"Rohypnol"
Parte 1
Estar enamorado de la persona que cuido de ti como un hermano pequeño es algo que te deja con un extraño sabor de boca. Era raro al principio para Izumi Kota asumir la idea de que se había enamorado perdidamente de su vecino Izuku midoriya, era algo muy fuera de lo común para él, saber que comenzaba a ver a ese peliverde de hermosas pecas y sonrisa radiante con otra clase de ojos. Si, era algo raro y puede que hasta enfermo, pero en realidad era algo normal y hormonal, cómo en cualquier adolescente
Porque.. Todo adolescente en algún punto de su vida se a enamoro de alguien mayor, ¿no?
Era normal, no era raro, pero Izumi tenía tan sólo quince años, y la persona que tanto amaba, más de veinticinco, aunque en comparación, eso no se lograba distinguir. Pues si era correcto decirlo, Con un pequeño cambio de vestimentas Izuku midoriya podría hacerse pasar por un joven estudiante de preparatoria, Maldito sea su apariencia y tamaño de niño que lo obligaba a siempre cargar con su credencial a cualquier lugar al que iba, ¿Y Kota?, Bueno, él era un chico muy desarrollado, superando por 10 centímetros la altura de 1.72 que el pobre peliverde estaba condenado a no superas más, y claro que para cualquiera, era humillante y vergonzosos decirse adulto a lado de ese monumento de chico
Apuesto, inteligente y reservado. Izumi tenía a todas las chicas hacer filas como perras en brama detrás de él, pero la única perra que quería que se pusiera en cuatro y se ofreciera a él con su trasero en el aire ,era Izuku, su gran amor, su gran deceso prohibido y el rey de sus constantes noche de faena
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Escondido en algún rincón de la escuela un alto chico pelinegro y mirada penetrante espera impaciente a uno de sus compañeros con el que había hecho un tentador acuerdo a cambio de su silencio, Izumi Kota era un alumno muy prestigioso de la más famosa academia Yuei, alguien honorable y tan respetable como él sería perfectamente escuchado si dijera que alguien dentro de la escuela se encargaba de distribuir drogas, y claro que el acusado sería expulsado o despepitado. Pero hasta los mejores ángeles del cielo son tentados, e Izumi no era la excepción, aprovechándose así del momento y callar sus labios a cambio de una droga muy especial
- ¡Ya era hora de que llegaras!- Se quejó molesto una vez el compañero que esperaba se dignó a venir
- Estaba ocupado con cosas más importantes Kota.. ¡Ten! con esto cerramos el trato- El extraño chico de capucha negra la cual cubría su rostro, sacó rápido una diminuta bolsita de plástico de su sudadera y fastidiado se la lanzó a su chantajista
- ¿Estás seguro que esto servirá?-Preguntó serio el pelinegro viendo a contra luz el contenido de la bolsita que era únicamente un par de pastillas
- ¡Muy seguro!, con esta cosa tendrás a quien quieras y no recordara nada.. Así que cumple tu parte del trato y mantén tu maldita boca cerrada ¡¿Okey?!- exclamó el extraño para recibir una sonrisa de soberbia de parte de Kota
- Lo haré... - Respondió para meter su deseada mercancía en el bolsillo de su saco y comenzar a caminar pasando de largo a su compañero
- ¿Y con que chica usaras esa cosa?.. Que yo sepa todas andan detrás de ti.. Si lo quisieras cualquiera de ellas se abriría de piernas si tan sólo se lo pidieras...- detuvo su paso y soberbio Kota sonriso nuevamente, esta vez con masilia
- Hah.. Eso es algo que a ti no te incumbe. Yo sé muy bien en quien lo usare... y para la próxima.. Cuida bien donde vendes tus porquerías.. - Ordenó engreído ejerciendo nuevamente su andar
- Tks.. Maldito infeliz.. - Dijo una vez se quedó solo aquel extraño chico para después retirarse de su punto de reunión
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Caminando devuelta a casa Izumi posaba sus ojos en el piso de graba, perdido en sus pensamientos, tratando de ignorar a la voz en su cabeza que le decía que lo que quería hacer no era correcto, y sabía que no lo era, no era justo tener a la persona que amaba de la forma que pensaba hacerlo, pero no había otra forma, no después de ser testigo del peor acto que pudo presenciar en su vida. Ver a su Izuku besándose tan acaloradamente con un maldito infeliz de cabellos rubios cenizos
