Capítulo 12 🦊 Una escapada que debería salir bien... creo - Parte 2

#VIERNESDERTR

#SEMEAPAGÓELCELUASIQUECOMPARTANENINSTAGRAAAM

#HOLI



Capítulo dedicado a bbDor2 por ser la primera persona en adivinar cuál sería la canción. ¡Felicidades! 💜

También felicitar a las cumpleañeras de esta semana que me escribieron por ig. Son muchas, así que opino que hay que celebrarlo. Yo pongo la casa, ¿quién pone lo demas? 




Media hora después me encuentro observando desde el interior del auto a Anne y Jax mientras ellos platican. Jax ha sacado esa faceta seductora que tanto le atrae a mi amiga. Es claro que su conversación no es sobre lo lindo que se ha puesto el clima o sobre la economía del país a juzgar por la risita de Anne.

Al menos ellos consiguieron distraerse. Yo he tenido que meterme dentro del auto y he estado todo el rato preocupada por mi vecino. No logro entender cómo Mika McFly puede estar durmiendo en un momento así.

Mi frustración me lleva a mirar de nuevo por la ventana trasera, a lo que dejamos atrás del camino, pensando que en algún momento Chase aparecerá colgando de algún tractor con una capa flameando en su espalda como si se tratara de algún superhéroe. Pero solo veo una patrulla de policía a unos cuantos metros.

—¡La policía! —chillo por instinto, llamando la atención de Anne y Jax, y despertando a Mika de paso.

Todos nos ponemos a hacerles seña para que se detengan. Dos oficiales del condado bajan del auto y se acercan a hablar con Jax. No lucen felices, más bien serios. El miedo me recorre el cuerpo pensando en lo peor hasta que esa sensación cambia por una de alivio cuando veo que del asiento trasero Chase se baja cargando dos bidones de gasolina. Está hecho un desastre; da la impresión de que estuvo corriendo todo este tiempo y la policía por fin lo atrapó.

—Amigo, ¿qué pasó? Nos tenías preocupados —dice Jax al ayudarle a cargar los bidones. Quiero decirle que eso es una vil mentira y que estuvo todo el tiempo hablando con Anne como si nada.

—Tuve que correr hasta la carretera y justo me encontré con ellos. Lo complicado fue buscar la gasolina.

—Tienen que tener mucho cuidado —advierte uno de los policías—. Y no tomar supuestos atajos.

Eso va dirigido a Jax, quien se encoge de hombros con una sonrisa culposa que esconde al mirar a Mika.

—Gracias por el consejo, señor oficial, lo tendré en cuenta para futuras escapadas —dice Jax, haciendo un saludo militar.

El oficial se da cuenta al instante que hablar con él es hablar con un niño y se dirige a nosotros.

—Les recomendamos dar la vuelta y seguir por la carretera, este supuesto atajo los retrasará todavía más.

—Gracias por la ayuda —dice Anne—. ¿Tienen algún mapa para que podamos guiarnos?

—A unos cuarenta kilómetros encontrarán un restaurante al paso que vende mapas —informa el otro oficial.

Después de un intercambio de palabras, los oficiales se suben a su auto y dan la vuelta. Nosotros decidimos hacer lo mismo. Soy la primera en subir. Mika y Jax discuten sobre quién irá al volante, Anne decide quitarse un poco de ropa antes de subir —está haciendo un poco de calor ya— y Chase sube después de mí.

—Hola, Michelle —me saluda, con su estúpida sonrisa decorando el rostro, y se inclina un poco hacia mí, tanto que su hombro toca el mío—. ¿Me extrañaste?

Agradezco que dentro del auto la luz no entre como en el exterior y él no pueda ver lo roja que me he puesto, pese a mis frustrados intentos para no hacerlo.

Carajo, ¿que si lo extrañé?

Claro que lo hice. Tanto que podría ponerme a chillar por tenerlo de nuevo a mi lado fastidiándome con su sola existencia.

Quisiera aferrarme a su brazo y decirle que vuelva a dejarnos así o lo amarraré al asiento.

¿Se lo admitiré?

