Planes confundidos.
*Narra Hans*
Hemos desembarcado, todo es tan inmenso y brillante que por un momento me quedo perplejo y cautivado. Los aromas que llegan a mi son deliciosos, de flores y comida recién hecha.
La gente viene y va a la velocidad de un rayo, trayendo y llevando cantidad de cosas sin igual. La vida que transpira este lugar es demasiada, es como si nunca hubieran sufrido....Una máscara perfecta, he de admitir.
La ceremonia comenzaba a las 5 de la tarde así que todavía faltaba demasiado para ello.
Los árboles danzan suavemente, las nubes están tan concentradas que parecen irreales y el cielo es de un cobalto profundo. Las banderas moradas y verdes con el estilo rosemaling rodean todo el puerto.
Un reino rico y provechoso, con mujeres hermosas y jóvenes en su mayoría.
La tripulación que me acompaña y el joven que me obligaron a traer para que me cuidará están esperando a que baje de la embarcación. Pero no quiero, porque sé que si lo hago no querré regresar y mi mente olvidará sus ambiciosos planes. No quiero tampoco llevar a cabo lo que planeo y tampoco quiero toparme con las dos herederas a Arendelle. Es una decisión difícil, principalmente porque del transcurso del día depende mi plan.
Suspiro pesadamente y me acomodo la corbata púrpura. No soporto los trajes que me obligan a llevar, y no soportare ser seguido por un practicante a guardaespaldas de 25 años que me gana en edad por dos insignificantes años.
—Oye, Jamil, no creo necesitar para tu compañía, en serio se cuidarme muy bien. No me portaré mal— Digo, dirigiéndome al muchacho. El levanta una ceja acusadoramente— Ah, no confías en mi, entiendo...
— Hans, no digas que te deje marchar ¿Okay?— Me pide, guiñándome un ojo. Lo había conseguido, podía recorrer el lugar solo. Asiento con energía y me deslizo por la tabla.
Cuando mis botas negras hacen contacto directo por primera vez con la madera noruega que esta bajo mis pies un repentino dolor de cabeza llega a mi. Es como si hubiera venido aquí antes, pero no recuerdo porque o para que. Me quedo mirando todo como niño pequeño, es poco usual en mi esto...Y mi amada paloma de cristal no ha regresado.
— Príncipe Hans, su caballo— Me indica un hombre, tendiendo las riendas para que tenga a Sitron. Sitron, mi fiel compañero, es un caballo color crema que siempre esta dispuesto a ayudarme. Solo con él me permito ser tal cual era hace un remoto tiempo.
—Se lo agradezco— Comento, montando a Sitron con rapidez, el hombre se retira y yo no tengo prisa, así que mi caballo y yo vamos a paso lento.
Carretas, gente e incluso una cabra interfieren en mi camino rumbo al palacio.
Justo cuando ya iba a comenzar a subir unas escaleras para entrar a la plaza una joven de cabello ¿naranja? y vestido verde se atraviesa tal cual loca escapada del manicomio. Mi caballo se asusta y la empuja con su hocico, yo aprieto los labios para no reírme directo en su confundida cara.
Como resultado la joven cae de manera vergonzosa a un bote (Debería agradecer que no fue al agua) y termina cubierta de algas.
Decido ayudarla, después de todo Sitron fue el culpable.
— ¡Oh cuanto lo siento! — Miento, poniéndome rápido la máscara de mi vida. En realidad no lo sentía, había sido divertido— ¿Te has hecho daño?— Preguntó, mientras ella me mira fijamente con esos enormes ojos verde azulados. Esta bien sí, estoy muy bueno pero no tanto para que pierda la capacidad del habla. Es incómodo. Se supone que estoy acostumbrado a esto, ¿Qué la vuelve diferente a ella?
— ¿Eh? ¡Eh, si, emmm...!— Tartamudea nerviosa, sin apartar la mirada de mi. Y ahora yo me pregunto ¿Qué clase de chica es esta?— No me paso nada— Termina de decir.
—Déjame ayudarte— Le ofrezco una mano y ella suspira soñadora. Por favor, solo es una mano.
