Epílogo - "Para Siempre"

Jajaja, soy lo más idiota que puede haber en este mundo.. si, me equivoqué escribiendo el dicho en el anterior capítulo,pero bueno, ya lo he cambiado.. será un secreto entre nosotrs jajaja. Muchas gracias a las personas que me ayudaron a darme cuenta de este error. ¿Lo ven? esto es un trabajo en equipo, yo escribo y si me equivoco, ustedes me ayuda. Gracias <3

Bueno, y aquí estamos hoy, ha llegado el final. Empecé "Rompiendo las reglas" en abril o mayo si no estoy equivocada, ha pasado por mucho todo esto ¿eh? jaja, me denuncian la historia, la publico de nuevo y aquí estan tods hoy en la segunda parte y asistiendo a un enlace oficial.. Realmente muchísimas gracias por haber llegado hasta aquí, lo único que puedo hacer por ustedes es que si tienen un capítulo preferido de esta historia o la otra, me lo dejen en un comentario y yo se los dedicaré :') 

Muchisimas gracias por todo. Aquí estamos en el final y espero que este capi sea de agrado para todas/os ls lectoras/es. 

Les adoro, espero leerles en mis otras historias :')

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Capítulo 24

*UN AÑO Y MEDIO DESPUÉS*

KATHIA (P.D.V)

Las manos me sudaban y el cuerpo entero me temblaba, en cualquier momento me echaría a llorar y destrozaría el maquillaje que habían tardado horas en colocarme.

- ¿Estás bien? -Preguntó Sean a mi lado.

Estabamos delante de la iglesia, en cualquier momento me bajaría del coche y caminaría hacia el altar. Hacia Byron; hacía la persona que amaba.

- Tengo mareos, me tiembla todo y tengo muchísimas ganas de llorar, estoy tan nerviosa que creo que no podré ni caminar -Admití.

- Es lo más normal del mundo que estés así, cariño -Dijo mi madre mientras me agarraba de la mano- cuando yo me fui a casar con tu padre, estaba igual o peor. Es algo natural que las mujeres pasemos por esto.

- Esto no es como salir ahí y pegarle un tiro a alguien, estoy a punto de dar el paso más importante de mi vida -Dije nerviosa.

- ¿Quieres darlo? -Preguntó ella.

- Sí -Contesté segura.

- ¿Pues entonces por qué estás así? no te vas ha arrepentir de nada, mírame a mi y a tu padre, llevamos veintiséis años casados y somos muy felices, tenemos unos hijos maravillosos y tú estás a punto de casarte.. ¿ves que algo vaya mal? -Preguntó con una tierna sonrisa.

- No.

- Entonces no tengas miedo. Amas a Byron y estás segura que te va a hacer muy feliz, tanto como tu le vas a hacer a él -Aportó Sean- este día es para estar alegre, pasarás el resto de tu vida con la persona que más quieres en este mundo.

- Tienen razón, no tengo motivos para estar así de nerviosa -Dije mientras levantaba la barbilla.

- Así se habla, hija -Dijo mi madre con una gran sonrisa.

- Bien, es la hora de bajarse -Dijo Sean mientras salía del coche y abría mi puerta. Me tendió la mano y me ayudó a bajar.

Mi madre, Sean y yo caminamos juntos hasta las puertas de la Iglesia. 

- Te quiero muchísimo hija, te aseguro que serás muy feliz -Dijo mi madre antes de abrazarme. Luego, se adentró en la iglesia.

Miré a Sean y nos sonreímos. Los acordes empezaron a sonar dentro y respiré profundamente. Si me movía y entraba a esa iglesia no habría vuelta atrás. 

Prepárate Byron, nos quedan muchos años por delante juntos -Pensé con una enorme sonrisa mientras me adentraba en la iglesia de la mano de Sean.

