Ese peliplateado se encontraba nervioso. Sus hebras platinadas estaban recogidas en una excelente y linda trenza que hacia juego con su lindo uniforme color azul. Parecía un príncipe con aquel porte.

Tomo aire profundamente y se dirigió a la escuela a una hora perfectamente adecuada. 20 minutos antes de que empezará la clase, ya estaba en él salón.

Sabia que Yuuri llegaba 10 minutos antes de que empezara la clase, así que para que no lo descubriera llego a esa temprana hora.

Dejo la rosa azul sobre la butaca junto con la linda carta. Estaba nervioso, pero él solo esperaba que a Yuuri le gustase.

Ya finalizado su primer parte de conquista, tomo su mochila y salio a la cafetería.

(...)

Cuando ya eran las 7:00 am. corrió al salón de clases, y cuando llego se encontró con él japones leyendo su carta y oliendo la rosa con delicadeza.

Para esa hora todas la jovencitas estaban impresionadas por tan romántico y amoroso regalo.

Él Ruso miraba discretamente como él japones buscaba con algo de desesperación al autor de tan magnifico regalo. Río internamente y luego noto que él joven japonés volvió a mirar la carta, centrándose en él pie de pagina y en la caligrafía de tan majestuoso obsequio. Él Ruso de inmediato se dio cuenta de que Yuuri le había descubierto, ya que él japonés levanto la vista de la carta y de inmediato su vista se poso en los orbes zafiro de él Ruso, dedicándole una tierna sonrisa cuando la mirada chocolatosa y la mirada zafiro se conectaron.

Las mejillas del ruso se colorearon de un lindo color carmesí. Y desde ese suceso ya no miro atrás.

Termino La clase y él Ruso huyo al receso. Por lo que él japonés no tuvo oportunidad de agradecer tan magnifico obsequio.
Ese día él japones estuvo solo en él receso, ya que Jean no había asistido a clases ya que se había quedado dormido.

(...)

Él receso finalizo y con ello él albino regreso a su respectivo lugar laboral.
Cuando estuvo por sacar sus cuadernos, una hoja de un lindo color turquesa cayo... Cuando la levantó, noto que tenia una linda caligrafía sobre este lienzo.

Abrió extrañado aquel papel, y su alegría se tuvo que contener al notar lo que estaba escrito.

Gracias por la rosa, realmente me fascino... Y tus bellísimas palabras... ¿haz pensado en ser poeta? Porque realmente tus palabras son increíbles.
Viktor... Perdón por la forma en la que reaccione, fui un estúpido.
Lamento haberte hecho pasar ese mal momento.

¿me perdonas?

Si no lo haces, respetare tu decisión... Nahhh no me rendiré hasta que me perdones.

Te quiero víktor, gracias

Él Ruso miro sorprendido aquella carta, y no pudo resistirse a la tentación de mirar en dirección al japones.

Este le devolvió una cálida sonrisa.

Él Ruso volvió a centrar su vista en él profesor, quien impartía clases aburridas de matemáticas. Con una enorme sonrisa en alto, se decidió en terminar las clases rápido para contarle a su mamá su progreso y de paso a  planear su segundo paso de conquista.

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