Es obvio que jamás. No quiero alimentar su orgullo avaro, por eso prefiero esquivar su pregunta.

—¿Por qué fuiste solo? ¿Estás bobo o qué?

Chase se acomoda en lo que Anne sube al auto.

—Porque Mika y Jax son los conductores, Anne es tu amiga y tú eres la persona por la que este viaje empezó. Si lograban avanzar sin mi ayuda podía alcanzarlos luego.

Lo dice como si fuera el único que sobrara. ¿Es que no es consciente de lo importante que es?

—Sí que estás bobo —suelto sin pensar.

Chase se ríe.

—Un bobo que les salvó el trasero. —Abre la puerta del auto y asoma—. El matrimonio, ¿podrían subir de una vez? Vamos atrasados para la firma.

Oh, no, la firma.

Hemos perdido muchas horas ya.

Vamos tarde.

Con los imprevistos del viaje llegamos a Wightown pasadas las cinco y media de la tarde, lo que significa que la mínima esperanza que tenía por conocer a Noah Mars se ha esfumado, pues la firma de libros sería a las tres de la tarde. Aun así, los chicos han insistido en ir a la feria por si algún milagro decide ocurrir. ¿El problema? Nos hemos perdido en la calle y no encontramos el lugar.

—Nos fuimos al carajo... —se lamenta Jax, quien es el que maneja. Está claro que sobre sus hombros carga una presión que lo tiene al borde de la histeria porque, a excepción de mí, todos están inclinados sobre su asiento dándole instrucciones.

—Ahí, dobla... —le señala Anne con el GPS abierto en su celular— ¡Ahí!

—¡Eso estoy haciendo! —dice Jax, todavía más alto.

Llegamos al lugar de la feria, pero los estacionamientos son inexistentes. Tal parece que media ciudad ha decidido venir hoy, y entiendo un poco la razón, pues Noah Mars es bastante conocido. ¿Ya dije que lo admiro un montón? Lástima que no podré conocerlo, pero bueno, este viaje servirá para tomar algo de aire... supongo.

Cuando por fin conseguimos aparcar —luego de competir contra una familia por el lugar— soy la última en poner un pie en tierra firme. Jax se pone a presumir de su habilidad para conducir con Mika, quien ya está harto de sus habladurías y nos dice que nos llamará en unos minutos y se va. Anne me arrastra hacia la feria y Chase se cuelga al hombro mi mochila llena de libros. Los dos se ponen a preguntarle a las personas sobre la firma.

—Se acaba de ir —dice una mujer adulta que acompaña a su hijo, el cual tiene entre sus manos un libro de la saga—. Estuvo firmando libros por casi dos horas.

—¡Sí, miren cómo firmó el mío! —suelta el niño dispuesto a enseñárnoslo. Yo me pregunto cómo será la bella firma de mi autor favorito, pero Jax lo detiene.

—Ya, niño, no seas presumido —lo regaña.

La mujer alza las cejas para mirar a Jax con desaprobación.

—Vámonos, Ethan —agarra a su hijo de la mano y se va con su orgullo en alto.

El niño voltea hacia Jax y le saca del dedo corazón.

—Mocoso grosero —le grita con el puño en alto, acaparando la atención de varias familias que lo miran horrorizados.

Chase y Anne se dirigen a Jax con mala cara y él se encoge de hombros.

—Es la verdad, ese niño solo estaba presumiendo.

Su amigo suspira, quizá porque no sabe que esa mala cara va por amenazar a un niño.

—Sigamos preguntando, seguro que Noah Mars sigue por acá —dice Chase.

Yo me río de mala gana, provocando que detenga el paso.

—¿Es que no escuchaste a la señora? Ya se fue. Es tarde. Lo perdimos —digo, ya desesperanzada.

—No puedes fiarte de las palabras de una mujer que no conoces —rebate Chase y luce molesto por mi pesimismo—. Iré a hablar con las personas que organizaron la firma.

Pese a que intento frenarlo, se marcha a una velocidad impresionante para alguien que solo va caminando. Es eso o soy yo la que va andando en modo tortuga.

