O15 || Vayamos lento
—Michel, de verdad me estás asustando— confesó Emilia mirando con preocupación al chico que caminaba de un lugar al otro
—Emilia— finalmente se sentó frente a ella mirándola a los ojos y tomándola de las manos —Lo que te voy a decir es muy fuerte
—¿Y por qué me lo dices a mí? Apenas me conoces— frunció el ceño y Michel suspiró
—Eres la única a la que le tengo confianza aparte de Ámbar y Luna y a ellas no les puedo decir— Michel negó con la cabeza —Emilia, prométeme que no le dirás a nadie, mucho menos a ellas
—Lo prometo, pero ya dime, me pones la piel de gallina— el venezolano vió el suelo pra volver a mirarla a los ojos
—No soy quién todos creen, no soy un estudiante de intercambio, fuí enviado por Sharon para sacarle información a Luna y despistarla— Emilia abrió los ojos alarmada
—¿Sharon? ¿Sharon Benson?— Michel asintió —Por dios...— murmuró sorprendida y lo miró nuevamente pero con una pisca de enojo —¿A Ámbar también la usas?
—No, para nada— respondió al instante —Sólo... quería acercarme a ella
—¿Por qué?— Michel se acercó al oído de Emilia y le susurró la razón tomando por sorpresa a la rubia de ojos cafés —No manches, debes decírselo
—No, no está preparada para una noticia así y por favor no le digas, lo prometiste— recordó
—Lo sé, lo sé— ladeó la cabeza ambos lados —Pero tarde o temprano se sabrá la verdad
—Eso lo sé— asintió manteniendo su mirada en el suelo
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—Pensé que nunca te atreverías— Ámbar sonrió mirándolo a los ojos
—Ni yo— Simón rascó su nuca igualmente con una sonrisa pero ésta era nerviosa haciendo reír a Ámbar —Ámbar, enserio has cambiado
—Desde un principio— suspiró mirando al suelo pero para no hacerse ver afligida volvió a verlo —Pero nunca notaste eso
—Ahora sí— le tomó la mano —Me encantas, Ámbar
—Y vos a mí, Simón— entrelazó sus dedos con los de Simón —Pero ahora lo mejor es que vayamos lento
—Por supuesto— llevó la mano de Ámbar que seguía aferrada a la de él hacia sus labios y le dejó un beso que le sacó una sonrisa a la rubia —¿Vamos? Quiero ver si Matteo llegó para ver como le fue en el videoclip
Ámbar asintió y ambos salieron de los lockers, pero se detuvieron en seco y separaron sus manos cuando vieron a Juliana hablando seriamente con los chicos del Roller
—¿Juliana?— Simón frunció el ceño confundido para después sonreír e ir a abrazarla
—Juliana— mencionó Ámbar sorprendida cuando ella y Simón se separaron de su abrazo —Que sorpresa— forzó una sonrisa
—Sí, nadie lo veía venir— alegó Luna con su gran sonrisa —Y llegas en el momento justo, hablábamos de ti
—¿Ah sí? ¿Y de qué, si puedo saber?— los chicos se miraron entre ellos decidiendo con la mirada quién hablaría
—Los chicos quieren que sea su entrenadora— Juliana rompió el hielo —Pero claramente necesito tu aprobación primero
Ámbar se quedó perpleja. Obviamente no quería que Juliana fuera su entrenadora más allá del hecho de que era muy buena en lo que hacía, pero debía ganarse la confianza y apoyo del Roller así que no tuvo otra opción que sonreír
—Eso no se pregunta, obviamente que podés entrenarnos— los chicos del Roller empezaron su muy particular manera de celebrar escandalosa —Mañana tenemos entrenamiento y sos bienvenida
Simón la miró con una pequeña sonrisa admirando lo mucho que había cambiado la rubia y se unió al festejo con sus amigos, mientras Ramiro aprovechó para acercarse a Ámbar y ésta última rodó los ojos al verlo
—Me sorprendes, enserio— Ramiro asintió lentamente viendo la escena
—Es mi especialidad— Ámbar se encogió de hombros y sin siquiera verlo fue en dirección a la salida pero dos voces llamándola al unísono la hizo voltear
—¿A dónde vas?— preguntó Michel frunciendo el ceño
Ámbar cerró los ojos suavemente respirando profundamente
—A la mansión— respondió con simpleza
—¿Por? ¿Te sientes bien?— preguntó Emilia preocupada
—Sí, sí, sólo necesito descansar un poco de tanto papeleo
—¿Quieres que te acompañe?— preguntó el castaño de ojos verdes, sabía que en verdad no se sentía bien
—Por favor— ladeó su cabeza mirándolo suplicante, Michel asintió y se despidió de Emilia con un beso en la mejilla para salir con Ámbar
—Emilia, ¿a dónde va Ámbar?— preguntó Simón acercándose a ella
—A la mansión— cruzó los brazos —Dice que sólo está cansada, sin embargo, no le creo— volteó a mirar a Simón —¿Pasó algo malo entre ustedes?
