*2 años después*

A los 25 años me casé, James compró un pequeño local para hacer su propio restaurante, le está yendo bastante bien. Yo estoy dando clases en preparatoria, mientras que los fines de semana trabajaron en la editorial, lo único bueno era que había tomado optativas para educación y el año pasado presenté el examen para ver si era apta para dar clases y lo aprobé.

—Andy, tienes que levantarte. —Me dijo.

—No quiero James.

—Ah pero ayer no te querías dormir.

Lo último lo dijo en tono pícaro, no pude evitar ponerme roja, siempre me ponía roja cuando hacía comentarios con doble sentido.

—Hasta me pedías más. —Dijo.

Creo que mi cara se volvió más roja, me tape con las sabanas.

James se levantó solo en calzones, se paró junto a mí y me dio un beso en la cabeza.

—Te quiero mucho, Andy.

—Yo también James, ahora metete a bañar, para que puedas hacerme el desayuno.

—Sí, sí. —Dijo sin ganas.

Arrastró sus pies hasta el baño, entonces me levanté para tender la cama, cuando estuvo tendida saqué mi ropa.

James salió vestido y se comenzó a peinar, me metí al baño y cerré la puerta, cuando escuche como mi esposo salía de la habitación, corrí al retrete y vomité toda la cena.

Era asqueroso, me levanté y le bajé, cuando el vómito se fue le eché jabón, después puse perfume en todo el baño.

Estar embarazada se sentía bien, lo que no se sentía bien eran los vómitos, tenía 5 semanas de embarazo o 1 mes con una semana y todavía no le había dicho a James que seríamos padres, me había enterado hace tres días y no era capaz de decírselo.

Me metí a la regadera y me di una larga ducha, salí y me cambié.

Cuando estuve lista baje las escaleras, James estaba sirviendo el desayuno, me senté en la barra.

La verdad era que tenía mucha hambre así que devoré el platillo, entonces le pregunté a James.

—James... ¿No te gustaría tener hijos? —Pregunté.

—Claro que me gustaría. —Dijo tomando mi mano con ternura.

—Me refiero a este momento, tener hijos en nueves meses que nazcan...—O antes.

Él soltó una carcajada.

— ¿Ahora?, Andy no creo que estemos listos para tener un hijo, además solo tenemos 20 y tantos años, esperémonos cuando tenga 30 podemos intentarlo.

Vio el reloj y se paró.

—Me tengo que ir a trabajar amor, pero nos vemos en la noche.

Me dio un beso y se fue, recogí la cocina, entones le marqué a mi hermana diciéndole que tenía que venir aquí.

Ella tardó 30 minutos en llegar, cuando tocaron la puerta del departamento abrí la puerta como si mi vida dependiera de ello.

Vi a mi hermana parada en frente de mí cargando un hermoso bebe.

—Hola hermana, ¿Cómo está el sobrino más hermoso del mundo?

Comencé a hacerle cariños mientras él sonreía.

—Deja a Sebastián.

—Pasa. —Le dije.

Ella entró y se sentó en la sala, dejó al pequeño Sebastián en el suelo mientras jugaba con unos juguetes y con la alfombra.

—Ahora sí, ¿qué me ibas a contar?, me hablaste hace tres días diciéndome que tenías algo muy importante que decirme...

A diferencia de mí, Angie se había casado porque quedó embarazada, mi padre prácticamente la obligó a casarse, fue una boda que logramos sacar en 3 meses. Después de todo ellos dos están muy felices.

El pequeño Sebastián tenía los ojos de su padre y el color de piel de mi hermana.

—Bien... Estoy embarazada. —Le dije.

Ella abrió la boca.

— ¡NO! —Dijo.

—Sí.

— ¿Es una broma?

—No, estoy esperando un hijo. —Dije.

—Oh por dios, muchas felicidades.

Me dio un fuerte abrazo.

— ¿Y cómo reaccionó James?

Me mordí el labio, a continuación hice una mueca.

—Ese es el problema, no le he dicho que va a ser padre, se lo trate de decir en la mañana pero dijo que por ahora no quería ser padre.

—Solo dile, tal vez tú lo estás haciendo muy grande todo.

Tal vez ella tenía razón, tal vez cuando le dijera que sería padre se volvería loco de la felicidad.

—Bien, ahora me tienes que ayudar a planear algo para decirle de una manera muy especial que será padre.

Las dos nos miramos un momento y entonces su rostro se iluminó.

—Tengo una idea.

Era las 9 de la noche y le había preparado una rica cena a James, todo estaba tal y como lo planeamos, James legó y mis nervios se dispararon.

—Hola, amor.

—Hola. —Le dije.

Me dio un beso en la boca.

— ¿Por qué has cocinado? —Me preguntó.

— ¿Qué no le puedo hacer la cena a mi esposo?

Él me miró extrañado.

Comenzó a comer, entonces notó que no le había servido bebida.

—Amor. No me serviste nada de tomar....

—Sírvete tú... ¿Sí?

Él caminó hasta el refrigerador, tomo el envase de leche, le abrió la tapa y trató de vaciarlo pero no había nada.

Pero algo en el fondo de ese envase sonaba como un cascabel.

— ¿Qué rayos? —Dijo.

—Ábrela, es una sorpresa. —Dije.

Él rompió el envase y lo vació hacia el vaso, pero solo salieron prendas, lo que hizo que James se quedará muy confundido.

Las tomo y vio que eran unas pequeñas calcetas de bebe.

—Amor... Te dije que por ahora no quiero ser padre.

— ¿Eh? —Dije.

—Esto es para convencerme de que tengamos un bebe... ¿No?

Eso hizo que explotará, entonces comencé a llorar mientras caminaba hacia el cuarto, pero James me tomó del brazo antes de que pudiera encerrarme.

— ¿Qué te pasa? —Me preguntó.

Me solté de su agarre y le dije.

— ¿Qué me pasa?, me pasa que estoy embarazada y tú eres un completo idiota.

Seguí caminando, pero James me volvió a detener.

— ¿Qué dijiste?

Rodee los ojos enojada.

—Que seré madre y supongo que soltera porque tú aún no quieres tener un hijo conmigo, así que vete al diablo.

Él se río y me cargó, después me dio un beso.

—Lo siento, lamento haber sido tan idiota, te amor mi amor y amaré a nuestro hijo.

—O hija....—Dije.

— ¿Es hija?

—No lo sé, no quise preguntar el sexo.

'Él me dio otro beso y después se agachó, acarició mi panza.

—Hola bebe, yo soy tu papi, James y te amo mucho.

Eso me hizo derretirme de ternura.

—Sabes hagamos una apuesta. —Dijo.

— ¿Qué clase de apuesta? —Dije.

—No hay que saber si es niño o niña hasta que nazca y yo digo que es niño, si es un varón yo le pondré el nombre...

—Yo creo que será niña. —Dije.

—Sí es niña tú le pondrás el nombre. —Dijo.

—De acuerdo.

—Vale... Te amo.

—Yo más.

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