—Ya que estamos, disfrutemos de la feria —anima Anne.

—Espero que haya comida, muero de hambre... —Jax se acaricia el vientre en lo que mi amiga lo mira con asombro.

—Pero si acabamos de comer en el auto.

—Ajá, pero no lo disfruté en absoluto, venía concentrado en conducir.

Avanzamos al interior de la feria pasando por los puestos de libros. Jax me recuerda a un niño pequeño; lugar al que pasamos, lugar donde agarra un libro del que se siente atraído por la cubierta. Anne, mientras tanto, se mantiene aferrada a mi brazo en caso de que quiera huir a encerrarme en algún baño a llorar. Y es que tengo la pésima suerte de que en todos los puestos de librería me encuentre con los libros de Más allá de la Tierra, y cuando eso pasa, emito un suspiro largo del que no era consciente hasta que un tendedero me preguntó si estaba aburrida.

¿Aburrida? ¿¡Aburrida!? Estoy triste, viejo menso.

Anne me sigue jalando pese a mis reproches. Debo lucir como una niña berrinchuda, y tal vez esa descripción me quede mejor: soy la hija de Anne y Jax, mis padres. Pero es que yo... Bueno, no puedo dejar de pensar en que este viaje ha sido en vano, sobre todo cuando pasamos frente a un enorme escenario.

—Así que aquí sucedió la magia... —murmuro llena de ensoñación.

El escenario está decorado con planetas, vía láctea, estrellas fugaces y los protagonistas de la saga. Todo en un fondo negro y estrellado que le da un lindo toque envolvente al lugar. Y abajo del escenario, una mesa con un mantel negro y lleno de estrellas frente a un montón de sillas. Debió ser genial.

—Ve el lado positivo. Ya que estamos aquí, ¿no crees que esas decoraciones servirán para tu proyecto? —Anne tiene el ceño fruncido y un dedo tocando su diminuta barbilla.

—No lo sé...

—Iré a preguntar si podemos llevarnos algunos.

Quiero decirle que no es necesario, pero mi amiga es más rápida que mis pensamientos. Más en estos trágicos momentos donde estoy viendo lo feliz que pude ser y que me siento más infeliz que nunca.

A mi lado escucho resoplar a Jax. Es un poco incómodo quedarme a solas con él, pero parece distraído.

—Creí que por aquí andaría Chase.

Recién caigo en cuenta que Chase fue a buscar a Noah Mars y a hablar con la organización, lo más lógico era encontrarlo en este lugar. Por más que dé vueltas buscándolo, no lo encontramos.

—Qué raro... —digo más para mí misma.

Jax opta por llamarlo en lo que Anne regresa conmigo.

—¡Buenas noticias! Nos dejarán sacarla decoración antes de que alguien más se la lleve... o la reciclen. ¡Vamos allá! —dice y como viene haciendo en todo el camino, me toma del gancho para llevarme hacia el escenario.

Tomamos un par de estrellas y planetas que colocamos bajo nuestro brazo. Un par de chicos nos ven y nos imitan, así que me apresuro en agarrar los dibujos de Plutón y Luna para mi decoración personal antes de que se los lleven.

—Espero que mamá no pregunte de dónde saqué todo esto —le digo a Anne al llegar junto a Jax.

—Dile que yo te los regalé porque soy una amiga fantástica. Ten —le dice a Jax—, toma estas cosas que a mí me duele el brazo.

Jax la mira con una ceja enarcada, pero mi amiga sabe cómo manejarlo y le agita un poco las pestañas; y como Jax es un descerebrado que no se ha dado cuenta que mientras él quiere conquistarla, y ella trata lo mismo, acepta llevarle toda la decoración, incluyendo la mía. Estoy segura de que en esta contienda que se traen dos uno de ellos caerá por el otro... Me pregunto cuál será.

—¿Y ahora qué? —pregunta Jax— ¿Vamos a comer o qué?

Ninguna de las dos opciones. Chase llega junto a nosotros, respirando fuerte y con la frente brillándole por el sudor. Antes de decir nada, me coge del brazo y empieza a correr a toda velocidad, provocando que tire todas mis cosas.