—Todo lo contrario— Simón se sonrojó levemente y Emilia alzó exageradamente las cejas al notarlo
—Ahora mismo me dices qué pasó— ordenó, pero con una sonrisa
—Nos besamos— Emilia sonrió entusiasmada y Ramiro frunció el ceño con claro enojo, y Jim lo miraba desde el grupo un poco intrigada por su expresión
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—Sólo faltan unas pequeñas cosas, para mañana estará listo— Luna y Matteo se miraron con una sonrisa y asintieron
—Muchas gracias, Delfi— ella encogió los hombros mirando a Matteo con una sonrisa
—Para eso estoy— guardó su tableta en su bolso y se levantó —Yo mejor me voy antes de que anochezca más
—Vale, ve con cuidado— le gritó Luna a la pelinegra que ya casi estaba en la puerta principal pero pudo ver como le asintió
—Chica delivery, yo iré a dormir, me muero del sueño— Luna frunció el ceño mientras veía a Matteo levantarse
—Espera, espera, espera, es súper temprano, chico fresa— el italiano bajó la mirada
—Sí, pero estoy muy cansado, fue un día largo
—A mí no me engañas Matteo, sé que algo tienes— afirmó mirándolo fijamente —Anda, cuéntame— dió dos palmadas al sofá junto a ella y Matteo se sentó
—Invité a Emilia a salir— Luna lo miró alarmada
—¿A Emilia?— Matteo asintió confundido por el tono en que lo dijo, fue como... molesto —A ver Matteo, ¿te volviste loco? ¿o se te olvidó todo lo que nos hizo?
—Pero eso es pasado Luna, he notado que no es como todos piensan— Luna negó mirándolo despectiva
—Simón y tú enserio que están perdiendo la cabeza, por chicas que los lastimarán— Matteo desvió la mirada al suelo —Dime, ¿aceptó salir contigo?— Matteo se mantuvo en silencio tan sólo unos segundos cuando Luna ya había interpretado todo —Ya veo que no
—Iba a responder— aseguró para que su amiga no pensara otra cosa —Pero llegó Michel y se la llevó
—Un momento... ¿Michel?— frunció el ceño pero no confundida, sino más enojada que antes —¿Qué hacía con Michel?
—No lo sé, se fueron al backstage y después no los ví más— Luna desvió la mirada a cada rincón de la sala principal buscando respuestas en las paredes sobre porqué Michel se fue con Emilia pero no las encontraba —Buenas noches Luna, enserio estoy cansado, hablamos mañana
—Claro, adiós— murmuró apenas audible para el italiano pero aún así él se levantó y se fue al depósito
¿Será que Emilia y Michel eran algo? No, imposible, Michel se le había confesado tan sólo hace algunas horas seguramente eran ideas suyas y eran sólo amigos
—Hola Luna— salió de sus pensamientos y volteó rápidamente al reconocer la voz del castaño de ojos verdes que robaba sus suspiros
—Michel— sonrió ampliamente —Te estuve buscando por todo el Roller y no te encontré
—Perdón, acompañé a Ámbar y no te avisé— caminó lentamente hacia ella —¿Puedo?— señaló el puesto junto a ella del lado opuesto a donde Matteo estaba sentado hace un rato, Luna rió internamente al notar que sinceramente eran dos polos opuestos
—Por supuesto, siéntate— Michel le sonrió de lado y se sentó junto a ella
—Luna, hay que hablar sobre lo que pasó ¿sabes, no?— la chica asintió enternecida al recordar su confesión y su casi beso
—Michel, tú enserio me gustas, desde que te ví sentí que algo iba a pasar entre nosotros pero no pensé que era esto con exactitud— rió por lo bajo pero volvió a mirar a Michel cuando sintió como la tomó de la mano por encima
—Vayamos lento ¿si?— Luna le sonrió levemente
—¿Qué te parece una cita primero?— preguntó un poco dudosa pero conservando su típica sonrisa
—Me encanta la idea— ésta vez entrelazó sus dedos con los de Luna y llevó la mano de la castaña a sus labios dejando un beso en ésta
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