Rollos suizos. Drabble

Notas de la autora

▶ Este drabble está situado durante la investigación del cuarto caso en Miles Edgeworth Investigations 1, mejor conocido como Memorias de un caso.

▶ Ya no hace falta decir la edad de los protagonistas, pero para dejarlo en claro, tendrán 13 y 20 años respectivamente.

▶ Los personajes de Miles Edgeworth Investigations 1 no me pertenecen, sino a Capcom Co., Ltd.

▶ Este es mi primer drabble, por lo que trataré de no dar demasiados detalles; aún así, las reacciones que les dé tanto a Franziska como a Miles estarán basadas en los diálogos, los cuales fueron transcritos tal y como aparecen en el juego.

▶ Créditos al autor de la imagen que usé como portada, solamente le di un filtro para que el título resaltara. Quien sepa el nombre del artista, le estaría bastante agradecida.

Y sin más dilaciones, espero que disfruten del escrito.


Un asesinato doble en los tribunales, un posible sospechoso que alega su inocencia cuando no tiene una coartada y un par de críos a los que se les asignó dicha investigación gracias al fiscal invicto Manfred von Karma (y a que Miles Edgeworth "suplicó" por ello, pero esa es otra historia). Para ser sinceros, esto podría significar que no tiene buena pinta, sin embargo, ambos jóvenes han demostrado su destreza al haber avanzado tanto en esta búsqueda por la verdad... aunque estando los dos de pie frente a una máquina expendedora, deja en claro sus prioridades.

—   "¡Permanece neutral hasta el final con los rollos suizos!"- la pequeña de cabello platinado parpadeó un par de veces, tratando de comprender el slogan de este aperitivo — ¿Al final de qué?- inquirió finalmente, buscando una respuesta en el joven que le hacía compañía.

—   Asumo que se refiere al final del juicio- respondió un joven Miles Edgeworth, cruzándose de brazos mientras le buscaba lógica a esas palabras tan estúpidamente usadas —Pero eso quiere decir que tendrías que comerlos durante el descanso-

—   No se puede comer durante el juicio- continuó Franziska, quien por un instante se mostró meditabunda, aunque al poco rato se podía ver ese brillo en los ojos que caracteriza a los infantes cuando desean algo — ¡Así que ahora es el único momento para comerlos!-

"Así que tienes hambre, ¿eh?", Miles se esforzó en no mostrar siquiera una sonrisa que delatara este pensamiento, pues era muy probable que cierta arpía terminara por propinarle varios azotes si descubría su gesto.

—   No me importaría si quisieras comer uno ahora- el fiscal novato se encogió de hombros ante la idea, después de todo era probable que Franziska se hubiese saltado el almuerzo solo para poder estar el día de hoy en los tribunales y verle en su debut —Vienen en paquetes de dos- terminó por señalar el anuncio en la máquina expendedora.

—   Tsk, ¡estamos en mitad de una investigación!- le fulminó con la mirada ante tal planteamiento absurdo –Además, ¡no llevo seis dólares encima!- y había que reconocerlo, el precio era bastante exagerado para un par de tartas de chocolate, no obstante, para el estómago de la hija de Manfred poco le importaba el costo.

"Lo que hago por hacerte feliz".

—   Si quieres, podemos juntar nuestro dinero y comprar un paquete juntos-

—   Si tengo que compartirlos contigo, ¡prefiero no comerlos!- Miles profirió un suspiro al ver que el orgullo de Franziska salía a flote, pero ¿por cuánto tiempo podría mantenerse de ese modo? Estaba a punto de averiguarlo, tarde o temprano tendría que ceder ante el hambre.

Justo en ese momento, el estómago de la aspirante a fiscal protestó una vez más, causando que se ruborizara por completo y, a pesar de mostrarse impasible, Franziska estaba muriéndose de vergüenza por haber sido delatada de una forma tan vulgar, ya que ella era una von Karma, se suponía que debía ser perfecta en todo. O quizá no en todo.

Exhalando un nuevo suspiro, Miles se apresuró en sacar el poco dinero que llevaba consigo para comprar esos dichosos rollos suizos, sino lo hacía... no, mejor no pensar en lo que podría hacer esta niña, ya de por sí resultaba ser peligrosa con o sin su fusta y ahora con hambre las cosas podrían empeorar. 

—   Toma- le extendió una de las tartas a Franziska, quedándose con el otro postre, pues habría que admitir que el apetito se abrió al tener esta máquina frente a ellos.

—   ...- la niña solo se limitó a arrebatarle el rollo suizo que le ofrecía para comenzar a devorarlo.

—   De nada- respondió el joven fiscal con sarcasmo, sin embargo, no pudo evitar esbozar una tonta sonrisa al verla disfrutar de un postre como cualquier otro niño.

"Franziska... no tienes remedio"

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—   ¡Borra esa estúpida sonrisa de tu rostro, Miles Edgeworth!-

—   ¡Pero si yo no he hecho tal cosa!-

"Gracias, Miles"

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