××Cap XIX××

Hola criaturitas uwu.

Como bien se habrán dado cuenta se trata de un capítulo normal, pese a que les había confirmado que este sería el final, sin embargo mientras escribía los borradores del último capítulo me di cuenta que era demasiado DEMASIADO extenso, tanto que ya llevo más de 3 apartados en mi bloc de notas jaja, así que decidí que la primera parte del final se subiera como un capítulo normal, ya que a decir verdad no hay mucha información relevante como para considerarlo parte del final.

Aunque estoy dando por hecho que la siguiente actualización será el final está por verse puesto que aún no termino los borradores así que será aún más extenso ;; de igual manera tengo planeado que ya sea el clímax, pero éste se dividirá en 2 o 3 partes, estaría actualizando el 10, 20 y 30 de Marzo (estas 3 fechas sólo en caso de que se divida en tres partes el final, sino sólo sería el 10 y 20 del mismo mes).

Despidiendome con un largo anuncio, sin más les dejo disfrutar del capítulo y como siempre, espero que sea de su agrado.

L@s quiero.~

Bye~

××Sam××

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Desde que la presencia del peliverde se hizo notar el ambiente de toda la escuela se tornó pesado, claro, la clase diurna seguía como si nada aunque no se podía negar una extraña sensación, por otro lado la clase nocturna se encontraba intranquila pues aquella presencia jamás la habían notado, sabían que era de la raza vampirica y que se trataba de un pura sangre por la imponencia que mostraba, muchos de esta clase atacaron con preguntas al director en busca de una respuesta a aquella presencia, pero éste simplemente daba vueltas al asunto, no daba nada en concreto pues al ahora saber que había un infiltrado en la escuela no podía revelar información tan a la ligera aunque probablemente éste ya estuviese al tanto de la situación.

Mientras tanto los tres chicos ahora más calmados luego de que el peliverde regresara en sí, se encontraban retomando sus planes anteriores, esta vez cambiando su fecha de partida para el día siguiente ya que el ojiverde aún se encontraba vulnerable y sería tedioso manejarse durante su huida si algo le pasara, ya comenzaba a oscurecer y el ocaso se dejaba ver a través del cristal de la habitación, la cual se alumbraba con una suave cortina de luz que iba dejando a su paso tal fenómeno. Pese a la hora que ya era el bicolor tenía que regresar a su dormitorio pero sabía que en cuanto llegara sería afestado de preguntas sobre que era esa presencia y el motivo de su ausencia., preguntas las cuales no podría responder y sinceramente no encontraba que decir en su lugar, no era posible evitar el tema sobre aquella presencia era obvio que se trataba de un vampiro, todos se conocían entre ellos y esa presencia era completamente nueva en el plantel no había manera de disuadir que todo era imaginación de ellos.

Y así pasaron las horas, luego de acordar que los tres pasarían la noche reunidos el ojiverde acompañó al rubio por su cena, ya que él aún no tenía hambre, mientras el bicolor se quedó en la habitación afinando los últimos detalles del plan, no se podía permitir alguna falla pues estaba seguro que ahora que había despertado el ojiverde seguramente su padre ya se habría enterado y un ataque estaría cerca.

Más cerca de lo que se imaginaban...

Tras haber cenado los jóvenes se dispusieron a conversar para relajar un poco la tensión sobre su próxima huida, el bicolor y el rubio comenzaban a conocerse un poco más, finalmente el bicolor les había contado a ambos chicos el origen de la cicatriz en su rostro y muchos otros aspectos de su vida. Continuaron así hasta que el sueño se hizo presente en ellos y decidieron dormir, mañana les esperaba un largo viaje y a saber hasta cuando consiguirían un momento para relajarse y descansar, como pudieron los tres se acomodaron en la pequeña cama y las quejas del rubio y el bicolor no se hicieron esperar "quita tu pierna", "hazte para allá" continuaron así hasta que finalmente un silencio llenó la habitación, por fin habían logrado dormirse.

