××Cap XI××
Tras el paso de sólo unos minutos y luego de que los sollozos cesaron, el suave sonido de la sutil respiración del peliverde junto con el relajante subir y bajar de su pecho llenó de tranquilidad al rubio, no se imaginaba cuán agobiante era para el ojiverde toda la información que había recibido sin embargo estaba seguro que no se apartaría ni un segundo de él, y si no podía hacer algo al respecto esperaba que al menos estar con él lo enmendara, se encargaría de hacerle saber que contaría con él para todo.
Aprovechando la situación se tomó el atrevimiento de enredar sus falanges entre el sedoso y verduzco cabello del contrario peinandolo y jugueteando con algunos mechones, esperando no despertarlo con su otro brazo rodeó el delgado cuerpo ajeno y lo pegó a él con una fuerza lo suficientemente moderada pero que reflejaba una sensación como si no quisiera dejarlo ir, enterró su rostro entre la malena adversa y aspiro con suavidad su aroma, el cual recorrió su cuerpo otorgándole una armonía, sensación que sólo obtenía cada que estaba con el peliverde, al paso de unos minutos, aquel par había quedado profundamente dormido.
[...]
Al despertar el ojiverde sintió la ausencia en la cama a ciegas con su tacto buscó con desespero la presencia del rubio al no obtener resultados se vio forzado a abrir los ojos —¿Kacchan...?— Cuestionó incorporándose con cuidado y tallando sus ojos miró a su alrededor buscando algún rastro, cuando se disponía a levantarse el sonido de la cerradura de su puerta resonó y la figura de quien buscaba se asomó, un sentimiento de alivio inundó el pecho del peliverde y con ello trajo en su rostro una sutil sonrisa —Creí que te habías ido...— jugueteo con el borde de su sábana bajando su mirada.
—Dije que estaría contigo a pesar de todo... Solo fui a mi habitación a ducharme y cambiarme... El director dijo que podíamos faltar hoy a la escuela— en manos traía un par de charolas las cuales dejó sobre la pequeña mesa para después dirigirse a la cama del contrario y sentarse en la orilla de esta —Dijo que no te molestaría con el tema pero que es necesario hablar mañana de ello... Parece que tiene novedades sobre el asunto—
El peliverde asintió suavemente y dejó escapar un suspiro pesado llevando sus manos a su rostro las cuales frotó con fuerza, sin retirar sus manos sus falanges se separaron dejando una abertura en la cual apenas se lograban divisar sus ojos y apenas audible se le escuchó hablar —Kacchan, gracias por todo... Pero, ¿podríamos ya no hablar de eso?— preguntó por fin retirando sus manos y expectante de una respuesta lo miró atento pidiéndole con la mirada que aceptara su petición.
El rubio ya esperaba algo así, sólo quería informar sobre ello así que sólo sonrió suavemente y asintió, levantándose nuevamente y yendo a donde había dejado las charolas —Traje el desayuno de la cafetería, parece que el director pidió que prepararan tu comida favorita— rió entre dientes y le entregó su charola junto con los palillos procediendo a sentarse a su lado y comenzar a comer, el ojiverde miró la comida y formó una pequeña sonrisa tomando entre sus dedos ambos palillos y comenzando a comer con calma sin embargo su apetito no era muy grande en esos momento así que sólo comió un par de bocadillos más y dejó la comida a un lado, el rubio al percatarse de ello formó una pequeña mueca, dejando descansar sus manos junto con la charola sobre su regazo se dedico a mirar al ojiverde el cual al darse cuenta de la mirada sobre su persona con pena hizo contacto con el contrario y cuestionó.