Una mano que a la hora de tocar la suya hizo que cayera sobre ella. Genial, ahora ella parece más rara de lo normal. La pelirroja se queda mirándome sin moverse, hasta que notamos los dos que el pequeño bote en el que caímos se desliza hacia el fiordo.
— ¡Ah!— Grita ella, aferrándose a mí, como si eso nos salvará de mojarnos. Entonces una de las patas de Sitron detiene el bote y lo pone en equilibrio. Gracias, Sitron.
El inesperado rebote hace que las posiciones se inviertan y ella queda encima mío. Viéndola bien no esta tan mal, tiene esa característica cara de niña dulce y algunos rasgos siguen sin madurar. Es tierna, más que otra cosa.
—Ay, que torpe— Dice ella, levantándose con una sonrisa, me incorporó. ¿Me ha llamado torpe? Creo que mi cara formuló la pregunta sin que hablará— No digo que tú seas torpe, me refiero a mi, a mi yo soy la torpe— Habla muy rápido, y sus mejillas se sonrojan— Tu eres lindo ¿Qué dije?
Me permito soltar una carcajada. Es demasiado ingenua, es demasiado dulce.
— Perdóname a mí, por lo sucedido y por cada minuto después— Digo ahora con sinceridad— Soy el príncipe Hans, de las Islas del sur— Me presento, con una reverencia poco pronunciada, ella sonríe.
— Princesa Anna, de Arendelle— Dice, realizando igual una reverencia.
— Majestad— Digo, haciendo otra reverencia. La suerte no me acompaña hoy, ¿Por qué tuve que encontrarla? —De verdad, perdóneme.— ¿Será una señal, acaso? ¿Es esta la chica que mencionaba John? La princesa se encontraba más relajada y solo se encogió de hombros, me sentí a gusto a su lado.
— No es nada, digo, si hubiera sido hacia mi hermana se habría puesto ¡Iiishh!— Explicó Anna, haciendo gestos con las manos ¿Su hermana? — Por suerte no es Elsa, soy....solo yo.
— ¿Solo tú?— De acuerdo estaba a punto de morir, ¿Había oído bien? ¿Había dicho "Elsa? ¿Estábamos hablando de la misma?
Era demasiado tarde para cambiar los planes, tenía que seguir con lo planeado... No creo que me atrevería a matar a su hermana, a la posible dueña de mi paloma de cristal....
Nos quedamos en silencio, mirándonos fijamente. Aquellos enormes ojos me recordaban a alguien, pero no se a quien. Imaginar una vida al lado de esa pelirroja sería muy largo.
Todo sea por ser rey...
A veces me pregunto si aquello vale lo que estoy decidido a realizar.
El repiqueteo de las campanas nos sobresalto a los dos, Anna miró hacia los dos lados, asustada o mejor dicho apurada.
— ¡Las campanas, la coronación....!— Me gritó, retrocediendo— Nos vemos luego, Hans— Ella se despidió con la mano, imite el gesto, Sitron igual.
Yo terminé dentro del agua.
— ¡Gracioso!— Gruñí, el caballo comenzó a reír, o eso creo.
Me salí como pude del agua, las ropas pesaban demasiado. Cabalgue, corrección colgué, de mi caballo hasta el castillo.
Ya todo estaba en su mayoría vacío.
No sabía dónde estaba mi cuarto para mi estadía de esos días.
Estaba más perdido que en la oscuridad. No sabía por dónde iba ni a donde me dirigía y la preocupación se apoderó de mí. ¿Y si me perdía y nadie se preocupaba por buscarme? Los pasillos eran liados y largos, no había nadie de la servidumbre.
—¡Cuidado!— Fue la voz de una chica lo que me saco de mis extremistas pensamientos. Su melena era rubia y peliblanca, su cabello se veía precioso. Se sujetaba con fuerza la nuca. Por el ángel, ahora no solo soy un rompe corazones soy un tira chicas.
