Texto 6: Black Butterfly. Capítulo 24 "Game Braker". Año 2015.
Advertencia: El presente escrito contiene violencia explícita. No romántico.
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-¿Qué pasa?
¿Acaso no lo había notado? Esa forma de actuar tan extraña y esos comentarios ofensivos... Asuna lo miró tratando de soportar la situación, no era el momento para ponerse a indagar sobre los posibles problemas que haya adquirido su amado en los últimos días que lo tengan así... hablaría con él más tarde, lo importante ahora esa buscar a los demás y enterarse del todo de la situación.
-¿Bajamos? –le preguntó haciendo un movimiento con la cabeza, en señal de ir al suelo.
Ella, se limitó a empezar a descender de la posición en que estaba y una vez bajó lo suficiente de él, se acomodó horizontalmente en el aire, y se dejó planear mientras caía, por lo que al verla rumbo hacia la tierra, Kirito también se dejó caer pero de cabeza, por lo que la trayectoria de la caída se acortaba más con la aceleración que adquiría, Asuna al verlo, abrió grandes los ojos preocupada, pensando que podría haberse desmayado y por eso se había dejado caer sin control.
-¡Kirito-kuun! –voló rápido tratando de alcanzarlo y al hacerlo, lo rodeó con sus brazos, abrazándolo, para quedar frente a él y corroborar sus sospechas, pero al hacerlo se encontró con la mirada dorada clavada sobre ella.
-¿Qué?... ¡¿Pero qué estás haciendo idiota?!, ¡Si sigues cayendo así te puedes hacer daño! –trató de soltarlo, pero no pudo, porque él la abrazó entonces, seguido de un beso robado, del que por más que luchó para soltarse no pudo, estaba consciente de que estaban cayendo en picada, ¿Por qué él estaba tan tranquilo y jugando de esa manera? -¡Kirito-kuun! –seguía advirtiéndole, pero él no separaba sus labios ni su cuerpo de ella, sintió entonces como una de sus manos, se había apoderado de su trasero del lado izquierdo, sin duda alguna aquel acto la sorprendió y le gustaba, la adrenalina del momento recorrió por todo su cuerpo y podría decir que hasta empezaba a disfrutarlo, pero estaba mal, ¡De seguir así se iban a matar! , -¡Kirito-kun!
La soltó solamente al sentir el dolor en su labio inferior, lo había mordido para que la soltara. Una diminuta raya roja brillante había aparecido sobre su labio.
-Que osada... -le sonrió.
-¡AAAHHHHHHHHHHHHH! –profirió entonces The Angel, al ver frente a ella a unos cuantos metros el suelo.
El impacto de la caída resonó por todos los alrededores, levantando mucho polvo, que al disiparse poco a poco, dejó apreciar la sombra de la silueta del espadachín blanco, parado en medio del agujero del impacto, con aquella bella mujer en traje de ángel en los brazos.
La miró divertido y engreído, al sentir sus uñas clavadas en su cuello y espalda.
-Si querías que empezáramos ya me hubieras dicho...
-¡Idiota!, ¡Bájame! –y así lo hizo, pero no dejó que despegara su cuerpo del suyo, la mantenía completamente unida a él, con incluso una de sus piernas apoya en medio de las dos suyas, apoyando una de sus manos en su espalda, empujándola contra su abdomen.
-...Kirito-kun... -no pudo evitar reaccionar al tenerlo tan cerca, si lo único que había estado anhelando era precisamente eso, por lo que lo abrazó. –No te entiendo...
-No es necesario que lo hagas...
-¿Qué estás diciendo?... Si estás molesto por que regresé al juego... yo.. –no puede continuar al sentir como su mano había empezado a recorrer el interior de su muslo derecho. -¿Kirito-kun?...
-¿Sabes que es un Game Breaker?... –ella no respondió aún sorprendida por lo que estaba pasando, sabía que tenía que pararlo, a pesar de que la zona parecía desierta por el momento, alguien podía pasar por aquel lugar y... -No no lo sabes... de suponerlo...
Su último comentario la molestó por lo que trató de separarse. -¡Baka!
-¡No! –la sujetó fuerte del brazo, con el que intentaba poner distancia.
-...Kirito-kun... suéltame... -miró la forma dominante con que la había sujetado y trató de no moverse para no lastimarse sola. -¡Me estás lastimando!
-No Asuna... -la miró profundo con aquellos ojos claros, por lo que se estremeció de miedo, era la primera vez que le pasaba eso... con él... nunca iba a imaginar que iba a llegar a temerle a su amado espadachín... por lo que las lágrimas se le perfilaron.
-¡¿Qué te pasa?!