Pasaron solo un par de horas cuando de la nada una estrepitosa alarma comenzó a sonar despertando a todos los del plantel, seguido de ello algo hizo cimbrar el suelo junto con los vidrios de las ventanas, el sonido de una explosión hizo saltar a más de uno y por las bocinas se comenzó a vocear "Esto no es un simulacro, favor de salir de las instalaciones en orden y silencio, reunirse con las autoridades en el centro del patio, en breves se les notificará la situación" anuncio que se repitió por más de 5 minutos, mientras que los alumnos somnolientos y algo alterados por la reciente explosión iban saliendo de sus habitaciones, algunos caminaban con pereza y otros iban empujando para que avanzaran rápido. El trío de jóvenes no fue la excepción, sin embargo ellos ya sabían de que se trataba todo esto.

—Deku, empaca sólo tus documentos, dinero y una pequeña muda de ropa, Bakugo de igual manera haz lo mismo, nos reuniremos en la oficina del director en menos de 10 minutos, ¿de acuerdo?- dicho esto y luego de que ambos chicos asintieran a las indicaciones salió presuroso de la habitación y se dirigió a su edificio para realizar las mismas acciones. "Mierda, mierda, mierda..." maldecía una y otra vez mientras guardaba sus papeles en un maletín "no preví un ataque tan pronto, ¿¡cómo pude dejarlo pasar!?" angustiado y con el ceño fruncido salió finalmente, agradecía que sus compañeros ya hubiesen desalojado el edificio, pues hubiera sido difícil zafarse de las preguntas.

-¡Kacchan!- luego de que el peliverde terminara de empacar sus cosas pasó a tocar la puerta del mencionado quien al paso de unos segundos salió de su habitación, ambos con una pequeña maleta colgando de sus hombros, el rubio sonrió ligeramente y tomó la mano del ojiverde para así disponerse a correr en dirección al punto de queda que habían acordado, al terminar de bajar las escaleras pudieron notar una tenue nube de humo que cubría todo el patio y sólo dejaba ver las siluetas de sus compañeros, los cuales se encontraban murmurando, buscando una respuesta a dicho caos, ambos jóvenes se detuvieron no les había dado tiempo de despedirse de sus amigos y ahora se veían en la necesidad de dejarlos a su suerte. El rubio sacó un pañuelo de su bolsillo y lo colocó sobre la nariz adversa hizo un ademán con su cabeza y entonces avanzaron sin mirar atrás.

-¿¡Bakugo!?- una voz conocida hizo detener al mencionado deteniendo a su par el peliverde quien miró confundido hacia atrás en busca de esa voz, hasta que una silueta se aproximó a la pareja -¿A dónde vas?- miró al ojiverde y de inmediato corrigió -¿A dónde van? El director dijo que nos quedáramos en el patio...-

-Kirishima... No tengo tiempo de explicar esto sólo quédate aquí y espera al director, me pondré en contacto contigo, lo prometo- sin más el rubio tomó nuevamente la mano del peliverde y continuó su camino, dejando confuso al pelirrojo quien los miraba con preocupación desde la lejanía. El ojiverde se mantuvo en silencio durante el corto camino buscando de dónde había surgido la explosión, pero el humo que ya se había esparcido aún más no le dejó ver más allá del edificio de administración, donde se hallaba la oficina del director. Finalmente llegaron a la oficina agitados y jadeantes, se tomaron un respiro y tocaron la puerta la cual se abrió de inmediato dejando ver al bicolor quien con sólo un ademán cuestionó si todo se hallaba listo a lo que ambos chicos asintieron en respuesta, entonces se adentraron observando al director al fondo de la habitación.

-Lamento que la seguridad no haya sido suficiente para repeler el ataque- comentó el mayor lamentándose de la situación, mientras que entre sus manos tomaba una delgada pila de documentos que se encontraban sujetos con un clip -Logré terminar sus papeles a tiempo- se acercó con prisa y entregó dicha pila al bicolor.

-¿Se sabe algo sobre el atentado?- preguntó el rubio con intriga a lo que el mayor negó suavemente con la cabeza.

