OO3 || Esto le gana a la locura

Matteo suspiró y volvió a tomar un sorbo del licuado que antes se encontraba revolviendo, cuando sintió que alguien se sentó a su lado volteó confundido y ella le sonrió.

—Lo hiciste muy bien allí arriba— Matteo arqueó la ceja

—¿Es broma, no? Se me olvidó la letra de la canción a mitad del escenario, fue súper vergonzoso— bajó la mirada

—Eso fue lo de menos, lo importante es que continuaste como si no pasó nada, ésa acción hará que olviden lo de la canción— el italiano levantó la mirada analizando las palabras de la pelirroja —Yo personalmente hubiera salido corriendo y llorando

Rió divertido —Tenés razón— le sonrió —No lo de la corrida, lo anterior— aclaró al instante haciendo que Jim riera

—Toma— le extendió un objeto muy pequeño, Matteo tuvo que acercarse un poco para distinguirlo hasta que lo logró —Un botón de tu camisa, salió volando cuando te la quitaste— ambos sonrieron al recordar la escena

—Quedatelo, que sea un recuerdo para que cuando se te olvide la letra de una canción o algo parecido te acuerdes de mí— Jim asintió y sintió algo que no había sentido en mucho tiempo, como su corazón palpitaba a mil —¿Vamos con los chicos?

—Vamos— afirmó y se levantaron para ir donde estaba reunidos todos

∽※∽

—Ramiro, no estoy huyendo de vos, Pedro me dió un montón de papeles y no entiendo nada, necesito un lugar privado y ése lugar es mi habitación... Vale, te veo mañana, besos— bajó el celular de su oreja y colgó la llamada

Guardó el celular en su bolso y siguió su camino a la mansión, cuando escuchó fuerte pasos que cada vez se acercaban más a ella paró de caminar y volteó, pero rodó los ojos al ver a Michel y retomó su camino con pasos más largos

—Hey, hey— sin embargo, logró alcanzarla y empezó a caminar a su lado —¿Vas a la mansión, no?

—¿Te importa?— el venezolano soltó una contagiosa risita

—De hecho, sí, un poco, ya que vivo ahí...

—Temporalmente— lo interrumpió mirándolo con una falsa sonrisa y volvió a fijar su vista en el camino —¿No sabés el camino a la mansión o qué?

—Sinceramente, no mucho— rascó su nuca y dejó escapar una sonrisa nerviosa —Pero igual un poco de compañía nunca viene mal

—Sólo mantén tu distancia y yo la mía, ¿te parece?— preguntó irónicamente señalando con sus manos su lado y el de ella

Siguieron el camino en silencio, pero así el camino se le hacía eterno a Michel, miró un poco dudoso a la rubia y decidió hablar

—El Flash Open quedó impresionante, fue una idea muy original— intentó sacar tema de conversación

—Gracias— respondió cortante

—Cantas muy bien, pero patinas mejor, he visto varios vídeos tuyos entre los de Luna— Ámbar ahogó una risa y Michel la miró extrañado —¿Qué?

—Se te nota a kilómetros que te llama la atención Lunita— él bajó la mirada levemente sonrojado —Y si fuera vos me iría olvidando de ella

—¿Por qué?— la miró un poco alarmado

—Digamos que sé de un chico que está interesado en ella desde antes que llegaras y, sin ofender pero, es mejor en muchos aspectos

La curiosidad invadió a Michel haciéndose mil películas de quién podría ser ése chico, Ámbar al ver lo concentrado que estaba en sus pensamientos y -sobretodo- lo callado que estaba sonrió triunfante por lograr su objetivo.

Llegaron a la mansión y en la sala principal se encontraron con Luna, Mónica y Alfredo que hablaban animadamente.

