××Cap XIV××
Tras todo el ajetreo de ese día la noche transcurrió de manera tranquila, por fin ambos chicos habían podido descansar en total armonía en compañía del otro, el peliverde no solía ser de sueño ligero sin embargo esta vez el cantar de las aves anunciando las primeras horas del día irrumpieron sus sueños, con pereza abrió sus ojos percantandose que se hallaban abrazados, una sutil sonrisa adornó sus labios podía acostumbrarse a dormir así con el rubio, es más podía asegurar que ya se había acostumbrado, suspiró volviendo a recargar su rostro sobre el pecho del rubio relajandose con el suave vaivén de su respiración, hoy era el día en el que probablemente se decidiría su futuro, dependiendo de lo que hubiese investigado el bicolor.
[...]
Después de todo el peliverde había retomado su sueño y el rubio era quien ahora se hallaba en movimiento luego de lograr levantarse sin despertar al contrario comenzó con sus labores no sin antes haberle dado un beso en la frente al ojiverde cosa que le recordó a cuando dormían de pequeños, a falta de cuartos se veían obligados a compartir cama aunque nunca lo demostró siempre le reconfortaba cada que dormían juntos siempre ocultaba su sentir mostrándose como alguien uraño, de alguna manera le ayudaba a sentirse seguro y no como alguien débil o de poco carácter. Tras ese pequeño viaje en el tiempo se retiró a su cuarto tomando una ducha y yendo por el desayuno de ambos, de camino se topó con el director quien acostumbraba a dar rondines por las instalaciones el cual aprovechó para hacer llamado al rubio para indicarle la hora en que se acordó la reunión entre los jóvenes y el mayor. Sin más el rubio tras pasar por el desayuno regresó a la habitación del peliverde quien aún se hallaba en un profundo sueño, con cautela se acercó tomando asiento en la orilla de la cama, comenzando a acariciar los mechones desaliñados del ojiverde, sin haberse percatado un resplandeciente carmesí adornaba sus mejillas y una mirada enternecida dirigida al contrario; estaba dentro de un pequeño trance admirando lo lindo que lucía el peliverde, que no se había logrado percatar que éste ya se hallaba despierto.
—¿Kacchan?...— Murmuró abriendo sus ojos con pesadez, el mencionado de inmediato se apartó y carraspeo la garganta.
—Nerd... Te traje tu desayuno— apesar de que se quería mostrar serio el notable nerviosismo en su voz le delataba, además, ¿"nerd"? ¿Hacía cuánto que ya no le llamaba de esa forma? Se dio una bofetada mental y sólo esperó a la respuesta del contrario.
—¿Nerd?... Vaya...— comentó el recién levantado tallando sus ojos mientras se incorporaba, para después mirar al rubio con tristeza.
—Lo siento, no quería llamarte así... Solo que me asustaste...— se mostró arrepentido llevando su mano a su nuca y desviando la mirada con culpa.
—Está bien, no debí interrumpir lo que estabas haciendo— Sonrió suavemente y acomodó su cabello —Me agradaba la manera en que acariciabas mi cabello—
—Ah... Te percataste...—
—Estaba despierto desde que te sentaste en la cama, solo tuve curiosidad en ver qué harías— su sonrisa se ensancho y el rubio solo desvió la mirada nervioso, para después dirigirse a la charola con la comida.
—Toma— entregó la charola al peliverde y seguido se sentó a su lado —El director nos verá a las 2:00pm en su oficina, junto con Todoroki.—
—Hoy es el día por fin, eh...— murmuró por lo bajo mirando su comida y juguetenado con los palillos, el rubio al mirar su semblante posicionó su mano sobre la del peliverde.
—Eh, pase lo que pase yo estaré ahí, iré contigo hasta el fin del mundo— Sonrió suavemente tratando de reconfortar al contrario quien le devolvió la sonrisa sin dudar.
—Gracias— su mirada se iluminó y con ello sus ojos brillaron ante las lágrimas que se hacían presentes, era extraño recibir tan lindas palabras provenientes del rubio, sin embargo, no negaba que le otorgaba un calor abrazador en su alma y corazón, entonces dejó de lado su comida y de su mueble de noche sacó su libreta, presuroso anotó este detalle en la sección de Bakugo y antes de que el rubio pudiera pronunciar palabra guardó su libreta.