—¡Chase! —le grito, pero él está más concentrado en esquivar a las personas.

Me detengo y tiro de él hasta frenarlo.

—¡Chase! ¿A dónde vamos?

—¿No es obvio? A hablar con Noah Mars antes de que se marche a su hotel. Ven... Ya hablé con él y está dispuesto a firmar tus libros.

—¿C-cómo?

—Lo que escuchaste, boba. Es momento de que tengas de una buena vez sus firmas —dice tirando de mí.

—Pero... pero ¿cómo?

—No hay tiempo de responder, Michi —regaña, empezando a correr.

Ahora sí mi corazón se retuerce. ¿O será mi estómago? No lo sé. No puedo pensar. Solo puedo correr viendo a Chase. Que llegue así, de la nada, me ha dejado desconcertada. ¿Qué clase de secuestro es este? ¿Qué dijo sobre la firma? ¿Esto es real? Lo es. Lo sé porque todas las personas nos están mirando correr como dos locos. Y me pongo a pensar en lo pesada que debe estar mi mochila y lo atleta que es Chase para correr con ella en la espalda. Y luego percibo la brisa que acaricia mi rostro, en cómo todas las personas de repente se ven en cámara lenta hasta convertirse en una masa confusa, en el nudo de mi estómago, el sudor de mis manos, en el nudo de mi pecho que va creciendo, en las palabras de Chase y, de nuevo, en él. Recuerdo aquella vez en la parada, cuando le hablé sobre querer ver una estrella fugaz. Pienso en lo diminutas que somos personas, pero que somos millones, igual que las estrellas. Y, a pesar de ser tantas, empiezo a creer que ninguna brilla como lo hace Chase en estos momentos.

Llegamos a un estacionamiento apartado de la feria. Entre los autos, la que destaca es una minivan con los vidrios polarizados. Su puerta está abierta y consigo ver unos zapatos negros colgando del asiento. Al escucharnos, su rostro familiar se asoma cargando un emparedado. Noah Mars. Puedo reconocerlo de las solapas de los libros.

—Aquí está, la chica que te mencioné —me presenta Chase.

Los ojos de Noah se posan sobre mí. Me quedo de piedra. Y peor, completamente expuesta, pues Chase se hace a un lado y suelta mi mano.

—Hola —saludo con un hilo de voz, temblando de pies a cabeza como un maldito chihuahua.

—Tú debes ser Michelle —Noah Mars me sonríe. Repito: me sonríe.

—Sabe mi nombre... —digo con la voz temblándome y unas inmensas ganas de llorar.

—Sí, tu amigo me habló de ti y de que eres una lectora asidua de mi saga. Muchas gracias.

Noah Mars me está agradeciendo. ¡Ayuda! Estoy a punto de desmayarme. Desmayarme en serio.

No, Michi, no es el momento. ¡Has pasado por demasiadas cosas como para perderte este momento! Toma esta cachetada mental, arréglate un poco el cabello y ¡ya! ¡A la carga!

—También dijo que vienen desde Hazentown —continúa—. Esas deben ser muchas horas de viaje.

—Casi diez —se anima a responderle Chase y luego voltea a verme con cara de: «tienes a tu escritor favorito enfrente, di algo, boba».

Inspiro hondo y me preparo.

—Bueno, si es para poder conocerte, creo que valen la pena al cien por ciento. Soy mala con las palabras, me pongo nerviosa cada vez que debo hablar en público o con un desconocido... No digo que tú seas un desconocido, es solo que... bueno, no te conozco... y... Te conozco, es decir, lo estoy haciendo ahora.

Ya la cagué.

Quiero hacer el amago de salir huyendo y llorar de la vergüenza, pero Chase me frena y vuelve a tomar mi mano.

—Lo que ella intenta decir es que te admira mucho —interviene, justo antes de que colapse.

Noah Mars en lugar de mirar a Chase, continúa mirándome, ahora con una expresión más distante. O tal vez más nostálgica. Es joven. Veintisiete años; siete libros y dos spin-off; estudió derecho, pero la carrera no lo hacía feliz pues él quería dedicarse a la astronomía; en su época de facultad empezó a desarrollar su idea convirtiéndola en Más allá de la Tierra. O algo así dice su biografía.

