6. Control
Hay una pequeña esperanza de llevarse bien ese día, avanzando en paz bajo la sombra de los árboles, disfrutando de estar escondidos del sol que solo lleva al más alto a estar molesto, lo que claramente parecía buscar el espectro pero que por ese día parecía querer darle por su lado.
¿Había algún tipo de truco ahí? ¿Planeo algo en tan solo cinco segundos antes de decirle de último momento a donde irían? No lo sabía y tampoco le importaba mucho. Porque ese paseo lo estaba disfrutando, sin la necesidad de tener que hablar porque no estaba tan deseoso de pelear, al menos no por ese momento.
Pero es justo, cuando parecen estar totalmente en paz caminando hacia la nada absoluta, que rápidamente se demuestra que ninguno de los dos tiene algún tipo de control sobre las ganas de matar al otro, ya que sus hombros solo necesitaron chocar por menos de un segundo para que empezaran una pequeña pelea, empujando al otro. Al principio no era nada importante, era solo el roce de hombros, pero lentamente fue evolucionando hasta que cada uno era forzado a casi salirse del camino por el cual deambulaban.
Al final, por suerte o desgracia, dependiendo del punto de vista, habían llegado nuevamente al punto de pelear intentando agredir al otro, aunque en esta ocasión se las habían ingeniado para rodar cuesta abajo, donde solo tuvieron que dar unas cuantas vueltas más hasta caer en un pequeño riachuelo, que, aunque los refrescaba agradablemente, también era de ayuda por si querían intentar ahogar al otro.
Lamentablemente, en el caso de Kanon, su posición debajo del cuerpo de Oneiros se mantenía estable de una manera que no le gustaba y aunque echarse hacia atrás para hacer más fuerza era una buena idea en su mente, ponerla en papel era dolorosa ya que entonces su espalda tendría que encontrarse presionada con las piedras bajo su cuerpo, sin olvidar tampoco, que, aunque el riachuelo no tenía tanta agua, eso no significaba que era imposible ahogarlo.
—Espera.
El forcejeo de ambos se detuvo instantáneamente cuando el espectro de cabello plateado hablo, cuyo rostro se giró rápidamente hacia la pequeña colina desde la cual había se habían caído.
Y aunque esta era una perfecta oportunidad para intentar ahogar al idiota de pelo blanco, simplemente se quedó quieto y miro hacia el mismo lugar, intrigado por lo que sea que hubiera escuchado.
—¡¿Se están divirtiendo allá abajo?!
Ambos se separaron como si la persona que sostenían estuviera quemando, resbalando varias veces con el suelo lleno de pequeñas piedras del rio, intentando llegar a la orilla a la par que buscaban la manera de no verse tan mal como obviamente estaba.
—¡¿Necesitas ayuda, Kanon?!
Regreso su mirada hacia donde minutos antes había aparecido una cabeza femenina rubia, reconociendo sin problema la voz de Shura, pero teniendo que mirarlo de todas formas para asegurarse que no estuviera acompañado de más gente, tal vez si lo charlaban en secreto, podría evitar que fuera de chismoso con Athena, después de todo, en esta ocasión no tenía ninguna clase de herida visible por la cual pudiera descubrir que casi se agarra a golpes con la persona que se supone, tenía que cuidar.
—Qué bueno eres cuidando gente~
Tembló de manera incomoda cuando escucho la voz de la rubia demasiado cerca, retrocediendo de nuevo hasta resbalar por culpa de sus zapatos y las piedras húmedas, salpicando agua nuevamente a la par que solo la risa de la rubia resonó por el lugar, la cual ni siquiera se tomó el tiempo suficiente para mirarlo antes de dirigirse directamente hacia Oneiros.
"El control Kanon, mantén el control, no puedes matar a dos personas con un testigo presente."
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top