-Los de seguridad reportaron unos minutos antes que todo se encontraba tranquilo pero de un momento a otro se cortó la comunicación y seguido de ello se escuchó la explosión, parece que detonaron una bomba en la entrada principal de la institución, de ahí no se ha escuchado nada más, supongo estarán a la espera de una respuesta o bien poder localizarlos- miró al trío y suspiró -No tienen mucho tiempo- se dirigió a un librero y entonces comenzó a moverlo a un lado dejando ver una pequeña puerta -Este atajo lleva al sótano del edificio cuando lleguen ahí caminan a mano derecha hasta topar con pared, luego a la izquierda y nuevamente a la derecha al final verán una reja asegurada con una cadena y un candado- de unos de los cajones de su escritorio sacó una pequeña llave y la entregó al rubio -Esta llave abre tal candado, este camino los llevará a la parte trasera de la escuela sin ser vistos pero de igual manera deben tener precaución al salir, cuento con que tu padre no sepa de tal salida- al decir esto último su mirada se vio dirigida al bicolor.

-Muchas gracias director- agradeció el ojiverde realizando una reverencia, acción que imitaron sus acompañantes.

-No agradezcas, te lo debía- comentó con una suave sonrisa dando unas palmaditas sobre su hombro, el peliverde sonrió entre lágrimas y sin más se abalanzó contra el mayor.

-Siempre lo vi como a un padre- murmuró entre sollozos -Me despide de Inko-san, por favor le debo demasiado, y dígale que no se preocupe por mi que estaré bien y en cuanto pueda me pondré en contacto con ella, ¿si?- se apartó sólo para mirar el rostro de su contrario quien le regalo una sonrisa reconfortante mientras asentía suavemente -Gracias de nuevo-

-Yo también te aprecio mucho Izuku, te vi crecer y te quiero como a un hijo- comentó y separó al peliverde -Vete tranquilo, yo le explicaré todo a Inko- sonrió con tranquilidad, sin embargo una nueva explosión rompió el momento, esta vez los gritos de los alumnos hicieron eco por toda la institución, el mayor se puso en marcha y empujó a los tres chicos hacia la puerta -Corran, en cuanto lleguen háganmelo saber-

-¡Si!- los tres respondieron al unísono y comenzaron a bajar las escaleras el bicolor encendió una linterna pues a mitad de escalera la puerta detrás suyo se cerró siguieron el camino tal y como se los indicó el mayor hasta que finalmente vieron la luz de unos faroles, retiraron la cadena sin hacer mucho ruido y tras asegurarse de que no hubiese nadie cerca salieron con sigilo.

Caminaron semi agachados bajo la sombra de los árboles, en un par de horas comenzaría a amanecer y tenían que moverse rápido si no querían ser vistos a mitad de camino, a lo lejos lograron divisar un conjunto de camionetas que rodeaban todo el frente de la escuela, de una camioneta que se hallaba detrás de las demás se vio una silueta rubusta que descendía del vehículo el bicolor se detuvo de inmediato, era su padre.

-¿Todoroki?- lo miró preocupado el ojiverde.

-¿Qué pasa?- cuestiono el rubio y entonces miró a la misma dirección en la que miraba el contrario, vio aquella silueta sin embargo no sabía a quién pertenecía.

-Es mi padre... Si él está aquí significa que está decidido a sacar a Deku del colegio... No quiere fallas-

El ojiverde abrió grande sus ojos y miró preocupado a dónde el par miraba -Tal vez debería regresar, ustedes pueden irse no quiero que tu padre te repreenda por ayudarme...- comentó mirando al bicolor quien de inmediato negó ante su idea.

-Ni loco te dejo en sus manos, ¿oíste? Él.... Él no conoce la piedad, ni la palabra sensibilidad...- conocía perfectamente los modismos de su padre a la hora de ajustar cuentas, agregaba el hecho de que eso era hace años, ahora quién sabe qué maneras habría adoptado.

-Pero... Sólo pondré en riesgo a los demás, al director, a mis amigos y mis compañeros...- hablaba con la voz temblorosa, se podía notar también un ligero temblor en sus manos.

-Esto iba a ocurrir tarde o temprano, estuviéramos aquí o no, no hay que complicarle las cosas al director, ya hizo suficiente con sacarnos de aquí a escondidas, si regresamos habrá sido en vano sus esfuerzos, ¿comprendes? Además no pueden hacer de esto un lío grande ya que llamaría la atención de la prensa... Y se revelaría la existencia de otros seres- tomó de la mano al peliverde ignorando el hecho de haber visto a su padre., miró al rubio y con un ademán iniciaron su recorrido.

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