente se echó a reír y le apunto directamente hacia donde estaba su cabeza.

- Vete al diablo - fue lo único que le dijo antes de presionar el gatillo.

Sin esperarse que Moonbin se lanzaría por detrás de él, con fuerza y brutalidad. Estaba en sus últimas, sí, pero tampoco se quedaría allí tirado viendo cómo Wohno terminaba la vida de alguien más. Su cuerpo le dolía con cada golpe, con cada jalón, incluso su respiración se volvió errática. Todo se volvió una guerra de golpes y gruñidos en aquel reducido espacio.

Wohno no había reaccionado, hasta que empezó a gruñirle y forcejear de una manera bruta, golpeando su estómago con fuerza, provocando que el aire abandonará sus pulmones y sintiera ese horrible sabor a sangre subir por su garganta, quemándola. Los chicos que venían en el auto tuvieron que intervenir, tomándolo de las axilas, deteniendo sus movimientos.

- ¡Moonbin! - escuchó gritar a Minhyuk, llamándolo. El aludido alzo la mirada, con su rostro desecho, lleno de sangre seca y nueva.

Entonces respiró hondo antes de relajar sus músculos. Lo que haría era arriesgado, y tal vez terminé de sentenciar su pena de muerte. Wohno buscaba su pistola entre la alfombra de el auto, con impaciencia y rabioso, sin duda lo mataría. Así que Moonbin aprovecho la situación para zafarse de el agarre de los chicos utilizando las pocas fuerzas que le quedaba, paso por encima de Wohno escuchado como se quejaba. Abrió la puerta de el auto, y sin vacilar ni un segundo, se arrojo a el asfalto.

Inmediatamente sintió el fuerte impacto detrás de su cabeza y espalda. Cegando todos sus sentidos.

- ¡Moonbin! - escuchó el grito eufórico de Minhyuk, casi como un chillido que podía desgarrarle la garganta.

Su cabeza le dolía, estaba empezando a ver manchas oscuras por todos lados. Escuchaba un pitido que se hacía cada vez más fuerte, nublandole la realidad.

Sentía como la nuca de su cabeza se humedecia con la sangre que salía por montones, manchando la calle. Entonces poco a poco todo empezó a tomarse más helado, más oscuro, más... Solitario.

Minhyuk se tiró prácticamente de la motocicleta, importandole que está caiga el piso haciéndose pedazos en algunas partes. Se acercó a Moonbin, y lo miró con desesperación, con sorpresa, con dolor, pánico.

- Mo-Moonbin... ¡Ey! ¡Resiste, la policía llega en camino con una ambulancia! - le avisó con la voz temblorosa, lleno de pánico, intentando mantenerlo despierto. Miró para todos los lados, dándose cuenta que el auto de Wohno ya no estaba.

Había escapado.

Aquel infeliz se había escapado.

Apretó los dientes y mascullo miles de maldiciones.

- ¡Por aquí! - gritó uno de los
investigadores a los autos de los policías que lo seguían. La ambulancia se detuvo tras de ellos, y los paramédicos salieron sacando una camilla.

Sanha salió de el auto de el señor a toda velocidad, llorando con desespero. El miedo se arremolinaba por cada célula de su sistema, él estaba ahí, justo delante de él. En un estado deplorable.

Varios autos de la policía siguieron más adelante para dar con el paradero de Wohno, el cual no pudo haber ido muy lejos.

Sanha se agachó a la altura, tomando a Moonbin en sus brazos, y al verlo con claridad, de cerca, sintió que dejó de respirar.

Estaba más delgado, su cara y cuerpo estaban cubiertos por hematomas, sangre, tanta que su rostro era irreconocible, cortadas y heridas que se veían que eran profundas.

Empezó a negar con la cabeza, desvariado, aterrorizado, agarrándose el cabello y con los ojos bien abiertos ¿Por qué? ¿Por qué le habían hecho algo tan cruel?

Los paramédicos se acercaron con rapidez con la camilla mientras él ya estaba llorando. Minhyuk vió a Eunwoo correr hacia él, y entonces lo estrecho en sus brazos al tenerlo cerca.

- Estaban tan asustado, pensé que tú... - decía Eunwoo entre sollozos.

- Ni lo digas amor. Aunque no lo creas, Moonbin me salvó - le contó, acariciando su mejilla. El omega lo miró con los ojos abiertos.

- ¿Qué?

– Sí. Si no había sido por él, Wohno me hubiera disparado - Eunwoo lo miró boquiabierto, y entonces su mirada se dirigió hacia Sanha.

El lugar ya estaba lleno de médicos y policías cubriendo las calles. Sanha seguía llorando desconsolado, cubriendo su llanto con sus manos.

