Capítulo 35 "¿Qué darle a James?"

Me quedé acostada en el pasto pensando en que darle a James, mañana sería nuestro aniversario y quería darle algo especial, algo que represente cuanto lo quiero.

Pero por ahora no conseguía nada, todas las ideas me parecían completamente estúpidas.

Arnold caminó entre el césped y se acostó conmigo viendo el cielo azul.

—Hola, Andy.

—Hola, Arnold.

Nos quedamos callados unos momentos mientras yo seguía tratando de pensar en algo que darle a James.

— ¿Para qué me has dicho que venga?, dijiste que sería algo sumamente urgente, de vida o muerte.

Bien, tal vez había exagerado un poco al enviarle el mensaje pero tenía que hacer que viniera.

—Mañana James y yo cumplimos meses de ser novios y no sé qué darle, quiero darle algo que demuestre que lo quiero mucho.

— ¿Qué tal una carta?

— ¿Carta?

—Sí, dónde digas cuanto lo amas, eres buenas con las palabras, así que escríbele una carta o... Que tal una historia donde relates sus anécdotas.

Esa era una buena idea, me gustaba.

—Arnold, eres un genio.

Le di un beso en la mejilla.

— ¿Quieres que te ayude a escribir?, podría darte chocolate y demás.

Asentí con la cabeza, entramos a mi casa, en la sala comencé a escribir, había bajado la laptop, así que me quede un momento viendo la página en blanco.

—Bien, no se me ocurre nada. —Le dije a Arnold.

—Vamos escribe todo lo que sientas respecto a él.

Tome la barra de chocolate y le di un mordisco.

—Oh, ya sé.

James y Andy.

Nuestra historia comenzó de una forma muy peculiar, yo necesitaba a alguien que me rompiera el corazón, así que mi hermana y yo fuimos a un lugar de mala muerte, en ese horrible lugar encontré a la persona más increíble del mundo, alguien que iluminó mis días, que hizo todo colorido.

Gracias a esto me di cuenta que en lugares horribles podemos encontrar cosas buenas o personas buenas.

La primera vez que te vi no estaba muy convencida de que tú fueras el indicado, pensé que eras un chico malo del que tantas novelas había leído, pero resultaste ser mucho mejor.

Después de eso todas esas veces que...

—Bien, volvió el bloqueo. —Dije enojada.

—Tranquila. —Me dijo Arnold. —Volverá, ahora que tal si jugamos video juegos y después continúas con tu misión imposible.

Así nos pasamos toda la tarde jugando, al final él se fue a las 9 de la noche, mientras yo me encerré en mi cuarto, entonces vi mi pared, todos aquellos recuerdos, ahí estaban pegadas mis fotos con él, incluso esos boletos de cuando fuimos al cine, incluso un peluche que me dio en mi graduación.

Tome mi laptop y comencé a escribir.

Todas esas veces que me obligaste a enfrentar mis miedos, a ser yo misma, incluso todos esos recuerdos que yacen en mi pared, cuando fuimos al cine y te burlaste de mi porque no me gustan los nachos, nuestra primera horrible cita, cuando arreglaste esa una en la playa donde hiciste que lloviera y bailamos, aquella vez donde me enfermé y tú me cuidaste, hasta aún puedo saborear ese rico caldo, cuando me acompañaste a hacer esa locura de juego loco, donde hicimos tantas estupideces juntos, como cantar, lanzarnos al vacío e incluso le di mi número a un desconocido, cuando me diste la idea de cómo pintar mi pared, cuando tuviste ese horrible accidente y estuve contigo, cuando nos hicimos novios, jamás olvidaré las palabras que me dijiste, en mi cumpleaños y como me enterré un vidrio, el libro firmado por mi autora favorita, lo de Sara.

En fin hemos pasado muchas cosas juntas, tanto buenas como malas, pero lo mejor de todo esto es que hemos sobrevivido, gracias a ti creo en el amor, siento que todo con amor es posible.

Hoy es nuestro aniversario y espero que hayan más, recuerda que te amo y siempre lo haré.

Con amor: Andy.

Al acabar de escribir esto, me sentí orgullosa de mí, la imprimí, después de eso la pinté de color café clarito, al final con un encendedor quemé las orillas, para que pareciera un papel antiguo, cuando estaba listo lo doble como un rollo, le puse un listón de color rojo intenso.

Lo metí en una caja azul, además de eso metí todos los dulces favoritos de James, la caja estaba llena de esos dulces, después con cuidado metí el papel.

Cerré la caja con la tapa azul, después de eso le puso un listón rojo para que cerrará al final le puse el moño.

Lo puse en el escritorio, mañana sería un día que jamás olvidaría.

Puse la alarma a las 7 de la mañana, así me levantaría y me arreglaría, iría al apartamento de James, tocaría la puerta y el abriría todo dormido, entonces le diría: ¡sorpresa!, le daría el regalo, después lo llevaría a comer a su restaurante favorito, después lo llevaría al parque de diversiones afuera de la ciudad, para al final ir al mirador, después lo que sucediera después era cuestión de él.

Con esto en mi cabeza me quedé profundamente dormida.

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