Capítulo 16 "Descontrol"
Maratón 1/4
Los días pasaron y estuve cuidando de James hasta que se sintió mejor, cumplió las semanas que le dijo el doctor que estuviera en reposo, cuando se cumplió el paso y después de una revisada con el médico, al fin podía salir.
Hoy saldríamos, me invitó al cine, veríamos una película de amor llamada "Como era yo antes de ti"
Salí de la escuela, llegué a casa y lancé la mochila a mi cama, después saqué ropa nueva y mi toalla.
Rápidamente me metí al baño y me di una larga ducha, salí y me cambie, después me peine y pinte.
Baje y comí algo, mientras comía mi mamá se sentó mientras me observaba, era como si estuviera viendo todos mis movimientos.
— ¿Pasa algo? —Pregunté.
—Es que esta diferente, si no fuera tu madre te confundiría con Angie.
Tragué el último bocado de mi alimento y me limpie con una servilleta para que no quedará manchada.
— ¿Qué me estas tratando de decir? —Dije.
Ella me sonrió.
—Yo digo que tal vez es un chico.
La mía avergonzada, la verdad nunca había platicado con mi madre sobre chicos, eso era entra Angie y ella.
—Solo es un chico cualquiera.
Ella sonrió como el gato de Alicia en el país de las maravillas y después dio un salto.
— ¡Sí!, al fin tienes novio.
— ¡Mamá!, no es mi novio... Solo es un amigo.
Mi madre me miró con picardía
—Apuesto que en un par de días se te declara y cuando eso suceda lo tienes que invitar a comer.
— ¿Invitar a comer a quién? —Dijo George.
Estaba tan distraída escuchando a mi madre que no me di cuenta cuando entró.
—Al futuro novio de Andy.
Él me miró enojado.
—Oh no ella no tendrá novio, aceptó que Angie tenga novio, pero mi pequeña... Andy serás monja, es más empaca tus cosas de una vez te llevaré al convento.
Mi madre le dio un golpe en el pecho.
—George si la llevas al convento no haremos lo que más te gusta.
Ay no ya estaba hablando de sexo.
—Escuchen no tengo que escuchar esto... Me iré al cine con... Un amigo vuelvo a las 9.
Escapé con vida de esa situación, tome mi bolsa y eche mi cartera, después salí de la casa.
Le mande un mensaje a James diciéndole que no viniera por mí, que lo vería en el cine.
Caminé hasta llegar al centro comercial, entré y vi que James estaba sentado en los sillones con su celular en la mano.
Me acerqué a él por detrás y le tape los ojos.
— ¿Quién soy? —Dije.
—Mmmm.... No lo sé, tal vez la chica que fue muy buena y me cuido hasta que me recupere.
Le destape los ojos y me vio.
—Estaba en lo correcto.
—Sí—Dije sonriendo y sentándome enfrente de él.
Él me miró.
—Estas hermosa, pero eso no te lo tengo que decir ya que lo sabes, por cierto me encantan tus botas.
Yo sonreí orgullosa de mis botas
—Gracias.
—Por cierto, hay una vieja leyenda que dice que si cuidas un alma herida, ahora tu deber es cuidarla por siempre, así que ahora me tendrás atado a ti durante toda la eternidad.
Yo reí.
—Bien, la verdad no me molestaría pasar una eternidad si es a tu lado.
—Sería la mejor eternidad del mundo, porque tú me cuidarías y yo a ti.
— ¿A qué hora es la película?
Él miró el reloj.
—Creo que debemos irnos, si no llegaremos a ver la película.
James se paró del sillón, después vi cómo se volvía asentar con una mueca en la cara.
— ¿Estas bien?
Dije mientras corría y me hincaba para estar a su altura.
—Sí, es solo que aun duele el abdomen... ¿Me puedo apoyar en ti....?
Asentí con la cabeza, puso su brazo sobre cuello mientras yo en su cintura, la verdad jamás había estado tan cerca de él, sentirlo tan cerca de mí hacia que me sintiera sumamente nerviosa, ya que jamás había estado tan cerca de un muchacho.
Caminamos así hasta que llegamos a comprar el boleto.
James le dijo a la señorita la película que veríamos.
Ella le dijo la cantidad, después el pago, le dieron los boletos y caminamos ahora hasta llegar a los dulces.
El olor a palomitas inundó mis fosas nasales, olía deliciosamente a mantequilla.
Hicimos fila mientras veíamos que comer, había tantos combos.
— ¿Qué tal el de nachos?, palomitas grandes, refrescos grandes y nachos.
—No. —Dije. —No me gustan los nachos.
Él me miro como si hubiera dicho que mataba gatos por diversión.
— ¿Qué? —Dije.
— ¿Cómo que no te gustan los nachos?, ¿Qué clase de persona no le gustan los nachos?
—A esta clase de persona, no lo sé... Simplemente no me gusta.
—Bien, ¿Combo helado?
— ¡Sí!, amo el helado.
Él me sonrió, entramos a la película y creo que casi nos corren de la sala, porque en toda la película James y yo estábamos riendo como locos y haciendo bromas sobre la película, al final llegó el final que me hizo soltar un par de lágrimas.
Salimos y James me acompaño hasta mi casa, no sé en qué momento pero mientras íbamos hacía allá, él me tomo de la mano como si fuéramos novios.
Sentía como si mi corazón se fuera a salir de mi pecho.
—Sabes eres lo mejor que me ha pasado en mi vida. —Dijo.
— ¿Cómo sabes que soy lo mejor? —Dije. —Digo solo tienes 19 años, tal vez algún día esto termine y tú te vayas... Te olvidarás de mí.
—Bueno tal vez, pero jamás me olvidaría de ti, porque eres una chica increíble y contigo puedo ser yo mismo, me haces ser una mejor persona, cada vez que estoy contigo provocas algo en mí que nunca nadie había provocado.
—Creo que esto se está descontrolando.
—Un poco de descontrol no daña a nadie.
Me dejo en mi casa, me despedí de él y me fui a dormir, la verdad estaba un poco cansada, pero antes de irme a dormir, pegué mi boleto en la pared.
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