- Joven, tranquilo. Ya está en buenas manos. Lo llevaremos a un hospital - dijo uno de los doctores.

Moonbin abrió los ojos lentamente, y Sanha sintió como su pecho quemó. El alfa lo observó confuso, desorientado y consternado. Y el omega, a pesar de sentir como su corazón se rompía, le acarició la mejilla lagrimeando, con ternura y cuidado.

- Amor, te encontramos - murmuró entre lágrimas.

- Sa-Sanha... - dijo débilmente, casi en un susurró con la voz rota y los ojos aguados por las repentinas lágrimas, incapaz de formular otra palabra más.

Lo subieron a la camilla, colocándole un respirador. Sanha observó todo con atención, sin dejar de llorar con su corazón oprimido. Los médicos ya le habían colocado un suero entre otras cosas. Se quedó alejado de ellos, pues no quería interferir en su labor, ellos no dejaban de hablar, de llamar al hospital y de atenderlo. Se sintió aliviado al verlo que aún estaba con vida.

- Sanha... - se acercó Eunwoo. El omega lo miró, y entonces lo abrazó sollozando - Ya... Tranquilo, él está bien, por fin encontraron a Moonbin.

- P-pero míralo Eunwoo... No parece el Moonbin que conozco ¿Por qué? ¿Por qué le hicieron eso? - No dejaba de repetir entre un doloroso llanto. Eunwoo empezó a acariciar su espalda, abrazándolo.

- Porque son unos hijos de puta sin corazón - bramó Minhyuk molesto, no dejaba de observar como los paramédicos se alejaban con Moonbin en la camilla hasta meterlo en la ambulancia.

- ¡Vámonos rápido! Este chico esta muy mal - dijo alarmado uno de los médicos mientras lo terminaban de subir.

Sanha sintió que en cualquier momento perdería el conocimiento.

- Sanha, ve con ellos - le dijo Eunwoo. El omega lo miró desolado, temblando.

- Tienes que estar con él ahora más que nunca - concordó Minhyuk.

- Ve hijo, nosotros iremos más atrás - dijo el señor Han está vez. Entonces Sanha hizo caso, se acercó a toda prisa a la ambulancia y subió. Ya en menos de unos minutos colocándole cosas, la pusieron en marcha.

Tenía miedo, miedo de lo que podía pasar a continuación. Una parte de él estaba chillando de la felicidad por tenerlo otra vez, con vida, pero otra simplemente estaba lloriqueando de el dolor y la impotencia.

En la trayectoria Moonbin no se movió, ni volvió abrir los ojos, respiraba con evidente dificultad. Sanha tomó su mano con sumo cuidado, la cual estaba lastimada, incluso tenía uñas arracadas. ¡Dios...! Es que cada ves que miraba más de cerca a su alfa llevaba una herida peor que la anterior.

- Resiste Bin... Por favor - le suplico con la voz rota, besando su mano y dejando los labios ahí un rato.

En menos de diez minutos ya se encontraban en el hospital. Lo bajaron rápidamente. Ya habían doctores esperando, y el personal estaba alarmado y horrorizado al ver el estado en el que estaba. No vacilaron mucho, lo ingresaron a la sala de emergencias. Dónde Sanha lo perdió de vista cuando las dos puertas se cerraron.

No pasó mucho tiempo para que Eunwoo, Minhyuk y el señor Han aparecieran. Sanha los miró con los ojos llorosos, con la expresión llena de culpabilidad y cansada, casi demacrado.

- Sanha... - musitó Eunwoo, mirándolo con pena mientras frotaba su espalda.

- N-necesito... - empezó a sentirse mareado, muy mareado, como si hubiera ingerido alcohol. Pronto se tambaleó hasta el grado de que Minhyuk y el señor Han lo sostuvieron.

- Llamaré una enfermera, te vez muy mal - avisó Eunwoo preocupado.

- N-no Eunwoo... - de pronto se sintió nauseabundo, salió corriendo hasta uno de los baños, donde salió minutos después sudoroso y con el rostro pálido.

- Debes tranquilizarte Sanha, ya lo están atendiendo - le dijo Minhyuk en un tono suave, ayudándole a sentar. Y a pesar de que así era, no podía dejar de tener en su mente aquella imágen, de sentir cada uno de los dolores de Moonbin, y como su vida se iba esfumando con el paso de los segundos cuando iban en la ambulancia. Tenía miedo, pánico y estaba enojado.

- ¿Sientes mareos, dolor de cabeza o náuseas? - le preguntó el señor. Él lo único que sentía era que su vida estaba por acabarse si Moonbin no la libraba. Negó levemente, lagrimeando.