— Cuanto lo siento— Excuse, dándole mi mano, una mano mojada. Ella no levanto la mirada, se había pegado fuerte en la nuca— ¿Esta herida?— Me atreví a preguntar, ella negó con la cabeza. Tenia los ojos firmemente cerrados, pero se obligó a abrirlos.
La cabeza me dolió.
Y fue el momento más enigmático de toda mi vida.
Sus ojos eran piscinas, profundas y cristalinas de un turquesa sobrenatural, jamás había visto un azul tan concentrado. Sus mejillas eran color coral y las diminutas pecas adornaban su rostro, el carmesí de sus labios me incitaba a probar el dulce néctar que de ellos emanaba. Estoy hablando como un enamorado imbécil.
Concéntrate, Hans, el objetivo, recuerda el objetivo.
Y tan solo pensar que debía eliminarla me pesaba.
— Majestad—Estaba asombrado, deslumbrado, su belleza natural me cegaba. No es que su hermana no fuera atractiva, pero ella...Ella... ¿Será ella la misma Elsa de mis recuerdos? — Hoy todo me va mal— Me apresuré a decir, antes de recibir una respuesta por parte de la futura Reina— Hace unos momentos igual tropecé con su hermana, lo lamento.
— No, no. Estaba distraída— Respondió ella, fría y distante. Me observaba detenidamente, como si sus ojos tuvieran algo para traspasarme — Le aconsejo que vaya a cambiarse o pescara un resfriado.
— Creo que sí— Mi cabello había dejado de gotear— Supongo que va en dirección a su coronación, soy torpe debo estarla retrasando.
— Concuerdo con usted—Me dijo la albina, levante ambas cejas, ella se sonrojo— No a lo de ser torpe, me refiero a lo de la coronación.
— No importa de igual forma su hermana también me ha llamado torpe.— Reí recordando lo sucedido hace unos momentos.
— Ah, ya lo veo...— Nos quedamos en silencio, no podía evitar mirarla con curiosidad— Su traje gotea— Me avisó. Me encogí de hombros.
—Si usted me lo permite me voy a cambiar, la veré allá. Mucha suerte—Hice una reverencia pronunciada y le dediqué una gran sonrisa. La ojiazul no estaba acostumbrada a eso.
—Sí, allá lo veré.
— Soy el príncipe Hans de las Islas del Sur— Grite cuando ya estaba en el otro extremo del pasillo.
— Yo soy...
— Se quién es usted, majestad— Y una sonrisa escapo de los labios carmesí de la futura Reina.
Suspire confundido, esto era inesperado. Mi mente intentaba buscar una solución pero no la encontraba. Me deje caer al suelo, enterrando la cabeza entre mis brazos.
Ya había decidido esto, me quedaría con quien el destino quisiera y el plan sería completado. Pero son dos princesas, dos chicas completamente diferentes. ¿Cual es la correcta para esto? ¿Quién es la que merece vivir más que la otra?
— Hans ¿Qué haces ahí? — Era Jamil, con un traje nuevo en la mano.
— Yo...eh...
— Anda, ponte esto que vamos retrasados— Agarre el traje, como un chico regañado. Cuando terminé de vestirme una última cuestión me invadió.
— ¿Quién te dijo donde estaba?— El suspiro, después bajo la mirada. Estaba sonrojado.
— La futura Reina— Sus ojos brillaban, por alguna razón eso me molesto— ¿A que es preciosa?
—Lo es— Conteste vagamente. Ambos montamos nuestros caballos y galopamos a la par, hasta llegar a la iglesia. La gente se arremolinaba para ver a la Reina y detrás de ella Anna saludaba a la gente. El rostro apacible, helado y elegante de la hermana mayor era tan frío y a la vez tan cálido, ella ocultaba cosas y yo igual. Mis manos hirvieron y el calor invadió mi sangre, recordé la humillación de mis hermanos...
— Relájate, me estas quemando la ropa— Me advirtió Jamil, hice un puchero.
La misa fue aburrida, no entendía la lengua en la que hablaban. Elsa se giro hacia la gente y note que su respiración aminoro, la salude pero su hermana fue la que me devolvió el energético saludo.