—Buenas— Ámbar hizo un ademán y ellos le respondieron igual —Estaré en mi habitación si me necesitan— se dirigió a las escaleras y Michel estaba apunto de hacer lo mismo pero el grito de Luna lo detuvo

—¡Michel! ¡Michel, espera!— corrió hacia él casi cayéndose —¿Qué onda? Lamento no haberte esperado, se me olvidó por completo, lo juro, y cuando estaba aquí me acordé y yo...

—Descuida, Luna, Ámbar fue... buena compañía— respondió un poco dudoso y Luna hizo una mueca de confusión

—¿De verdad?— Michel asintió —Bueno, eso es nuevo— murmuró para ella misma jugando con sus dedos —Michel, ¿te gustaría ir a pasear un rato? Te muestro un poco Buenos Aires

—Luna, me encantaría, pero estoy muy cansado— la castaña de ojos cafés asintió comprendiendo —Puede ser para otro día

—Va, va, no hay problema— Michel finalmente se dirigió a las escaleras y subió éstas en dirección a su habitación

Luna volteó y se sobresaltó un poco al encontrarse con las gigantes sonrisas de su mamá y su abuelo

—¿Por qué me miran así?— preguntó desorientada

—Porque parece que a alguien le gusta cierto chico— Alfredo la miró con un poco de picardía, Luna frunció el ceño y negó cruzando los brazos a la altura de su pecho

—Sólo es mi amigo— y ahí lo comprobó, diciéndolo en voz alta no cambiaba nada, sus pensamientos seguían invadidos por el venezolano que le quitaba el sueño desde su casi beso en el backstage

∽※∽

—Tantas reuniones fastidian— se quejó Jazmín pegando su frente de la mesa

—Jazmín tiene razón, ¿Ámbar no tiene cosas más importantes que hacer?— preguntó Yam desbordando aburrimiento

—Dijo que era algo que nos beneficiaría a todos— los presentes miraron a Pedro un poco confundidos

—¿Algo como qué?— preguntó Luna y Pedro encogió los hombros

—Como he dicho antes, me encanta lo puntuales que son— llegó donde ellos con una sonrisa de superioridad

—Lamentablemente no podemos decir lo mismo de ti— Ámbar miró a Matteo con fastidio y rodó los ojos acomodando su flequillo hacia atrás

—Como les decía, estoy ansiosa por darles ésta noticia espero que a ustedes les guste tanto como a mí— todos estaban realmente perdidos, no tenían ni mínima idea de qué planeaba Ámbar, ni siquiera Benicio, Emilia y Ramiro —He tomado una decisión con respecto a los equipos de patín

—¿Cuál?— preguntó Ramiro ansioso, que al oír "equipo de patín" una sonrisa se formó en su rostro, sabía que Ámbar no se quedaría de brazos cruzados

—El Jam & Roller y los ex Red Sharks son vamos a unir en un equipo— Ramiro sonrió triunfante y aparentemente fue el único porque el resto simplemente se le cayó la mandíbula al suelo y otros miraban a Ámbar indignados

—¿Qué? Pero espérate, pensé ése experimento de unión, compañerismo y todos ésos malditos valores era sólo para el Open— la argentina de cabellos rubios le sonrió

—Pues Emi pensaste mal— Emilia negó lentamente en desaprobación

—Ámbar con todo respeto creo que estás llevando esto muy lejos— habló Luna un poco angustiada

—De acuerdo, pongámoslo así— sonrió alzando levemente sus comisuras sin mostrar sus dientes —Mañana a las 9 en la pista, quien no aparezca... será mejor que se vaya buscando otro equipo— unió sus manos generando un pequeño aplauso y se fue

—Esto no puede ser, chicos— soltó Jim apenas Ámbar cruzó desapareciendo por la barra

—No puede hacer eso— reprochó Delfina

—De que puede, puede, y por desgracia ya lo hizo— Emilia se levantó furiosa hacia tras de Ámbar para convencerla y Benicio fue tras de ella con las mismas intenciones

—Es una locura— murmuró Luna negando con la mirada perdida en un punto fijo de la pared

—No, Luna— ella miró a Simón —Esto le gana a la locura

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