*

Miré a Byron sentado a mi lado mirándo fijamente al cura con una enorme sonrisa. Él estaba tan emocionado como yo en este momento. Me giré ligeramente y vi a mis hermanos y a mis padres sentados en el primer banco a la derecha, justo detrás se encontraban mis primos con sus padres y muchísimos amigos más. Me giré hacia el otro lado y me encontré a Michael y a Travis sentados en el primer banco,cada uno con sus respectivas parejas, dos chicas altas y morenas con unas amables sonrisas. Justo detrás se encontraba la familia Lombardo al completo, Héctor estaba sentado con su mujer, la cuál cargaba un bebé en brazos, y al lado de éste se encontraba Marco, mirándome con una sonrisa de amistad, y a su lado estaba la chica con la que Byron había intentado ponerme celosa en el club. Se notaba a leguas que los dos estaban muy enamorados. A nuestros respectivos lados se encontraban Mel y Sean, los padrinos de la boda, ¿por qué ellos y no mis hermanos o alguien más? porque gracias a ellos nos habíamos conocido. Gracias a ellos yo había ido aquella noche al club de lucha y Byron se había fijado en mi, gracias a Mel yo me había ido a vivir a casa de Byron y Sean. Gracias a ellos hoy me estaba casando.

- Byron Wayland, ¿aceptas como tu legitima esposa a Kathia Elissa Benedetti para amarla, respetarla en la salud, en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza hasta que la muerte los separe? -Preguntó el sacerdote.

Byron me miró fijamente a los ojos con una gran sonrisa. Estaba enamorado de mí y yo estaba enamorada de él.

- Si, acepto -Dijo él sin ningun tipo de duda.

- Kathia Elissa Benedetti, ¿aceptas como tu legitimo esposo a Byron Wayland para amarlo y respetarlo en la salud, en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza hasta que la muerte los separe? -Preguntó de nuevo.

Me quedé callada y le miré fijamente a los ojos. Fruncí el ceño y él empezó a ponerse pálido, la iglesia empezó a llenarse de murmullos y vi como mis padres se agarraban las manos preocupados. Mis hermanos y mi primo estaban sonriendo.

- Si quiero -Dije antes de que el sacerdote repitiése la pregunta.

Mis hermanos y mi primo estallaron en carcajadas y Byron se pasó la mano por la frente con una pequeña sonrisa.

- Yo les declaro, marido y mujer, puede besar a la novia- Dijo el sacerdote.

Byron me alzó y antes de besarme soltó:

- Que sepas que ésta unión es para siempre y que no se admiten cambios ni devoluciones.

- ¿Para siempre? -Pregunté.

- Para siempre -Afirmó antes de plantarme un beso que hizo que toda la iglesia se pusiese en pie y estalláse en aplausos.

La gente empezó a rodearnos y a darnos las felicidades. De repente vi a alguien que hacía muchísimos años que no veía.

- ¡Bridgit! -Grité mientras la abrazaba.

- Muchísimas felicidades Kathia -Dijo ella dándome un sonoro beso en la mejilla.

- No sabía que ibas a venir, no confirmates la invitación -Dije emocionada.

- Queríamos darte una sorpresa -Dijo.

- ¿Queríamos?¿quiénes? -Pregunté.

Pero entonces Malcom apareció y no me dio tiempo a nada antes de que me diese un enorme abrazo y me alzase del suelo.

- Muchas felicidades mafiosilla -Susurró en mi oído antes de apartarse y echarle un brazo por encima a Bridgit.

- ¿Están juntos? -Pregunté con una enorme sonrisa.

- Llevamos 4 años juntos, poco después de que te fuistes empezamos a salir -Dijo ella mientras le abrazaba.

*

*5 años después*

- Byron, dije a la derecha, no a la izquierda.

- Cariño, a mi derecha no hay nada -Susurró furioso por el pinganillo.

- Si te digo que a la derecha, es a la derecha -Afirmé apretándo la mandibula.

- Que no hay nada.

- ¿Quién tiene aquí todas las cámaras a su disposición? -Pregunté irritada.

- ¿Quién es la persona que está viviendolo todo en primera persona? -Preguntó él.

- Parejita, no es el momento indicado para discutir -Dijo Ettore.