—Es curioso porque yo también lo soy. Para mí es todo un reto expresarme, sobre todo hablar con los demás. Soy del tipo retraído. En los libros encontré una forma de expresarme ante la sociedad, ya que por los medios nunca supe cómo hacerlo. Me costaba relacionarme con los demás, hablar con mis amigos, frente a mis compañeros e incluso frente a mis padres. Me sentía atado, pues en el fondo necesitamos algo de interacción social, cosa que yo no conseguía. Por eso durante un tiempo preferí actuar en silencio. Entonces comencé a escribir y a hablar a través de las palabras que plasmo. No ha sido una tarea fácil, misma razón por la que he renunciado a firmar mis libros.

Vaya... él y yo tenemos bastantes cosas en común. Claro, yo no me excluí de la sociedad y si tengo algo que hablar, puedo hacerlo en confianza gracias a Anne, y a veces mis padres. Pero con la sociedad es algo diferente. Después de aquel acontecimiento con Chase, y en vista de que no puedo hablar con los demás, mi refugio se ha convertido en los estudios.

—Entonces ¿por qué decidiste participar en esta firma? —me atrevo a preguntar.

—Lo hice para ayudarme y, de paso, tal vez, ayudar un poco al resto.

Hace una pausa en la que me tomo un momento para observarlo y darme cuenta de una vez que estoy frente a mi autor favorito, y que me está hablando de su vida. ¿Este es un sueño? Debe serlo, yo no tengo tanta suerte, pero de serlo, quiero atesorarlo hasta el último instante.

—También lo hice porque no quiero vivir con miedo ­—dice, con la mirada perdida otra vez—. Nadie merece vivir con miedo.

—«Antepone tu sueño» —cito una de las frases de su libro.

—«Para empezar a vivir» —concluye él.

Y eso basta para que chille a moco tendido.

Tienen que pasar unos minutos para que logre calmarme. Entre tanto, Chase le pide a Noah que firme mis libros. Al finalizar, su representante, que todo este tiempo estuvo en el asiento del conductor —sin que ni Chase ni yo nos percatáramos— le dice que es hora de irse o perderá su vuelo. No queda de otra que decirle adiós. Por supuesto, antes le pido a Chase que nos tome una foto —con su celular— para la posteridad. Es inevitable que me den ganas de llorar otra vez cuando veo a mi escritor favorito marcharse, pero no puedo pedir más.

—¡No-puede-ser!

Observo pasmada la pantalla del celular de Chase.

—¿Qué pasa? —interroga con un fingido tono inocente.

—¡La fotografía está toda borrosa! —exclamo, parándome en seco.

Por consecuencia, Chase también se detiene unos pasos más adelante.

—¡Ups! Soy malo sacando fotos.

—¡Chase! —Le lanzo el celular al pecho. Él logra alcanzarlo junto antes de que caiga y se estrelle contra el pavimento— ¡Eres un...!

Me debo morder la lengua, pues ambos sabemos que le debo mi vida después de todo lo que ha hecho por mí.

—¿Soy un...? —Alza las cejas invitándome a hablar.

—Una maravillosa persona —mascullo con los dientes muuuy apretados.

Chase me da palmaditas en la cabeza y sonríe, consciente de mi mentira y su vil traición.

—Eso ya lo sé, Michi, pero gracias por recordármelo.

De vuelta con Jax y Anne, encontramos a la parejita comiéndose a besos. Soy yo la que tengo que ponerme en plan «amiga celosa» y carraspear para llamar su atención. Es impresionante lo mucho que escalan las cosas cuando yo no estoy, y eso que soy la protagonista de esta historia. Aunque claro, lo hacen en mi ausencia porque, de lo contrario, ese beso jamás hubiera sucedido.

—Eh, chicos, ¿cómo les fue? —Jax trata de disimular, pero es un intento tan penoso... El chico no sabe que tiene la boca manchada con el pintalabios de Anne.