—¿Pasa algo?— su mirada no se mantenía en un solo punto, la mirada juzgadora que le dedicaba el rubio sólo le ponía nervioso inevitablemente un suave carmesí tiñó sus mejillas hasta que su mirada finalmente fue a dar a su comida, fue entonces que entendió el porqué de aquella filosa mirada, dejó salir una pequeña risa y tomando valentía miró al rubio entonces pronunció —No tengo mucha hambre, lo siento...—
—Debes de comer algo... Disfruta de la comida, dependiendo tu elección ya no tendrás la oportunidad de saborear algo igual...— por lo que sabía, los vampiros ya no podían comer los alimentos de los humanos pues estos ya no tenían sabor para ellos, al contrario les provocaba asco, si eso era cierto esta podría ser la última comida de Izuku. Al salir de sus pensamientos notó la mirada del ojiverde, como si le clavara filosas cuchillas, se dio cuenta de lo que había dicho —Lo siento... Habíamos acordado no tocar el tema... Perdón— suspiró y dejó su comida a un costado tomando la del peliverde, entonces sujetó los palillos y tomó comida entre ellos, miró al contrario quien atento observaba sus acciones, al darse cuenta de lo que haría el ojiverde sonrió suavemente y sin que el rubio diera indicación alguna entreabrió sus labios, entonces el adverso introdujo la comida con cuidado, evitando derramar algo.
Tras pasar bocado el peliverde miró al rubio y sonrió, tal vez el contrario no se había dado cuenta pero aquella acción le había otorgado un sentimiento cálido, su corazón había sido abrazado por una calidez inexplicable, al sentir aquello sus ojos se cristalizaron —Muchas gracias, Kacchan...— sin más comenzaron a salir pequeños sollozos silenciosos, Bakugo se quedó helado por unos instantes sin saber que hacer miro por unos segundos al peliverde y sin más lo abrazó no sin antes poner en un lugar seguro ambas comidas, aún no sabía el porqué del llorar del contrario sin embargo sentía la necesidad de abrazarlo.
—No agradezcas... Te daré de comer las veces que quieras— dejo salir algunas risillas sonoras y comenzó a acariciar su cabello siento la un tanto agitada respiración del contrario, buscando relajarlo con aquellas caricias.
—Quiero que vengas conmigo...— comento el ojiverde de repente, provocando que las caricias adversas se detuvieran fue entonces cuando se separó un poco y miró al rubio quien extrañado aún sin entender a qué se refería lo miraba expectante de una explicación —He decidido recobrar mis recuerdos... Por lo que me volveré un vampiro puro, si es verdad lo que dijo el director tendré que abandonar la ciudad junto con Todoroki, pero no quiero dejarte a ti... No sé si el transformarme cambiará algo de mi, mi personalidad mis recuerdos, no lo sé, pero quiero que seas tú quien me ayude a conservar algo de mi humanidad, y si mis recuerdos fallan tú serás quien me recuerde cada uno de los acontecimientos más importantes de mi vida... ¿Aceptas venir conmigo?— todo este rato había mantenido su vista baja, sin embargo de un momento a otro cualquier luz se vio opacada y de repente una sensación cálida se posó sobre sus labios algo alcolchonado los presionaba y un calor abrazador sujetaba sus mejillas, sobrepuso sus manos en aquel calor y presionó con fuerza aquellos falanges, ahora sabía de qué se trataba, sus ojos con una mirada suave fueron a dar al rostro de quien ahora mismo lo besaba, sentía como una corriente cálida recorría su cuerpo y su pecho ardía, su corazón estaba tan acelerado que juraría se podría escuchar a kilómetros de distancia, aún no definía qué es lo que sentía por Bakugo, pero sabía que sino fuese algo semejante a lo que el contrario sentía por él ahora mismo hubiese rechazado el beso.
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Holaaaaa criaturitas.
Por fin después de mucho tiempo me atrevo a subir el siguiente capítulo, ofrezco mil disculpas por decirles que actualizaría más seguido pero pues por cuestiones no se logró, esta vez no les diré que el siguiente mes actualizaré, el capítulo llegará cuando mi flojera me permita escribirlo jsjsjsjjsjs, perdón por ser una escritora tan floja ;;;;
También sé que la historia dice todobakudeku, claro que lo habrá, sólo que pues aún está en proceso así que no se agüiten, si tendrán su todobakudeku u.u
Sin más me despido y está vez espero no demorar tanto con el capitulo :(((
L@s quiero mucho.~
Bye.~
××Sam××
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