Han pasado cuatro años, mi vida ha cambiado mucho, me gradué y trabajó en la editorial que me publicó mi libro hace algunos años.

James se volvió mi amigo y al final después de tres años nos volvimos novios, apenas llevamos un año de novios, pero aun así decidimos vivir juntos.

Pero en estos últimos días James se había comportado muy distante y extraño, se iba muy temprano al trabajo, para después volver a las 2 de la madrugada. Él trabajaba en las mañanas, mientras que en las tardes se iba a la universidad.

Desperté por la estúpida alarma de mi celular, lo tome con desesperación y presione el botón rojo.

Voltee a mi lado y entonces me di cuenta que James ya se había ido, decepcionada me levanté de la cama para darme una ducha.

Llegué del trabajo y deje las llaves en la mesita.

—Amor, ya llegué.

No escuché ninguna respuesta así que caminé hasta la habitación, en medio de la cama yacía un hermoso vestido negro, con unos tacones negros y una nota.

"Te tengo una sorpresa ponte el vestido, paso por ti a las 8.

Con mucho amor, James."

Me metí a darme una ducha súper rápido, salí con la toalla envuelta en mi cuerpo, me puse la ropa interior, después de eso me puse crema, me vestí y el vestido me hacía lucir hermosa, me puse los tacones y cuando eran las 8 en punto recibí una llamada de James diciendo que bajara.

Salí del departamento y llamé al elevador, el elevador comenzó a descender, al llegar al lobby salí y no podía creer lo que estaba viendo, estaba James en frente de un carruaje antiguo que estaba dirigido por dos enormes caballos blancos y un señor pequeño estaba sentado adelante.

—Vamos.

Sonreí como idiota, tome la mano de James y me ayudó a subir al carruaje, cuando me senté, él se sentó a un lado de mí y me abrazó.

El carruaje comenzó a moverse, íbamos entre las calles y muchas personas se nos quedaban viendo raro.

Cuando llegamos a nuestro destino sabía donde habíamos llegado, estábamos en el lugar donde nos conocimos.

—¿Qué hacemos aquí? —Le pregunté a James.

—Ya verás, pero antes te tengo que vendar los ojos.

Me sentí desconfiada, pero entonces él se fue atrás de mí y con cuidado vendó mis ojos.

Me tomo de la cintra e hizo que avanzará, oí como las puertas rechinaban, comenzamos a caminar hasta llegar a una barra.

—Vamos sube, aquí hay un banco.

— ¿Qué? —Dije.

—Hazlo...

Toqué el banco y con ayuda de James subí el banco y después la barra, me quedé parada, entonces sentí como James subía y se quedaba a mi lado.

—Bien, voltea hacia la derecha.

Voltee hacia donde él estaba.

—Antes que nada Andy, te quiero decir que te amo, cuando te conocí justo en este lugar hace siete años, en ese momento pensé que serías una chica más en mi vida, cuando me ofreciste el trato de romperte el corazón y pensé que sería sencillo, solo enamorarte y romperte el corazón, pero con cada día que pasaba te conocía más y más, hasta que sin darme cuenta me enamoré de ti, tal vez fue aquella vez en el cine, en la playa, pero te amo ahora.

<<Cuando rompí tu corazón, rompí el mío, quería ir y decirte que te amaba y que todo era una mentira pero no podía, después de eso creí que lo mejor era alejarme y dejarte ser feliz, pero fui egoísta y te busqué porque aunque pasaron dos años yo te seguía amando. No fue fácil hacer que volvieras a confiar en mí, pero valió cada maldito segundo, te amo y te amará hasta que estemos viejitos y me muera, hasta mi último respiro.

Es por eso que quiero pasar el resto de mi vida contigo, así que...>>

Entonces me quitó la venda con los ojos, me dio vuelta y vi que en cada mesa tenía una palabra que se formaba con velas.

"¿Quieres casarte comigo?", decía.

— ¿Comigo? —Dije entre lágrimas.

— ¿Qué? —Dijo.

—Ahí dice: ¿Quieres casarte comigo?

—Estúpido Alex, le dije que lo escribiera bien.

—Aun así quiero oírlo de tus labios. —Dije.

Él se inclinó, abrió una caja que tenía un hermoso anillo.

— ¿Quieres casarte conmigo?

—Sí, sí quiero casarme contigo, James Carter.

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