—Mejor que tú, lo dudo —suelta su amigo.

—¿Conseguiste la firma? —me pregunta Anne, arreglándose el cabello.

—Y conocí a Noah —digo, tan sentimental que los ojos vuelven a picarme.

—Eso lo pueden ver —dice Chase y le da un toque con el índice a mi nariz—, tienes tu naricita roja.

—Calla —me avergüenzo, cubriéndome el rostro mientras él ríe.

Es un idiota. Y yo poniéndome sentimental por él.

Lo siguiente que hacemos es buscar a Mika para ir a comer (otra vez), pero es él quien nos encuentra a nosotros. Aprovechando el momento, los chicos deciden que es buena retratar el momento, pero como somos tantos le piden ayuda a una chica pelirroja que pasa por ahí. La chica es un poco más pequeña que nosotros, igual de despeinada que yo, y está cargando un libro de Más allá de la Tierra también.

Chase le presta su celular y le da indicaciones mientras nosotros nos colocamos en la entrada principal de la feria, justo debajo del cartel gigante. Anne se acerca a mí y yo me inclino hacia ella, con mi libro favorito de la saga abierto enseñando la firma de Noah Mars. Mika está detrás, quieto como una estatua. Jax se coloca del lado de Anne y Chase se coloca de mi lado. Su cercanía me resulta ya familiar, pero que se atreva a inclinarse hacia mí saca todos mis nervios a flote.

—¡Listo! —dice la chica tras sacar varias fotos. Le lanza el celular a Chase y se dirige a mí—. Oye, ¿vienen desde muy lejos?

Verla desde tan cerca deja en evidencia sus pecas y el ceño fruncido que posee.

—De Hazentown.

Sus ojos se agrandan.

—¡Yo también!

­—¿En serio?

—Te lo juro. Vine con mi padre y mi mejor amigo. El viaje no ha sido nada lindo —ríe de mala gana—. Es genial tener a alguien de la ciudad que también le guste la saga. ¿También estás en el foro?

—¿Foro? Pues...

Ay, chica, ¿cómo te digo que apenas sé entrar a google?

—Si no estás, puedes entrar. ¡Me hicieron moderadora!

—La verdad es que no sé mucho de estas cosas...

—Tranquila, yo te guiaré.

—¡Tercera, es hora de irnos al hotel! —Un hombre pelirrojo aparece a unos metros y la llama.

—Ese es mi viejo. Si entras al foro búscame como MurffinTercera302 y te daré todas las indicaciones que necesites —habla rápido—. Nos vemos.

La chica se marcha con su padre haciéndome el mismo saludo que hacen los eiz en la saga y luego desaparece entre los puestos. Yo regreso con los chicos.

—Aw, Michi hizo una nueva amiga —dice Chase, solo para fastidiarme.

—Es igual de nerd que ella —se burla Jax, pero no se ríe, pues Anne le lanza una mirada asesina.

—Ya no hay nada que hacer aquí —habla Mika—. ¿Qué es lo que haremos?

Wightown es mucho más costosa que nuestra ciudad, por lo que tenemos que elegir entre comprar mucha comida o buscar un sitio donde alojarnos por la noche.

La elección: comer.

Prioridades, señores.

Con la ayuda de un GPS, nos dirigimos a un lago que se encuentra a las afueras de la ciudad, sitio donde algunos pescadores van a acampar. Por suerte, Jax viene preparado y en su mochila trae lo necesario para pasar la noche apretujados en una tienda de campaña. Al caer la noche tenemos un equipo armado y la comida a nuestra disposición. No mentiré, se me hace un poco extraño (y terrorífico) pasar la noche junto a un lago, pero tiene su lado pintoresco; entre la vegetación hay una muelle de madera que da hacia la orilla del lago, los árboles de ramas caídas forman una especie de arco en su entrada, lo que le da un aspecto romántico y también mágico. Imagino que atravesarlo será como entrar a un mundo de fantasía. En las ondas del lago se puede ver el reflejo de la luna moverse sin descanso.

Logro divisar a Chase en el muelle, lanzando algunas rocas que trata de que reboten.