- Toma, bebe - le paso Eunwoo una botella de agua. Ni siquiera sentía que tenía fuerzas o ganas para tomar algo, pero tuvo que hacerlo al ver el rostro insistente de su amigo.

Tampoco paso mucho tiempo para que Mj y Jinwoo aparecieran, con los rostros contraídos en la preocupación. Minhyuk se encargó de narrarles todos a grandes rasgos. Ellos se horrorizaron, pero también agradecieron que fue encontrado, porque de algo que si estaban seguros, era que esto era mucho mejor a qué Wohno se lo hubiera llevado a desaparecerlo por ahí, y esa vez, si sería de verdad.

Miraron a Sanha, el cual literalmente se encontraba en el limbo, perdido, su mirada se veía vacía, pero sus ojos reflejaban dolor. Eunwoo hacía todo lo que estaba en sus manos para tratar de tenerlo tranquilo y animarlo, pero en esos momentos era imposible.

- Debo ir a la estación de policía - dijo Minhyuk, de pronto. Eunwoo se levantó de el asiento, mirándolo con miedo y negó con la cabeza.

- No, tú no irás allá. Wohno está suelto Minhyuk, no te dejaré salir de aquí - Minhyuk sonrió levemente y acarició su rostro con delicadeza.

- Estaré bien, no te preocupes Eun. Debo investigar una cosas así como también testificar otras, te prometo que regresaré - le dijo dándole un corto beso con apremio.

- No Minhyuk, no saldrás de acá. Es peligroso.... T-te ¡Te lo prohíbo! - le gritó en un intento desesperado porque no salga. El miedo lo invadía. La policía no había dicho nada de que había sido de Wohno, y si se había escapado, no dudaba en que ande por ahí. No quería que Minhyuk sea una víctima de él, no, no podía permitirlo. Moriría si lo perdía.

- Eunwoo, no soy nadie para negarme a todo lo que tú me pidas, sabes que te amo, pero... Esto es importante, esto puede ayudar a que Wohno sea capturado. Piensa en tu amigo, piensa en Sanha, mira como está - Eunwoo bajo la mirada derrotado, lagrimeando. - No llores... ¿Sí? Estaré a aquí en unas horas - susurró con una sonrisa, tomando su mejilla y dándole un beso en los labios.

- Minhyuk...

- ¿Mhm...? - lo miró sosteniendo su rostro.

- Te amo - confesó entre lágrimas. Minhyuk abrió los ojos y dió dos pasos atrás, lo miró con sorpresa, emoción y felicidad.

Eunwoo le había dicho que lo amaba. ¡Eunwoo lo amaba!

¡Eunwoo lo aceptaba como su alfa!

¡Eunwoo lo aceptaba en su destino!

- Oh mierda... - mascullo sin salir de su sorpresa. Eunwoo lo miró apenado, ruborizado con la mirada agachada. Entonces Minhyuk se acercó a él, y lo atrajo tomándolo por la cintura, abrazándolo con firmeza - Ya soñaba con escuchar esa palabra.

Eunwoo rió levemente lagrimeando - Pues... Cuidado si aún estás soñando.

- Si es así, no me despierten nunca - expresó con una sonrisa.

Eunwoo lo abrazó, ocultando su cabeza en su pecho, aspirando el aroma de su alfa, tratando de calmarse. Escuchó los latidos ajenos, y aquello era música para sus oídos, para su vida.

- Si no vuelves en una hora, iré a buscarte - le advirtió el omega, desde su pecho.

- No será necesario amor, estaré aquí, te lo prometo - y entonces Eunwoo se alejo, mordiéndose el labio inferior, asintiendo aún inseguro. Minhyuk le dió un beso en la frente, y miró a los demás, que estaban en silencio.

- Le encargó mucho a Eunwoo - le pidió al señor Han, y este asintió con una sonrisa.

Entonces se alejó con pesar, ahora que había escuchado el 'te amo' de su omega, no quería separarse de él jamás.

- ¿Por qué nadie a salido a decir nada? - dijo Sanha, desolado.

- Lo están atendiendo, en su estado... Ya sabes... Pueden tomarse más tiempo - dijo Jinwoo con la expresión tranquila.

- Debes relajarte Sanha, acuérdate que estás embarazado - sugirió Mj tomándolo de el brazo.

El desvió la mirada sin responder nada acerca de ese tema.

De pronto dos olores conocidos se acercaban más y más a ellos. Sanha arrugó la nariz disgustado, sabía de quienes se trataba, y su pecho empezó a quemar de la rabia.

Los padres de Moonbin aparecieron en el pasillo. La mujer tenía el rostro desecho por el llanto y llena de preocupación.

- ¡Sanha! - se acercaron a él rápidamente. El omega se levantó de el asiento, mirándolos serio.