— Reina Elsa de Arendelle — Dice el padre, todas las personas se levantan y aplauden victoriosas. Me uno a la celebración y sonrió ampliamente.
El plan comenzaría pronto.
Toda la gente miraba a la recién coronada chica, le daban felicitaciones y cosas por el estilo, poco a poco el lugar fue quedando vacío. Jamil fue y le dio sus felicitaciones a la reina, ella sonrió por primera vez en esa ceremonia. Al parecer mi guardaespaldas se llevaba demasiado bien con ella.
Estaba dispuesto a marcharme y ya ir a el castillo, ¡Total, ni que Jamil se fuera a perder! pero un chico castaño me detuvo. Vestía un traje cómodo y una corbata verde que hacía juego con sus ojos.
— Disculpe, ¿Ha visto a la Reina Elsa? — La pregunta se me hizo tan tonta que solo señale el hall.
— Gracias— Y se despidió de mi. Jamil me alcanzó con una sonrisa.
—Ella es fabulosa, Hans— Susurro el hombre— Es increíble.
— Creí que era fría— Replique— No por nada tiene la fama de la "Reina de las Nieves".
— No es nada de eso— La defendió.
— Pues no te ilusiones, ya sabes a lo que venimos. A por Anna— Recordé, de mal humor ¿Por qué, John? ¿Por qué Anna?
— Me parece que alguien esta de mal humor— Cantó Jamil, rode los ojos.
— Ya, callaos, que hemos llegado— Y era cierto, los gigantes de roble estaban abiertos y la gente de cualquier estatus entraba y salía. El cielo antes cobalto se torno coral, como las mejillas de la dueña del reino y del coral paso al naranja, como el cabello de la hermana menor, y para finalizar el coral y el naranja se mezclaron, dando paso a un digno atardecer. Sonreí, recordando a las dos hermanas. Debo buscar un sinónimo de sonreír, porque últimamente lo hago demasiado y muy frecuentemente.
Recogieron nuestros caballos y un mayordomo regordete nos dio la bienvenida.
Al entrar al salón lo único en lo que me fije al entrar fue en las dos hermanas, que se encontraban la una con la otra. En una situación incómoda.
El mismo chico que había preguntado por la reina miraba a Elsa como un depredador, me giré para comentarle eso a Jamil pero estaba en la misma situación. Al parecer todos los varones jovenes estaban en la misma situación. Era comprensible, Elsa era preciosa, era una reina y por si fuera demasiado ¡era soltera! Todos se acercaron a presentarse con ella y su hermana, que paso al segundo plano, desearía presentarme sin estar mojado...Pero no con ambas a la vez.
Pronto llegaría el momento de la acción. Solo que ahora mi cabeza y mis planes están en desacuerdo. Están confundidos.
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
¡Buenas, Buenas!
Díganme ¿Quién no vio el ultimo partido de la copa? ¿Quién? Yo aposte a Alemania y gane xD Pobres Argentinos...Pero pecaron de soberbios, digo...Messi tenía una cara de furia y su comportamiento fue muy arrogante ¡Le dieron el balón de oro! ¡Esta bien, esta bien! Perdieron si, pero no era necesario ser grosero (? No soy una obsesiva del fútbol así que si creen otra cosa no me regañen)
Cambiando de este tema...Les tengo una pregunta IMPORTANTE con todas las letras.
¿Quieren que respete la historia original? Es decir, al pie de la letra, sin cambiar los diálogos y eso...
Oh, tenemos otra opción...
¿Quieren pequeños cambios respetando la historia de frozen con nuevos diálogos y cosas que los productores nunca pondrían simplemente por qué no apoyan Helsa? (Uff...La pregunta más larga que he realizado)
He de aclarar que de cualquiera de las dos formas la idea que tengo para este fic se mantendrá.
Voten y dejen su opinión, porque esta vez de no ser así no podre actualizar hasta tener un veredicto
¿Ok? Es importante su opinión para el giro que tendrá la historia.
Como siempre estrellitas y comentarios son bienvenidos.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top