—¿Qué anotaste?— miró donde guardó la libreta y luego miró al ojiverde.
—Nada— Sonrió y retomó su comida.
—Sé que esa libreta la usas para escribir características de las personas, ¿qué escribiste?— el peliverde se hallaba sorprendido usualmente trataba de ser discreto, cargaba con esa libreta siempre, en el aula tenía compañeros bastantes interesantes, sin embargo, la mayoría de la libreta estaba repleta de datos sobre Bakugo y Todoroki.
—Ah... Mmm, pues sí, la uso para eso... — desvió la mirada avergonzado.
—Bien, entonces, ¿qué anotaste?—
—Tu actitud en estos últimos días, es interesante, ¿sabes? Es una etapa que nunca había visto, eres alguien completamente diferente pero sigues conservando tu esencia, de una forma u otra sigues siendo el Kacchan de siempre, reservado y precavido, pero a la vez tan romántico— todo esto lo expresaba con una enorme sonrisa en su rostro mientras sus ojos sólo brillaban más y más, como si se encontrara describiendo a una de las siete maravillas del mundo o un enigma jamás resuelto. El rubio no sabía si sentirse halagado o asustado, parecía que el ojiverde lo conocía más de lo que él mismo lo hacía.
—Jaja... Vaya, me conoces bastante bien, eh— tomo aire y asimiló todo.
—Bueno... Conozco lo suficiente, por eso me gus-...— se reprimió y de inmediato su rostro se tornó rojo cual tomate desviando su mirada, el rubio solo lo miró asombrado y formó una suave sonrisa, tal vez el contrario no se encontraba listo para decir las palabras y lo entendía a la perfección, solo se encogió de hombros y fingió como si no hubiese escuchado nada, el peliverde suspiró y trató de calmar su agitado corazón, buscó distraerse en la comida llevando pequeños trozos a su boca.
[...]
Al fin era la hora, el rubio había acordado pasar a recoger al ojiverde quien lo vería en la entrada de los dormitorios, cuando pasó por él tomaron dirección al despacho del director y de camino se encontraron con el bicolor quien sonrió al mirar al par.
—Hola Deku, Bakugo...— hizo una pausa para mirar al mencionado quien solo asintió, el bicolor volvió a sonreír y se posicionó a lado del peliverde. El rubio lo había estado observando, ya no era su rival, ahora era su amigo o eso trataban de aparentar pero tal parecía que el bicolor iba en serio al querer hacer las pases, sin embargo, no pudo sacar de su mente la sonrisa que le regaló el contrario, odiaba admitirlo pero lucía bastante bien en su rostro, le daba una armonía a su tez pálida.
Sin más reaccionó al ya encontrarse frente al despacho la voz de ambos llamándolo lo devolvió a la tierra, ofreció una disculpa y se dispusieron a tocar, tras el paso de unos segundos las puertas se abrieron de par en par dejando ver la silueta del mayor quien se hizo a un lado para dejar pasar a los chicos.
—Me alegro que ya no peleen— comento refiriéndose al bicolor y al rubio quienes se hallaban tomando asiento.
—Nos percatamos de que no servía de nada discutir y que sólo causabamos problemas para Deku, ¿verdad, Kacchan?— cuestionó el bicolor mirando al mencionado, en éste se pudo ver la cara de escalofríos que sintió al oír la manera en que se refirió a él y sólo pudo asentir.
—Me parece perfecto, pues bien al grano, Todoroki haznos el favor de compartir tu investigación— el mayor tomó asiento en su silla y esperó a que el bicolor hablara.
—De acuerdo— se levantó de su asiento y se colocó en el centro de la habitación —Bien, lo que sospechaba hay un infiltrado entre el alumnado...—
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Y ahí lo dejo porque ya se alargó el capitulo jsjsjs.
Hola criaturitas.
Lamento la demora del capítulo y también que haya sido un tanto de relleno jaja, pero de igual manera espero que haya sido de su agrado, sin más, l@s veo en la siguiente actualización.
L@s quiero.~
Bye.~
××Sam××
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