- Me pone de los nervios -Soltamos los dos a la vez.

- Si, pero sois asquerosamente cursis -Soltó Edoardo.

- Cállate -Soltamos los dos a la vez, de nuevo.

- Estoy en posición, Byron date prisa y deja de discutir con tu mujer, está embarazada y tienes las de perder -Dijo Sean.

- Hermano, ¿no deberías estar de mi parte? -Preguntó Byron.

- Sean está de parte de quien yo le diga -Dijo Mel.

- Calzonazos -Dijeron todos.

- Pero me quiere -Dijo él riéndose.

- Señores, lo voy a decir bastante clarito, no puedo participar en esa puta misión porque estoy de nueve meses, he salido de cuentas y en este jodido momento debería estar en la camilla de un hospital esperando parir, no aquí, en una furgoneta con cámaras hablándoles mientras ninguno me hace caso. Estoy de los putos nervios, no he dormido bien y la espalda me está matando, ¡cállensen de una puta vez y hagánme caso!  Byron a tu lado tiene que haber algo joder, lo estoy viendo -Grité.

Todos se quedaron en silencio.

- Cariño, respira profundo, ya sabes lo que dijo el médico, no puedes ponerte nerviosa -Dijo Byron más calmado.

- En este momento no debería estar aquí, asi que ¿como no quieres que esté nerviosa? me puedo poner de parto en cualquier momento y estoy sola -Grité.

- Voy para allá -Dijo.

- No,te quedas ahí y giras hacia la puta derecha -Dije mientras daba un golpe en la mesa.

BYRON (P.D.V)

Miré de nuevo hacia mi derecha, pero no había absolutamente nada.

- Kathia, te repito que no hay nada -Dije intentando sonar calmado. Estaba en una especie de alcantarilla y todo apestaba. Necesitaba salir de ahí,acabar lo que estaba haciendo y volver con mi esposa.

- Byron, te repito -Paró de hablar y escuché un jadeo.

- ¿Qué pasa? -Pregunté alarmado.

- Byron.. no creo que me haya meado encima -Susurró.

- ¿Qué? -Gritamos todos a la vez.

- Acabo de romper aguas -Dijo.

- Enseguida estoy ahí -Dije- que se abandone la puta misión, ¿me oyen? Kathia está de parto.

*

Chorreaba por todos lados mientras corría con Kathia hacia el hospital.

- ¿Cómo vas? -Pregunté antes de que gritase.

- ¿Cómo crees que voy? acelera -Rugió.

*

El cojeo de Ettore era más intenso mientras caminaba de allá acá con los nervios. Cuando le habían disparado en el muslo, le habían desgarrado un músculo muy importante y se le había quedado un ligero cojeo que se disimulaba bastante bien, pero cuando estaba nervioso se hacía más intenso.

- Joder, ¿todavía no ha dilatado lo suficiente? -Preguntó por tercera vez cuando oímos a Kathia gritar.

Yo debería estar dentro, pero ella no me quería allí.

En ese momento llegaron los padres de Kathia junto a Mel y Sean, ésta con una barriga de cuatro meses.

- ¿Cómo va la cosa? -Preguntó Dominico.

- Está dilatando -Contesté.

- ¿Por qué no estás con ella?

- Porque no me quiere dentro.

- No te preocupes, es normal, pero te aseguro que cuando le digan que va a parir, te va a querer con ella -Dijo Natasha.

Me senté en la silla de la sala de espera y empecé a morderme las uñas, algo que Kathia odiaba, por lo cuál, dejé de hacerlo.

Los hermanos de Kathia junto a sus respectivas mujeres llegaron en aquel momento. Edoardo había cambiado mucho desde que había conocido a Elisabetta, con la que se había casado hace menos de un año, ya no tenía pinta de ser alguien peligroso. Francesco en cambio, seguía exactamente igual, aunque se le notaba más feliz desde que su mujer, Angie, desde hace tres años, se había quedado embarazada. Sería padre dentro de tres meses si todo iba bien.