Esa escena, esa repugnante escena simplemente le rompió el corazón que se convirtió en una inmunda masa negra llena de odio, rabia y dolor; recordar esa escena lo hizo recordar perfectamente su propósito, Tomar sin permiso lo que le pertenecía, lo que era suyo y lo que el tanto deseaba. La embriagante sensación de ese hermoso y pecoso cuerpo tendido a su merced
A pocos pasos de su hogar, no prestaba ni una sola atención a su ambienté vespertino y sólo contaba mentalmente a que las horas pasaran para poner en marcha su plan
- ¡Kacchan No! - Esa voz que conocía tan perfectamente sacó a Kota de sus pensamientos insanos y ante la exclamación vio cómo su amado peliverde salía hecho una furia del auto de su maldito amante
- ¡Vuelve aquí Deku!¡Tú y yo no hemos terminado! - Escuchó la exclamación de ese sujeto
Estaban discutiendo, ambos parecían muy enojados, ¿Qué era lo que había pasado entre ellos?, no lo sabía, y tampoco le importaba, Sólo se sentía malditamente feliz de verlos pelearse
-¡Te dije que lo olvides! ¡tú y yo ya.. -y como si una daga se incrustara en su pecho, su sonrisa se borró al ver como ese maldito sujeto besaba a su Izuku
Se llenó de rabia, sentía como la oscura masa negra que tenía por corazón subía hasta su garganta, apretó con fuerza sus puños, quería separarlos, alejarlos y golpear con todas sus fuerzas el rostro de ese maldito que le quitaba la atención de su pecoso. Pero no hizo nada, sólo gruño cual perro hambriento y corrió en dirección a su hogar
Si tan sólo se hubiera quedado un poco más, hubiera sido testigo del rechazo de Izuku hacia ese pelicenizo y ver como este lo corría de su propiedad y de su vida...
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Entre lágrimas y la negación a querer probar bocado Izumi veía con dolor al otro lado de su ventana esa hermosa casa frente a su morada, recordando con tanta nostalgia cuando corría por todo ese verde césped en compañía de Izuku, cuando hacían pequeños días de campo y jugaban con sus juguete a pesar de que Izuku tenía los dieciocho años cumplidos, era hermoso, quería regresar a esos tiempos, en donde sólo eran ellos dos contra el mundo. Pero todo cambio creció, sabía muy bien que no sería correspondido, que nunca lo siria y eso le dolía, le dolía, pero también lo llenaba de odio
-¿Porque no me quieres?..¿Porque no me puedes amar cómo yo te amo a ti Izuku?.. - le preguntaba a la nada mientras escondía sus ojos llorosos detrás de la palma de su mano
Ya no podía soportarlo más, Si el amor de Izuku no era suyo, por lo menos lo sería su cuerpo, sus gemido de dolor y su hermoso rostro cubierto de lágrimas y de su propio semen, Lo haría suyo de las formas más retorcidas que su cabeza podría imaginar... e Izuku no recordaría nada después de eso
- Te haré mío .. Haré que por una noche me veas como realmente soy..- Sus celos lo había cegado. Y lleno de dolor espero a que la noche cayera por completo
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~03:00 am~ Horario de ultratumba, hora en la que todos los demonios se alzaban y los más enfermos seres ponían en marcha sus fechorías
Con el acenso de la luna llena como testigo de un acto cruel, Izumi entró como dueño principal de la propiedad, usando la llave de repuesto que sabía muy bien donde lo ocultaba su pecoso, se adentró a pasos lentos mirando con atención a cada uno de sus pasos inmersos en la negra oscuridad. Un mal paso, un maldito mal paso fue el causante de que un pequeño jarrón de porcelana cayera y diera aviso de su presencia
Con un sueño extremadamente ligero Izuku se despertó de golpe, nervioso tras la amenaza de su ex pareja, tomó con temor un pequeño bab de madera que tenía oculto debajo de su cama y se armó de valor para salir de esta y defenderse así de la posible agresión
- ¡S-sea quien sea! ¡Y-ya llame a la policía y llegaran pronto!- Mintió e Izumi lo sabía muy bien, ya que el único teléfono que Izuku tenía estaba justamente en la cocina
El invasor no dijo nada, se escondió entre la oscuridad de la planta baja de la casa esperando a que su víctima bajara
Muerto de miedo el pecoso bajo el último escalón de su segundo piso, cada rechinido de sus pies contra la madera le erizaban la piel y el silencio intenso sólo lo mataba más, Miro a todos lados sin ningún sentido debido a la oscuridad que invadía su espacio, cada rechinido parecencia más intenso, estaba dispuesto a ir a la cocina para cumplir su amenaza. Llamar rápido a la policía y si era posible salir corriendo por la puerta trasera
Pero fue demasiado tarde