Algo me dice que vaya, pero la indecisión me ataca de nuevo.

Ve, estúpida.

Ay, ya voy...

Me acerco a él con cierto resquemor. No quiero interrumpir su minuto de paz o la reflexión que nazca en su cabeza mientras lanza las piedras, pero creo que es una buena oportunidad de agradecer lo que hizo por mí.

Me pongo nerviosa de solo pensarlo. ¿Por dónde debería iniciar? ¿Se lo suelto sin más? ¿Llego en plan compis? ¿O le pregunto qué hace, aunque sea algo obvio? Entre tanta pregunta, recuerdo algo que dijo en casa, cuando me avisó sobre la firma.

—Olvidaste pedirle una firma para ti a Noah.

Mi voz distrae a Chase un par de segundos. Su rostro se ve tan bien bajo la luz de la luna y, al mismo tiempo, su expresión es de cansancio puro. Aun así, consigue dibujar una media sonrisa que acompaña con un sonido nasal de risa irónica.

—No viajé miles de kilómetros para conseguir la firma de un libro que estoy leyendo desde mi celular y que apenas estoy acabando.

Lanza una piedra sin ánimos y esta se hunde tan hondo como mi valentía cuando noto que Chase da un paso a mi encuentro y yo pienso en lo romántico que sería besar a alguien en el muelle de un lago y bajo a una inmensa luna llena brillando rodeada de un cielo estrellado.

—Si vine hasta aquí, y arrastré a mis amigos de paso, fue por ti. Porque quería verte feliz, sacarte al menos un día de tu monotonía y liberarte de la presión... Y también un poco por mí.

Retrocedo, temiendo lo que pueda decir a continuación.

—¿De qué hablas?

—Sobre nada, Michi. Olvídalo... —Suspira y se vuelve hacia el lago para lanzar otra piedra, esta vez, una que rebota tres veces. Entonces levanta la cabeza al cielo y así permanece con una sonrisa ancha—. ¿Ya viste el cielo?

Lo he visto, sí, pero en estos momentos prefiero mirarte a ti. Quiero preguntarte por qué. Por qué eres tan bueno conmigo. Por qué actúas tan condescendiente. Por qué te esmeras en que no te odie cuando yo busco lo contrario.

—Es bello —admito sin apartar los ojos de él.

Chase: La misma persona que me gustó antes. La misma persona que rompió mi corazón. La persona por la que hui. La persona por la que me oculté. La persona por la que todos los malditos días de mi vida me contradigo. Porque lo odio. ¡Tengo que odiarlo! Pero no puedo. Yo... no quiero odiarlo. Lo que yo quiero es...

—Tal vez tengas suerte y por fin puedas ver tu estrella fugaz —dice de pronto.

—Creo que ya tengo mi estrella fugaz personal —digo sin pensar.

Mierda.

No puedo creer que haya dicho eso. Tampoco lo obvia que he sido. Pero ¡ya está! ¡Lo dije! Fuerte y claro. Tan claro que el mismo Chase se ha volteado con rapidez al escucharme, como si tampoco creyera que algo así pudiera salir de mi boca.

—¡A bañarse, puercos!

Escucho gritar a Anne a mi espalda y, de pronto, me veo chillando de desesperación tras ser empujada al lago. Por un instante no pienso en nada más que el frío. Luego, en el agua, los peces, la infección... Salgo a la superficie empapada, tosiendo y temblando. En el muelle, riéndose de lo lindo, Anne y Jax.

—¡Anne! —le grito, indignada.

Chase sale a la superficie después de mí, con su cabello pegado a la cara y la mandíbula apretada.

—Mierda, está congelada —pronuncia castañeteando los dientes.

—Ay, no exageren... —dice mi amiga, sin prever las intenciones de Jax, que la empuja al lago también— ¡Malparido!

—¿Qué pasó, nena? —se burla Jax— ¿Será que le tienes miedo al agua?

Pero no puedo escuchar la respuesta de Anne, porque Mika viene desde su espalda, sigiloso igual que un gato, y lo lanza con todas sus fuerzas. Jax cae al lago en una cámara lenta y salpicando tanta agua que nos tenemos que cubrir entre risas.

