O12 || La Llave

—Pero mira que linda— admiró Mónica la foto de Luna cuando era pequeña y estaba junto a Lily y Bernie

—Sí, como los extraño— Luna sonrió levemente y siguió buscando más fotos pero en vez de eso al levantar lo que parecía un compartimiento —No puede ser

—¿Qué encontraste?— Luna le enseñó a su mamá —¿Una llave?

—No, no es cualquier llave, es la llave del cofre— Michel se detuvo en la entrada al escucharla

—¿Cómo estás tan segura?— preguntó Mónica un poco asustada

—Es obvio, mira, tiene el mismo modelo, el mismo color, se ve súper antigua... ésta es— suspiró para sonreír —Pero sólo habrá una forma de confirmarlo— se levantó y Michel entró al salón principal quedando justo enfrente de ella

—Luna, ¿estudiaste para el exámen de biología de mañana?— la castaña abrió sus ojos verdes alarmada

—No— cerró los ojos con fuerza —Ay, ¿cómo se me pudo olvidar?— cubrió su cara pero al instante quitó sus manos de ésta y miró suplicante al venezolano —¿Me ayudas?

—Claro— Luna sonrió agradecida y lo tomó de brazo para llevarlo al cuarto —Espera, debo enviar un mensaje primero, te veo arriba— ella asintió y se fue por la puerta hacia el comedor

Michel sacó su celular y entró en el contacto de Sharon

Tenemos problemas, Luna encontró la llave

Guardó el celular y fue a la habitación de Luna

∽※∽

—¿Qué haces con ésos lentes, Jazmín?— preguntó Delfi confundida

—Es para que nadie me reconozca, si lo hacen me empiezan a mirar feo— como siempre Jazmín respondió en un tono exagerado

—Aún no puedo entender quien pudo hacer una cosa así— negó mirando fijamente la pared

—Delfi, amiga— la chica de cabello azabache miró con atención a lo que diría su amiga —Pedro era el único que sabía

—¿Otra vez con eso?— Delfi rodó los ojos fastidiada —Él sería incapaz de una cosa así

—Igual deberías preguntarle— señaló con la cabeza por encima de su hombro, ella volteó y notó que venía Pedro con unos licuados que le dió a una pareja en los sillones frente a ellas

Decidió hacerle caso a Jazmín y se levantó interceptando a Pedro cuando quiso volver a la barra

—Delfi, ahorita estoy muy ocupado, hablamos luego— intentó irse

—Será un minuto, será un minuto, lo juro— unió sus manos indicando plegaria y Pedro suspiró

—Está bien— lo miró con atención

—Pedro, verás, alguien subió un vídeo mío y de Jazmín hablando de la falsa pelea y...

—No fuí yo— negó con el ceño fruncido

—Sí, obvio no fuiste vos, pero... ¿no le habrás dicho a alguien o..?

—No le dije nada a nadie— afirmó y su novia asintió con una pequeña sonrisa

—¿Seguro?— entrecerró los ojos no muy convencida

—Mira Delfi, en primera no puedo creer que estés desconfiando de mí de ésta manera y en segunda estoy muy ocupado para seguir aquí, con permiso— pasó por su lado sin dejarla ni despedirse

Delfi al ver su acción bajó la mirada triste y se volvió a sentar frente a Jazmín con un puchero

—Eso no salió muy bien, ¿no?— Delfina la miró ladeando la cabeza y Jazmín rápidamente tomó su licuado apartando la mirada de ella porque si las miradas mataran Jazmín estaría dos metros bajo tierra

∽※∽

—...y hubieras visto la cara de Luna cuando nos vió— Emilia miró a través de sus pestañas a Benicio y rodó los ojos seguidamente para fijar su vista de nuevo en su licuado que encontraba revolviendo con su barbilla afincada en la palma de su mano con aburrimiento —Estaba literalmente echando humo por las fosas nasales— rió y frunció el ceño al ver el estado de Emilia —¿Qué tienes?

—Mi perro se murió

—¿Enserio?— preguntó mirándola con preocupación —No sabía

—¿Cómo ibas a saber si todo lo que haces hablar de Emma o de Luna? Supuestamente no te gustaba ésa chiquita y no paras de hablar de ella, de cómo es, de cómo se ve, de cómo estornuda— golpeó la mesa levemente con ambas palmas de sus manos —Enserio cansas, Benicio— él trató de analizar cada una de sus palabras con su entrecejo aún fruncido

—¿Entonces tu perro no ha muerto?— Emilia se cubrió la cara frustrada

—Allá tú— se levantó con su licuado en mano y fue a sentarse a la barra sin darse cuenta quién estaba junto a ella

—¿Pasa algo?— preguntó Matteo mirándola interrogante y Emilia negó

—Estoy bien— forzó una sonrisa mirándolo y volvió a mirar su licuado

—No parece, la verdad— al no oír respuesta de su parte siguió hablando —Oye Emilia, pasaron muchas cosas entre tú y yo como para ahora tratarnos como un par de extraños, sólo te quiero ayudar— la tomó de la mano, su tacto hizo que se despertaran todos los sentidos de Emilia

—La neta no estoy segura de hablar contigo sobre un tema así— Matteo asintió comprendiendo

—De acuerdo, pero aún así te quiero preguntar algo— Emilia lo miró indicándole que siga hablando —¿Qué te parece ir al cine conmigo? Simón y yo íbamos a ver una película pero está muy ocupado trabajando

—Bueno...— dudó su respuesta —Odio ser la segunda opción, pero sí, tengo ganas de ver una película

—Bien, vamos, empieza dentro de poco— la tomó de la mano para salir rápidamente a los lockers donde buscarían sus bolsos

Benicio los observó desde su mesa con la mandíbula tensa y brazos cruzados

∽※∽

Luna asomó su cabeza por la puerta y al notar lo que hizo se regañó mentalmente

¿Quién podría estar allí?

Como sea, fue con la llave en mano al cofre, dispuesta y segura a abrirlo moría de ganas por ver que ocultaba Sharon en ése cofre. Tomó el libro y el compartimiento se abrió dejando ver el cofre, pero cuando estaba apunto de meter la llave oyó la puerta

—¡¿Qué hacés?!— volteó asustada al reconocer que era voz de Sharon

Al principio creyó que era producto de su imaginación o un sueño pero al ver que no despertaba, ni desaparecía, sólo se acercaba a ella molesta

—Dame la llave— al oír eso y notar como estaba apunto de quitársela, salió de su estado de perplejidad y lo primero que pudo hacer para reaccionar fue tirar la llave por la ventana

Sharon gritó y la miró molesta a Luna, ésa fría mirada le erizó la piel completamente, la señora Benson ahora pelirroja salió corriendo de la habitación y Luna tras de ella gritando que se detenga como si fuera a hacerle caso

Pero cuando llegó a la sala principal ya no estaba, había salido. Tocó su frente preocupada y Mónica y Miguel llegaron rápidamente donde ella por sus gritos

—¿Qué pasó, Luna?— preguntó Mónica

—Sharon estuvo aquí— susurró casi sin aire

Michel y Ámbar miraban la escena con preocupación desde lo alto de las escaleras

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