Ya era víctima de un atacante desconocido a su vista tras de él, sosteniéndolo con fuerza de la cadera con la presión de un brazo izquierdo mientras que con la audacia de una mano derecha lo obligaba a ingerir algo, pataleo y se negó a ingerir, pero los suaves aunque veloces masajes contra su cuello provocaron que se lo tragara y su cuerpo se fuera debilitando de repente
-¡¡Shh!! ¡Shh!..No tengas miedo Izuku ..Lo vamos a pasar muy bien - esa voz, era la misma que la de Kota
Y efectivamente. Era él, ante sus ojos al ser girado y obligado a ver a la cara su atacante
- ¿Ko-kota-kun porque..- balbució triste, temeroso y sobre todo confundido
- Shh.. Sólo quiero que sepas cuanto te amo Izuku.. Así que.. Déjame disfrutar esta noche contigo... - dijo con una sonrisa muy diferente a la que Izuku estaba acostumbrado a ver
- No.. no Kota.. esto .. no esta.. - Débil trato de negarse ante los brazos del más alto, pero los fuertes mareos que su cabeza comenzaban a sentir lo orillaron a caer más en ellos
- Shhh... No digas nada más... -Ordenó el pelinegro entre susurros rozando sus labios contra esa pecosas mejillas calentándolas con su respiración
Y como la más delicada tela de seda, Cargó a Izuku entre sus brazos para subir poco a poco las escaleras del segundo piso e ir en dirección a su habitación
Lo recostó con delicadeza sobre la cama abalanzándose con lentitud sobre él y besar con exquisitez cada peca de esas rojas mejillas, descendiendo poco a poco hasta su cuello y quitar cada botón de esa pijama que le impedía besar más
- Aah.. Izuku- Susurro contra su oído lamiendo el contorno de sus ojeras recorriendo toda esa rosada lengua hasta las tetillas del pecoso
- ¡Aah! no.. K-kota.. N-no así...- Izuku balbuceaba débil pero aun semi cociente
Trato de apartarlo a Kota de él, pero era inútil, esa cosa que había tragado lo debilitaba, a tal punto, de que sentía su cuerpo completamente dormido pero capas de sentir todo el caliente tacto contra su piel, Sus manos ya no le respondían y su cuerpo se sentía cada vez más ardiente y pesado
De oídos sordos el pelinegro no le prestó atención a sus jadeos pausados, sólo se concentró en lamer con recelo esos erectos pezones y masajear en forma circular su miembro
- Aah.. Te haré sentir bien Izuku... por esta noche .. Dejaras de verme como un maldito niño- escuchó la ronca voz del menor sintiendo al unísono cómo la parte baja de su pijama era retirada junto con su ropa interior
Excitado, Kota acaricio con la planta de sus dedos todo el suave abdomen de su débil pecoso, deleitándose con los pequeños espasmos que ese delicado cuerpo sufría, con las yemas de sus pulgares, comenzó a dar masajes circulares a los testículos de Izuku deslizando sus manos para ir abriendo con lentitud sus pierdas y ver el contorno aduraznado de esos suaves glúteos
Dejo caer con morbo en la palma de su mano una espesa cantidad de saliva mezclándola entre sus dedos para después dejar caer un viscoso hilo de saliva en el recto del pecoso, Se acomodó bien, pegando con la palma de su mano libre el cuerpo del peliverde al colchón en el momento que este se trataba de impulsar un poco para escapar
- Shh... Te va a gustar - Dijo ronco con la voz más que acalorada para ir metiendo un dedo en el ano de su amado peliverde
Un quejido de dolor tan sordo y débil no le impido profundizar más su extremidad al punto de querer sentir más esas viscosas paredes que succionaban su dedo, Deleitado mordisqueo la comisura de su labio inferior por ver a tal hermoso ser retorciéndose y respirando con más complicación, Sonrió con malicia y bajó la mirada al hinchado botón rozado que succionaba su dedo para insertar sin delicadeza dos dedos más, comenzando a dar suaves estocadas al interior del pecoso
Era Suave, exquisito y podía sentir como sus dedos se calentaban al ser envueltos por esas delicadas paredes de coral, Gruño cual león en celo. Ya no podía aguantar más la excitación, y el palpitar de su miembro escondido en sus pantalones lo estaba volviendo loco
Jadeo desesperado retirando sus dedos y desabrochar con torpeza sus pantalones
- Aah...Kota.. no lo hagas ... no porfa...por favor..- suplicaba el pecoso con dificultad perdiendo el aliento a cada palabra
- ¡Lo haré!..¡Porque eres mío Izuku.. Eres mío y no soporto verte en los brazos de alguien más!- Exclamó dolido ante el rechazo de su amado, dejando al descubierto su miembro y así de una sola estocada penetrar por completo el caliente interior del pecoso- ¡¡A-aah!!