—¡Bastardo! —le gruño Jax a su amigo, en lo que nosotros nos burlamos de él— Más te vale saltar también, Mikaelo, o te juro que yo mismo te lanzo.

—Puedes hacer el intento —replica Mika, cruzando los brazos por encima del pecho.

Jax y Chase se miran. No hace falta hablar, los dos se comunican a través de la mirada y deciden salir del lago en busca de Mika.

Así que esta noche nos la pasamos de lo lindo.

A eso de la madrugada, tratando de que el frío no nos gane, Chase y yo nos tiramos sobre la maleza para observar las estrellas.

—Desearía haber traído mi telescopio —resoplo.

—¿Es que no te basta con la librería entera que traes en tu mochila?

—Sí, pero es que... Estoy siendo un poco ambiciosa, ¿verdad?

Chase se acomoda los brazos detrás de la cabeza y sonríe.

—Un poco, pero no está mal. Hacen falta más personas con espíritu ambicioso, que quieras saber más cosas, conseguir lo que se proponen. Eso es algo bueno en ti.

Me mordisqueo el labio inferior.

—Nada más no te pases —advierte—. Una cosa a la vez. Ya tienes los libros firmados, ahora tienes que enfocarte en...

—La feria creativa —concluyo—. Con lo que Noah me contó estoy motivada al cien. Miedo, ya no quiero que me frenes.

—Más te vale ganarla, eh. Hemos recorrido un laaargo camino para eso. Yo voy a estar en primera fila viendo cómo te entregan el trofeo.

Sonrío de mala gana. Creo que Chase no sabe que ese día su novia tendrá su primera tocata. Es un día demasiado importante para ella como para que pierda el tiempo conmigo. Pero prefiero no decir nada, simplemente observar el cielo oscuro.

—Gracias por traerme hasta aquí —le digo bajito—. Ha sido una experiencia que atesoraré para siempre.

—No hay nada qué agradecer —responde, estirando sus brazos.

Su mano choca con la mía. Dorso con dorso. Pero en lugar de que la aparte, las deja ahí, quita, caliente, junto a la mía. Y yo no quiero mover mi mano de lugar. No. Me gustaría permanecer así, con la electricidad de su cuerpo pasando al mío a través de nuestro sutil toque.

Sin complicaciones.

Sin miedo.

Miedo, ya no quiero que me frenes.

—Uhm... Michi —me llama Anne desde el interior de la tienda—, tu madre me está llamando.

Bueno, siempre pueden existir algunas excepciones.

________________________

Chase y Michi ya se están teniendo más confianza 7u7  Y Michi por fin está reconociendo lo que Chase le hace sentir <3

Quiero contarles que mientras escribo tengo una playlist de RTR (avisen si la quieren :P) y en la escena de Chase y Michi corriendo salió Mikrokosmos y le quedó taaan bien que me emocioné un montón~

Lamento si creían que se iban a besar en este cap, pero noooo, ese beso se está haciendo de rogar. 

Yo como lectora quería que se besaran en la maleza y tengan 80 hijos, pero bueno... Michi aún no está preparada y recuerden, hay temas pendientes que se deben aclarar.

El próximo capítulo trata sobre el proyecto de Michi :D

Les traigo una buena y una mala noticia:

La buena es que voy a estar el 20 de sep. en un live de ig a las 21:00 (hora Chile) hablando de mi nuevo libro yyyy.... para las personitas de Chile, se ha abierto un concurso en el que se regalan 5 libros.

La mala es que estoy editando otro libro que necesito entregar pronto y, además, tengo las correcciones de otro libro que publicaré, así que puede que me atrase muuuucho tiempo con las actualizaciones. Voy a intentar no dejarlos sin ellas porque la hisotria me encanta y porque no me parece justo abandonarla así, pero no puedo prometer nada :( Así que mínimo un mes sin capítulo para poder organizarme bien y cumplir con lo que debo.

Espero que puedan entender u.u

Los jamoneo un montón y no dejen que el miedo las frene <3


Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top