- ¿Qué hacen aquí? - ellos arrugaron el entrecejo al ver el tono con el que les habló.

- Nosotros... Vinimos a ver cómo seguía Bin. Por las noticias vimos todo - le dijo la mujer. Sanha sintió como los latidos de el corazón se le aceleraban y la ira lo consumía por dentro - Estamos muy preocupados por su estado.

- ¿Preocupados? - mascullo con frialdad - ¡¿Cómo demonios se atreven a venir aquí?! - les gritó sorprendiendo a todos. Eunwoo se acercó a él, para tomarlo de el brazo y evitar que se altere.

- Somos sus padres - dijo con desdén el
señor Moon.

- ¿Ahora verdad? ¡¿Ahora son sus putos padres?!

- Sanha... - mascullo Eunwoo.

- No Eunwoo, estoy bien. Debo decirle sus verdades a... Está gente - espeto con desprecio - Ahora se aparecen ¿Eh? Moonbin tenía casi tres semanas desaparecido ¿Dónde estaban ustedes? - los interrogó con la voz cargada de enojo y amenaza.

- Nosotros no sabíamos nada - dijo la mujer.

- Vaya... No sabían nada porque ustedes mandaron a Moonbin a la mierda, no querían saber de él y lo hicieron sentir horrible - les contó con impotencia.

Aún recordaba el rostro de Moonbin al llegar a él apartamento. Desecho, lleno de lágrimas y dolor.

No los perdonaría jamás. No sería bueno con ellos.

Y una mierda.

Él es su omega, es su obligación.

- Eso no te incumbe - bramó el señor Moon, con desprecio - Estamos aquí por Moonbin, no por ti.

- ¡Claro que me incumbe! ¿Y saben por qué? ¡Por qué soy su omega! Y ustedes... Ya no son nadie para él, Así que ¡Largo de aquí, ahora!

- Sanha por favor... Y-yo estoy muy arrepentida, sabes... Bin es mi hijo, a pesar de todo lo amo - suplico la mujer, al borde de las lágrimas.

- No me importa. Fuera de aquí ¡ahora!

La mujer negaba con la cabeza, desvariada. No se iría de allí sin ver a su hijo, no, Sanha no podía obligarlos. Pero por otro lado, las feromonas de el omega picaban en el olfato de todos. Estaba furioso, y no dudaría en salir de su letargo en cualquier momento.

- Señores, es mejor que se vayan - agregó Jinwoo

- Pero es que...

- Es que nada. ¿Para qué lo quieren ver? ¿Para decirle que se recupere pronto para que pelee por la maldita herencia y ustedes adueñarse de ella? ¡¿Para esa mierda es que lo quieren?! - les gritó Sanha, dando un paso adelante. Ellos retrocedieron, respirando con dificultad.

- Sanha, por favor, solamente escu-

- ¡Larguense o llamo a seguridad!

Fue lo último que les dijo. Ellos se miraron entre sí, y después se dieron la vuelta para irse de allí, derrotados.

Sanha suspiró sintiendo la cabeza dando vueltas y la sangre caliente. Mj se acercó y le pasó la botella de agua.

- Wao... Sanha, sé que es mal momento, pero nunca que había visto así - expresó Mj con sorpresa.

- Yo tampoco, hasta me dió miedo - concordó Eunwoo. Sanha intentó sonreí ante aquel comentario.

Pasaron más de cuatro horas desde que habían ingresado a Moonbin. Minhyuk había regresado un poco más tarde, dijo que se había complicado algunas cosas en la búsqueda de Wohno, pero les había dado los detalles como matrícula de el auto, y sobre todo, contó todos los que estaban implicados. Incluso el director. No quería dejar ningún detalle fuera, no iba a callarse. Incluso se sintió aliviado a pesar de que lo que hizo era riesgoso.

Un doctor salió con una expresión neutra, y estos al verlo se acercaron rápidamente.

- Doctor ¿Cómo está? - quiso saber Sanha, con las manos temblorosas.

El doctor dió un largó suspiró y los miró con algo de pena - No puedo mentirles - el rostro de Sanha se descompuso - El joven llegó en un estado muy deplorable. Estaba deshidratado, tenía huesos rotos, heridas infectadas y... Hematomas severos. Incluso tiene una herida en la cabeza que tuvimos que operar de urgencia.

- Pero... ¿Ya está bien, verdad? - preguntó Minhyuk, sintiendo su mano fría.

- No... No está bien. Estará en cuidado intensivos un tiempo, y... Hay un detalle.

- ¿Qu-qué? - Sanha sintió que la respiración se le acortaba.

El doctor se limpió el sudor con un trapo antes de continuar.

Lo que les diría a continuación. Sabía que les afectaría.


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