-¡A-aah!.. ¡Kota!... ¡N-no!...- no hizo caso, estaba harto de escuchar solamente su negación
Queriendo escuchar únicamente sus gemidos recargo todo su cuerpo enésima del pecoso abrazándolo de la nuca y la cintura y comenzando a darle fuertes estocadas siendo él, el que gemía con más fuerza e intensidad al sentir como su miembro era succionado por las paredes anales del pecoso y la tela de su playera rozaba descaradamente contra la erección de su amado. Quería más, quería sentirlo más, quería que Izuku se enteraba de cuanto lo amaba y de lo loco que lo estaba volviendo su rechazo, Deslizo rápido la mano que lo abrazaba por la cintura y esta misma la uso para abrir más la pierna izquierda del pecoso profundizando con más fuerza su penetración a tal grado de sentir como tocaba el punto sensible de su débil rey, chocó demasiadas veces contra esa zona, su glande rozaba tan embriagadoramente la próstata de Izuku corriéndose así dentro de él, provocando que este hiciera lo mismo sobre la parte abdominal de su playera
- ¡Ah!.. ¡Aah!.. ¡Kota!.. ¡Kota para! - el latido del corazón de Izuku bombeaba con fuerza, y sus lágrimas resbalaban como cascadas por una preocupante falta de aire comenzaba a descender dentro de él, gimoteó al no ser escuchado, sentía como sus manos sufrían de fuertes espasmos y hormigueos - I-Izumi...
Pronuncio tan suave que no fue escuchado por el adolescente y cayó rendido en un profundo sueño, Moviéndose su cuerpo únicamente por las desesperadas estocadas del menor que continuaba a pesar de ya haberse corrido dentro de él
Kota gruñía y gemía con los labios pegados entre el espacio de su oreja y su hombro, ignorando el hecho de que Izuku estaba inconsciente
- ¡Te amo Izuku!... ¡¿Porque tu no me puedes amar?! - El adolescente gemía con dolor, lastimando más su corazón al no escuchar respuesta alguna del pecoso
Kota siguió violando el inerte cuerpo de su amado correándose dentro de él tantas veces que había perdió la cuenta de ello. Esa droga al parecer era muy potente, pues aunque lo penetrara con tanta fuerza al punto de que su entrara sangrara Izuku no gimió, no se quejó... o suplico
Lo dejo ahí, tendido en la cama esperando que esa droga realmente cumpliera con el efecto amnésico y así el pecoso no recordara nada de lo que le había sucedido, pero que si estuviera muy seguro de que había sido brutalmente violado
~05:00am~ La oscuridad aún era su cómplice y escabulléndose entre ella regreso a su cotidiana vida como si nada hubiera pasado
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Con una hora de descanso despertó con pesar de su cama y bajó lentamente las escaleras teniendo ya servido el desayuno que su tía le había preparado y dejado en la mesa, desayuno en silencio, completamente solo, sabiendo que su cuidadora ya se había adelantado a su jornada de trabajo, Lavó todo el desastre que esta dejó en la cocina y fue con pesar a las escaleras para subirlas poco a poco y darse un frío baño
El agua que se escapaba de la regadera congelaba su desnuda piel y sus fugaces pensamientos, el único liquido caliente que resbalaba por su cuerpo era el de sus lágrimas. Lloraba, estaba arrepentido de lo que había hecho, el congelante liquido trasparente había enfriado su cabeza y le había hecho entender que todo lo que hizo fue un acto deplorable y desesperado
Cayó de rodillas sobre el mármol de la regadera y se dejó hundir en el llanto, suplicando perdón a la persona que el tanto amaba y había lastimado
- Lo siento Izuku...Perdóname-
~07:00am~ Salió de su casa y caminó a pasos lentos esperando ver a Izuku por lo menos en alguna ventana de su casa, pero no logro encontrarlo
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Y como esa mañana, la misma rutina se repitió durante una semana, sin rastros de ver al pecoso salir o entrar de su hogar, y sin tener el valor de atreverse a llamarlo tan sólo por una vez y saber al menos cómo se encontraba
Hasta que en una tarde de lunes lo vio salir. Envuelto en una bolsa negra, empujado sobre una camilla al interior de una furgoneta negra con letras amarillas
"UNIDAD FORENSE"
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