- ¿Señor Wayland? -Preguntó un doctor saliendo de la habitación de Kathia.

- Yo -Dije levantándome asustado.

- Su mujer le quiere dentro -Dijo.

Miré a la familia de Kathia, que en todos estos años se había convertido en mi familia y les sonreí. Iba a ser padre.

*

Si Kathia no aflojaba la fuerza, me terminaría partiendo la mano. Kathia no paraba de gritar y de empujar como le decían las enfermeras. Llevabamos allí dentro media hora y parecía que llevabamos allí toda una vida.

- Le estoy viendo la cabecita, ¡venga Kathia, empuja un poco más! -Gritó el doctor.

El corazón me iba a mil, estaba emocionado y la vez asustado. Emocionado porque mi hijo o hija(no sabíamos que era ya que ni Kathia ni yo habíamos querido saberlo para que fuese una sorpresa) estaba naciendo y asustado por lo que estaba sufriendo Kathia.

- Tranquila cariño, ya vamos ha acabar -Dije dándole un beso en la mejilla.

Ella me miró y me dio algo parecido a una sonrisa antes de empezar a empujar de nuevo. De repente, el llanto de un bebé llenó la sala y tanto Kathia como yo empezamos a reír.

- Son padres de un hermoso niño -Dijo el doctor.

Le entregó el bebé a Kathia y los dos nos quedamos mirándole. Tenía los ojos un poco abiertos y los tenía de un pálido marrón-verdoso.

- Emm.. ¿Kathia? -Preguntó el doctor.

- ¿Pasa algo? -Pregunté alarmado.

- Queda otro dentro -Dijo.

- ¡¿QUÉ?! -Gritamos Kathia y yo.

- Que van a tener gemelos -Dijo.

*horas después*

Tanto Kathia como yo, estabamos agotados, pero ninguno de los dos quería dormir, estabamos muy emocionados viendo a nuestros hijos. Dos hermosos niños que serían tan fuertes como su madre.

- Se parecen a ti -Dijo Kathia con los dos en brazos.

Estaba sentado en una silla pegada a la cama mientras miraba la bonita estampa familiar que tenía delante de mi. Yo, era padre. Yo, Byron Wayland el ex-playboy de Estados Unidos, era padre.

- No, se parecen a ti -Susurré mientras acariciaba tiernamente la manita de uno de ellos.

- Serán tan guapos como tu -Dijo ella mirándome con cariño.

- Y tan fuertes y rebeldes como tu -Reí antes de darle un beso en los labios.

La puerta de la habitación se abrió y los padres de Kathia entraron con cuidado. Tanto Dominico como Natasha se emocionaron y fueron directos a coger a los bebés.

- Byron, papá y mamá han dicho que cogeran un vuelo hoy y estarán aquí mañana -Dijo Sean entrando a la habitación.

Asentí y miré a las personas que estaban allí dentro. Todos nos daban las felicidades.

Mis padres no habían asistido a la boda porque no habían podido, pero todo entre nosotros se había arreglado y ellos querían conocer a sus nietos a pesar de ser los hijos de la mujer que mató a mi hermano. Pero mis padres habían asumido que su hijo había sido un traidor y no la podían odiar.

- ¿Cómo se llaman? -Preguntó Ettore mientras su novia, Alicia, cogía a uno de los bebés.

- El que estás cogiendo se llama Jev, y el que tiene mi padre en sus brazos.. se llama Gianluca -Dijo Kathia.

Todos en la habitación sonrieron y la madre de Kathia se secó una lágrima.

*

- Bienvenidos a la familia Wayland-Benedetti, Jev y Gianluca -Susurré mientras les observaba dormir dentro de las cunas.

Me acosté en la cama y Kathia se abrazó a mi.

- ¿Estamos juntos en esto? -Preguntó ella mirándome a los ojos.

- Para siempre -Susurré- te amo.

- Yo también te amo -Dijo antes de besarme.

- ¿Para siempre? -Pregunté estrechándola contra mi.

- Para siempre -Juró.

                                                                                              FIN

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