-¿Qué me pasa?, ¿Quieres que te diga qué me pasa?... ¡Qué soy un imbécil! –ante sus palabras, Asuna abrió grandes los ojos preocupada. –Cuando pensaba que iba a morir... le dije a mi hermano que se hiciera pasar por mí frente a ti... ¡Que te engañara!, ¡Qué se casara contigo para que pudieras quedar embarazada en el juego otra vez!
-¡¿Qué?!, -se asustó por la manera en que le habló y el contenido de su mensaje. -¡Pero eso qué tiene que ver!, ¡Nada de eso ha pasado!, ¡Yo jamás haría una cosa como esa con nadie que no fueras tú!
-¿Qué no fuera yo?... ¿Acaso no entiendes lo que te digo?... él es yo... lo que era yo... Kirito... -aflojó su agarre por un momento.
-¿Qué?... –lo mira sin comprender.
-Estaba desesperado... el virus de la corrupción había entrado dentro de mí... no sabía que hacer ni a quien más acudir... cuando entonces recordé que si yo desaparecía... el sistema que nos reconocía a los dos como uno mismo... acabaría brindándole mi lugar... de esa manera en todos los sentidos él sería yo...
-¡Pe, pero eso!, -se zafa de los brazos y lo toma por el rostro. -¡Eso no pasará!, ¡Aunque el mismo Sistema lo diga!, ¡Tú eres tú y nadie más que tú!
-No... ya no... un Game Braker es un programa que brinda la ventaja máxima... todas las habilidades que quieras... el poder que quieras... poder dominarlo todo... sin embargo... no deja de ser más que eso... un programa... por más que busques dentro de este pecho... todo lo que conocías se ha esfumado... -su mirada se endureció de pronto. –Sólo busco satisfacer mis propios instintos... ya nada me importa...
-Eso no es posible... -sus ojos ambarinos tiemblan ante él.
-Asuna... desde que te ví... al volver... no he pensado en otra cosa que hacerte mía aquí... y ahora... -pasó la mano que tenía en su muslo, hacia su entrepierna, a pesar que el código de ética estaba activado, podía sentir perfectamente las caricias que le propiciaba su amado en su intimidad, por lo que abrió grandes los ojos sorprendida.
-No te asustes... es mi poder... puedo maniobrar en todos los códigos que quiera... desde tu código de ética hasta remover toda tu ropa interior... -le dijo susurrante en el oído, lo que le sonó demasiado terrible, por lo que trató nuevamente de soltarse.
-¡No Kirito-kun!, ¡No así! –aunque combatió por alejarse, no pudo deshacerse de sus agarres nunca y las caricias en su entrepierna empezaban a descolocarla.
-Quédate quieta... -le advirtió pero seguía tratando de soltarse. -¡Te dije que te quedes quieta! –la llevó contra el suelo y le sujetó los brazos tras de la cabeza. Lo que le sacó un par de lágrimas más... no lo quería... no así... los recuerdos de la última vez que estuvieron juntos le vienen entonces a la mente.
Se dio la vuelta e iba a bajarse de la cama, cuando fue detenida desde atrás, su esposo la había abrazado lo más rápido que pudo con intensiones de no dejarla ir, sin saber a ciencia cierta de donde la había tomado. Sorprendiéndose a sí mismo y a ella, al sentir una mano agarrando su cintura y la otra estrujando uno de sus senos, sonrojándola al instante, para seguidamente sentirse estimulada por él, que al sentir la suave textura entre su mano, había empezado a oprimir para sentirla en su totalidad, se suponía que sería ella, quien lo hiciera sentir bien... ¿Pero qué era eso?, con el sólo hecho de que la hubiera agarrado de esa manera y ahora la acariciara, hacia crecer una nube de deseo en sus adentros que se extendía desde su vientre hasta su cabeza nublándola por completo.
Aunque no lo quisiera, la sensación había empezado a recorrerla, su alma y su cuerpo lo reconocían, sabían de la infinidad de veces que habían estado juntos y se había unido a él con todo el amor que le profesaba, que la alimentada, que la hacía crecer y le hacía feliz... era difícil de explicar que aquellas mismas manos y aquellos mismos labios ahora la torturaran... era como si... se sintiera tan triste y desolada que había perdido hasta las ganas de resistirse...
Era como si... viera desde afuera lo que le estaba haciendo a mi cuerpo... no había conexiones entre nuestras almas... lo sentía chupándose los senos y lamiéndome los pezones pero no quería... no podía resistirlo más... ¿Qué era esa sensación tan horrible?... a pesar que mi cuerpo le respondía, yo no podía aceptarlo... ¿acaso era lo único que quería de mí?... no hicimos contacto una tan sola vez... No me di cuenta ni de cuando se sacó la ropa... a mí... que tanto me fascina verlo desnudo y tocarlo... sólo sentí cuando tomó mi cintura entre sus manos para levantar mi cadera y me penetró, tan fuerte y hasta adentró que me dolió...
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Releer esto me partió el alma...
Y es el último lemmon de Black OMG.
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