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Me comencé a pintar las uñas de los pies, la verdad era un sábado en la mañana muy aburrido y solitario, mi hermana había salido de compras con sus amigas, Arnold iría con su abuela, mis padres estaban en el centro comercial, así que estaba sola con mi soledad.

Mi teléfono comenzó a sonar, vi el teléfono y vi que era James.

Contesté la llamada, me puse el celular en el hombro y ladee mi cabeza mientras seguía pintando mis uñas.

—Hola. —Dijo James.

—Hola. —Dije.

— ¿Qué estás haciendo? —Me preguntó.

—Nada, aburrida.

—Bien... Te parece bien s salimos, paso por ti en 10 minutos.

Mire de reojo el reloj.

—De acuerdo te veo aquí en 10 minutos.

Espere a que se me secará el esmalte para ponerme las calcetas, después me puse los tenis, me puse una chaqueta, tome mi bolso y eché dinero, mi celular y llaves.

Caminé abajo y le dejé una nota a mi mamá diciéndole que iría con James, la pegue en el refrigerador y después agarré un vaso para tomar agua.

Algunos minutos más tardes James llegó, salí de la casa y cerré la puerta.

James me sonrió mientras en su mano sostenía un paliacate rosado, yo solo me quedé mirándolo asustada.

—Te he preparado una sorpresa, pero antes necesito que te pongas esto en los ojos.

— ¿Sorpresa?

—Sí, vamos yo te ayudo.

Me voltee y él puso el paliacate en mis ojos, después hizo un nudo.

—Bien, ¿Ahora cómo me llevarás hasta allá?

—Tranquila lo tengo todo solucionado.

Me tomo de la cintura y yo di un pequeño salto, después comenzamos a caminar.

—James llévame con cuidado, no quiero caerme o terminar atropellada. —Dije entre risas.

—Confía en mí, no te pasará nada, te lo prometo.

Me solté un poco seguimos caminando, pero llegó una parte en el viaje en el que me aburrí y comencé a cantar.

— ¡FUCK YOU!, FUCK YOU VERY VERY MUCH!

La verdad es que cantaba horrible, pero amaba hacerlo... No sé me hacía muy feliz poder cantar a todo pulmón las letras.

—Oye tranquila, me vas a dejar sordo.

—Lo siento, ¿Ya llegamos?

—Sí, solo unos pasos más y unos escalones.

Un minuto más tarde llegamos a edificio o eso creo, después comenzamos a subir las escaleras de poco a poco, la verdad casi me caía más de una ocasión, pero James siempre me agarraba antes de que cayera.

—Hemos llegado, espero que te guste la sorpresa.

Me quitó la venda de los ojos y me di cuenta que estaba en la librería de la ciudad, mi ciudad era tan pequeña que solo teníamos una.

— ¿La librería? —Dije.

Él solo asintió con la cabeza.

—Ven vamos a dar una vuelta.

Comencé a caminar con James a mi lado mientras veía todo los libros, le daba una breve explicación del libro o de la autora mientras fangerleaba intensamente sobre aquellos libros.

La verdad es que habíamos tardado más de dos horas en recorrer toda la librería, cuando ya casi terminábamos, el celular de James comenzó a sonar.

— ¿Bueno?.... Sí...

Despego el celular de su oído y con una mano tapo la bocina.

—Iré a atender esto.

Tome un libro entre mis manos y comencé a leer la sinopsis, la verdad se veía muy interesante, saqué mi billetera para ver si completaba el libro, pero me faltaba dinero.

"Será luego" pensé.

Guardé la billetera, cuando de repente comenzó a sonar una canción, era la canción que había bailado con James "Never say never", comencé a cantarla, creo que ya se tardó James, fui a caja para ver si estaba ahí.

Entonces cuando llegué me quedé con la boca abierta y mi corazón latía mucho.

James estaba arriba del mostrador con una grabadora mientras sonaba la canción, cuando me vio, se bajó con cuidado y dejo la grabadora en el mostrador, una chica que tenía el uniforme de la librería, le dio un ramo de flores, él comenzó a caminar hasta donde yo estaba.

Quería llorar, esto era hermoso.

—Andy, este día me he dado cuenta de que te quiero mucho y no puedo dejar de pensar en ti, cada día que pasa me convenzo más de que eres la chica perfecta para mí, sé que no soy un ángel guardián o caído, pero te protegeré como si fuera uno, sé que no soy Will Herondale pero prometo amarte como él ama la lectura y a Tessa, no soy un rey como Maxon, pero tú para mí eres una reina y solo soy un simple mundano que se ha enamorado de una joven escritora.

Sonreí como una tonta.

—Así que creo que una imagen vale más que mil palabras....

Él extendió su brazo para que viera lo que había en el mostrador.

Eran libros forrados con hojas y en cada libro había una letra que formaba ¿Quieres ser mi novia?

Yo comencé a temblar.

—Por si tenías las dudas te puedes quedar con los libros y aunque me digas que no, te lo puedes quedar.

Me quedé mirando todo, había sido hermoso había sido único él había hecho todo esto por mí.

Mi corazón latía muy fuerte, no podía parar de sonreír, no podía creer que este idiota que conocí hace algunas semanas fuera el mismo que me estuviera diciendo estas hermosas frases y todo esto.

— ¿Entonces qué dices?

Sonreí por dentro.

—Sí, sí quiero ser tu novia.