CAPÍTULO 5
Hablar del mal, era hablar sobre el pan de cada día, seguramente no lo creerías así, pero cada cosa que pasaba.
Cada palabra que se dijera.
Cada acción que se tomara, era considerada como obra de Satán y para que negar aquello, así como había personas llenas de temor, había otras que simplemente se dejaban llevar ante el ángel rojo, el de la muerte y sufrimiento.
—Ya han pasado más de 50 años —la voz del hombre se hizo presente en la pequeña habitación, alejada de todo y todos, en el medio del bosque.
Un joven plebeyo del mundo satánico, miraba hacia la nada, mientras un vaso lleno de cebada era enviado directamente hacia su boca.
Porque si, había personas que nacían para servirle a Satán, algunas no se escapaban de aquel mundo.
—Falta un mes para la luna roja, es raro que se esté asomando esta noche —susurró su acompañante, su fiel demonio, pasándose a su lado en la cama —. Solo existe una razón para que eso pase antes de tiempo.
Las manos de aquel joven recorrían el desnudo cuerpo del plebeyo satánico, susurrando en su oído y repartiendo pequeños besos en su nuca.
—Nunca es tarde para que el señor oscuro aparezca nuevamente —dejó salir una risa amarga, aquel plebeyo vio de reojo a su demonio y sonrió sin mostrar sus perfectos dientes.
El demonio estaba desnudo, mostrando sus hermosas curvas y perfecto pecho completamente plano y de piel lechosa, sus labios regordetes y su cabello castaño tapando su frente, varios adornos dorados decoraban delicadamente su cabello.
Era la perfección en un demonio.
—Estas insinuando que el Señor Oscuro… ¿regresó? —preguntó el demonio, dejando de acariciar el pecho del hombre —. Cuando se fue, pensamos que tomaría más de un siglo…
El hombre se levantó de la cama, caminando hacia la ventana.
—Puede que esté de regreso, como puede que el plebeyo este con él —aquellas palabras habían hecho que los ojos del demonio se abrieran en sorpresa.
—¿Shiriam Morte? —preguntó, se notaba algo alterado y asustado.
—Pues sí —susurró —, pero sigo sin saber la historia de él, en la aldea siempre se hablaba de que él fue el destinado del Señor Oscuro, pero se había acostado con el sumo sacerdote.
El demonio, Hans, tenían una mirada perdida, tratando de controlar sus emociones.
—Fue castigado injustamente por el aquelarre —susurró, mirando sus manos y luego mirando a su amante. Seth Adler, uno de los fieles brujos del aquelarre Sanic.
—¿Por qué? Según los libros, él... —Seth fue interrumpido por el demonio.
—Los libros tienen errores —tragó saliva —. Yo fui su entrenador, por muchos años, siglos, mejor dicho. Era un plebeyo bastante inocente, pero era conocido como la misma lujuria, estaba destinado al Señor Oscuro, pero fue castigado y torturado durante los 6 días malditos, todo esto lo hicieron a espaldas de Satán.
Seth abrió los ojos.
—Las lenguas largas dicen que se acostó con el sumo sacerdote, cuando la realidad es que eso nunca pasó. Una noche de luna roja había comenzado la cacería habitual, esa noche era diferente, los ángeles estaban de guardia y se toparon con Shiriam, inmediatamente lo siguieron y avisaron a reino divino de nuestra ubicación, cuando el aquelarre se enteró culparon a Shiriam de todo.
Suspiró pesadamente, jugando torpemente con sus manos. Recordar el pasado le hacía hervir la sangre.
—Le hicieron los 6 días malditos, usaron todo tipo de torturas con su cuerpo, lo condenaron a ser mortal, hasta que la noche de la luna roja su cuerpo caería entre las cenizas del cementerio.
Seth hizo una pausa y comenzó a buscar los libros de su biblioteca con extrema rapidez.
—¿Qué te pasa? —preguntó Hans mirándolo con mala cara —. Interrumpiste mi historia sentimental
Seth seguía buscando un libro en específico.
—Una vez, leí esa frase en unos libros de hechizos, no lo había entendido, pero había algo que llamó mi atención —susurró, buscando entre varias cajas, hasta que por fin lo encontró.
Un libro viejo, lleno de polvo, de color rojo y con un cuervo en el medio, uno negro, mostrando sus enormes ojos sangriento.
Satanic Raven.
El primero libro de hechizos, del aquelarre.
—Aquí —acercó el libro hacia las manos de Hans —. Dice que después de caer en las cenizas del cementerio, resucitará en la llegada de la luna roja y será guiado por Satán.
Hans vio la página de pies a cabeza, hasta que vio la predicción que se encontraba al pie de la página.
—Será guiado por la inocente capucha de la secta —Hans miró a Seth, no había entendido aquello.
—Creo que dice, que la reencarnación será guiada a nuestro mundo en manos inocentes del infierno.
—¿Manos inocentes? Humanos —Hans había entendido lo que el libro quería decir.
—La reencarnación del plebeyo Shiriam ya llegó y puede que haya sido guiado a nuestro mundo por humanos o por el mismo Señor Oscuro, si la Luna Roja apareció antes de tiempo, quiere decir que Satán esta en tierra mortal.
Aquellas palabras se habían clavado como una estaca en su corazón, ¿Shiriam podía estar de regreso junto con Satán?
De igual forma, nadie nunca ha escuchado la verdadera historia detrás de Satán, ni siquiera sus propios demonios.
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